Buscar este blog

jueves, 5 de agosto de 2010

Lecturas del Viernes XVIII Tiempo Ordinario. Ciclo C. 6 de agosto 2010

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Daniel (7, 9-10. 13-14)
Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: Vi que colocaban unos tronos y un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve, y sus cabellos, blancos como lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas encendidas. Un río de fuego brotaba delante de él. Miles y miles lo servían, millones y millones estaban a sus órdenes.
Comenzó el juicio y se abrieron los libros.
Yo seguí contemplando en mi visión nocturna y vi a alguien semejante a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia. Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 96
Reina el Señor,
alégrese la tierra.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor que se asienta en la justicia y el derecho.
Reina el Señor,
alégrese la tierra.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.
Reina el Señor,
alégrese la tierra.
Tú, Señor altísimo, estás muy por encima de la tierra y mucho más en alto que los dioses.
Reina el Señor,
alégrese la tierra.

En los lugares donde se celebra con
grado de Solemnidad se añade la
Segunda Lectura

Segunda Lectura
Lectura de la segunda carta
del apóstol san Pedro (1, 16-19)
Hermanos: Cuando les anunciamos la venida gloriosa y llena de poder de nuestro Señor Jesucristo, no lo hicimos fundados en fábulas hechas con astucia, sino por haberlo visto con nuestros propios ojos en toda su grandeza. En efecto, Dios lo llenó de gloria y honor, cuando la sublime voz del Padre resonó sobre él, diciendo: “Este es mi Hijo amado, en quien yo me complazco”. Y nosotros escuchamos esta voz, venida del cielo, mientras estábamos con el Señor en el monte santo.
Tenemos también la firmísima palabra de los profetas, a la que con toda razón ustedes consideran como una lámpara que ilumina en la oscuridad, hasta que despunte el día y el lucero de la mañana amanezca en los corazones de ustedes.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Este es mi Hijo muy amado, dice el Señor, en quien tengo puestas todas mis complacencias; escúchenlo.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (9, 28-36)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús se hizo acompañar de Pedro, Santiago y Juan, y subió a un monte para hacer oración. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se hicieron blancas y relampagueantes. De pronto aparecieron conversando con él dos personajes, rodeados de esplendor: eran Moisés y Elías. Y hablaban de la muerte que le esperaba en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban rendidos de sueño; pero, despertándose, vieron la gloria de Jesús y de los que estaban con él. Cuando éstos se retiraban, Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, sería bueno que nos quedáramos aquí y que hiciéramos tres chozas: una para ti, una para Moisés y otra para Elías”, sin saber lo que decía.
No había terminado de hablar, cuando se formó una nube que los cubrió; y ellos, al verse envueltos por la nube, se llenaron de miedo. De la nube salió una voz que decía:
“Este es mi Hijo, mi escogido; escúchenlo”. Cuando cesó la voz, se quedó Jesús solo. Los discípulos guardaron silencio y por entonces no dijeron a nadie nada de lo que habían visto.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión

La Palabra de Dios nos presenta hoy un acontecimiento crucial en el ministerio de Jesús. La Transfiguración, constituye la revelación que Jesús hace como Hijo de Dios, elegido y predilecto. La presencia simbólica de Moisés y Elías, tiene un profundo significado, pues el asunto de la elección tiene que ver con dos grandes proyectos, el del Éxodo, la liberación liderada por Moisés, y el inmortal profetismo popular, representado en Elías. Jesús es heredero de estas dos tradiciones, y su proyecto está inspirado en ellas. La voz de Dios busca, no solo dar a conocer, sino comprometer a quienes conocen, por eso este grupo de discípulos de ahora en adelante tendrá un papel especial en la obra salvífica de Jesús.
Ver una manifestación de Dios, constituye un compromiso necesario con su proyecto, lo que pasa es que podemos estar esperando manifestaciones extraordinarias y casi mágicas que no van a llegar. El evangelio nos está exigiendo la sensibilidad para se capaces de encontrar la presencia de Dios y escuchar su voz en la cotidianidad.
Fenómenos tan evidentes hoy, como el crecimiento de la pobreza, el incremento desmedido del hambre, las guerras que todos los días comienzan y se agudizan en algún rincón del planeta, son desafíos evidentes para la fe cristiana. Por otra parte el servicio que prestan muchas organizaciones eclesiales y sociales, al servicio de los más pobres y de las víctimas de la injusticia y de las guerras, son signos evidentes y maravillosos que nos muestran que si es posible avanzar hacía un mundo diferente, más cristiano, más humano.

No hay comentarios: