22 VIERNES SANTO DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
Ayuno y Abstinencia
En este día, en que «ha sido inmolada nuestra Víctima Pascual: Cristo (1Co 5, 7), lo que
por largo tiempo había sido prometido en misteriosa prefiguración se ha cumplido con
plena eficacia: el cordero verdadero sustituye a la oveja que lo anunciaba, y con el único
sacrificio se termina la diversidad de las víctimas antiguas» (cf. san León Magno).
En efecto, «esta obra de la Redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, preparada
antes por las maravillas que Dios obró en el pueblo de la Antigua Alianza, Cristo, el
Señor, la realizó principalmente por el Misterio Pascual de su bienaventurada Pasión, Resurrección
de entre los muertos y gloriosa Ascensión. Por este misterio, muriendo, destruyó
nuestra muerte, y resucitando, restauró nuestra vida. Pues del costado de Cristo dormido
en la cruz nació el sacramento admirable de la Iglesia entera» (SC, 5).
La Iglesia, meditando sobre la Pasión de su Señor y Esposo y adorando la Cruz, conmemora
su propio nacimiento y su misión de extender a toda la humanidad sus fecundos
efectos, que hoy celebra, dando gracias por tan inefable don, e intercede por la salvación
de todo el mundo (CO, 312).
Celebración de la Pasión del Señor (rojo).
MISAL: Todo propio. No se dice «Podéis ir en paz».
LECC.: vol. I, pág. 101.
- Is 52, 13-53, 12. Él fue traspasado por nuestras rebeliones.
- Sal 30. R. Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu.
- Hb 4, 14-16; 5, 7-9. Aprendió a obedecer y se ha convertido para todos
los que le obedecen en autor de salvación.
- Jn 18, 1-19, 42. Pasión de nuestro Señor Jesucristo.
Cristo, el verdadero cordero pascual. En esta hora de la tarde del
Viernes Santo rezamos con el salmista, diciendo: «Suba mi oración
como incienso en tu prsencia al alzar de mis manos como
ofrenda de la tarde» (Sal 140, 2). Jesús en la cruz eleva sus manos
al Padre como oración y ofrenda de la tarde. Ora por la humanidad
pecadora y ofrece su vida para su salvación.
La celebración de esta tarde debe transcurrir en el silencio para
meditar la fidelidad absoluta de Jesús al Padre. Está estructurada
en cinco partes:
1.ª. Rito de entrada: procesión en silencio y oración.
2.ª. Liturgia de la Palabra: con especial atención a la proclamación
de la Pasión y la oración universal o solemne.
3.ª. Adoración de la cruz: triunfo de la donación y amor de Jesús.
4.ª. Rito de Comunión: configuración sacramental con Cristo,
muerto y resucitado.
5.ª. Rito de conclusión con la recitación de oraciones para que
la asamblea reunida, una vez dispersa, viva el misterio que ha
celebrado.
El sufrimiento del Siervo de Dios justifica a muchos. Carga los
crímenes del pueblo y será glorificado (1 lect.). Jesús es el Siervo
de Dios (Ev). Cristo obedece al Padre y se convierte en causa de
salvación para todos los que obedecen (2 lect.).
COLECTA POR LOS SANTOS LUGARES (pontificia): mon. justificativa
de la colecta y colecta.
La Iglesia, siguiendo una antiquísima tradición, en este día no celebra
la Eucaristía; la sagrada Comunión se distribuye a los fieles
solamente durante la celebración de la Pasión del Señor; sin embargo,
los enfermos que no puedan participar en dicha celebración
pueden recibirla a cualquier hora del día.
La celebración de la Pasión del Señor ha de tener lugar después del
mediodía, cerca de las tres. Por razones pastorales, puede elegirse
otra hora más conveniente para que los fieles puedan reunirse más
fácilmente: por ejemplo, desde el mediodía hasta el atardecer, pero
nunca después de las nueve de la noche.
El altar debe estar desnudo completamente: sin cruz, ni candelabros,
ni manteles.
En la ostensión de la Cruz úsese una única cruz suficiente, grande
y bella. Este rito ha de hacerse con el esplendor digno de la Gloria
del misterio de nuestra salvación.
Santo Triduo Pascual –
Terminada la Comunión, el copón se lleva a un lugar preparado
fuera de la iglesia, o, si lo exigen las circunstancias, se reserva en
el sagrario.
Terminada la celebración se despoja el altar, dejando la Cruz con
cuatro candelabros. Dispóngase en la iglesia un lugar adecuado
para colocar allí la Cruz, a fin de que los fieles puedan adorarla,
besarla y permanecer en oración y meditación. Hasta la Vigilia Pascual
se hace genuflexión sencilla a la Cruz.
Los ejercicios de piedad, como el Vía Crucis, las procesiones de la
Pasión y el recuerdo de los dolores de la Santísima Virgen María
han de responder en los textos y cantos utilizados al espíritu de la
Liturgia del día. Los horarios de estos ejercicios piadosos han de
regularse con el horario de la celebración litúrgica de la Pasión del
Señor, de manera que aparezca claramente que ésta, por su misma
naturaleza, está por encima de la devoción popular.
No se permite celebrar en este día cualquier sacramento, a excepción
de la Penitencia y de la Unción de los enfermos.
Las exequias sin Misa han de celebrarse sin canto, sin órgano y sin
tocar las campanas.
Las lecturas han de ser leídas por entero.
La historia de la Pasión del Señor según san Juan se canta o se proclama
como el domingo anterior sin cirios ni incienso, no se hace
al principio la salutación habitual, ni se signa el libro, pero se dice
al final «Palabra del Señor».
Después de la lectura de la Pasión hágase la homilía, y al final de
la misma los fieles pueden ser invitados a permanecer en oración
silenciosa durante un breve espacio de tiempo.
Liturgia de las Horas: oficio prop. Comp. Dom. II.
Los que han participado en la acción litúrgica vespertina no están
obligados a celebrar Vísperas.
Martirologio: hoy se omite su lectura.
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