Evangelio del Sábado XXVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 8 de octubre, 2011
† Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11, 27-28)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: “¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!” Pero Jesús le respondió: “Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión;
El texto de hoy nos muestra cómo desde su estado de silencio, y reconociendo la presencia de Jesús, una mujer anónima se anima a alabarle. Jesús, en cambio, le muestra cuál es la verdadera grandeza ante los ojos de Dios. Aquí vemos de manera concreta cuál es el proyecto de Jesús. La mujer alaba y llama dichosa a la madre del mismo Jesús, desea felicidad y honor para la mujer que le ha dado la vida y que lo ha visto crecer. Pero Jesús contesta que es más bien dichoso quien escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica. Éste es el auténtico motivo de dicha y felicidad: Escuchar, y seguir a la Palabra que es Jesús y guardar la enseñanza por él proclamada.
Hoy el evangelio nos invita a ser Palabra viva, Palabra practicada, Palabra creadora. Escuchar la Palabra de Dios es dejarse guiar por ella, es eliminar nuestros egoísmos, nuestra tendencia de dominio, para que viva en nuestra vida la fraternidad y la misericordia. Veamos a María como modelo, porque ella guardó, creyó y escuchó la Palabra de Dios.
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