Buscar este blog

jueves, 1 de marzo de 2012

4 † CALENDARIO LITURGICO: II DOMINGO DE CUARESMA

4 † CALENDARIO LITURGICO: II DOMINGO DE CUARESMA Misa: del Domingo (morado). Misal: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. pr. No se puede decir la PE IV. Lecc.: vol. II, lects. del domingo II de Cuaresma (año B): • Gn 22, 1-2. 9-13. 15-18. El sacrificio de Abrahán, nuestro padre en la fe. • Sal 115. Caminaré en presencia del Señor en el país de la vida. - Rm 8, 31b-34. Dios no perdonó a su propio Hijo. • Mc 9, 2-10. Éste es mi Hijo amado. De la cruz a la transformación. El mensaje de las lecturas es muy lineal: se pasa de la fe de Abrahán y del sacrificio de Isaac (1ª lect.) al Hijo de Dios crucificado (2ª lect.). La visión del sacrificio nos conduce a la visión de Cristo transfigurado y glorioso, preanuncio de la Pascua de resurrección (Ev.). – DÍA Y COLECTA DE HISPANOAMÉRICA (dependiente de la CEE, optativa): celebración de la Liturgia del día, alusión en la mon. de entrada y en la hom., intención en la orac. univ., colecta. – Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la Misa exequial. CALENDARIOS: Republica Dominicana: 34vo. Aniversario de la Ordenación episcopal de Mons. Jerónimo Tomas Abreu Herrera, Obispo emerito de Mao-Montecristi

Santoral del 04 de Marzo: San Casimiro de Polonia (año 1484)

Santoral del 04 de Marzo: San Casimiro de Polonia (año 1484) En su idioma, el polaco, Casimiro significa: "el que impone la paz". (Kas = imponer, Mir = paz). Casimiro nació en 1458 en Cracovia. Era el tercero de los trece hijos de Casimiro, rey de Polonia. Muchos santos han salido de familias muy numerosas, y de esta clase de familias llegan a la Iglesia Católica excelentes vocaciones. Su madre Isabel, hija del emperador de Austria, era una fervorosa católica y se esmeró con toda el alma porque sus hijos fueran también entusiastas practicantes de la religión. Ella en una carta a una amiga hace una formidable lista de las cualidades que debe tener una buena madre, y seguramente que esas cualidades fueron las que practicó con sus propios hijos. Y además de la educación que le dieron sus padres, Casimiro tuvo la gran suerte de que el rey le consiguió dos maestros que eran buenísimos educadores. El Padre Juan y el profesor Calímaco. El Padre Juan era Polaco y dejó fama de ser muy sabio y muy santo, pero su mayor honor le viene de haber sido el que encaminó a San Casimiro hacia una altísima santidad. El Profesor Calímaco era un gran sabio que había sido secretario del Papa Pío II, y después estuvo 30 años en la corte del rey de Polonia ayudándole en la instrucción de los jóvenes. Calímaco dijo: "Casimiro es un adolescente santo", y el Padre Juan escribió también: "Casimiro es un joven excepcional en cuanto a virtud". Claro está que no basta con recibir una buena educación de parte de los papás y tener buenos profesores, sino que es necesario que el joven ponga de su parte todo el empeño posible por ser bueno. Pues de los otros doce hermanos de Casimiro, que tuvieron los mismos profesores, ninguno llegó a la santidad, y algunos hasta dieron malos ejemplos. En cambio nuestro santo llegó a unas alturas de virtud que admiraron a los que lo conocieron y lo trataron. Dicen los biógrafos de San Casimiro que su más grande anhelo y su más fuerte deseo era siempre agradar a Dios. Para eso trataba de dominar su cuerpo, antes de que las pasiones sensuales mancharan su alma. Siendo hijo del rey, sin embargo vestía muy sencillamente, sin ningún lujo. Se mortificaba en el comer, en el beber, en el mirar y en el dormir. Muchas veces dormía sobre el puro suelo y se esforzaba por no tomar licor. Y esto en un palacio real donde las gentes eran bastante inclinadas a una vida fácil y de muchas comodidades y comilonas. Para Casimiro el centro de su devoción era la Pasión y Muerte de Jesucristo. En aquellos tiempos los maestros espirituales insistían frecuentemente en que para ser fervoroso y crecer en el amor a Dios aprovecha muchísimo el meditar en la Pasión de Jesucristo. Nuestro santo pasaba mucho tiempo meditando en la Agonía de Jesús en el Huerto y en los azotes que padeció, como también en la coronación de espinas y las bofetadas que le dieron a Nuestro Señor. Ratos y ratos se estaba pensando en la subida de Jesús al Calvario y en las cinco heridas del crucificado, y meditando en el amor que llevó a Jesús a sacrificarse por nosotros. Le gustaban los cristos muy sangrantes, y ante un crucifijo se quedaba tiempos y tiempos meditando, suplicando y dando gracias. Otra gran devoción de Casimiro era la de Jesús Sacramentado. Como durante el día estaba sumamente ocupado ayudando a su padre a gobernar el Reino de Polonia y de Lituania, aprovechaba el descanso y el silencio de las noches para ir a los templos y pasar horas y horas adorando a Jesús en la Santa Hostia. Sus preferidos eran los pobres. La gente se admiraba de que siendo hijo de un rey, nunca ni en sus palabras ni en su trato se mostraba orgulloso o despreciador con ninguno, ni siquiera con los más miserables y antipáticos. Un biógrafo (enviado por el Papa León X a recoger datos acerca de él) afirma que la caridad de Casimiro era casi increíble, un verdadero don del Espíritu Santo. Que el amor tan grande que le tenía a Dios, lo llevaba a amar inmensamente al prójimo, y que nada le era tan agradable y apetecible como la entrega de todos sus bienes en favor de los más necesitados, y no sólo de sus bienes materiales, sino de su tiempo, sus energías, de su influencia respecto a su padre y de su inteligencia. Que prefería siempre a los más afligidos, a los más pobres, a los extranjeros que no tenían a nadie que los socorriera, y a los enfermos. Que defendía a los miserables y por eso el pueblo lo llamaba "el defensor de los pobres". Su padre quiso casarlo con la hija del Emperador Federico, pero Casimiro dijo que le había prometido a la Virgen Santísima conservarse en perpetua castidad. Y renunció a tan honroso matrimonio. Los secretarios y otras personas que vivieron con Casimiro durante varios años estuvieron todos de acuerdo en afirmar que lo más probable es que este santo joven no cometió ni un solo pecado grave en toda su vida. Y esto es tanto más admirable en cuanto que vivía en un ambiente de palacio de gobierno donde generalmente hay mucha relajación de costumbres. La gente se admiraba al ver que un joven de veinte años observaba una conducta tan equilibrada y seria como si ya tuviera sesenta. A su padre el rey le advertía con todo respeto pero con mucha valentía, las fallas que encontraba en el gobierno, especialmente cuando se cometían injusticias contra los pobres. Y el papa atendía con rapidez a sus peticiones y trataba de poner remedio. Casimiro llegó lo mismo que San Luis Gonzaga, San Gabriel de la Dolorosa, San Estanislao de Koska, San Juan Berchmans, y Santa Teresita de Jesús, a una gran santidad, en muy pocos años. Se enfermó de tuberculosis, y el 4 de marzo de 1484, a la corta edad de 26 años, murió santamente dejando en todos los más edificantes recuerdos de bondad y de pureza. Lo sepultaron en Vilma, capital de Lituania. A los 120 años de enterrado abrieron su sepulcro y encontraron su cuerpo incorrupto, como si estuviera recién enterrado. Ni siquiera sus vestidos se habían dañado, y eso que el sitio donde lo habían sepultado era muy húmedo. Sobre su pecho encontraron una poesía a la Sma. Virgen, que él había recitado frecuentemente y que mandó que la colocaran sobre su cadáver cuando lo fueran a enterrar. Esa poesía que él había propagado mucho empieza así: Cada día alma mía, di a María su alabanza. En sus fiestas la honrarás y su culto extenderás, etc., etc. Hasta después de muerto quería que en su sepulcro se honrara a la Virgen María a quien le tuvo inmensa devoción durante toda su vida. San Casimiro trabajó incansablemente por extender la religión católica en Polonia y Lituania, y estas dos naciones han conservado admirablemente su fe católica, y aún en este tiempo cuando las gentes ven que está en peligro su religión, invocan al santo joven que fue tan entusiasta por nuestra religión. Y él demuestra con verdaderos prodigios lo mucho que intercede ante Dios en favor de los que lo invocan con fe.

Meditación: Domingo de la semana 2 de Cuaresma; ciclo B. 04 de Marzo, 2012.

Meditación: Domingo de la semana 2 de Cuaresma; ciclo B. 04 de Marzo, 2012. «Seis días después, tomó Jesús consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó a ellos solos aparte a un monte alto, y se transfiguró ante ellos. Sus vestidos se volvieron resplandecientes y muy blancos. Y se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. Tomando Pedro la palabra, dice a Jesús: Maestro, qué bien estamos aquí; hagamos tres tiendas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Pues no sabía lo que decía, porque estaban llenos de temor Entonces se formó una nube que los cubrió, y se oyó una voz desde la nube que decía: Este es mi hijo, el Amado, escuchadle a él. Y luego, mirando a su alrededor; ya no vieron a nadie, sino sólo a Jesús con ellos.» (Marcos 9, 2-10)

 1º. «Maestro, qué bien estamos aquí.» Pedro no sabía lo que decía. Tan impresionante debe ser verte a Ti tal cual eres, Jesús. Sabes que, después, estos tres apóstoles van a ser fundamentales en la primitiva Iglesia, especialmente Pedro, el primer Papa. Y por eso quieres que reciban este mensaje claro, explícito: «Este es mi hijo, el Amado, escuchadle a Él» (Juan 2, 5) Jesús, éste es el mismo mensaje de tu Madre en Caná: «Haced lo que él os diga.» ¿Cuándo me voy a enterar? Madre, ¿cuándo me voy a decidir a aparcar esas dudas, esas reservas, esas rebeldías? Que me decida a escuchar a tu Hijo. Que me decida a hacer lo que Él me pide. Jesús, ¿qué me pides? Quiero escucharte. Muy fácil: «Quien a vosotros oye, a mi me oye, quien a vosotros desprecia, a mi me desprecia, y quien a mi me desprecia, desprecia al que me ha enviado» (Lucas 10, 16). Jesús, tengo la palabra de tus ministros: del Papa, del Obispo de la diócesis y, de manera más personal, de mi director espiritual. «El Romano Pontífice y los obispos como maestros auténticos por estar dotados de la autoridad de Cristo... predican al pueblo que tienen confiado la fe que hay que creer y que hay que llevar a la práctica. El magisterio ordinario y universal del Papa y de los obispos en comunión con él enseña a los fieles la verdad que han de creer; la caridad que han de practicar; la bienaventuranza que han de esperar» (CEC.- 2034) 2º. «Te has asustado un poco al ver tanta luz..., tanta que se te antoja difícil mirar; y aun ver -Cierra los ojos a tu evidente miseria; abre la mirada de tu alma a la fe, a la esperanza, al amor; y sigue adelante, dejándote guiar por El, a través de quien dirige tu alma» (Forja.- 1015). «Pues no sabía lo que decía, porque estaban llenos de temor». Jesús, a veces me asusta un poco verte tan de cerca, tan resplandeciente: me ciega tu luz. Y es que veo claramente que debería hacer más, que debería entregarme más. Y también veo claramente que no puedo: es tan evidente mi miseria, mi egoísmo. Quiero mi vida para mí, pero esa luz... No sé. No quiero ver. No me atrevo a ver. Abre la mirada de tu alma a la fe, dejándote guiar por Él, a través de quien dirige tu alma. Jesús, que no me cierre cuando percibo las exigencias de tu gracia en mi alma. Que me deje guiar por esas luces del Espíritu Santo. Que me deje ayudar por el director espiritual, sabiendo que «quien a vosotros oye a mi me oye.» ¿Cómo no esforzarme por poner por obra los consejos de la dirección espiritual cuando sé que vienen de ti? Jesús, aunque me cueste, aunque falle a veces, aunque me dé un poco de miedo seguirte, ayúdame a ser fiel en esos consejos, viendo en ellos tu voluntad. Madre mía, tú que me has dicho en Caná: «haced lo que él os diga,» dame también la fortaleza y el amor a Jesús necesarios para dejarme guiar por Él; dame la humildad y la docilidad que necesito para aprovechar ese medio fabuloso que es la dirección espiritual.

Lectio Divina: Domingo II Semana de Cuaresma. Ciclo B. 04 de Marzo, 2012.

Lectio Divina: Domingo II Semana de Cuaresma. Ciclo B. 04 de Marzo, 2012. Lectio: Marcos 9:2-10 1. Oración inicial 

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. 

Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén. 2. Lectura a) Clave de lectura: En este segundo domingo de cuaresma, la Iglesia medita sobre la Transfiguración de Jesús delante de tres de sus discípulos que con Él subieron a la montaña. La Transfiguración acontece después del primer anuncio de la Muerte de Jesús (Lc 9,21-22). Este anuncio había dejado confundidos a los dos discípulos y sobre todo a Pedro. Observemos de cerca, en sus mínimos detalles, el texto que nos describe la transfiguración de modo que nos demos cuenta cómo esta experiencia diversa de Jesús ha podido ayudar a los discípulos a vencer y superar la crisis en la que se hallaban. En el curso de la lectura tratemos de estar atentos a cuanto sigue:¿Cómo sucede la transfiguración y cuál es la reacción de los discípulos ante esta experiencia? b) Una división del texto para ayudarnos en su lectura: Marcos 9,2-4: La Transfiguración de Jesús delante sus discípulos
Marcos 9,5-6: La reacción de Pedro ante la transfiguración
Marcos 9,7-8: La palabra del cielo que explica el sentido de la Transfiguración
Marcos 9,9-10: Mantener el secreto de lo que vieron c) Texto: 2 Seis días después, toma Jesús consigo a Pedro, Santiago y Juan, y los lleva, a ellos solos, aparte, a un monte alto. Y se transfiguró delante de ellos, 3 y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, tanto que ningún batanero en la tierra sería capaz de blanquearlos de ese modo. 4 Se les aparecieron Elías y Moisés, y conversaban con Jesús. 5 Toma la palabra Pedro y dice a Jesús: «Rabbí, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías»; 6 -pues no sabía qué responder ya que estaban atemorizados-. 7 Entonces se formó una nube que les cubrió con su sombra, y vino una voz desde la nube: «Este es mi Hijo amado, escuchadle.» 8 Y de pronto, mirando en derredor, ya no vieron a nadie más que a Jesús solo con ellos.
9 Y cuando bajaban del monte les ordenó que a nadie contasen lo que habían visto hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. 10 Ellos observaron esta recomendación, discutiendo entre sí qué era eso de «resucitar de entre los muertos.» 3. Un momento de silencio orante para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida. 4. Algunas preguntas para ayudarnos en la meditación y en la oración. a) ¿Cuál es el punto de este texto que te ha gustado más y que ha llamado más tu atención?
b) ¿Cómo sucede la transfiguración y cuál es la reacción de los discípulos ante esta experiencia?
c) ¿Por qué el texto presenta a Jesús con vestidos resplandecientes mientras habla con Moisés y con Elías? ¿Qué significan para Jesús Moisés y Elías? ¿Y qué significan para los discípulos?
d) ¿Cuál es el mensaje de la voz del cielo para Jesús? ¿Y cuál es el mensaje para los discípulos?
e) ¿Cómo transfigurar hoy, la vida personal y familiar, y la vida comunitaria en nuestro barrio? 5. Para los que desean profundizar mayormente en el tema a) Contexto de entonces y de hoy El anuncio de la pasión sumergió a los discípulos en una profunda crisis. Ellos se encontraban en medio de los pobres, pero en sus cabezas todo era confusión, perdidos como estaban en la propaganda del gobierno y en la religión oficial de la época (Mc 8,15). La religión oficial enseñaba que el Mesías sería glorioso y victorioso. Y es por esto por lo que Pedro reacciona con mucha fuerza contra la cruz (Mc. 8-32) Un condenado a la muerte de cruz no podía ser el Mesías, al contrario, según la Ley de Dios, debía ser considerado como un “maldito de Dios” (Dt 21,22-23). Ante esto, la experiencia de la Transfiguración de Jesús podía ayudar a los discípulos a superar el trauma de la Cruz. En efecto, en la Transfiguración, Jesús aparece en la gloria, y habla con Moisés y con Elías de su Pasión y Muerte (Lc 9,31). El camino de la gloria pasa por tanto por la cruz. En los años 70, cuando Marcos escribe su evangelio, la cruz constituía un gran impedimento para la aceptación de Jesús como Mesías por parte de los judíos. ¿Cómo podía ser que un crucificado, muerto como un marginado, pudiese ser el gran Mesías esperado por siglos de los pueblos? La cruz era un impedimento para creer en Jesús. “La cruz es un escándalo” decían (1Cor 1,23). Las comunidades no sabían cómo responder a las preguntas críticas de los judíos. Uno de los mayores esfuerzos de los primeros cristianos consistía en ayudar a las personas a comprender que la cruz no era un escándalo, ni locura, antes bien, era la expresión del poder y de la sabiduría de Dios (1Cor 1,22-31). El evangelio de Marcos contribuye a este esfuerzo. Se sirve de textos del Viejo Testamento para describir la escena de la Transfiguración. Ilumina los hechos de la vida de Jesús y muestra que en Jesús se ven realizadas las profecías y que la Cruz es el camino que conduce a la gloria. ¡Y no sólo la cruz de Jesús era un problema!. En los años 70 la cruz de la persecución formaba parte de la vida de los cristianos. En efecto, poco tiempo antes, Nerón había desencadenado la persecución y hubo muchos muertos. Hasta hoy, muchas personas sufren porque son cristianos y porque viven el evangelio. ¿Cómo afrontar la cruz? ¿Qué significado tiene? Con estas preguntas en la mente meditemos y comentemos el texto de la Transfiguración. b) Comentario del texto Marcos 9,2-4: Jesús cambia de aspecto
Jesús sube a un monte alto. Lucas agrega que allí se dirige para rezar (Lc 9,28). Allí, sobre la cima de la montaña, Jesús aparece en la gloria delante de Pedro. Santiago y Juan. Junto a Él aparecen también Moisés y Elías. El monte alto evoca al Monte Sinaí, donde, en el pasado, Dios había manifestado al pueblo su voluntad, consignando la ley a Moisés. Las vestiduras blancas de Jesús recuerdan a Moisés envuelto en la luz cuando habla con Dios en la Montaña y recibe de Dios la Ley (cf. Ex 24,29-35). Elías y Moisés, las dos más grandes autoridades del Viejo Testamento, hablan con Jesús. Moisés representa la Ley. Elías la Profecía. Lucas dice que la conversación se establece sobre la Muerte de Jesús en Jerusalén (Lc 9,31). Así quedaba claro que el Viejo Testamento, tanto la Ley como los Profetas, enseñaban ya que el camino de la gloria pasa por la cruz (Cf. Is 53). Marcos 9,5-6) A Pedro le place lo que acontece, pero no entiende
A Pedro le agrada todo lo que sucede y quiere asegurarse el momento placentero sobre la Montaña. Propone construir tres tiendas. Marcos dice que Pedro tenía miedo, sin saber lo que estaba diciendo, y Lucas añade que los discípulos tenían sueño (Lc 9,32). Ellos son como nosotros, ¡para ellos es difícil entender la Cruz!
La descripción del episodio de la transfiguración comienza con una afirmación: “Seis días después”. ¿A qué se refieren estos seis días? Algunos estudiosos explican así la frase: Pedro quiere construir tiendas, porque era el sexto día de las fiestas de las tiendas. Era una fiesta muy popular de seis días que festejaba el don de la ley de Dios y los cuarenta años pasados en el desierto. Para recordar estos cuarenta años, el pueblo debía transcurrir una semana de la fiesta en tiendas improvisadas. Por esto se llamaba Fiesta de las Tiendas. Si no era posible la celebración de todos los seis días, por lo menos que se hiciese en el sexto día. La afirmación “ después de seis días” sería una alusión a la fiesta de las tiendas. Por esto Pedro recuerda la obligación de construir tiendas. Y se ofrece espontáneamente para construirlas. Así Jesús, Moisés y Elías habrían podido seguir conversando. Marcos 9,7: La voz del cielo esclarece los hechos
Apenas Jesús queda envuelto en la gloria, una voz del cielo dice: ¡Este es mi Hijo predilecto! ¡Escuchadlo! La expresión “Hijo predilecto” evoca la figura del Mesías Siervo, anunciado por el profeta Isaías (cf. Is 42,1). La expresión “Escuchadlo” evoca la profecía que prometía la llegada de un nuevo Moisés (cf. Dt 18,15). En Jesús, se están realizando las profecías del Viejo Testamento. Los discípulos no podían dudarlo. Los cristianos de los años 70 no podían dudarlo. Jesús es verdaderamente el Mesías glorioso, pero el camino de la gloria pasa por la cruz, según el anuncio dado en la profecía del Siervo (Is 53,3-9). La gloria de la Transfiguración es la prueba. Moisés y Elías lo confirman. El Padre es el garante. Jesús la acepta. Marcos 9,8: ¡Sólo Jesús y nadie más!
Marcos dice que, después de la visión, los discípulos sólo ven a Jesús y a nadie más. La insistencia en afirmar que sólo ven a Jesús, sugiere que desde ahora en adelante Jesús es la única revelación de Dios para nosotros. Para nosotros los cristianos, Jesús, y solamente Él, es la llave para comprender todo el sentido del Viejo Testamento. Marcos 9,9-10: Saber quedar en silencio
Jesús pide a sus discípulos que no digan a nadie nada, hasta que no hubiera resucitado de entre los muertos, pero los discípulos no lo entendieron. En efecto, no entiende el significado de la Cruz, quien no une el sufrimiento a la resurrección. La Resurrección de Jesús es la prueba de que la vida es más fuerte que la muerte. Marcos 9, 11-13: El regreso de Elías
El profeta Malaquías había anunciado que Elías debía volver para preparar el camino del Mesías (Ml 3,23-24). Este mismo anuncio se encuentra en el libro del Eclesiástico (Eclo 48,10)
Entonces ¿cómo podía ser Jesús el Mesías, si Elías todavía no había vuelto? Por esto, los discípulos preguntaban: “¿Por qué los escribas dicen que primero debe venir Elías?” (9,11). La repuesta de Jesús es clara: “Yo os digo que Elías ya ha venido, pero han hecho de él lo que han querido, como está escrito de él ( 9,13). Jesús estaba hablando de Juan el Bautista, asesinado por Herodes (Mt 17,13). c) Ampliando conocimientos: i) La Transfiguración: el cambio que se da en la práctica de Jesús En medio de los conflictos con los fariseos y los herodianos (Mc 8,11-21), Jesús deja la Galilea y se dirige a la región de Cesárea de Filipo (Mc 8,27), donde comienza a preparar a sus discípulos. Por el camino, lanza una pregunta: “¿Quién dice la gente que soy yo?” (Mc 8,27). Después de haber escuchado la respuesta que lo consideraban el Mesías, Jesús empieza a hablar de su Pasión y Muerte (Mc 8,31). Pedro reacciona: “¡No quiera Dios, Señor, que esto suceda!” (Mt 16,22). Jesús replica: “¡Lejos de mi Satanás” Tú me sirves de escándalo, porque no piensas según Dios, sino según los hombres!” (Mc 8,33). Fue un momento de crisis. Los discípulos presos por la idea de un mesías glorioso (Mc 8, 32-33; 9,32), no comprenden la propuesta de Jesús y tratan de conducirla por otro camino. Estaba cercana la fiesta de las Tiendas, (cf. Lc 9,33), en la que la expectativa mesiánica popular por lo general acostumbraba a aumentar y mucho. Jesús sube a la montaña a orar (Lc 9,28). Vence la tentación por medio de la oración. La manifestación del Reino sería muy diferente de lo que la gente se imaginaba. La victoria del Siervo llegaría a través de la condena a muerte (Is 50,4-9; 53,1-12). La cruz aparece en el horizonte, no ya como una posibilidad, sino más bien como una certeza. A partir de este momento, comienza una mutación en la práctica de Jesús. He aquí algunos puntos significativos de esta mutación: Pocos milagros. Asistíamos antes a muchos milagros. Ahora, a partir de Mc 8,27; Mt 16,13 y Lc 9,18, los milagros constituyen casi una excepción en la actividad de Jesús. Anuncio de la Pasión. Antes se hablaba de la pasión, como de una posibilidad remota (Mc 3,6) Ahora se habla constantemente (Mc 8,31; 9,9.31; 10,33.38). Tomar la Cruz . Antes, Jesús anunciaba a llegada inminente del Reino. Ahora insiste en la vigilancia, en las exigencias del seguimiento y en la necesidad de tomar la cruz. (Mt 16,24-26; 19,27-30; 24,42-51; 25,1-13: Mc 8,34; 10,28-31: Lc 9,23-26.57-62; 12,8-9.35-48; 14,25-33; 17,33; 18,28-30). Enseña a los discípulos. Primero enseñaba a la gente. Ahora se preocupa mayormente de la formación de los discípulos. Les pide escoger de nuevo (Jn 6,67) y comienza a prepararlos para la misión que vendrá pronto. Sale de la ciudad para poder estar con ellos y ocuparse de su formación (Mc 8,27; 9,28.30-35; 10.10.23.28-32; 11,11). Parábolas diversas. Antes, las parábolas revelaban los misterios del Reino presente en la actividad de Jesús. Ahora las parábolas orientan hacia el juicio futuro, hacia el final de los tiempos: los viñadores homicidas (Mt 21, 33-46); el siervo despiadado (Mt 18,23-35); los trabajadores de la hora undécima (Mt 20,1-16); los dos hijos (Mt 21,28-32); el banquete de bodas (Mt 22,1-14); los diez talentos (Mt 25, 14-30). Jesús asume la voluntad del Padre que se revela en la nueva situación, y decide andar a Jerusalén (Lc 9,51). Asume esta decisión de tal modo que asusta a los discípulos , que no consiguen entender estas cosas (Mc 10,32; Lc 18,31-34): En aquella sociedad, el anuncio del Reino tal como era anunciado por Jesús no era tolerado. Y por tanto o cambiaba o ¡sería muerto! Jesús no cambió el anuncio. Continuó siendo fiel al Padre y a los pobres. ¡Por esto fue condenado a muerte! ii) La transfiguración y la vuelta del Profeta Elías En el Evangelio de Marcos, el episodio de la Transfiguración (Mc 9,2-8) va unido a la cuestión de la vuelta del profeta Elías (Mc 9,9-13). En aquel tiempo, la gente esperaba el regreso del profeta Elías y no se daba cuenta que Elías ya había vuelto en la persona de Juan Bautista (Mc 9,13). Hoy sucede la misma cosa. Muchas personas viven esperando el retorno de Jesús y escriben incluso en los muros de las ciudades: ¡Jesús volverá!. Ellos no se dan cuenta que Jesús está ya presente en nuestra vida. De vez en cuando, como un relámpago improvisado, esta presencia de Jesús irrumpe y se ilumina, transformando nuestra vida. Una pregunta que cada uno debe hacerse: ¿Mi fe en Jesús, me ha regalado ya algún momento de transfiguración y de intensa alegría? ¿Cómo me han dado fuerza estos momentos de alegría en los momentos de dificultad? 6. Oración de un Salmo: Salmo 27 (26) El Señor es mi luz Yahvé es mi luz y mi salvación,
¿a quién temeré?
Yahvé, el refugio de mi vida,
¿ante quién temblaré?
Cuando me asaltan los malhechores
ávidos de mi carne,
ellos, adversarios y enemigos,
tropiezan y sucumben. Aunque acampe un ejército contra mí,
mi corazón no teme;
aunque estalle una guerra contra mí,
sigo confiando. Una cosa pido a Yahvé,
es lo que ando buscando:
morar en la Casa de Yahvé
todos los días de mi vida,
admirar la belleza de Yahvé
contemplando su templo. Me dará cobijo en su cabaña
el día de la desgracia;
me ocultará en lo oculto de su tienda,
me encumbrará en una roca.
Entonces levantará mi cabeza
ante el enemigo que me hostiga;
y yo ofreceré en su tienda
sacrificios de victoria.
Cantaré, tocaré para Yahvé. Escucha, Yahvé, el clamor de mi voz,
¡ten piedad de mí, respóndeme!
Digo para mis adentros:
«Busca su rostro». Sí, Yahvé, tu rostro busco:
no meocultes tu rostro.
No rechaces con ira a tu siervo,
que tú eres mi auxilio.
No me abandones, no me dejes,
Dios de mi salvación.
Si mi padre y mi madre me abandonan,
Yahvé me acogerá. Señálame, Yahvé, tu camino,
guíame por senda llana,
pues tengo enemigos. No me entregues al ardor de mis rivales,
pues se alzan contra mí testigos falsos,
testigos violentos además.
Creo que gozaré
de la bondad de Yahvé
en el país de la vida.
Espera en Yahvé, sé fuerte,
ten ánimo, espera en Yahvé. 7. Oración final Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén. www.ocarm.org

Evangelio Domingo II Semana de Cuaresma. Ciclo B. 04 de Marzo, 2012.

Evangelio Domingo II Semana de Cuaresma. Ciclo B. 04 de Marzo, 2012. † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (9, 2-10) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús tomó aparte a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos a un monte alto y se transfiguró en su presencia. Sus vestiduras se pusieron esplendorosamente blancas, con una blancura que nadie puede lograr sobre la tierra. Después se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro le dijo a Jesús: “Maestro, ¡qué a gusto estamos aquí! Hagamos tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. En realidad no sabía lo que decía, porque estaban asustados. Se formó entonces una nube, que los cubrió con su sombra, y de esta nube salió una voz que decía: “Este es mi Hijo amado; escúchenlo”. En ese momento miraron alrededor y no vieron a nadie sino a Jesús, que estaba solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó que no contaran a nadie lo que habían visto, hasta que el Hijo del hombre resucitara de entre los muertos. Ellos guardaron esto en secreto, pero discutían entre sí qué querría decir eso de ‘resucitar de entre los muertos’. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: Después del anuncio de la pasión y del llamado al seguimiento Marcos introduce el relato de la transfiguración (Mc 9, 2-8). Una Pascua “anticipada” junto a una crucifixión igualmente “anticipada”. Después viene la discusión sobre la resurrección y el retorno de Elías (Mc 9,9-13) y la historia de la sanación del niño mudo (Mc 9,14-29). Los tres relatos tejen un tríptico eclesial que vincula la experiencia de oración, la fe sanadora y el anuncio de la pasión y la resurrección. Así la experiencia pascual (transfiguración) está unida a la acción liberadora. En el camino a Jerusalén era necesaria la transfiguración. Galilea había mostrado el “éxito” del reino de Dios. La comunidad discipular identificó allí la realización de los tiempos mesiánicos relacionados con los milagros de Jesús y con las multitudes necesitadas. La expectativa judía de un Mesías liberador de la opresión romana estaba siendo respondida. La comunidad discipular aún no salía de estos moldes mesiánicos. Cuando Jesús anuncia su pasión y crucifixión, hay alarma y desconcierto. No se entiende un mesianismo que pase por la cruz. Para “corregir” esta situación vivida por la comunidad post-pascual de Marcos, el relato introduce la transfiguración. No sabemos cuál sea el contenido materialmente histórico de este relato teológico, ni es importante conocerlo; este relato, como todo el evangelio, no está escrito tanto “para que sepamos” un dato material de la vida de Jesús, sino “para que creamos”, para alimentar nuestra fe subrayando un aspecto de una verdad salvífica (no una verdad física). Lo que en el sentido profundo se trasmite en el texto es una vivencia fundamental para toda persona humana, que lo fue sin duda también para Jesús: la necesidad de transcender la superficie de las cosas para captar su sentido profundo. En un momento privilegiado de gracia, los discípulos pudieron acceder a una visión más honda de lo que significaba aquél Jesús humilde que les acompañaba “como uno de tantos”. Y eso les dio ánimos y les fortaleció para continuar la “subida a Jerusalén”. La fe es la que opera esa “transfiguración”; por ella la vida real, tantas veces chata y sin relieve, rutinaria o hasta decepcionante, se “trasfigura”, mostrándonos sus riquezas de sentido, su trasfondo de dimensiones transcendentes, hasta hacernos experimentar incluso que “todo es gracia”. Ante esa visión transfigurada de la realidad, uno se extasía, siente el deseo de detener el tiempo para contemplar y saborear... Pero esos momentos privilegiados, transfigurados, son excepciones; a lo largo del camino hacia Jerusalén hay pocos montes Tabor. La fe es la que debe suplir y hacer posible en el fondo del corazón la fuerza para subir al monte Tabor, incluso cuando podamos estar cerca del otro monte, el Calvario… La fe nos puede dar “una visión contemplativa de la realidad”, una visión mayor, penetrante, transfiguradora, anticipadamente escatológica incluso.

Oficio Divino: Tiempo Cuaresma. Ciclo B. 04 de marzo, 2012

Oficio Divino: Tiempo Cuaresma. Ciclo B. 04 de marzo, 2012 DOMINGO DE LA SEMANA II Propio del Tiempo. Salterio II (OFICIO DE LECTURA (6:00); LAUDES (7:00); TERCIA (9:00); SEXTA (12:00); NONA (15:00); VISPERAS (19:00); COMPLETAS (22:00) OFICIO DE LECTURA Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día: V. Señor abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona: Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.» Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora: V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno: DELANTE DE TUS OJOS Delante de tus ojos ya no enrojecemos a causa del antiguo pecado de tu pueblo. Arrancarás de cuajo el corazón soberbio y harás un pueblo humilde de corazón sincero. En medio de los pueblos nos guardas como un resto, para cantar tus obras y adelantar tu reino. Seremos raza nueva para los cielos nuevos; sacerdotal estirpe, según tu Primogénito. Caerán los opresores y exultarán los siervos; los hijos del oprobio serán tus herederos. Señalarás entonces el día del regreso para los que comían su pan en el destierro. ¡Exulten mis entrañas! ¡Alégrese mi pueblo! Porque el Señor, que es justo, revoca sus decretos: la salvación se anuncia donde acechó el infierno, porque el Señor habita en medio de su pueblo. Amén. SALMODIA Ant. 1. Señor, Dios mío, te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. Salmo 103 I - HIMNO AL DIOS CREADOR Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. Extiendes los cielos como una tienda, construyes tu morada sobre las aguas; las nubes te sirven de carroza, avanzas en las alas del viento; los vientos te sirven de mensajeros; el fuego llameante, de ministro. Asentaste la tierra sobre sus cimientos, y no vacilará jamás; la cubriste con el manto del océano, y las aguas se posaron sobre las montañas; pero a tu bramido huyeron, al fragor de tu trueno se precipitaron, mientras subían los montes y bajaban los valles: cada cual al puesto asignado. Trazaste una frontera que no traspasarán, y no volverán a cubrir la tierra. De los manantiales sacas los ríos, para que fluyan entre los montes; en ellos beben las fieras de los campos, el asno salvaje apaga su sed; junto a ellos habitan las aves del cielo, y entre las frondas se oye su canto. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Señor, Dios mío, te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto. Ant. 2. El Señor saca pan de los campos y vino para alegrar el corazón del hombre. Salmo 103 II Desde tu morada riegas los montes, y la tierra se sacia de tu acción fecunda; haces brotar hierba para los ganados, y forraje para los que sirven al hombre. Él saca pan de los campos, y vino que le alegra el corazón; y aceite que da brillo a su rostro, y alimento que le da fuerzas. Se llenan de savia los árboles del Señor, los cedros del Líbano que él plantó: allí anidan los pájaros, en su cima pone casa la cigüeña. Los riscos son para las cabras, las peñas son madriguera de erizos. Hiciste la luna con sus fases, el sol conoce su ocaso. Pones las tinieblas y viene la noche y rondan las fieras de la selva; los cachorros rugen por la presa, reclamando a Dios su comida. Cuando brilla el sol, se retiran, y se tumban en sus guaridas; el hombre sale a sus faenas, a su labranza hasta el atardecer. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. El Señor saca pan de los campos y vino para alegrar el corazón del hombre. Ant. 3. Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno. Salmo 103 III ¡Cuántas son tus obras, Señor, y todas las hiciste con sabiduría!; la tierra está llena de tus creaturas. Ahí está el mar: ancho y dilatado, en él bullen, sin número, animales pequeños y grandes; lo surcan las naves, y el Leviatán que modelaste para que retoce. Todos ellos aguardan a que les eches comida a su tiempo: se la echas, y la atrapan; abres tu mano, y se sacian de bienes; escondes tu rostro, y se espantan; les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo; envías tu aliento, y los creas, y repueblas la faz de la tierra. Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras. Cuando él mira la tierra, ella tiembla; cuando toca los montes, humean. Cantaré al Señor mientras viva, tocaré para mi Dios mientras exista: que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor. Que se acaben los pecadores en la tierra, que los malvados no existan más. ¡Bendice, alma mía, al Señor! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno. V. La voz del Padre se oyó desde la nube. R. Éste es mi Hijo amado, escuchadlo. PRIMERA LECTURA Del libro del Éxodo 13,17--14,9 CAMINO HASTA EL MAR ROJO Cuando el Faraón dejó marchar al pueblo, Dios no los llevó por el camino de la región de los filisteos, que es el más corto, pues pensó: «No sea que, al verse atacados, se arrepientan y vuelvan a Egipto.» Por eso Dios hizo que el pueblo diese un rodeo por el desierto, hacia el mar Rojo. Los israelitas habían salido de Egipto bien armados. Moisés tomó consigo los huesos de José, pues éste había hecho jurar a los hijos de Israel: «Cuando el Señor cuide de vosotros, os llevaréis mis huesos de aquí.» Partieron de Sucot y acamparon en Etán, al borde del desierto. El Señor caminaba delante de ellos, de día en una columna de nubes para guiarlos, y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos, de modo que pudieran caminar día y noche. No se apartaba delante de ellos ni la columna de nubes en el día, ni la columna de fuego durante la noche. El Señor dijo a Moisés: «Di a los israelitas que se vuelvan y acampen en Fehirot, entre Migdal y el mar, frente a Baal Sefón. Acamparéis junto al mar. El Faraón pensará: "Los israelitas están copados en el país, el desierto les cierra el paso." Yo voy a hacer que el Faraón se empeñe en perseguiros y mostraré mi gloria derrotando al Faraón y a su ejército, para que sepan los egipcios que yo soy el Señor.» Así lo hicieron los israelitas. Cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo y dijeron: «¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas.» Hizo preparar su carro y tomó consigo sus tropas: tomó seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus correspondientes oficiales. El Señor hizo que el Faraón se empeñase en perseguir a los israelitas, que habían salido jubilosos y triunfantes. Los egipcios los persiguieron con caballos, carros y jinetes, y les dieron alcance mientras acampaban en Fehirot, frente a Baal Sefón. RESPONSORIO Sal 113, 1. 2; Ex 13, 21 R. Cuando Israel salió de Egipto, los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente, * Judá fue su santuario, Israel fue su dominio. V. El Señor caminaba delante de ellos en una columna de nubes para guiarlos. R. Judá fue su santuario, Israel fue su dominio. SEGUNDA LECTURA De los Sermones de san León Magno, papa (Sermón 51, 3-4. 8: PL 54, 310-311. 313) LA LEY SE NOS DIO POR MEDIACIÓN DE MOISÉS, PERO LA GRACIA Y LA VERDAD NOS HAN VENIDO POR JESUCRISTO El Señor descubre su gloria en presencia de unos testigos escogidos e ilumina con tan gran esplendor aquella forma corporal, que le es común con todos, que su rostro se pone brillante como el sol y sus vestidos blancos como la nieve. Sin duda esta transfiguración tenía sobre todo la finalidad de quitar del corazón de los discípulos el escándalo de la cruz, a fin de que la humillación de la pasión voluntariamente aceptada no perturbara la fe de aquellos a quienes había sido revelada la excelencia de la dignidad oculta. Mas, con igual providencia, daba al mismo tiempo un fundamento a la esperanza de la Iglesia, ya que todo el cuerpo de Cristo pudo conocer la transformación con que él también sería enriquecido, y todos sus miembros cobraron la esperanza de participar en el honor que había resplandecido en la cabeza. A este respecto, el mismo Señor había dicho, refiriéndose a la majestad de su advenimiento: Los santos brillarán entonces como el sol en el reino de su Padre. Y el apóstol san Pablo afirma lo mismo, cuando dice: Considero que los trabajos de ahora no pesan lo que la gloria que un día se nos descubrirá; y también: Porque habéis muerto y vuestra vida está oculta con Cristo en Dios; cuando se manifieste Cristo, que es vuestra vida, os manifestaréis también vosotros con él revestidos de gloria. Además, los apóstoles, que tenían que ser fortalecidos en su fe e iniciados en el conocimiento de todas las cosas, hallaron también en este milagro una nueva enseñanza. En efecto, Moisés y Elías, es decir, la ley y los profetas, se aparecieron, hablando con el Señor; y ello para que se cumpliera con toda perfección, por la presencia de estos cinco hombres, lo que está escrito: Sólo por la declaración de dos o tres testigos se podrá fallar una causa. ¿Qué más estable, qué más firme que esta causa? Para proclamarla, la doble trompeta del antiguo y del nuevo Testamento resuena concorde, y todo lo que en tiempos pasados sirvió para testimoniarla coincide con la enseñanza evangélica. Las páginas de una y otra alianza, en efecto, se confirman mutuamente, y el resplandor de la gloria presente muestra, de una manera manifiesta y cierta, lo que las antiguas figuras habían prometido bajo el velo del misterio; es que, como dice san Juan, la ley se nos dio por mediación de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han venido por Jesucristo, ya que en él han llegado a su cumplimiento la promesa de las figuras mesiánicas y el significado de los preceptos de la ley; pues, con su presencia, enseña la verdad de la profecía y, con su gracia, hace posible la práctica de los mandamientos. Que la proclamación del santo Evangelio sirva, pues, para fortalecer la fe de todos, y que nadie se avergüence de la cruz de Cristo, por la que el mundo ha sido redimido. Nadie, por tanto, tema el sufrimiento por causa de la justicia, nadie dude que recibirá la recompensa prometida, ya que a través del esfuerzo es como se llega al reposo y a través de la muerte a la vida; el Señor ha asumido toda la debilidad propia de nuestra pobre condición, y, si nosotros perseveramos en su confesión y en su amor, vencemos lo que él ha vencido y recibimos lo que ha prometido. Ya se trate, en efecto, de cumplir sus mandamientos o de soportar la adversidad, debe resonar siempre en nuestros oídos la voz del Padre que se dejó oír desde el cielo: Éste es mi Hijo muy amado, en quien tengo mis complacencias, escuchadlo. RESPONSORIO Hb 12, 22. 24. 25; Sal 94, 8 R. Vosotros os habéis acercado al Mediador de la nueva alianza, Jesús; guardaos de rechazar al que os habla, * pues si no escaparon al castigo los que rechazaron al que promulgaba la ley en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros, si volvemos la espalda a aquel que nos habla desde el cielo. V. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón.» R. Pues si no escaparon al castigo los que rechazaron al que promulgaba la ley en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros, si volvemos la espalda a aquel que nos habla desde el cielo. ORACIÓN. OREMOS, Señor, Padre Santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo, aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. LAUDES (Oración de la mañana) INVOCACIÓN INICIAL V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. INVITATORIO Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.» Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Himno: OH SOL DE SALVACIÓN, OH JESUCRISTO. Oh sol de salvación, oh Jesucristo, alumbra lo más hondo de las almas, en tanto que la noche retrocede y el día sobre el mundo se levanta. Junto con este favorable tiempo danos ríos de lágrimas copiosas, para lavar el corazón que, ardiendo en jubilosa caridad, se inmola. La fuente que hasta ayer manó delitos ha de manar desde hoy perenne llanto, si con la vara de la penitencia el pecho empedernido es castigado. Ya se avecina el día, el día tuyo, volverá a florecer el universo; compartamos su gozo los que fuimos devueltos por tu mano a tus senderos. Oh Trinidad clemente, que te adoren tierra y cielo a tus pies arrodillados, y que nosotros, por tu gracia nuevos, cantemos en tu honor un nuevo canto. Amén SALMODIA Ant. 1. La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. Salmo 117 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. En el peligro grité al Señor, y me escuchó, poniéndome a salvo. El Señor está conmigo: no temo; ¿qué podrá hacerme el hombre? El Señor está conmigo y me auxilia, veré la derrota de mis adversarios. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres, mejor es refugiarse en el Señor que confiar en los magnates. Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Señor los rechacé; me rodeaban cerrando el cerco, en el nombre del Señor los rechacé; me rodeaban como avispas, ardiendo como fuego en las zarzas, en el nombre del Señor los rechacé. Empujaban y empujaban para derribarme, pero el Señor me ayudó; el Señor es mi fuerza y mi energía, él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos: «La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa, la diestra del Señor es poderosa.» No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte. Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios: él nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos hasta los ángulos del altar. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa. Ant. 2. Cantemos el himno que cantaban los tres jóvenes en el horno de fuego, bendiciendo al Señor. Cántico: QUE LA CREACIÓN ENTERA ALABE AL SEÑOR Dn 3, 52-57 Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito tu nombre, Santo y glorioso: a él gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en el templo de tu santa gloria: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres sobre el trono de tu reino: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en la bóveda del cielo: a ti honor y alabanza por los siglos. Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Cantemos el himno que cantaban los tres jóvenes en el horno de fuego, bendiciendo al Señor. Ant. 3. Alabad al Señor por sus obras mangníficas. Salmo 150 - ALABAD AL SEÑOR. Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su augusto firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras, Alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Alabad al Señor por sus obras mangníficas. LECTURA BREVE Cf. Ne 8, 9. 10 Este día está consagrado al Señor vuestro Dios; no hagáis duelo ni lloréis. No estéis tristes: la alegría del Señor es vuestra fortaleza. RESPONSORIO BREVE V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. V. Tú que fuiste triturado por nuestros crímenes. R. Ten piedad de nosotros. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Por medio del Evangelio, nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal. Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Por medio del Evangelio, nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte y sacó a la luz la vida inmortal. PRECES Glorifiquemos a Dios, cuya bondad es infinita, y elevemos a él nuestra oración por medio de Jesucristo, que está siempre vivo para interceder en favor nuestro; digámosle: Enciende, Señor, en nosotros la llama de tu amor. Dios de misericordia, haz que hoy nos entreguemos generosamente a las obras de amor al prójimo, para que tu misericordia, a través de nosotros, llegue a todos los hombres. Tú que en el arca salvaste a Noé de las aguas del diluvio, salva por el agua del bautismo a los catecúmenos. Concédenos vivir no sólo de pan, sino de toda palabra que sale de tu boca. Haz que, con tu ayuda, venzamos toda disensión y podamos gozarnos en el don de tu paz y de tu amor. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Invoquemos a Dios Padre con la oración que nos enseñó Jesús: Padre nuestro... ORACIÓN Señor, Padre Santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo, aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios. Amén CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. HORA TERCIA V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno: COMO EL FUEGO CALCINA Como el fuego calcina la madera reseca, cuando el pecado nos domina, Espíritu de Dios, purifícanos. Como el río derrama por la tierra sus aguas y hay flor y fruto en la rama, Espíritu de Dios, vivifícanos. Como tu fuerte viento hizo en el mar camino, cuando haya duda y desaliento, Espíritu de Dios, ayúdanos. Luz, Amor, Viento, Fuego, los caminos de éxodo enseña al hombre pobre y ciego. Espíritu de Dios, condúcenos. Amén. SALMODIA Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas. Salmo 119 - DESEO DE LA PAZ En mi aflicción llamé al Señor, y él me respondió. Líbrame, Señor, de los labios mentirosos, de la lengua traidora. ¿Qué te va a dar o a mandar Dios, lengua traidora? Flechas de arquero, afiladas con ascuas de retama. ¡Ay de mí, desterrado en Masac, acampado en Cadar! Demasiado llevo viviendo con los que odian la paz; cuando yo digo: «Paz», ellos dicen: «Guerra». Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 120 - EL GUARDIÁN DEL PUEBLO. Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio? El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. No permitirá que resbale tu pie, tu guardián no duerme; no duerme ni reposa el guardián de Israel. El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha; de día el sol no te hará daño, ni la luna de noche. El Señor te guarda de todo mal, él guarda tu alma; el Señor guarda tus entradas y salidas, ahora y por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 121 LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN ¡Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia en el palacio de David. Desead la paz a Jerusalén: «Vivan seguros los que te aman, haya paz dentro de tus muros, seguridad en tus palacios.» Por mis hermanos y compañeros, voy a decir:. «La paz contigo.» Por la casa del Señor, nuestro Dios, te deseo todo bien. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas. LECTURA BREVE 1Ts 4, 1. 7 Hermanos, os rogamos y exhortamos en Jesús, el Señor, a que viváis como conviene que viváis para agradar a Dios, según aprendisteis de nosotros -cosa que ya hacéis-, y a que hagáis nuevos progresos. Pues Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada. V. Señor, crea en mí un corazón puro. R. Renuévame por dentro con espíritu firme. ORACIÓN OREMOS, Señor, Padre Santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo, aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Por Cristo nuestro Señor. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. HORA SEXTA V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno: POR EL PECADO PRIMERO Por el pecado primero entró la muerte a la vida, y la muerte fue vencida por la vida del Cordero. El Padre lo hizo pecado para salvar al caído; el que nunca había sufrido se quiso crucificado. La humanidad pecadora está bien representada, mas la culpa fue lavada por la sangre redentora. Amén. SALMODIA Ant. «Por mi vida -dice el Señor-, no me complazco en la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva.» Salmo 22 - EL BUEN PASTOR El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 75 I- ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA Dios se manifiesta en Judá, su fama es grande en Israel; su tabernáculo está en Jerusalén, su morada en Sión: allí quebró los relámpagos del arco, el escudo, la espada y la guerra. Tú eres deslumbrante, magnífico, con montones de botín conquistados. Los valientes duermen su sueño, y a los guerreros no les responden sus brazos. Con un bramido, ¡oh Dios de Jacob!, inmovilizaste carros y caballos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 75 - II Tú eres terrible: ¿quién resiste frente a ti al ímpetu de tu ira? Desde el cielo proclamas la sentencia: la tierra teme sobrecogida, cuando Dios se pone en pie para juzgar, para salvar a los humildes de la tierra. La cólera humana tendrá que alabarte, los que sobrevivan al castigo te rodearán. Haced votos al Señor y cumplidlos, y traigan los vasallos tributo al Temible: él deja sin aliento a los príncipes, y es temible para los reyes del orbe. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. «Por mi vida -dice el Señor-, no me complazco en la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva.» LECTURA BREVE Is 30, 15. 18 Así dice el Señor, el Santo de Israel: «Vuestra salvación está en convertiros y en tener calma; vuestra fuerza está en confiar y estar tranquilos.» El Señor espera para apiadarse, aguarda para compadecerse; porque el Señor es un Dios recto: dichosos los que esperan en él. V. Aparta de mi pecado tu vista. R. Borra en mí toda culpa. ORACIÓN OREMOS, Señor, Padre Santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo, aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Por Cristo nuestro Señor. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. HORA NONA V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno: CADA TARDE SE NOS VAN LOS DÍAS Cada tarde se nos van los días, y cada tarde el tiempo pasa; se acaba nuestra vida cada tarde y miramos la muerte más cercana. Déjame todavía gozar el milagro de tu luz, de tu sol, de tus albas; déjame gozar el milagro de sentirme vivo y de nacer para ti cada mañana. Déjame, Señor, gozar de tu milagro al llegar una vez más la tarde mansa, porque tú eres el Dios de nuestras horas, el Dios oculto de nuestra esperanza. Amén. SALMODIA Ant. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos. Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos.» El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo sus gavillas. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS. Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, los que coméis el pan de vuestros sudores: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos; una recompensa es el fruto de las entrañas: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba: no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO ¡Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien; tu mujer, como una vid fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa: ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos. ¡Paz a Israel! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos. LECTURA BREVE Dt 4, 29.31 Buscarás al Señor, tu Dios, y, si lo buscas con todo el corazón y con toda el alma, lo encontrarás. Al cabo de los años, cuando te cerquen y alcancen todas estas maldiciones, te convertirás al Señor, tu Dios, y escucharás su voz; porque el Señor, tu Dios, es un Dios compasivo; no te dejará ni te destruirá, ni se olvidará de la alianza que con juramento ofreció a vuestros padres. V. Mi sacrificio es un espíritu contrito. R. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias. ORACIÓN OREMOS, Señor, Padre Santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo, aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Por Cristo nuestro Señor. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. II VÍSPERAS Oración de la tarde V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno: OH BONDADOSO CREADOR. Oh bondadoso Creador, escucha la voz de nuestras súplicas y el llanto que, mientras dura el sacrosanto ayuno de estos cuarenta días, derramamos. A ti, que escrutas nuestros corazones y que conoces todas sus flaquezas, nos dirigimos para suplicarte la gracia celestial de tu indulgencia. Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos, pero estamos, al fin, arrepentidos, y te pedimos, por tu excelso nombre, que nos cures los males que sufrimos. Haz que, contigo ya reconciliados, podamos dominar a nuestros cuerpos, y, llenos de tu amor y de tu gracia, no pequen más los corazones nuestros. Oh Trinidad Santísima, concédenos, oh simplicísima Unidad, otórganos que los efectos de la penitencia de estos días nos sean provechosos. Amén. SALMODIA Ant. 1. Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro, entre esplendores sagrados. Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE. Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.» El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec.» El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro, entre esplendores sagrados. Ant. 2. Adoramos a un sólo Dios, que hizo el cielo y la tierra. Salmo 113 B - HIMNO AL DIOS VERDADERO. No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria; por tu bondad, por tu lealtad. ¿Por qué han de decir las naciones: «Dónde está su Dios»? Nuestro Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace. Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechura de manos humanas: tienen boca, y no hablan; tienen ojos, y no ven; tienen orejas, y no oyen; tienen nariz, y no huelen; tienen manos, y no tocan; tienen pies, y no andan; no tiene voz su garganta: que sean igual los que los hacen, cuantos confían en ellos. Israel confía en el Señor: él es su auxilio y su escudo. La casa de Aarón confía en el Señor: él es su auxilio y su escudo. Los fieles del Señor confían en el Señor: él es su auxilio y su escudo. Que el Señor se acuerde de nosotros y nos bendiga, bendiga a la casa de Israel, bendiga a la casa de Aarón; bendiga a los fieles del Señor, pequeños y grandes. Que el Señor os acreciente, a vosotros y a vuestros hijos; benditos seáis del Señor, que hizo el cielo y la tierra. El cielo pertenece al Señor, la tierra se la ha dado a los hombres. Los muertos ya no alaban al Señor, ni los que bajan al silencio. Nosotros, sí, bendeciremos al Señor ahora y por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Adoramos a un sólo Dios, que hizo el cielo y la tierra. Ant. 3. Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros. Cántico: PASIÓN VOLUNTARIA DE CRISTO, SIERVO DE DIOS 1Pe 2, 21b-24 Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. El no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando le insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas nos han curado. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Dios no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por todos nosotros. LECTURA BREVE 1Co 9, 24-25 Los atletas que corren en el estadio corren todos, pero uno sólo consigue el premio. Corred como él, para conseguirlo. Todo atleta se impone moderación en todas sus cosas. Ellos lo hacen para alcanzar una corona que se marchita; nosotros una que no se ha de marchitar jamás. RESPONSORIO BREVE R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti. V. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti. V. Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos. R. Porque hemos pecado contra ti. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. A nadie deis a conocer esta visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos. Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55 Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. A nadie deis a conocer esta visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos. PRECES Demos siempre gracias a Cristo, nuestra cabeza y nuestro maestro, que vino a servir y a hacer el bien a todos, y digámosle humilde y confiadamente: Atiende, Señor, a tu Iglesia. Asiste, Señor, a los obispos y presbíteros de la Iglesia y haz que cumplan bien su misión de ser instrumentos tuyos, cabeza y pastor de la Iglesia, para que por medio de ti conduzcan a todos los hombres al Padre. Que tus ángeles sean compañeros de camino de los que están de viaje, para que se vean libres de todo peligro de cuerpo y de alma. Enséñanos, Señor, a servir a todos los hombres, imitándote a ti, que viniste a servir y no a ser servido. Haz que en toda comunidad humana reine un espíritu fraternal, para que, estando tú en medio de ella, sea como una plaza fuerte. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Sé misericordioso, Señor, con todos los difuntos y admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Unidos fraternalmente, dirijamos al Padre nuestra oración común: Padre nuestro... ORACIÓN Señor, Padre Santo, que nos has mandado escuchar a tu amado Hijo, aliméntanos con el gozo interior de tu palabra, para que, purificados por ella, podamos contemplar tu gloria con mirada limpia en la perfección de tus obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios. Amén CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. COMPLETAS (Oración antes del descanso nocturno) INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. Himno: TÚ, A QUIEN HE BUSCADO, SEÑOR Tú, a quien he buscado, Señor, en este día, a quien he escuchado, dame el reposo de esta noche. Tú, a quien he cantado, Señor, en este día, a quien he orado, dame el reposo de esta noche. Tú, a quien yo he negado, Señor, en este día, a quien he amado, dame el reposo de esta noche. Amén. SALMODIA Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno. Salmo 90 - A LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE. Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío. Dios mío, confío en ti.» Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás: su brazo es escudo y armadura. No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía. Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará. Tan sólo abre tus ojos y verás la paga de los malvados, porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa. No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré; lo saciaré de largos días, y le haré ver mi salvación.» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno. LECTURA BREVE Ap 22, 4-5 Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Te encomiendo mi espíritu. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ORACIÓN OREMOS, Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor. Amén BENDICIÓN V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R. Amén. ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios, no desprecies las oraciones que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita.

Moniciones y Oración de los Fieles. II Domingo de Cuaresma 
4 de marzo de 2012

Moniciones y Oración de los Fieles. II Domingo de Cuaresma 
4 de marzo de 2012 Moniciones MONICIÓN DE ENTRADA Sean todos bienvenidos a la Eucaristía de este Segundo Domingo de Cuaresma. Asistiremos, junto a los tres apóstoles. a la Transfiguración. La Transfiguración del Señor fue un mensaje de esperanza para los apóstoles, ante la inminencia de la Pasión, Muerte y Gloria de Jesús. Pero ellos, en ese momento, no supieron comprender tal signo. Y a nosotros nos puede ocurrir lo mismo: pensar que la Transfiguración es sólo un recuerdo del pasado. No es así, porque con ella se nos abre una total esperanza ante los días difíciles de la Pasión del Señor, porque –lo sabemos—vendrán seguidos de su Resurrección gloriosa. Ese es el mensaje que nuestro Maestro nos da hoy, aquí y ahora…Y es uno más dentro de esta cuaresma, que será siempre tiempo de conversión y de amor. Y por ello, no hemos de desaprovechar ni un minuto de nuestro tiempo para encontrar ese camino de verdad y de vida. Se trata de no perder la menor oportunidad para santificarnos siguiendo los pasos del Señor Jesús. Nos ponemos de pie para recibir al Celebrante y sus acompañantes, cantando. MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS 1.- La fe de Abrahán era completa, total. Obedecía a Dios por encima de cualquier duda. Es muy fuerte disponerse a sacrificar –a degollar—a su único hijo porque Dios se lo ha mandado. Por Abrahán no puso reparos. Dios –claro está—no iba a permitir ese sacrificio. Era una prueba. Todos vivimos pruebas, algunas muy sencillas o fáciles; otros, mas duras o complicadas. Pero hemos de obedecer a Dios en todo momento porque Él sabe que es lo mejor para nosotros. Esta primera lectura, del capítulo 22 del Génesis, es toda una enseñanza de enorme importancia. Escuchemos 2.- En el fragmento de la Carta de San Pablo a los romanos –que es nuestra segunda lectura—Pablo corrobora algo que después nos va a decir el Evangelio. Dios permitirá la muerte de su Hijo para la salvación de todos. Y el mensaje de esperanza para los Apóstoles es precisamente ese trozo de gloria que verían en lo alto del monte. Escuchemos. 3.- San Marcos nos narra con sencilla brillantez el misterio de la Transfiguración del Señor. Fue, sin duda, algo espectacular. Pero por encima de la calidad del prodigio está que Dios quiere mostrar a tres apóstoles que Jesús es su Hijo y que, por tanto, nada deben temer respecto a lo que vendrá después. Es una ayuda a su débil fe. Pero la gloria que vieron se les olvidó pronto. Nuestros propósitos de seguir al Señor también se nos olvidan a pesar de que los recibimos con la cercanía de una luz que nunca se apaga. De pie para escuchar la proclamación del Santo Evangelio. MONITOR Exhortación de despedida Salgamos de la celebración con la enorme alegría que nos comunica nuestro Señor Jesucristo. Quiso transfigurarse para que sus apóstoles supieran antes de su Gloria que de su Muerte. Pero ellos no supieron verlo. Pero para nosotros está claro. Jesús debe ser la luz única que ilumine nuestro camino. II Domingo de Cuaresma 
4 de marzo de 2012 La oración de los fieles CELEBRANTE Continuamos nuestro camino de conversión junto a Jesús. Aunque muchas veces la comodidad, la debilidad o la cobardía, nos hacen desistir. Pero hemos visto como tan solo la Palabra que es tu Hijo puede salvarnos. Así pues te pedimos. PADRE, QUE ESCUCHEMOS A TU HIJO AMADO. 1. – Por la Iglesia, para que esté pronta a anunciar el Evangelio íntegro a todos los pueblos de la tierra. OREMOS AL SEÑOR MONITOR 2. –Por todos los pueblos de la tierra para que acojan con prontitud el mensaje de Dios y respondan a él con alegría. OREMOS AL SEÑOR 3. – Por todos los catecúmenos y aquellos que han experimentado a Cristo por primera vez, para que perseveren en la oración y las prácticas cuaresmales y así se dispongan a llevar una vida acorde con el Evangelio que han acogido. OREMOS AL SEÑOR 4. – Por aquellos que acogieron el mensaje de Cristo pero lo han abandonado por diversas razones, para que estos días especial gracia para la conversión encuentren la Gloria de Dios y vuelvan a escuchar y seguir la Palabra de Dios. OREMOS AL SEÑOR 5.- Por las familias cristianas para que la contemplación en los hogares de los misterios de la pasión y resurrección de Cristo, les ayude a vivir con más alegría y entrega unos con otros. OREMOS AL SEÑOR 6.- Por todos nosotros, para que sigamos la enseñanza del Padre y vivamos pendientes de la Palabra que es Cristo. OREMOS AL SEÑOR CELEBRANTE Padre, haz que perseverando en este camino cuaresmal, encontremos la gracia para llegar con un corazón purificado a celebrar las fiestas anuales de la Pasión, Muerte y Resurrección de tu Hijo. Te lo pedimos por Él, que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén

Lecturas II Domingo de Cuaresma 
4 de marzo de 2012

Lecturas II Domingo de Cuaresma 
4 de marzo de 2012 Lecturas PRIMERA LECTURA LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS 22, 1-2.9-13.15-18 En aquellos días Dios puso a prueba a Abrahán llamándole: -- ¡Abrahán! Él respondió: -- Aquí me tienes. Dios le dijo: -- Toma a tu hijo único, al que quieres, a Isaac, y vete al país de Moria y ofrécemelo en sacrificio, sobre uno de los montes que yo te indicaré. Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, Abrahán levantó allí un altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar, encima de la leña. Entonces Abrahán tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor gritó desde el cielo: -- ¡Abrahán, Abrahán! Él contestó: -- Aquí me tienes. Dios le ordenó: -- No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ahora sé que temes a Dios, porque no te has reservado a tu hijo, a tu único hijo. Abrahán levantó los ojos y vio un carnero enredado por los cuernos en la maleza. Se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. El ángel del Señor volvió a gritar a Abrahán desde el cielo: -- Juro por mí mismo --oráculo del Señor--: Por haber hecho eso, por no haberte reservado tu hijo, tu hijo único, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa. Tus descendientes conquistaran las puertas de las ciudades enemigas. Todos los pueblos del mundo se bendecirán con tu descendencia, porque me has obedecido. Palabra de Dios SALMO RESPONSORIAL SALMO 115 R.- CAMINARÉ EN LA PRESENCIA DEL SEÑOR, EN EL PAÍS DE LA VIDA Tenía fe, aun cuando dije: “Qué desgraciado soy." Mucho le cuesta al Señor la muerte de tus fieles. R.- Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. R.- Cumpliré al Señor mis votos, en presencia de todo el pueblo; en el atrio de la casa del Señor, en medio de ti Jerusalén. R.- SEGUNDA LECTURA LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 8, 31b-34 Hermanos: Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? El que no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros, ¿cómo no nos dará todo con Él? ¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica, ¿Quién condenará? ¿Será acaso Cristo que murió, más aún, resucitó y está a la derecha de Dios, y que intercede por nosotros? Palabra de Dios ACLAMACIÓN Mt 17,5 En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre: “Ese es mi Hijo, el Amado, escuchadle” EVANGELIO LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 9, 2, 10 En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les apreció Elías y Moisés conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: -- Maestro. ¡Qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres chozas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías. Estaban asustados y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió y salió una voz de la nube: -- Este es mi Hijo amado; escuchadlo. De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos. Cuando bajaban de la montaña, Jesús los mandó: -- No contéis a nadie lo que habéis visto hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos. Esto se les quedó grabado y discutían que querría decir aquello de resucitar de entre los muertos. Palabra del Señor

HOMILIAS: II DOMINGO DE CUARESMA. CICLO B. 04 DE MARZO 2012.

HOMILIAS: II DOMINGO DE CUARESMA. CICLO B. 04 DE MARZO 2012. 1.- “ESCUCHADLO” Por Pedro Juan Díaz 1.- En este segundo domingo de la Cuaresma, la Palabra de Dios nos vuelve a recordar que Dios tiene un plan para con nosotros, sus hijos. Es un pacto, una alianza, iniciativa de su generosidad. Las primeras lecturas de estos domingos de la Cuaresma nos lo van a recordar. Si la semana pasada Dios hacía un pacto con Noé, hoy es con Abraham: “te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como la arena de la playa… porque me has obedecido”. Y la respuesta de Abraham en todo momento es: “aquí me tienes”. De él hemos aprendido a confiar en Dios en todo momento y situación. 2.- La vivencia de Abraham y la de Jesús, en el evangelio de hoy, tienen como punto común una experiencia de oración, una experiencia de Dios. Ambos ESCUCHAN a Dios y ambos obedecen, porque ambos tienen su confianza puesta en Él. Esa escucha obediente y esa disponibilidad para llevar adelante los planes de Dios son el camino para la salvación. Y ambos la experimentan, eso sí, no sin pasar por dificultades. 3.- La transfiguración de Jesús es la consecuencia de su experiencia de Dios. Jesús nos muestra como es Dios. No es un Dios que quiera el mal de las personas, todo lo contrario. Los momentos de oración de Jesús le han hecho descubrir a un Dios enamorado de las personas. Es un Dios que nos quiere, que quiere a Jesús: “este es mi Hijo amado”, le dice. Y también lo dice de todos nosotros. Somos sus hijos y nos quiere. Y eso lo ha experimentado Jesús en su vida. Por eso, por esa gran confianza, va a llevar hasta las últimas consecuencias el plan de Dios, aunque eso le lleve a pasar por la cruz. Jesús va a recorrer su camino hasta el final. La vida que se nos da en la resurrección, y que Jesús nos muestra con su transfiguración, va a pasar antes por la entrega total en la muerte de cruz. 4.- Yo creo que el secreto de esta experiencia de Dios es la escucha, una escucha empapada de confianza. Marcos nos había presentado a Jesús en su bautismo con una misma “voz del cielo” que decía: “este es mi hijo amado”. Lo que hoy nos añade es: “escuchadlo”. Esa es la experiencia de Abraham, de Jesús y de tantos otros que han llevado adelante el proyecto de Dios. La cuestión será si tú y yo somos también de esos, o nos dejamos arrastrar por otras voces engañosas. 5.- Los caminos y los planes de Dios están llenos de paradojas, a veces son insospechados, son caminos que nosotros ni adivinamos, ni nos atreveríamos a transitar. Pero esa escucha de Dios y esa disponibilidad para sus planes hacen posible que la alianza entre Dios y las personas se lleve a cabo, que la salvación de Dios llegue a todos, aunque los caminos estén llenos de incomprensiones y momentos de dificultad. 6.- San Pablo es otro de los que experimentan el amor de Dios, ¡y con qué fuerza! Dios nos ha dado a su Hijo para nuestra salvación, porque Dios es amor. Dios se ha comprometido con nosotros, está de nuestra parte. Entonces, “¿quién estará contra nosotros?”, dice San Pablo. Por eso, al final de este capítulo (aunque no aparece en el texto de la liturgia), San Pablo acaba diciendo: “¿Quién nos separará del amor de Cristo?... Nada ni nadie podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro”. 7.- Quizá nosotros en este momento, aquí en la Eucaristía, escuchando la Palabra de Dios, estemos experimentando un pequeño “Tabor”, un momento donde sentimos a Jesús cerca de nosotros, transfigurado. Pero ahora después hemos de volver al camino de la vida. Jesús baja de la montaña y vuelve a su camino hacia Jerusalén, donde sabe lo que le espera. Los discípulos están desconcertados, porque no saben bien lo que ha pasado. Pero después de esta experiencia, Jesús y nosotros experimentaremos la vida y sus dificultades de otra manera. Será cuestión de agudizar el oído, de estar atentos a los planes de Dios, de ESCUCHARLE y mostrarnos disponibles, con mucha confianza, como la de un hijo con su Padre. 8.- La resurrección de Jesús es la gran Buena Noticia para toda la humanidad, porque le da un sentido nuevo a nuestras vidas. Procuremos no olvidarlo en este camino cuaresmal, que no es, ni más ni menos, que una imagen del camino de nuestra propia vida. 2.- EXPERIENCIA DE DIOS Y ENCARNACIÓN EN EL MUNDO Por José María Martín OSA 1.- Cuestión de confianza. Abraham había sido probado por Dios en otras ocasiones, pero nunca se le había pedido tanto como ahora. Si antes se le exigió renunciar a su pasado, abandonar su tierra y su familia para salir en busca de la tierra prometida, ahora se le exige renunciar a su futuro, y no comprende cómo van a cumplirse las promesas de llegar a ser padre de un pueblo numeroso si ahora ha de sacrificar a su único hijo. Abraham, sin hacer cuestión de la palabra de Dios, se dispone a cumplirla hasta las últimas consecuencias. Ha superado la prueba. Dios exige ciertamente que el hombre esté dispuesto a los mayores sacrificios y no se reserve nada cuando es él quien se lo pide; pero no quiere que el hombre exprese tal disposición de ánimo con la tremenda crueldad de los sacrificios humanos, pues él es un Dios misericordioso. No es la destrucción del hombre lo que enaltece la grandeza de Dios, sino todo lo contrario: la salvación del hombre. El paralelismo entre lo sucedido en el monte Moria y lo que sucedería más tarde en el monte Calvario no se funda en detalles exteriores -Isaac lleva sobre sus hombros el fajo de leña y Jesús llevará sobre los suyos la cruz-, sino en la obediencia de Abraham y en la confianza de Isaac que encontrarían en Jesús la más perfecta realización. 2- Nada ni nadie podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús. Así concluye el capítulo 8 de la Carta a los Romanos. El amor de Dios al hombre llega hasta el extremo. El Dios que perdonó al hijo de Abraham, ahora resulta que “no perdonó a su propio Hijo, sino que lo entregó a la muerte por nosotros”. Esta afirmación no podemos entenderla literalmente, porque volveríamos a presentar la imagen de un Dios sin entrañas. La muerte de Cristo la quisieron los hombres. Dios le entregó en el sentido de que no le defendió y en el sentido de que le encomendó una misión que le llevaría a la muerte. Pero importa ahora destacar las conclusiones paulinas: el que nos dio a su Hijo y con él nos lo dio todo, ¿cómo no nos dará cualquier cosa? El que no perdonó a su Hijo por nosotros, ¿cómo no nos perdonará a nosotros? Si por salvarnos a nosotros dejó que condenaran a su Hijo, ¿cómo nos va El a condenar? Diríamos que Dios, entre su Hijo y nosotros, nos prefirió a nosotros. ¿Cómo no lo vamos a esperar todo de El? 3.- ¡Qué bien se está aquí! Cuando sentimos dentro de nosotros el amor de Dios y contemplamos su grandeza corremos el peligro de quedarnos ahí, sin salir al encuentro del hermano. La Cuaresma, decíamos el Miércoles de Ceniza, es encuentro con Dios y con el hermano. La tentación de "hacer tres tiendas" está siempre presente. Es curioso que el hombre se preocupe siempre por construirle una casa a Dios, cuando el mismo Dios ha bajado a la tierra para vivir en las casas de los hombres. Dios no tiene tanta necesidad de metros cuadrados para iglesias como de acogida en el corazón humano. Dios no quiere vivir en un "hotel para dioses" relegado como nuestros ancianos, en una especie de parkings. Dios quiere vivir en familia con los hombres, andar entre sus pucheros. Por ambientados que estén nuestros templos, siempre le resultarán fríos a un Dios que busca el cobijo de los hombres. El Dios-con-nosotros no puede quedar en una especie de producto situado en un mercado al que se acude cuando se necesitan servicios religiosos. Dios no es un objeto de consumo. Él es la vida misma del hombre, pero nosotros nos empeñamos en confinarlo en su casa en lugar de tenerlo como compañero continuo en el camino de la vida. El Dios de Jesús no se mantiene en alturas celestiales, sino que nos señala en dirección al mundo. Además de nuestra condición de hombres, hay algo que refuerza nuestro interés por el mundo: nuestra fe. "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez los gozos y las esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo", nos recordaba la Gaudium et Spes. Bajemos con Jesús de la montaña, para vivir en la llanura de cada día, acompañando al pobre, al parado, al enfermo, al anciano solo, a la madre desgarrada por el dolor… 3.- LA TRANSFIGURACIÓN COMO RESPUESTA DE JESÚS A LAS DUDAS DE LOS DISCÍPULOS Por Gabriel González del Estal 1.- Se transfiguró delante de ellos. La transfiguración del Señor delante de Pedro, Santiago y Juan ocurrió unos seis días después de haber dicho Jesús a sus discípulos que “el Hijo del Hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días”. En aquel momento, como nos dice también el texto evangélico: “Pedro, tomándole aparte se puso a reprender a Jesús, y Jesús, a su vez, reprendió a Pedro, diciéndole: Quítate de mi vista. Satanás”. Pues bien, en este contexto, debemos entender la transfiguración del Señor, como la respuesta de Jesús a los tres discípulos. Los discípulos estaban apesadumbrados y abatidos, sin entender muy bien lo que Jesús había querido decirles con aquellas palabras. No podían creer que a Jesús, el Mesías, lo pudieran ajusticiar y matar las autoridades de Israel y, por otro lado, no entendían qué había querido decir con eso de que resucitaría a los tres días. ¿Es que el Jesús con el que ellos convivían era un Mesías distinto al que ellos se habían imaginado? La respuesta de Dios, desde la nube, no pudo ser más clara: “este es mi Hijo amado, escuchadle”. Ahora no debían tener ya más dudas: sí, el Jesús que ellos conocían y que les había dicho que sería condenado y ajusticiado era el mismo que ellos acababan de ver ahora transfigurado y glorioso, este era el Hijo amado de Dios, al que debían escuchar y obedecer. El prefacio de la misa de este domingo dice muy claramente cuál es el mensaje de esta fiesta: “Cristo, nuestro Señor, después de anunciar su muerte a sus discípulos, les mostró en el monte santo el esplendor de su gloria, para testimoniar, de acuerdo con la Ley y los Profetas, que la Pasión es el camino de la Resurrección”. 2.- Qué bien se está aquí. ¡Qué humano era Pedro y qué espontáneo! Cuando las cosas nos van bien, ¡qué a gusto se está! La visión de un Jesús transfigurado le había dejado a Pedro fascinado. ¿Por qué tenían que volver ahora a la llanura, a seguir sufriendo y peleándose con ancianos, escribas y fariseos? “Desciende, Pedro, le dirá San Agustín cuatro siglos más tarde, tú que deseabas descansar en el monte…; trabaja, suda, padece algunos tormentos a fin de llegar, por el brillo y la hermosura de las obras hechas en caridad, a poseer eso que simbolizan los blancos vestidos del Señor. ¡Qué maravillosa nos parece la realidad, cuando la vemos transfigurada por los ojos de la fe! Pero, desgraciadamente, eso sólo nos ocurre en algunos momentos privilegiados. En el día a día la realidad se nos impone como algo monótono, vulgar, y, a veces, hasta hiriente e inhóspita. Los momentos de visión de la realidad transfigurada por la fe deben servirnos para soportar con más fe y entereza el duro vivir de cada día. ¡Qué hermoso y qué agradable es estar y sentirse en comunión con Dios y con los hermanos! 3.- No alargues la mano contra tu hijo, ni le hagas nada. Abrahán había salido triunfante de la prueba de fe que le había puesto el Señor. Eso era suficiente; el Señor, su Dios, nunca había querido, ni quería ahora, sacrificios humanos. Eso era propio de pueblos idólatras, que no conocían la bondad y la misericordia del Dios de Israel. ¡Las pruebas de la fe! Todos tenemos momentos malos, en los que nos resulta difícil ver la mano bondadosa del Señor. Pero, aún en los momentos de mayor oscuridad y desdicha, no debemos perder nunca el convencimiento y la seguridad de que Dios sigue siendo bondadoso y benevolente con nosotros. Las pruebas de fe deben reforzar nuestra fe, nunca destruirla. 4.- Si está Dios con nosotros, ¿quién estará contra nosotros? Eso les decía San Pablo a los primeros cristianos de Roma, eso mismo repetía santa Teresa a sus monjas: quien a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta. No siempre nos va a resultar fácil sentir y decir esto, pero la fortaleza de nuestra fe debe suplir en estos casos la debilidad de nuestra voluntad y de nuestro entendimiento. Para conseguirlo, pidamos todos los días, con el salmista, que se nos permita caminar siempre en la presencia del Señor. Cristo, nuestro hermano mayor, así lo hizo y así nos lo enseñó.

3 CALENDARIO LITURGICO: SÁBADO DE LA I SEMANA DE CUARESMA

3 CALENDARIO LITURGICO: SÁBADO DE LA I SEMANA DE CUARESMA Misa: del sábado (morado). Misal: ants. y oracs. props., Pf. Cuaresma. Lecc.: vol. VII, lects. de la I semana de Cuaresma-sábado: • Dt 26, 16-19. Serás el pueblo santo del Señor. • Sal 118. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor. • Mt 5, 43-48. Sed perfectos como vuestro Padre celestial. – Hoy no se pueden decir Misas de difuntos, excepto la exequial y en el primer aniversario. Calendarios: Bilbao y San Sebastián: San Emeterio y San Celedonio, mártires (ML/Conm.). Zamora: Aniversario de la muerte de Mons. Eduardo Poveda Rodríguez, obispo (1993).

Santoral del 03 de Marzo: SAN EMETERIO Y SAN CELEDONIO
Mártires (s. III)

Santoral del 03 de Marzo: SAN EMETERIO Y SAN CELEDONIO
Mártires (s. III) El poeta hispano Prudencio recogió en verso los relatos de la muerte de Emeterio y Celedonio. Calahorra está unida a estos soldados por el hecho de su martirio y quizás también por ser el lugar de su nacimiento. Otros señalan a León como cuna por los libros de rezos leoneses -antifonarios, leccionarios y breviarios del siglo XIII- al interpretar «ex legione» como lugar de su proveniencia, cuando parece ser que la frase latina es mejor referida a la Legión Gemina Pia Felix a la que pertenecieron y que estuvo acampada cerca de la antigua Lancia, hoy León, según se encuentra en el documento histórico denominado "Actas de Tréveris" del siglo VII. En la parte alta de Calahorra está la iglesia del Salvador -probablemente en testimonio perpetuante del hecho martirial- por donde antes estuvo un convento franciscano y antes aún la primitiva catedral visigótica que debió construirse, según la costumbre de la época, junto a la residencia real, para defensa ante posibles invasiones y que fue destruida por los musulmanes en la invasión del 923, según consta en el códice primero del archivo catedralicio. No se conocen las circunstancias del martirio de estos santos; no las refiere Prudencio. ¡Qué pena que el emperador Diocleciano ordenara quemar los códices antiguos y expurgar los escritos de su tiempo! Con ello intentó, por lo que nos refiere Eusebio, que no quedara constancia ni sirviera como propaganda de los mártires y evitar que se extendiera el incendio. Tampoco hay en el relato nombres que faciliten una aproximación. ¿Fue al comienzo del siglo IV en la persecución de Diocleciano? Parece mejor inclinarse con La Fuente por la mitad del siglo III, en la de Valeriano, contando con que algún otro retrotrae la historia hasta el siglo II. Cierto es que Prudencio nació hacia el 350, deja escrita en su verso la historia antes del 401, cuando se marcha a Italia, hablando de ella como de suceso muy remoto y no debe referirse con esto al tiempo de Daciano (a. 304) porque esta época ya fue conocida por los padres del poeta. Es bueno además no perder de vista que el narrador antiguo no es tan exacto en la datación de los hechos como la actual crítica, siendo frecuente toparse con anacronismos poco respetuosos con la historia. El caso es que Emeterio y Celedonio -hermanos de sangre según algunos relatores- que fueron honrados con la condecoración romana de origen galo llamada torques por los méritos al valor, al arrojo guerrero y disciplina marcial, ahora se ven en la disyuntiva de elegir entre la apostasía de la fe o el abandono de la profesión militar. Así son de cambiantes los galardones de los hombres. Por su disposición sincera a dar la vida por Jesucristo, primero sufren prisión larga hasta el punto de crecerles el cabello. En la soledad y retiro obligados bien pudieron ayudarse entre ellos, glosando la frase del Evangelio, que era el momento de «dar a Dios lo que es de Dios» después de haberle ya dado al César lo que le pertenecía. Su reciedumbre castrense les ha preparado para resistir los razonamientos, promesas fáciles, amenazas y tormentos. En el arenal del río Cidacos se fija el lugar y momento del ajusticiamiento. Cuenta el relato que los que presencian el martirio ven, asombrados, cómo suben al cielo el anillo de Emeterio y el pañuelo de Celedonio como señal de su triunfo señero. Muy pronto el pueblo calagurritano comenzó a dar culto a los mártires. Sus restos se llevaron a la catedral del Salvador; con el tiempo, las iglesias de Vizcaya y Guipúzcoa con otras hispanas y medio día de Francia dispusieron de preciosas reliquias. Junto al arenal que recogió la sangre vertida se levanta la catedral que guarda sus cuerpos. Hoy Emeterio y Celedonio, los santos cantados por su paisano Prudencio, y recordados por sus compatriotas Isidoro y Eulogio son los patronos de Calahorra que los tiene por hermanos o de sangre o -lo que es mayor vínculo- de patria, de ideal, de profesión, de fe, de martirio y de gloria.