Ordinario de la Misa: Sábado XXVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 08 de Octubre, 2011
Santa María en Sábado
Memoria libre
¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno!
Antífona de Entrada
Te aclamamos, santa Madre de Dios, porque has dado a luz al Rey que gobierna cielo y tierra por los siglos de los siglos.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, concede a tus hijos gozar siempre de completa salud de alma y cuerpo; y por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de esta vida y concédenos disfrutar de las alegrías eternas.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Joel (4, 12-21)
“Que se levanten las naciones y acudan al valle de Josafat: allí me sentaré a juzgar a las naciones vecinas.
Empuñen las hoces, porque ya la mies está madura; vengan a pisar las uvas, porque ya está lleno el lagar, ya las cubas están rebosantes de sus maldades.
Multitudes y multitudes se reúnen en el valle del juicio, porque está cerca el día del Señor. El sol y la luna se oscurecen, las estrellas retiran su resplandor. El Señor ruge desde Sión, desde Jerusalén levanta su voz; tiemblan los cielos y la tierra.
Pero el Señor protege a su pueblo, auxilia a los hijos de Israel. Entonces sabrán que yo soy el Señor, su Dios, quehabito en Sión, mi monte santo.Jerusalén será santa y ya no
pasarán por ella los extranjeros.
Aquel día los montes destilarán vino y de las colinas manará leche. Los ríos de Judá irán llenos de agua y brotará un manantial del templo del Señor, que regará el valle de las Acacias.
Egipto se volverá un desierto y Edom una árida estepa, porque oprimieron a los hijos de Judá y derramaron sangre inocente en su país.
En cambio, Judá estará habitada para siempre, y Jerusalén, por todos los siglos. Vengaré su sangre, no quedarán impunes los que la derramaron,
y yo, el Señor, habitaré en Sión”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 96
Alegrémonos todos
con el Señor.
Reina el Señor, alégrese la tierra, cante de regocijo el mundo entero. Tinieblas y nubes rodean el trono del Señor, que se asienta en la justicia y el derecho.
Alegrémonos todos
con el Señor.
Los montes se derriten como cera ante el Señor de toda la tierra. Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos.
Alegrémonos todos
con el Señor.
Amanece la luz para el justo y la alegría para los rectos de corazón. Alégrense, justos, con el Señor y bendigan su santo nombre.
Alegrémonos todos
con el Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (11, 27-28)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la multitud, una mujer del pueblo, gritando, le dijo: “¡Dichosa la mujer que te llevó en su seno y cuyos pechos te amamantaron!” Pero Jesús le respondió: “Dichosos todavía más los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión;
El texto de hoy nos muestra cómo desde su estado de silencio, y reconociendo la presencia de Jesús, una mujer anónima se anima a alabarle. Jesús, en cambio, le muestra cuál es la verdadera grandeza ante los ojos de Dios. Aquí vemos de manera concreta cuál es el proyecto de Jesús. La mujer alaba y llama dichosa a la madre del mismo Jesús, desea felicidad y honor para la mujer que le ha dado la vida y que lo ha visto crecer. Pero Jesús contesta que es más bien dichoso quien escucha la Palabra de Dios y la pone en práctica. Éste es el auténtico motivo de dicha y felicidad: Escuchar, y seguir a la Palabra que es Jesús y guardar la enseñanza por él proclamada.
Hoy el evangelio nos invita a ser Palabra viva, Palabra practicada, Palabra creadora. Escuchar la Palabra de Dios es dejarse guiar por ella, es eliminar nuestros egoísmos, nuestra tendencia de dominio, para que viva en nuestra vida la fraternidad y la misericordia. Veamos a María como modelo, porque ella guardó, creyó y escuchó la Palabra de Dios.
Oración sobre las Ofrendas
Padre lleno de bondad, que nos socorra el inmenso amor de tu Hijo unigénito para que, quien al nacer de la Virgen María, no menoscabó la integridad de la Madre, sino que la consagró, nos libre de nuestras culpas y haga acepta
a ti nuestra oblación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Santa María Virgen I
Maternidad de la santísima
Virgen María
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria en la conmemoración de Santa María, siempre virgen: Porque ella concibió a tu único Hijo por obra del Espíritu Santo y sin perder la gloria de su virginidad, hizo brillar sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor.
Por él, los ángeles y los arcángeles y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Dichosa la Virgen María, que llevó en su seno al Hijo del
eterno Padre.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, al recibir el sacramento celestial en esta conmemoración de la santísima Virgen María, te pedimos que nos concedas celebrar dignamente, a imitación suya, el misterio de nuestra redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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