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viernes, 16 de marzo de 2012

Moniciones y Oración de los Fieles. IV Domingo de Cuaresma. Ciclo B. 
18 de marzo de 2012

Moniciones y Oración de los Fieles. IV Domingo de Cuaresma. Ciclo B. 
18 de marzo de 2012 MONICIÓN DE ENTRADA Sean todos bienvenidos a la Eucaristía del Cuarto Domingo de Cuaresma. Se llama a este domingo de la alegría, por la primera palabra “Laetare” (alegraos) de la antífona de entrada… Ese breve texto de Isaías permanece desde hace siglos. Y vamos avanzando hacia la Semana Santa y hacia la Pascua, el final de nuestro recorrido cuaresmal. Y viviremos, en la cercanía del Señor, los misterios sublimes de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesús. Ya todo queda muy cerca. Tras el próximo domingo, el Quinto de Cuaresma, una semana más y celebraremos el principio de la Semana Santa con el Domingo de Ramos. Aprovechemos el tiempo de Cuaresma que nos queda para completar nuestra conversión a Dios y nuestra mejor entrega a los hermanos, sobre todo a los más necesitados. Así llevaremos a la Vigilia Pascual el alma limpia y el espíritu propicio a la santidad. Y, no lo olvidemos, tenemos una cita para mañana, que nos volveremos a ver aquí en la iglesia. Este lunes es la Solemnidad de José, el esposo de María, gran fiesta en medio de la Cuaresma que nos disponemos a celebrar con gran alegría. Nos ponemos de pie, para recibir al Celebrante y sus acompañantes, cantando. MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS 1.- Nuestra primera lectura procede del capitulo 36 del Libro de las Crónicas. Y lo más importante de este texto del Antiguo Testamento es que nos ayuda a darnos cuenta –aquí y ahora- que siempre Dios elegirá a quien Él quiera para llevar a cabo cualquier misión. Traicionado por los dirigentes del pueblo judío, del pueblo elegido, el Señor va a ungir a un rey extranjero para que purifique al pueblo de Israel. Nadie tiene la exclusiva del favor de Dios. Tengámoslo en cuenta. Escuchemos 2.- San Pablo en la Carta de los Efesios habla de renacer a partir del sacrificio de Cristo. Nuestra segunda lectura de hoy plantea un tema capital para la vida de los cristianos y que no es otra cosa que ese “renacimiento” por la vida por el efecto de la gracia de Jesucristo. Todos hemos de renacer. El agua del bautismo tiene que llegar a nuestras mentes e iniciar la nueva vida que Jesús nos pide a todos. Escuchemos con atención. 3.- El Evangelio de San Juan nos acerca hoy especialmente a la escena del Gólgota. Jesús dice a Nicodemo que cuando el Hijo del Hombre sea elevado todos pondrán su vida en Él. Utiliza el símil de la serpiente de bronce que Moisés elevó para librar al pueblo judío del veneno. La Semana Santa se acerca y el Misterio de la Cruz se abre ya cerca de nosotros. Nos ponemos de pie, para escuchar la proclamación del Santo Evangelio. La oración de los fieles IV Domingo de Cuaresma 
18 de marzo de 2012 Celebrante Al irnos acercando a Ti que eres Luz y Verdad, descubrimos nuestras miserias y oscuridades. Te pedimos Señor, perdón por nuestras faltas y te pedimos que nos ayudes a proseguir en este camino de conversión, Repetimos: SEÑOR, PERDONA A TU PUEBLO. 1. – Te pedimos, Padre, por la Iglesia para que perdones todas sus faltas y el Espíritu Santo renueve a todos los que la integramos, y crezcamos así en unidad y amor hacia Ti y nuestros hermanos. OREMOS AL SEÑOR Monitor. 2. –Te pedimos, Padre, por todas las naciones del mundo, para que cesen las ansias de poder que solo llevan a la destrucción y venga un tiempo de paz, armonía y prosperidad. OREMOS AL SEÑOR 3. – Te pedimos, Padre, por los que no te conocen o aquellos que ya no se acuerdan de Ti, para que descubran la luz de tu Palabra y se vuelvan hacia Ti. OREMOS AL SEÑOR 4. – Te pedimos, Padre, por los enfermos de alma y cuerpo para que sus sufrimientos sean aliviados y sus cuerpos fortalecidos para continuar su trabajo en el Reino de Dios. OREMOS AL SEÑOR 5.- Te pedimos, Padre, por los cristianos para que en este tiempo de Cuaresma, olvidemos lo que nos separa y avancemos, guiados por el Espíritu Santo, en aquello que nos une. OREMOS AL SEÑOR 6.- Te pedimos, Padre, por las intenciones recibidas en la Obra Por Cristo…Mas, Mas, Mas, para que las atienda conforme a tu santa voluntad y estas actúen como un fermento de conversión en aquellos que las han solicitado. OREMOS AL SEÑOR 7.- Te pedimos, Padre, por todos los que estamos inmersos en este tiempo de purificación para que seamos fieles a tu voluntad y no nos separemos nunca de Ti. OREMOS AL SEÑOR Celebrante. Padre, en este tiempo de conversión alienta a tus fieles para que crezcan en amor y fidelidad a Ti. Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo que contigo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén

Lecturas del IV Domingo de Cuaresma. Ciclo B. 
18 de marzo de 2012

Lecturas del IV Domingo de Cuaresma. Ciclo B. 
18 de marzo de 2012 PRIMERA LECTURA LECTURA DEL SEGUNDO LIBRO DE LAS CRÓNICAS 36, 14-16. 19-23 En aquellos días, todos los jefes de los sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, según las costumbres abominables de los gentiles, y mancharon la casa del Señor, que él se había construido en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, les envió desde el principio avisos por medio de sus mensajeros, porque tenía compasión de su pueblo y de su morada. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus palabras y se mofaron de sus profetas, hasta que subió la ira del Señor contra su pueblo a tal punto que ya no hubo remedio. Los caldeos incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén; pegaron fuego a todos sus palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. Y a los que escaparon de la espada los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos hasta la llegada del reino de los persas; para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: -- Hasta que el país haya pagado sus sábados, descansará todos los días de la desolación, hasta que se cumplan los setenta años. En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de la palabra del Señor, por boca de Jeremías, movió el Señor el espíritu de Ciro, rey de Persia, que mandó publicar de palabra y por escrito en todo su reino: -- Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra. Él me ha encargado que le edifique una casa en Jerusalén, en Judá. Quien de entre vosotros pertenezca a su pueblo, ¡sea su Dios con él, y suba! Palabra de Dios. SALMO RESPONSORIAL SALMO 136 R.- QUE SE ME PEGUE LA LENGUA AL PALADAR SI NO ME ACUERDO DE TI. Junto a los canales de Babilonia nos sentamos a llorar con nostalgia de Sión; en los sauces de sus orillas colgábamos nuestras cítaras. R.- Allí los que nos deportaron nos invitaban a cantar; nuestros opresores, a divertirlos: «Cantadnos un cantar de Sión.» R.- ¡Cómo cantar un cántico del Señor en tierra extranjera! Si me olvido de ti, Jerusalén, que se me paralice la mano derecha. R.- Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti, si no pongo a Jerusalén en la cumbre e mis alegrías. R.- SEGUNDA LECTURA LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS 2, 4-10 Hermanos: Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo --por pura gracia estáis salvados--, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con Él. Así muestra en todos los tiempos la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Porque estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios; y tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir. Somos, pues, obra suya. Dios nos ha creado en Cristo Jesús, para que nos dediquemos a las buenas obras, que él nos asignó para que las practicásemos. Palabra de Dios. ACLAMACIÓN Jn 3, 16 Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único. Todos los que creen en Él tienen vida eterna. EVANGELIO LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 3, 14- 21 En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: -- Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. El que cree en él no será condenado; el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. El juicio consiste en esto: que la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron la tiniebla a la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra perversamente detesta la luz y no se acerca a la luz, para no verse acusado por sus obras. En cambio, el que realiza la verdad se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios. Palabra del Señor

HOMILIAS: IV Domingo de Cuaresma. Ciclo B. 
18 de marzo de 2012.

HOMILIAS: IV Domingo de Cuaresma. Ciclo B. 
18 de marzo de 2012. 1.- LOS CAMINOS DE DIOS Por Ángel Gómez Escorial 1.- Es muy clara la primera lectura de hoy para determinar que, muchas veces, los planes de Dios no coinciden con los del género humano. Por el contrario, muchos de nosotros, alguna vez, hemos intentado que Dios se ponga de nuestra parte y que nos ayude a sacar adelante cuestiones que, probablemente, no tienen la idoneidad que el Señor busca para nosotros. Y así en el Segundo Libro de las Crónicas se habla con un rey extranjero, Ciro será el elegido para reconstruir el Templo de Jerusalén y dar nuevos bríos al culto que el Dios quiere. Las continuas traiciones del pueblo de Israel crean esa nueva situación. Es posible que muchos judíos, incluso de buena voluntad, no entendiesen ese giro que el Señor estaba dando a la historia, les parecería inconcebible por sentirse pueblo elegido de Dios. 2.- Si contemplamos, asimismo, la posición de Jesús de Nazaret frente a la religión oficial de saduceos, fariseos, senadores y doctores de la ley vemos que la cuestión es parecida. Jesús se opone a sus prácticas monopolistas, a la institucionalización negativa de la religión a favor de unos intereses concretos que están en contra de los mandatos de Dios y en contra, también, de lo que anhela el pueblo. El resultado será que tras la muerte y resurrección de Cristo Jesús el pueblo elegido será otro. Este se conformará en torno a la Iglesia naciente que es esposa de Cristo y albergue de todos los que –con palabras de Jesús—comienzan a llamar a Dios, Abba (papaíto). La revelación de Jesús sobre el Padre modifica la concepción de Dios que los hombres tenían. No su realidad intrínseca, porque Jesús viene a mostrar la verdadera cara de Dios Padre, la misma de siempre, pero que los humanos habían modificado en función de sus intereses. 3.- Y si la primera lectura marca un horizonte de gran importancia respecto al conocimiento de Dios, es Pablo de Tarso en su carta a los Efesios quien contribuye con otro aspecto capital para el cristiano. Es el renacer a la nueva vida por efecto de la gracia de Jesucristo. Se muere al pecado para resucitar a una vida más limpia, más entregada, más luminosa. El bautismo es nuestra entrada en la gracia de Jesucristo, pero el seguimiento del Maestro produce de manera sensible y consciente los beneficios que San Pablo nos cuenta. Las palabras del apóstol de los gentiles dan idea de una nueva creación, de una nueva naturaleza del género humano gracias al sacrificio de Cristo. Y si recapacitamos un poco en ello veremos que hay pruebas objetivas en nosotros mismos de esa renacer a una nueva vida. Quien ha descubierto el camino se seguimiento de Jesús se siente transformado, renacido. Los viejos tiempos ya no cuentan y una nueva vida se abre ante los ojos de los creyentes. 4.- El Evangelio de Juan nos habla de una charla de Jesús con Nicodemo. Aparece en escena este personaje singular, miembro del Sanedrín, convertido a Cristo y que fue, junto con José de Arimatea, quien fue a pedir al Gobernador Pilato el cuerpo de Jesús, ya muerto. La escena que hemos escuchado debe ser de los primeros momentos en los que Nicodemo se acercaba a Jesús y lo visitaba por la noche para no ser visto. Después, y ante su muerte y con la dispersión de los discípulos más cercanos, sería él quien diera la cara ante las autoridades, lo cual, sin duda, fue un peligro para él. 5.- La catequesis que Jesús despliega ante Nicodemo es la del hombre nuevo. La de renacer a una vida de luz, alejada de la tiniebla. Pero el Salvador enseña a Nicodemo que el episodio de la Cruz es necesario y que forma parte de una realidad salvadora como lo fue la serpiente de bronce que Moisés se construyó para salvar al pueblo errante en el desierto de las mordeduras venenosas de las serpientes. Una vez elevado en la Cruz, una simple mirada servirá para salvarse. Y es cierto –nadie lo puede negar—que una mirada angustiada dirigida a un crucifijo ha traído la salvación y la paz a muchos a lo largo de más de dos mil años de historia. La profecía de Jesús sigue funcionando. No sabemos lo que Nicodemo dijo a Jesús. Tal vez, le recomendaba moderación y paciencia frente a sus enemigos del Templo y del Sanedrín. Sería el consejo lógico de alguien de tanta altura. Sin embargo, Jesús, una vez más, y como ocurrió con Pedro, no acepta variación alguna en su misión. Y explica que es necesario el sacrificio de la Cruz para que sus hermanos no mueran por las picaduras venenosas del Mal. 6.- Hemos recorrido ya más de la mitad del camino de la Cuaresma. Tras el próximo domingo, el Quinto, ya llegaremos al inicio de la Semana Santa con el Domingo de Ramos. Este tiempo de preparación debe dar sus frutos y, además, hemos de considerar que siempre estamos a tiempo. Tal vez, deberíamos mirar a este Jesús que está subido en lo alto de la Cruz para salvarnos. Siempre hay un momento de quietud para “enfrentarse” a la mirada de un crucifijo que nos espera. Y ello dará elementos para seguir el camino o reiniciarse en una vida más limpia y de mayor servicio a los hermanos. No debemos desdibujar la esencia de la cuaresma que no es otra cosa que tiempo de reconocimiento de que Dios nos busca y nos quiere. Y que por eso mandó al mundo a su Hijo Único. Según los plazos se van terminando es bueno reflexionar sobre el tiempo que nos queda: Dios nos espera a la vera del camino. Siempre esta disponible. 2.- LA CRUZ SE LEVANTA COMO INSIGNIA DE VICTORIA Por Antonio García Moreno 1.- DIOS DE NUESTROS PADRES.- Yahvé había estado siempre al lado de su pueblo, defendiéndolo, conservándolo, multiplicándolo. Era el Dios de los antepasados, el que los padres habían mostrado a sus hijos, el que las madres hebreas habían puesto en el corazón y en los labios de sus pequeños... El Dios de nuestros padres, ese que en nuestra tierra se ha reverenciado durante siglos, ese que nos ha dado a su Hijo como hermano y a María, la más agraciada mujer, como Madre. A lo largo de toda la historia fueron llegando los pregoneros de Dios. Venían cargados con palabras bellas, encendidas palabras que animaban y llenaban el espíritu de paz, con deseos de ser mejores. Dios quería salvar a su pueblo. El peligro acechaba a la vuelta de cualquier esquina. Los enemigos se habían conjurado, tenían planes de aniquilación, ansias de reducir el gran templo en un montón de escombros. Hoy también el enemigo está detrás de la puerta. Hoy también el fuego, más vivo que nunca, está en trance de llover sobre nuestros campos. Y por la ruta de los mares, por los azules caminos del cielo, cruzan armas terribles con destino a los pueblos en estado de guerra, con presagios siempre vivos de una hecatombe mundial... Y hoy también llegan hasta nuestras calles los pregoneros de Dios, los que predican la paz, los que llaman a la conversión, los que claman por la justicia, los que cantan la belleza del amor. Hoy también, el Dios de nuestros padres quiere salvar a su pueblo. Despreciaban sus palabras, se burlaban de ellos. Y los perseguían, los encarcelaban, los mataban. Hablaban con desdén de los profetas de Dios. Sus palabras fueron ridiculizadas ante la risa de todos, se convirtieron en objeto de chistes y de cuentos burdos. Y el mensaje de Dios quedó obscurecido, apagado, reducido a un montón de palabras descoloridas. Y la ira de Dios, hasta entonces dormida, despertó bruscamente. Y las palabras de los mensajeros se volvieron cáusticas, hirientes, duras, salvajes: "Ruge Yahvé desde lo alto, desde su santa morada lanza su voz, ruge con fuerza contra el lugar de su pacto... Llega el estruendo hasta el extremo de la tierra, porque Yahvé abre el proceso contra las naciones, entra en juicio contra todo mortal; a los impíos los entrega a la espada". Y el profeta sigue: "He aquí la desgracia que pasa de nación en nación y una enorme tempestad se desencadena desde los confines de la tierra. Y habrá aquel día víctimas de Yahvé de un extremo a otro de la tierra; no serán lloradas, ni recogidas, ni sepultadas; quedarán sobre la haz de la tierra como estiércol". ¡Oh, Señor, Dios todopoderoso, pronto a la misericordia y al perdón, detén tu ira! No permitas que la muerte cubra la tierra. Queremos oír a tus enviados, queremos escucharles, atenderles, hacerles caso antes de que sea demasiado tarde. Haz tú que el recuerdo triste de lo que pasó, y de lo que puede pasar, nos despierte de nuestra apatía y negligencia, encienda esta fe muerta que nos hace vivir adormilados, en un sopor peligroso. 2.- LA MAYOR PRUEBA DEL AMOR.- En el silencio de la noche, oculto en la oscuridad de las altas horas, Nicodemo se entrevista con Jesús, el joven Rabino de Nazaret cuya fama se va extendiendo rápidamente. Este hombre desciende desde la cima de su posición social --formaba parte del Sanedrín--, pregunta y escucha las palabras de aquel aldeano, el hijo de José el carpintero. Esta es la primera enseñanza que tendríamos que aprender de este pasaje evangélico: Descender del pedestal en que a veces nos encaramamos, para escuchar con sencillez y humildad la palabra que nos viene de Dios a través, quizá, de otro hombre de menos categoría intelectual o social que nosotros. Ante sus ojos se abre un panorama insospechado y grandioso, una doctrina nueva y vieja que comporta frutos de eternidad. Jesús le habla de un hecho que simboliza lo que ocurriría en el Calvario: lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Y así es en efecto. La Cruz se levanta como insignia de victoria, estandarte de salvación, bandera de paz y de perdón que manifiesta a los cuatro vientos la mayor prueba del amor de Dios. "Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna". Jesús también dirá que nadie tiene amor más grande que aquel que entrega su vida por el amigo. La crucifixión fue, sin duda, el gesto definitivo del amor de Dios que sufre en su carne el castigo de nuestro pecado. Qué más podía hacer el Señor para mostrarnos su infinito amor, sus profundos y sinceros deseos de ayudarnos, de librarnos de las cadenas que realmente aprisionan al hombre, las del pecado. Miremos con fe ese signo de salvación, sepamos descubrir tras las llagas de Cristo crucificado la grandeza de su poder y los fulgores de su divinidad. Imitemos al buen ladrón que, contemplando a Jesús traspasado y vencido, supo descubrir al Rey del Universo y le rogó, quizá entre las burlas de los demás, que se acordara de él cuando llegara a su Reino. La respuesta de Jesús fue inmediata: En verdad te digo que hoy estarás conmigo en el Paraíso. 3.- LA HISTORIA ES MAESTRA DE LA VIDA Por Pedro Juan Díaz 1.- Cada vez que leo la Palabra de Dios me asombro de lo torpes que somos las personas para cometer los mismos fallos una generación tras otra. Yo tenía un profesor que decía que el que no conoce la historia está llamado a repetirla, y es verdad, porque el desconocimiento de lo que otros hicieron nos lleva a tropezar en los mismos errores. Todo esto viene al caso por la primera lectura, que está sacada del Libro de las Crónicas. Hoy en día en muchos pueblos y ciudades existe la figura del Cronista, aquel que escribe los acontecimientos importantes de la vida de esas gentes. Pues bien, el pueblo de Israel también tenía el suyo y, en menos de 10 versículos, nos presenta un denso resumen de un capítulo bastante duro de la historia del pueblo, como fue su destierro a Babilonia. Y es de agradecer, porque la historia se convierte así en “maestra de la vida”, es decir, nos enseña cómo vivir hoy, sin cometer los errores de ayer. 2.- Durante toda la Cuaresma hemos recordado que Dios ha hecho un pacto con las personas: Él nos cuidará y nos protegerá y nosotros viviremos conforme al mandamiento del amor, nos cuidaremos unos a otros, y cuidaremos también del mundo que Dios nos ha dado para vivir. Él será nuestro Dios y nosotros seremos su pueblo. Y también hemos recordado las muchas infidelidades, por nuestra parte, a este pacto. Tanto es así que la primera lectura nos cuenta que la situación se hizo insostenible. Dios enviaba a sus mensajeros, los profetas, que recordaban la alianza, pero el pueblo se reía de ellos hasta tal punto, que ya no hubo remedio. 3.- El pueblo de Israel interpreta que, a causa de sus infidelidades, han sido vencidos por el ejército Caldeo, y han perdido sus grandes señas de identidad: la tierra que Dios les prometió, de la que han sido expulsados para vivir en el destierro de Babilonia, y el Templo, donde estaban las tablas de la alianza, y que ha sido arrasado. Pero Dios no deja de ser fiel a lo prometido y, a pesar de que pensemos que cuando nos vienen muy duras Él se desentiende de nuestros problemas, nunca lo hace. En este caso se sirve de un rey pagano, Ciro, que permite al pueblo volver a Jerusalén y reconstruir su ciudad y su Templo. Y es que la historia está llena de personas buenas, nobles y justas (como Ciro) que, por los prejuicios y etiquetas que nosotros ponemos por no ser “de los nuestros”, no sabemos valorar y agradecer sus acciones. 4.- Dios que es fiel, y que también es consecuente con el hecho de habernos dado el don de la libertad, se muestra ahora compasivo y misericordioso y da una nueva oportunidad al pueblo (otra más) para que viva conforme a la alianza hecha con Él. Y no lo hace por los méritos del pueblo, ni por sus buenas obras, sino por puro amor. Dios es gracia y su amor es gratis. San Pablo, en la segunda lectura dirá que “Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó… nos ha resucitado con Cristo”; y también: “Estáis salvados por su gracia y mediante la fe. Y no se debe a vosotros, sino que es un don de Dios”. 5.- Y es que el gran regalo de Dios a nosotros, su pueblo, fue su hijo Jesús. Lo hemos escuchado en el Evangelio: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna”. Creo que es uno de los versículos más bonitos y más importantes de toda la Biblia. Dios es amor y lo demuestra una y otra vez con iniciativas y proyectos de amor dirigidos a nosotros. Y Jesucristo, muerto y resucitado, es la prueba. Mirar al crucificado es acoger el amor de Dios en nuestras vidas y decidirnos por Él. Es acercarnos a la luz, y convertirnos nosotros también en luz para otros hermanos y hermanas nuestros. 6.- “Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salve por él”. Cristo es la luz y nos ofrece ser nosotros también luz, acogiéndole a Él. No entra en sus planes la condena de nadie, sino la salvación de todos. Nuestra respuesta ha de nacer de una fe madura que ha hecho una opción personal por seguir a Jesucristo, muerto y resucitado. No somos cristianos “porque toca”, o porque “es lo normal”, o porque “me lo han enseñado así”. La fe es personal, pero vivida comunitariamente. Esa es la manera que tiene Dios de renovar su alianza con cada cristiano y con la Iglesia, que somos hoy su pueblo, por quienes Él se compromete y hace, de nuevo, el mismo pacto que con nuestros antepasados. 7.- Que no nos pase como al pueblo de Israel, que no nos olvidemos de Dios en nuestra vida, el Dios fiel, el Dios liberador, el Dios de la alianza, el Dios compasivo y misericordioso con su pueblo. Que la historia del pueblo de Israel se convierta en lección de vida para vivir hoy nuestra propia historia como nuevo pueblo de Dios, sin cometer los errores que otros cometieron, y aprender a vivir en fidelidad a Dios. Que la Cuaresma que estamos viviendo nos acerque más a ese Dios que, por amor a todos y cada uno de nosotros, entregó a su Hijo. Que nuestra respuesta sea una vida bondadosa y generosa con todos, haciendo del mandamiento del amor nuestra norma universal. 4.- AMAR SIN RAZONES Por José María Maruri, SJ 1.- A las personas que queremos, las queremos con el corazón. No necesitamos razones para querer. Ni la madre quiere al hijo por razones, ni los novios se quieren por razones, ni marido y mujer se quieren por razones. Y si se quisiera hacer una lista de razones lógicas de ese amor, al fin la última razón verdadera de ese amor quedaría en el misterio. Y cuando para mantener un amor es necesario andar hurgando para buscar razones, ese amor está empezando a morir bajo las cenizas. El amor es ilógico, supera todo raciocinio, abarca a toda la persona y embarca en la aventura de amar a toda esa persona. 2.- Hoy, de camino hacia la Semana Santa se hace un test a nuestro amor a Dios. Enfrentándonos con el amor ilógico del Señor a nosotros, ¿no necesitamos nosotros demasiadas razones para amar al Señor? ¿Toma su amor todo nuestro ser? ¿Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todo tu ser? “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único” Envía lo que mas quiere para que vaya a nuestra búsqueda, para que traiga del país extranjero al hijo pródigo, para que salve entre espinos y barrancos a la oveja perdida, aún a sabiendas de que ese Hijo único va a perder su vida en la búsqueda, pero que nos a va encontrar a cada de uno de nosotros. ¿Hay amor más ciego? ¿Más cerrado a razones lógicas? Como nos decía san Pablo el domingo pasado: esta es la grandiosa necedad o estupidez de nuestro Dios. Esa necedad que supera todo saber y todo entender humanos. Que el Señor nos ha amado a nosotros más que más que a Si mismo. “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos. Cuando éramos pecadores, es decir, cuando éramos enemigos de Dios, Dios nos da lo que constituye su propia vida, que es su mismo Hijo, a sabiendas de que lo va a perder. Si viéramos este proceder en una persona amiga nuestra, diríamos que es un loco, un estúpido… Y esa es la grandiosa e ininteligible estupidez de nuestro Dios, que no cabe en cabeza humana. “Tanto amó Dios al mundo…” 3.- Ya en el Antiguo Testamento hay frases maravillosas que muestra ese amor de Dios a nosotros. Como aquella: “¿Es que puede la madre olvidarse del hijo de sus entrañas?, pues aunque ella lo hiciera yo nunca me olvidaré de ti” O este párrafo del Profeta Oseas que hablando de su pueblo dice. “Yo le enseñé a caminar sujetándole por debajo de los brazos. Yo le levantaba en alto y apretaba su mejilla contra la mía. Yo me agachaba junto a él para darle de comer” como padre cariñoso hace con su hijo pequeño. 4.- Pero no pongamos este amor loco de Dios en plural. San Pablo en su carta a los Efesios dice “nos amó y se entregó por nosotros. En Gálatas dice se corrige y dice “me amó y se entregó por mi”… murió por mi. Para el Señor no somos multitud. No somos rebaño. Él conoce a cada una de sus ovejas y las llama por su nombre. No somos un número de Documento Nacional de Identidad. Somos TÚ y YO. Cuando los andamios eran de tablones, dos hombres resbalan de un tablón mal asentado y al caer se aferran a un travesaño, que con el peso de los dos comienza a ceder. El más joven mira al mayor, que sabe casado y con hijos, y sin palabras se deja caer buscando otro apoyo que no encuentra y muere. “Murió por mí”, diría aquel hombre. Con la misma realidad, el Señor murió por mí. 5.- Nos enfrentamos con un Viernes Santo en que ese grito “murió por mí” lo llena todo. ¡Qué ese grito no nos suene a grito litúrgico! ¡Que no se escurra en nuestros oídos como un acorde resabido! Que nos traiga la enorme novedad de sabernos por primera vez queridos por Dios hasta dar su propia vida por mí, aunque seamos pecadores. El amor llama al amor y nos hace amar a los demás.

CANTOS PARA EL IV DOMINGO DE CUARESMA

CANTOS PARA EL IV DOMINGO DE CUARESMA Entrada: Este es el día del Señor (no. 45 MCJ) Acto Penitencial de Cuaresma: Hoy Perdóname (no. 351 MCJ) Salmo y Aclamación antes del Evangelio: Que se me pegue la lengua al paladar Ofrendas: Toma mi Vida (no. 547 MCJ) Santo: Santo de los Querubines (no. 627 MCJ) Cordero de Dios: 644 MCJ Comunión: Caminare en Presencia del Señor (no. 85 MCJ). El Señor es mi Fuerza (no. 121 MCJ) Creo en Jesús (no. 100 MCJ) Final: Canto a la Virgen María MCJ=MI CANTO ES JOVEN, Décima Edición

18 CALENDARIO LITURGICO-PASTORAL: DOMINGO. † IV DOMINGO DE CUARESMA «Laetare»

18 CALENDARIO LITURGICO-PASTORAL: DOMINGO. † IV DOMINGO DE CUARESMA «Laetare» Misa: del Domingo (morado o rosa). Misal: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. I ó II de Cuaresma / si se lee el Ev. del ciego de nacimiento se dice el pref. Prop. No se puede decir la PE IV. Lecc.: vol. lects. del domingo IV de Cuaresma (año B): • 2Cro 36, 14-16. 19-23. La ira y la misericordia del Señor se manifieste en la deportación y en la liberación del pueblo. • Sal 136. Que se me pegue la lengua al paladar si no me acuerdo de ti. • Ef 2, 4-10. Estando muertos por los pecados, nos has hecho vivir con Cristo. • Jn 3, 14-21. Dios mandó su Hijo al mundo para que el mundo se salve por Él. El amor de Dios salva. Ciro, el rey de Persia, y Cristo, rey de reyes, son los liberadores del pueblo. Israel purifica sus pecados en el exilio y Ciro le concede la libertad (1ª lect.). El otro libertador es Jesús, que no ha venido a condenar sino a salvar. Es estandarte levantado en medio del mundo. El que acepta la luz se salva, el que prefiere las tinieblas se condena a sí mismo (Ev.) El amor de Dios al hombre es grande, pues en su Hijo nos ha liberado gratuitamente de la esclavitud del pecado (2ª lect.). o bien, sobre todo cuando hay catecúmenos: vol. 1, lects. del domingo IV de Cuaresma (año A): • 1S 16, 1b. 6-7. 10-13a. David es ungido rey de Israel. • Sal 22. El Señor es mi pastor, nada me falta. • Ef 5, 8-14. Levántate de entre los muertos, y Cristo será tu luz. • Jn 9, 1-41. Fue, se lavó, y volvió con vista. El domingo de la luz. Si el domingo pasado se centraba en el signo del agua, el presente se centra en la luz. El cristiano está llamado a la luz, a la luz de la fe. Dios ilumina al profeta para ungir al escogido. El profeta no puede dejarse llevar por las apariencias humanas sino por la inspiración de Dios. David descubre su misión (1ª lect.). El que cree y confía en la palabra de Jesús llega a la luz. Es el caso del ciego (Ev.). La luz pone al descubierto las cosas. La luz pide permanecer en un comportamiento de vida, obrando según las obras que agradan a Dios (2ª lect.). – DÍA Y COLECTA DEL SEMINARIO: Liturgia del día, alusión en la mon. de entrada y en la hom., intención en la orac. univ., colecta. Puede celebrarse también el lunes 19 de marzo. – Cuando en este domingo tienen lugar los escrutinios preparatorios para el bautismo de adultos, pueden utilizarse las oraciones rituales y las intercesiones propias. Se pueden hacer las Lecturas del Ciclo A – Hoy puede utilizarse la música instrumental y se puede adornar el altar con flores. – Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la Misa exequial. {E0318}

Santoral del 18 de Marzo: San Cirilo de Jerusalén,
 Doctor de la Iglesia
(año 386)

Santoral del 18 de Marzo: San Cirilo de Jerusalén,
 Doctor de la Iglesia
(año 386) San Cirilo nació cerca de Jerusalén y fue Arzobispo de esa ciudad durante 30 años, de los cuales estuvo 16 años en destierro. 5 veces fue desterrado: tres por los de extrema izquierda y dos por los de extrema derecha. Era un hombre suave de carácter, enemigo de andar discutiendo, que deseaba más instruir que polemizar, y trataba de permanecer neutral en las discusiones. Pero por eso mismo una vez lo desterraban los de un partido y otra vez los del otro. Aunque los de cada partido extremista lo llamaban hereje, sin embargo San Hilario (el defensor del dogma de la Santísima Trinidad) lo tuvo siempre como amigo, y San Atanasio (el defensor de la divinidad de Jesucristo) le profesaba una sincera amistad, y el Concilio general de Constantinopla, en el año 381, lo llama "valiente luchador para defender a la Iglesia de los herejes que niegan las verdades de nuestra religión". Una de las acusaciones que le hicieron los enemigos fue el haber vendido varias posesiones de la Iglesia de Jerusalem para ayudar a los pobres en épocas de grandes hambres y miserias. Pero esto mismo hicieron muchos obispos en diversas épocas, con tal de remediar las graves necesidades de los pobres. El emperador Juliano, el apóstata, se propuso reconstruir el templo de Jerusalem para demostrar que lo que Jesús había anunciado en el evangelio ya no se cumplía. San Cirilo anunció mientras preparaban las grandes cantidades de materiales para esa reconstrucción, que aquella obra fracasaría estrepitosamente. Y así sucedió y el templo no se reconstruyó. San Cirilo de Jerusalem se ha hecho célebre y ha merecido el título de Doctor de la Iglesia, por unos escritos suyos muy importantes que se llaman "Catequesis". Son 18 sermones pronunciados en Jerusalem, y en ellos habla de la penitencia, del pecado, del bautismo, y del Credo, explicándolo frase por frase. Allí instruye a los recién bautizados acerca de las verdades de la fe y habla bellísimamente de la Eucaristía. En sus escritos insiste fuertemente en que Jesucristo sí esta presente en la Santa Hostia de la Eucaristía. A los que reciben la comunión en la mano les aconseja: "Hagan de su mano izquierda como un trono en el que se apoya la mano derecha que va a recibir al Rey Celestial. Cuidando: que no se caigan pedacitos de hostia. Así como no dejaríamos caer al suelo pedacitos de oro, sino que los llevamos con gran cuidado, hagamos lo mismo con los pedacitos de Hostia Consagrada". Al volver de su último destierro que duró 11 años, encontró a Jerusalem llena de vicios y desórdenes y divisiones y se dedicó con todas sus fuerzas a volver a las gentes al fervor y a la paz, y a obtener que los que se habían pasado a las herejías volvieran otra vez a la Santa Iglesia Católica. A los 72 años murió en Jerusalem en el año 386. En 1882 el Sumo Pontífice lo declaró Doctor de la Iglesia.

Meditación: Domingo de la semana 4 de Cuaresma. Ciclo B. 18 de Marzo, 2012

Meditación: Domingo de la semana 4 de Cuaresma. Ciclo B. 18 de Marzo, 2012 «Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es preciso que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo el que crea tenga vida eterna en él. Tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca sino que tenga vida eterna. Pues Dios no envió a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por éL El que cree en él no es juzgado; pero quien no cree ya está juzgado, porque no cree en el nombre del Hijo Unigénito de Dios. Este es el juicio: que vino la luz al mundo y los hombres amaron más a las tinieblas que la luz, ya que sus obras eran malas. Pues todo el que obra mal odia la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas. Pero el que obra según la verdad viene a la luz, para que sus obras se pongan de manifiesto, porque han sido hechas según Dios.» (Juan 3, 14-21) 1. Este domingo es especial dentro de la Cuaresma: se llama domingo laetare por las palabras de la Antífona de entrada: Laetare Ierusalem. Festejad Jerusalén, gozad con ella todos los que la amáis, alegraos de su alegría. Se pueden usar ornamentos rosados en lugar de los morados, y poner flores en el altar, algo excepcional en Cuaresma. La Iglesia quiere recordar que la Redención es el mayor motivo de alegría: la Cruz es salvación y vida. Dios dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce para que, al mirarla, quedaran curados los que habían sido picados por serpientes venenosas en el desierto. De la misma manera, Jesús, tenias que ser levantado –crucificado- para que todo el que crea tenga vida eterna. Tú has venido al mundo para salvarnos del pecado: de la picadura mortal de la serpiente a Adán y Eva y de todos los pecados personales. Para curar esta enfermedad mortal me basta con mirar a la Cruz, donde estas clavado por amor a mí, pues «tanto amó Dios al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna.» «Por eso, incluso el pecado original es un motivo de alegría. ¿Por qué Dios no impidió que el primer hombre pecara? San León Magno responde: “La gracia inefable de Cristo nos ha dado bienes mejores que los que nos quitó la envidia del demonio» (sermón 73, 4). (...) De ahí las palabras de 5 Pablo: “Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia” (Romanos 5, 20). Y el canto del Exultet ¡Oh feliz culpa que mereció tal y tan grande Redentor!» (Catecismo.- 412). 2º. «¡Sacrificio, sacrificio! -Es verdad que seguir a Jesucristo -lo ha dicho El- es llevar la Cruz. Pero no me gusta oír a las almas que aman al Señor hablar tanto de cruces y de renuncias: porque, cuando hay Amor, el sacrificio es gustoso -aun que cueste- y la cruz es la Santa Cruz.» -El alma que sabe amar y entregarse así, se colma de alegría y de paz. Entonces, ¿por qué insistir en «sacrificio», como buscando consuelo, si la Cruz de Cristo -que es tu vida- te hace feliz?» (Surco.-249). Jesús, la Cruz es consecuencia de tu amor por mí. Tanto amó Dios al mundo: ¡tanto me has amado, Jesús! ¿Cómo voy a tener miedo a la cruz, a darme, a esforzarme, a sacrificarme por Ti, cuando Tú has dado toda tu vida por mí? Cuando hay Amor, el sacrificio es gustoso -aunque cueste. Jesús, cuando quiero de verdad a alguien, sacrificarme por esa persona es fuente de alegría profunda, indescriptible, mucho mayor que encerrarme egoístamente en mis intereses personales. Que al mirarte clavado en la Cruz por amor a mí, me enamore más de Ti y me decida a ser más generoso contigo, porque el alma que sabe amar y entregarse así, se colma de alegría y de paz. Por eso, en este domingo laetare la Iglesia me recuerda que la Cuaresma, al ser un tiempo de preparación para la Crucifixión y Muerte de Jesús, es precisamente un tiempo de alegría. Entonces, ¿por qué insistir en «sacrificio», si la Cruz de Cristo -que es tu vida- te hace feliz? Jesús, si aprendo a amarte y a entregarme a Ti generosamente, correspondiendo al amor sin límites que me muestras desde la Cruz, Tú me colmarás de paz y de alegría.

Lectio Divina: Domingo IV Semana de Cuaresma. Ciclo B. 18 de Marzo, 2012

Lectio Divina: Domingo IV Semana de Cuaresma. Ciclo B. 18 de Marzo, 2012 Lectio: Juan 3,14,21 

Shadai, Dios de la montaña, 
que haces de nuestra frágil vida 
la roca de tu morada, 
conduce nuestra mente 
a golpear la roca del desierto, 
para que brote el agua para nuestra sed. 
La pobreza de nuestro sentir 
nos cubra como un manto en la oscuridad de la noche 
y abra el corazón, para acoger el eco del Silencio 
y así el alba, 
envolviéndonos en la nueva luz matutina, 
nos lleve 
con las cenizas consumadas por el fuego 
de los pastores del Absoluto, 
que han vigilado por nosotros junto al Divino Maestro, 
al sabor de la santa memoria. 1. LECTIO a) Texto: 14 Y como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, 15 para que todo el que crea tenga en él la vida eterna. 16 Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. 18 El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios. 19 Y el juicio está en que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. 21 Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios.» b) Momento de silencio:

Dejamos que la voz del Verbo resuene en nosotros. 2. MEDITATIO a) algunas preguntas: - Dios ha amado tanto al mundo…: cuántos juicios y prejuicios sobre un Dios lejano e insensible.¿No será quizás que le atribuimos a Él lo que son por el contrario nuestras responsabilidades?
- La luz ha venido al mundo, pero los hombres han preferido las tinieblas: quien se ilusiona pensando que no es hombre y vive por Dios, no puede escoger la luz porque la ilusión desaparecería. ¿Cuantas tinieblas rodean mis jornadas?
- Quien obra la verdad viene a la luz. No tiene temor de mostrarse quien obra por aquello que es. No se le pide al hombre ser infalible. Sencillamente que sea hombre. ¿Somos capaces de vivir nuestra debilidad como lugar de encuentro y de apertura a Dios y a los otros, deseosos como yo de trabajar fielmente en su espacio y en su tempo? b) Clave de lectura: vv. 14-15. Y como Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre para que todo el que crea tenga en Él la vida eterna. Para los hijos de Israel, mordidos por serpientes venenosas en el desierto, Moisés ofreció una posibilidad de salvarse fijando la vista en una serpiente de bronce. Si el hombre consigue levantar la cabeza y mirar en alto, Dios prepara para él una alternativa. No obliga, está allí, a disposición. El misterio de la libertad humana es de los más digno de amor que Dios ha podido inventar. Escogiendo una mirada, un encontrarse, una nueva oportunidad… el Hijo del hombre en el desierto del mundo será levantado sobre la cruz como signo de salvación para todos aquéllos que sientan la necesidad de continuar viviendo y no se abandonen a mordidas venenosas de preferencias erróneas. Cristo está allí: maldito para el que no tiene fe, bendito para el que cree. Un fruto que escoger, colgado del leño de la vida. También nosotros como los israelitas en el desierto hemos sido “mordidos” por la serpiente en el Edén y tenemos necesidad de mirar a la serpiente de bronce levantada sobre el madero para no morir: “Quien cree en Él tiene vida eterna”. v.16. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. El amor con que Dios nos ama es un amor de predilección, un amor tangible, un amor que habla… ¿Podía venir directamente el Padre? Sí, ¿pero no es más grande el amor de un padre que da a su hijo? Toda madre pudiendo escoger, prefiere morir ella antes que ver morir a un hijo. ¡Dios nos ha amado hasta tal punto de ver morir a su Hijo! v. 17. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. Un Dios capaz de juicio perfecto manda al Hijo, no para juzgar, sino para ser lugar de salvación. Verdaderamente es necesario suspender todo pensamiento y sentirse anonadado frente a tanto amor. Sólo quien ama puede “juzgar” , esto es, “salvar”. Él conoce la debilidad del corazón humano y sabe que su imagen ennegrecida tiene la posibilidad de volver a ser nítida, no hay necesidad de rehacerla. La lógica de la vida no conoce la muerte: Dios que es vida no puede destruir lo que Él mismo ha querido crear, se destruiría en algún modo a sí mismo. v.18. El que cree en Él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios. La fe es la discriminante de toda existencia. No creer en el nombre del unigénito: ésta es ya una condena, porque se excluye del amor quien no acoge al amor. vv. 19-20. Y el juicio está en que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz, para que no sean censuradas sus obras. El único juicio que abarca a toda la humanidad es la llamada a vivir en la luz. Cuando el sol sale, nadie puede substraerse a sus rayos…y así también los hombres. Cuando Cristo nace, ninguno puede substraerse a esta luz que todo lo inunda. Pero los hombres se han construidos casas para poder escapar de la luz del Amor que se expande por doquier, casas de egoísmo, casas de oportunidad. Han perforado túneles y escondrijos para continuar libremente haciendo sus obras. ¿Puede una obra falta de luz dar la vida? La luz de la existencia tiene una sola fuente: Dios. Quien se aparta de la luz, muere. v. 21. Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios. Todo lo que cae bajo los rayos del amor eterno, se viste de luz, como sucede en la naturaleza. Parece que todo sonríe cuando sale el sol. Y las cosas que durante el día son familiares y bellas, de noche toman formas que infunden temor por el solo hecho de no ser visibles. El sol no cambia la forma, pero la exalta en su belleza, Quien vive la verdad de sí mismo y acoge su fragilidad como parámetros de su ser hombre, no tiene temor de la luz, porque no tiene nada que esconder. Sabe que como criatura trabaja con la lógica del límite, pero esto no disminuye la grandeza de su obrar, porque su vida es un todo con la verdad eterna. c) Reflexión: El jardín se convierte en desierto para el hombre que se aleja de Dios. Y en el desierto de su libertad sin límites el hombre encuentra una vez más las mordidas venenosas de la serpiente. Dios sin embargo no abandona a sus hijos, y cuando se alejan de Él los sigue, pronto para acudir en sus necesidades. Una serpiente símbolo de curación se eleva cada vez que el veneno infesta la vida en el hombre, Cristo Señor. Si el hombre prefiere mirar a tierra y estar en el desierto de su “me basto solo”, Dios de todos modos se ofrece a su mirada en el solo modo en el que el hombre lo reconoce: como una serpiente. Cristo se ha hecho pecado, maldito, para salvar su imagen, con tal de no apagar la vida humana. La condena no pertenece a Dios, sino la escoge el hombre. Puedo no vivir junto al calor, libérrimo de hacerlo. Pero esto conlleva el tener que procurarme otra clase de calor, si me quiero calentar. Con el riesgo de pasar frío, enfermedad, fatiga…. la libertad por Dios tiene un precio de condena. Es de personas poco inteligentes, no aprovecharse de un bien regalado, es sencillamente de tontos no acoger lo que mejor sea para no sentirse deudores. En el ámbito del amor, la palabra “deuda” no existe porque la gratuidad es el único vocabulario consultable. Y con la palabra gratuidad explota la luz: todo se convierte en posibilidad y ocasión. Obras hechas en las tinieblas o más bien obras hechas en Dios: los simulacros de fango del débil resplandor de piedras falsas son juguetes peligrosos para todos; mejor frecuentar las aulas plenas de sol de un discipulado nunca terminado. Al menos la vida se acrecienta y el gozo cubre de belleza toda cosa… 3. ORATIO Salmo 35 El pecado es un oráculo para el impío
que le habla en el fondo de su corazón;
no tiene temor de Dios
ni aun estando en su presencia. Se halaga tanto a sí mismo
que no descubre y detesta su culpa;
sólo dice maldades y engaños,
renunció a ser sensato, a hacer el bien.
­-Tu amor, Yahvé, llega al cielo,
tu fidelidad alcanza las nubes;
tu justicia, como las altas montañas,
tus sentencias, profundas como el océano. Tú proteges a hombres y animales,
¡qué admirable es tu amor, oh Dios!
Por eso los seres humanos
se cobijan a la sombra de tus alas;
se sacian con las provisiones de tu casa,
en el torrente de tus delicias los abrevas;
pues en ti está la fuente de la vida,
y en tu luz vemos la luz. No dejes de amar a los que te conocen,
de ser fiel con los hombres sinceros.
¡Que el pie del orgulloso no me pise,
ni me avente la mano del impío!
Ved cómo caen los malhechores,
abatidos, no pueden levantarse. 4. CONTEMPLACIÓN Cuando el santo temor me abandona, Señor, siento en mi corazón el pecado que habla. Son los momentos de la ilusión, momentos en los que voy a buscar mis culpas y todo esto inútilmente, porque no he comprendido, que sólo cumpliendo el bien, las falaces e inicuas palabras del mal se extinguen. Es una atracción la obstinación en el mal, como si me diese más brillo, honor, más valor. Cuando caigo en la cuenta que es inmenso lo que Tú me das para vivir, entonces percibo los abismos de tu fidelidad y veo como tu salvación no conoce confín; todo lo inunda y porta consigo; a mí criatura hecha a tu imagen y todo lo que para mí has creado y a quien yo he dado nombre. En verdad tu gracia es preciosa. En tu casa manda la abundancia de la protección y discurre como el agua la delicia. Si me pongo tus ojos entonces todo es luz, Señor, Y nada es ya difícil porque mi corazón, purificado de la tentación de ser Dios en tu lugar, me dice que lo seré conmigo. Rivalidad, competición hostilidad… desaparecen de frente a tu propuesta de participar en tu vida divina. Dios contigo . Tu amor como linfa que camina por las entrañas de mi humanidad hasta que encuentre mis orígenes: en tu Nombre. www.ocarm.org

Ordinario de la Misa: Domingo IV Semana de Cuaresma. Ciclo B. 18 de Marzo, 2012

Ordinario de la Misa: Domingo IV Semana de Cuaresma. Ciclo B. 18 de Marzo, 2012 Cuarto Domingo de Cuaresma Tu recuerdo, Señor, es mi alegría Salva a tu pueblo, Señor Antífona de Entrada Alégrate, Jerusalén, y todos los que la amáis, reuníos. Regocijaos con ella todos los que participabais de su duelo y quedaréis saciados con la abundancia de sus consuelos. No se dice Gloria. Oración Colecta Oremos: Dios nuestro, que has reconciliado contigo a la humanidad entera por medio de tu Hijo, concede al pueblo cristiano prepararse con fe viva y entrega generosa a celebrar las fiestas de la Pascua. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén. Primera Lectura Lectura del segundo libro de las Crónicas (36, 14-16. 19-23) En aquellos días, todos los sumos sacerdotes y el pueblo multiplicaron sus infidelidades, practicando todas las abominables costumbres de los paganos, y mancharon la casa del Señor, que él se había consagrado en Jerusalén. El Señor, Dios de sus padres, los exhortó continuamente por medio de sus mensajeros, porque sentía compasión de su pueblo y quería preservar su santuario. Pero ellos se burlaron de los mensajeros de Dios, despreciaron sus advertencias y se mofaron de sus profetas, hasta que la ira del Señor contra su pueblo llegó a tal grado, que ya no hubo remedio. Envió entonces contra ellos al rey de los caldeos. Incendiaron la casa de Dios y derribaron las murallas de Jerusalén, pegaron fuego a todos los palacios y destruyeron todos sus objetos preciosos. A los que escaparon de la espada, los llevaron cautivos a Babilonia, donde fueron esclavos del rey y de sus hijos, hasta que el reino pasó al dominio de los persas, para que se cumpliera lo que dijo Dios por boca del profeta Jeremías: Hasta que el país haya pagado sus sábados perdidos, descansará de la desolación, hasta que se cumplan setenta años. En el año primero de Ciro, rey de Persia, en cumplimiento de las palabras que habló el Señor por boca de Jeremías, el Señor inspiró a Ciro, rey de los persas, el cual mandó proclamar de palabra y por escrito en todo su reino, lo siguiente: “Así habla Ciro, rey de Persia: El Señor, Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha mandado que le edifique una casa en Jerusalén de Judá. En consecuencia, todo aquel que pertenezca a este pueblo, que parta hacia allá, y que su Dios lo acompañe”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Salmo Responsorial Salmo 136 Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que estaban en la orilla colgamos nuestras arpas. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: “Algún cantar de Sión, alegres, cántennos”. Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. Pero, ¿cómo podríamos cantar un himno al Señor en tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara! Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. ¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si, fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara! Tu recuerdo, Señor, es mi alegría. Segunda Lectura Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (2, 4-10) Hermanos: La misericordia y el amor de Dios son muy grandes; porque nosotros estábamos muertos por nuestros pecados, y él nos dio la vida con Cristo y en Cristo. Por pura generosidad suya, hemos sido salvados. Con Cristo y en Cristo nos ha resucitado y con él nos ha reservado un sitio en el cielo. Así, en todos los tiempos, Dios muestra, por medio de Jesús, la incomparable riqueza de su gracia y de su bondad para con nosotros. En efecto, ustedes han sido salvados por la gracia, mediante la fe; y esto no se debe a ustedes mismos, sino que es un don de Dios. Tampoco se debe a las obras, para que nadie pueda presumir, porque somos hechura de Dios, creados por medio de Cristo Jesús, para hacer el bien que Dios ha dispuesto que hagamos. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Aclamación antes del Evangelio Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 14-21) Gloria a ti Señor. En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios. La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra, el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: En la primera lectura, el Cronista se limita casi exclusivamente al juicio teológico sobre los hechos. Ante todo constata que el pueblo, empezando por sus jefes, no solamente no dio oídos a los repetidos llamamientos de los profetas, que invitaban a la conversión, sino que se burlaron de ellos, hasta el punto de provocar la ira de Dios, y ya no hubo remedio. Estos repetidos llamamientos hacen pensar sobre todo en Jeremías. Los setenta años de destierro serán una buena ocasión para descansar y restituir al Señor el tiempo que le habían negado. La Biblia hebrea termina con el segundo libro de las Crónicas. Por eso, el autor sagrado ha querido reproducir aquí el decreto de Ciro sobre la restauración posexílica, con el fin de que las últimas palabras de la Biblia fueran no una gota trágica, sino una puerta abierta a la esperanza. Jn 3,14-21 corresponde a la respuesta que Jesús da a Nicodemo cuando pregunta «¿cómo puede ser eso?», refiriéndose al nuevo nacimiento en el Espíritu. Es también la segunda y última parte del diálogo de Jesús con este “jefe” de los fariseos de Jerusalén. Nicodemo, cuyo nombre significa “el que vence al pueblo”, aparece varias veces en el evangelio de Juan (3,1-21; 7,50-52; 19,39). No es un cualquiera. Por su filiación religiosa es un fariseo, es decir, un rígido observante de la Ley, considerada como la expresión suprema e indiscutible de la voluntad de Dios para el ser humano. Es el primer rasgo que señala Juan antes del nombre mismo. Nicodemo se define como hombre de la Ley antes que por su misma persona. Juan añade otra precisión sobre el personaje: en la sociedad judía es un “jefe” título que se le aplica particularmente a los miembros del Gran Consejo o Sanedrín, órgano de gobierno de la nación (11,47). En éste, el grupo de los letrados fariseos era el más influyente y dominaba por el miedo a los demás miembros del Consejo (12,42). Nicodemo habla en plural (3,2: sabemos). Es, pues, una figura representativa. La escena va a describir, por tanto, un diálogo de Jesús con representantes del poder y de la Ley. Nicodemo llama a Jesús “Rabbí” (3,2) término usado comúnmente para los letrados o doctores de la Ley que mostraban al pueblo el camino de Dios. Así es como este fariseo adicto ferviente de la Ley, ve a Jesús. Es extraño, porque hasta el momento, Jesús no ha dado pie para semejante interpretación de su persona. En realidad, Nicodemo está proyectando sobre Jesús la idea farisea de Mesías-maestro, avalado por Dios para interpretar la Ley e instaurar el reinado de Dios enseñando al pueblo la perfecta observancia de la Ley de Moisés. Lejos de comprender el cambio radical que propone Jesús. Para los fariseos en la Ley está el porvenir de Israel, para Jesús, el nacimiento en el Espíritu abre el reino de Dios al porvenir humano. El ser humano no puede obtener plenitud y vida por la observancia de una Ley, sino por la capacidad de amar que completa su ser. Sólo con personas dispuestas a entregarse hasta el fin puede construirse la sociedad verdaderamente justa humana y humanizadora. La Ley no elimina las raíces de la injusticia. Por eso, una sociedad basada sobre la Ley, no sobre el amor, nunca deja de ser opresora, codiciosa e injusta. La segunda parte del diálogo de Jesús con Nicodemo se centra en el que “bajó del cielo” sin dejar de ser “del cielo” “para que todo el que crea tenga vida eterna”. La reflexión de Jesús resalta la relación que hay entre creer y vivir en las obras de la vida eterna, es decir, en el reino de Dios. “Bajar del cielo” y ser “levantado” es un asunto de amor de Dios.. Veamos los énfasis teológicos propuestos por el discurso: Frente a la centralidad farisaica de la Ley, el evangelio de Juan propone la dinámica liberadora de la fe en Jesús “levantado” (crucificado), como la serpiente que Moisés levantó en el desierto. Creer es la respuesta al inmenso amor de Dios. Es la reciprocidad del amor. Creer no es un concepto o una doctrina, es un acto de amor por el que adviene el reino de Dios. El juicio sobre la humanidad tiene como criterio la fe como acto de amor recíproco. Nuevamente llegamos a la insistencia de Juan. Una humanidad justa y feliz sólo es posible sobre el amor, no sobre la Ley. Ésta es la fe que proclama Juan. Pablo, después de agradecer el don de la fe (Ef 1,3-14), contrasta y contrapone dos tiempos: el de la muerte y el de la resurrección. El tiempo de la muerte (Ef 2,1-3) corresponde a “delitos y pecados” según el “proceder de este mundo” bajo la dominación de Satanás. Es tiempo de esclavitud e infrahumanidad. De ese tiempo Dios rescata tanto a judíos como a gentiles, por ser “rico en misericordia”, vivificándolos “juntamente con Cristo”, por su resurrección. Sólo la gracia mediante el don de la fe puede “explicar” tal sobreabundancia de amor divino. El tiempo de la resurrección es tiempo de “nueva creación” en Cristo Jesús, lo que se expresa en las “buenas obras” practicadas por quienes han sido vivificadas y vivificados. No es de extrañar que la “medida” de las buenas obras sea como la medida de Dios: el amor. El tiempo de la resurrección es el tiempo de afirmación de la vida en el amor. Para la fe cristiana, la muerte (la esclavitud) no tiene la última palabra. Vivir a plenitud como nuevas criaturas el tiempo de la resurrección es el llamado que Pablo hace a lo largo de esta carta a la iglesia nacida entre la gentilidad. Para la revisión de vida 
- Nicodemo se acercó a Jesús. Le movía la curiosidad, el deseo de escuchar una palabra especial, la revelación de algún oscuro secreto. ¿Por qué quiero yo acercarme a Jesús? Pero antes, ¿quiero yo acercarme a Jesús? ¿Deseo encontrarme con él? 
Nicodemo espera la llegada de la noche para buscar a Jesús. Era evidente su miedo a ser visto y delatado a esos judíos que por conveniencia no aceptaban al galileo. ¿Tenemos también el mismo miedo a que se nos descubra como seguidores de Jesús en sentido real y concreto, como luchadores por la justicia y la verdad? Se dice Credo. Oración de los Fieles Celebrante: Oremos a Dios, que es rico en misericordia, y que en Jesucristo nos ha llamado a obrar según la ley del amor. Digámosle: Salva a tu pueblo, Señor. Para que Jesús, que murió en la cruz para conseguirnos la reconciliación con Dios, ayude a su Iglesia a mantenerse fiel y a dispensar su misericordia y su perdón. Oremos. Salva a tu pueblo, Señor. Para que el Hijo de Dios, que dio su vida para reunir en un solo pueblo a quienes antes estaban distanciados por el odio, consiga de nuestro mundo el don de la Paz, la unidad y el amor. Oremos. Salva a tu pueblo, Señor. Para que nuestro Mesías Salvador, que quiso acoger en su cuerpo todas las dolencias de la humanidad, las reciba hoy, las sane, las santifique, y haga brotar en los corazones de todos sentimientos de bondad y solidaridad. Oremos. Salva a tu pueblo, Señor. Para que el Señor que fue colgado de un madero para enseñarnos la locura del amor de Dios Padre, alcance a los consagrados una entrega radical, un espíritu sin fronteras y un corazón nuevo. Oremos. Salva a tu pueblo, Señor. Para que quien nos abrió el camino hacia la Vida, introduzca en ella a quienes hoy morirán. Oremos. Salva a tu pueblo, Señor. Para que Jesús, que quiso darse en alimento a sus amigos, ayude a los que hoy celebramos esta Eucaristía a ser ofrenda generosa para los que tienen hambre de amor y esperanza. Oremos. Salva a tu pueblo, Señor. Celebrante: Señor Dios, que tanto amas al mundo que nos diste a tu Hijo para que nos salvara de la muerte y del pecado, escucha las súplicas que en nombre de todos los hombres te hemos presentado, y haz que un día gocemos de tu luz y de tu verdad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Oración sobre las Ofrendas Te presentamos, Señor, llenos de alegría, estas ofrendas para el sacrificio y pedimos tu ayuda para celebrarlo con fe sincera y ofrecerlo dignamente por la salvación del mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Prefacio de Cuaresma III Los frutos de la penitencia El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque has querido que en nuestras privaciones voluntarias encontremos un motivo para bendecirte, ya que nos ayudan a refrenar nuestras pasiones desordenadas y, al darnos ocasión de compartir nuestros bienes con los necesitados, nos hacen imitadores de tu generosidad. Por eso, con todos los ángeles, te glorificamos y te aclamamos diciendo: Santo, Santo, Santo... Antífona de la Comunión Jerusalén es una ciudad armónicamente construida. Allá suben las tribus, las tribus del Señor, según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor. Oración después de la Comunión Oremos: Dios nuestro, luz que alumbra a todo hombre que viene a este mundo, ilumina nuestros corazones con el resplandor de tu gracia, para que nuestros pensamientos te sean agradables y te amemos con toda sinceridad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Evangelio del Domingo IV Semana de Cuaresma. Ciclo B. 18 de Marzo, 2012

Evangelio del Domingo IV Semana de Cuaresma. Ciclo B. 18 de Marzo, 2012 † Lectura del santo Evangelio según san Juan (3, 14-21) Gloria a ti Señor. En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “Así como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para condenar al mundo, sino para que el mundo se salvara por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, por no haber creído en el Hijo único de Dios. La causa de la condenación es ésta: habiendo venido la luz al mundo, los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo aquel que hace el mal, aborrece la luz y no se acerca a ella, para que sus obras no se descubran. En cambio, el que obra, el bien conforme a la verdad, se acerca a la luz, para que se vea que sus obras están hechas según Dios”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: Jn 3,14-21 corresponde a la respuesta que Jesús da a Nicodemo cuando pregunta «¿cómo puede ser eso?», refiriéndose al nuevo nacimiento en el Espíritu. Es también la segunda y última parte del diálogo de Jesús con este “jefe” de los fariseos de Jerusalén. Nicodemo, cuyo nombre significa “el que vence al pueblo”, aparece varias veces en el evangelio de Juan (3,1-21; 7,50-52; 19,39). No es un cualquiera. Por su filiación religiosa es un fariseo, es decir, un rígido observante de la Ley, considerada como la expresión suprema e indiscutible de la voluntad de Dios para el ser humano. Es el primer rasgo que señala Juan antes del nombre mismo. Nicodemo se define como hombre de la Ley antes que por su misma persona. Juan añade otra precisión sobre el personaje: en la sociedad judía es un “jefe” título que se le aplica particularmente a los miembros del Gran Consejo o Sanedrín, órgano de gobierno de la nación (11,47). En éste, el grupo de los letrados fariseos era el más influyente y dominaba por el miedo a los demás miembros del Consejo (12,42). Nicodemo habla en plural (3,2: sabemos). Es, pues, una figura representativa. La escena va a describir, por tanto, un diálogo de Jesús con representantes del poder y de la Ley. Nicodemo llama a Jesús “Rabbí” (3,2) término usado comúnmente para los letrados o doctores de la Ley que mostraban al pueblo el camino de Dios. Así es como este fariseo adicto ferviente de la Ley, ve a Jesús. Es extraño, porque hasta el momento, Jesús no ha dado pie para semejante interpretación de su persona. En realidad, Nicodemo está proyectando sobre Jesús la idea farisea de Mesías-maestro, avalado por Dios para interpretar la Ley e instaurar el reinado de Dios enseñando al pueblo la perfecta observancia de la Ley de Moisés. Lejos de comprender el cambio radical que propone Jesús. Para los fariseos en la Ley está el porvenir de Israel, para Jesús, el nacimiento en el Espíritu abre el reino de Dios al porvenir humano. El ser humano no puede obtener plenitud y vida por la observancia de una Ley, sino por la capacidad de amar que completa su ser. Sólo con personas dispuestas a entregarse hasta el fin puede construirse la sociedad verdaderamente justa humana y humanizadora. La Ley no elimina las raíces de la injusticia. Por eso, una sociedad basada sobre la Ley, no sobre el amor, nunca deja de ser opresora, codiciosa e injusta. La segunda parte del diálogo de Jesús con Nicodemo se centra en el que “bajó del cielo” sin dejar de ser “del cielo” “para que todo el que crea tenga vida eterna”. La reflexión de Jesús resalta la relación que hay entre creer y vivir en las obras de la vida eterna, es decir, en el reino de Dios. “Bajar del cielo” y ser “levantado” es un asunto de amor de Dios.. Veamos los énfasis teológicos propuestos por el discurso: Frente a la centralidad farisaica de la Ley, el evangelio de Juan propone la dinámica liberadora de la fe en Jesús “levantado” (crucificado), como la serpiente que Moisés levantó en el desierto. Creer es la respuesta al inmenso amor de Dios. Es la reciprocidad del amor. Creer no es un concepto o una doctrina, es un acto de amor por el que adviene el reino de Dios. El juicio sobre la humanidad tiene como criterio la fe como acto de amor recíproco. Nuevamente llegamos a la insistencia de Juan. Una humanidad justa y feliz sólo es posible sobre el amor, no sobre la Ley. Ésta es la fe que proclama Juan. Para la revisión de vida 
- Nicodemo se acercó a Jesús. Le movía la curiosidad, el deseo de escuchar una palabra especial, la revelación de algún oscuro secreto. ¿Por qué quiero yo acercarme a Jesús? Pero antes, ¿quiero yo acercarme a Jesús? ¿Deseo encontrarme con él? 
Nicodemo espera la llegada de la noche para buscar a Jesús. Era evidente su miedo a ser visto y delatado a esos judíos que por conveniencia no aceptaban al galileo. ¿Tenemos también el mismo miedo a que se nos descubra como seguidores de Jesús en sentido real y concreto, como luchadores por la justicia y la verdad?

Oficio Divino: Tiempo Cuaresma. Ciclo B. 18 de marzo, 2012

Oficio Divino: Tiempo Cuaresma. Ciclo B. 18 de marzo, 2012 DOMINGO DE LA SEMANA IV Propio del Tiempo. Salterio IV (OFICIO DE LECTURA (6:00); LAUDES (7:00); TERCIA (9:00); SEXTA (12:00); NONA (15:00); VISPERAS (19:00); COMPLETAS (22:00) OFICIO DE LECTURA Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día: V. Señor abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona: Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.» Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora: V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno: DELANTE DE TUS OJOS Delante de tus ojos ya no enrojecemos a causa del antiguo pecado de tu pueblo. Arrancarás de cuajo el corazón soberbio y harás un pueblo humilde de corazón sincero. En medio de los pueblos nos guardas como un resto, para cantar tus obras y adelantar tu reino. Seremos raza nueva para los cielos nuevos; sacerdotal estirpe, según tu Primogénito. Caerán los opresores y exultarán los siervos; los hijos del oprobio serán tus herederos. Señalarás entonces el día del regreso para los que comían su pan en el destierro. ¡Exulten mis entrañas! ¡Alégrese mi pueblo! Porque el Señor, que es justo, revoca sus decretos: la salvación se anuncia donde acechó el infierno, porque el Señor habita en medio de su pueblo. Amén. SALMODIA Ant. 1. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO. Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: El la fundó sobre los mares, El la afianzó sobre los ríos. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos ni jura contra el prójimo en falso. Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Este es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. ¡Portones!, alzad los dinteles, levantaos, puertas antiguas: va a entrar el Rey de la gloria. ¿Quién es ese Rey de la gloria? El Señor, héroe valeroso; el Señor, héroe de la guerra. ¡Portones!, alzad los dinteles, levantaos, puertas antiguas: va a entrar el Rey de la gloria. ¿Quién es ese Rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos. Él es el Rey de la gloria. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? Ant. 2. Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, porque él nos ha devuelto la vida. Salmo 65 I - HIMNO PARA UN SACRIFICO DE ACCIÓN DE GRACIAS Aclama al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria. Decid a Dios: «¡Qué terribles son tus obras, por tu inmenso poder tus enemigos se rinden!» Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres: transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna eternamente; sus ojos vigilan a las naciones, para que no se subleven los rebeldes. Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced resonar sus alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies. ¡Oh Dios!, nos pusiste a prueba, nos refinaste como refinan la plata; nos empujaste a la trampa, nos echaste a cuestas un fardo: sobre nuestro cuello cabalgaban, pasamos por fuego y por agua, pero nos has dado respiro. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, porque él nos ha devuelto la vida. Ant. 3. Fieles de Dios, venid a escuchar lo que el Señor ha hecho conmigo. Salmo 65 II Entraré en tu casa con víctimas, para cumplirte mis votos: los que pronunciaron mis labios y prometió mi boca en el peligro. Te ofreceré víctimas cebadas, te quemaré carneros, inmolaré bueyes y cabras. Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo: a él gritó mi boca y lo ensalzó mi lengua. Si hubiera tenido yo mala intención, el Señor no me habría escuchado; pero Dios me escuchó, y atendió a mi voz suplicante. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica ni me retiró su favor. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Fieles de Dios, venid a escuchar lo que el Señor ha hecho conmigo. V. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. R. Tú tienes palabras de vida eterna. PRIMERA LECTURA Del libro del Levítico 8, 1-17; 9, 22-24 CONSAGRACIÓN DE LOS SACERDOTES En aquellos días, el Señor habló a Moisés: «Llama a Aarón y a sus hijos, toma las vestiduras, el aceite de la unción, el novillo del sacrificio expiatorio, los dos carneros Y el cestillo de panes ázimos, y convoca a toda la asamblea a la entrada de la Tienda de Reunión.» Moisés cumplió el mandato del Señor, y se congregó a la asamblea a la entrada de la Tienda de Reunión. Moisés dijo a la asamblea: «Esto es lo que el Señor manda hacer.» Después hizo acercarse a Aarón y a sus hijos e hizo que se lavaran. Revistió luego a Aarón con la túnica y le ciñó la banda, le puso el manto y encima le colocó el efod, sujetándolo con el cíngulo. Le impuso el pectoral con los urim y tumim. Le puso una tiara en la cabeza y, en la parte frontal de la misma, le impuso la lámina de oro, la diadema santa, como el Señor se lo había mandado. Moisés, tomando después el aceite de la unción, ungió la morada y cuanto en ella había, y los consagró. Roció con el aceite siete veces el altar y ungió el altar con todos sus utensilios, la pila y su base para consagrarlos. Luego derramó aceite sobre la cabeza de Aarón, y lo ungió para consagrarlo. Después Moisés hizo acercarse a los hijos de Aarón, les vistió la túnica, les ciñó la banda y les puso sobre la cabeza las mitras, como el Señor se lo había ordenado. Hizo traer el novillo del sacrificio expiatorio. Aarón y sus hijos pusieron sus manos sobre la cabeza de la víctima. Moisés la degolló y, tomando sangre, untó con el dedo los salientes del altar por todos los lados: así purificó el altar. Derramó la sangre al pie del altar, y lo consagró haciendo sobre él el rito de expiación. Tomó toda la grasa que envuelve las vísceras y el lóbulo del hígado, así como los dos riñones con su grasa, y lo quemó todo sobre el altar. El resto del novillo, la piel, carne e intestinos los quemó fuera del campamento, como el Señor se lo había ordenado. Entonces Aarón, alzando las manos sobre el pueblo, lo bendijo; y, después de haber ofrecido el sacrificio expiatorio, el holocausto y el sacrificio de comunión, descendió del altar. Aarón y Moisés entraron en la Tienda de Reunión. Cuando salieron, bendijeron al pueblo. Y la gloria del Señor se mostró a todo el pueblo. De la presencia del Señor salió fuego que devoró el holocausto y la grasa. Al ver esto, todo el pueblo prorrumpió en aclamaciones y cayó rostro en tierra. RESPONSORIO Hb 7, 23-24; Sir 45, 7. 8 R. Aquellos sacerdotes fueron constituidos en gran número, porque la muerte les impedía perdurar en su sacerdocio; * pero Cristo, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. V. El Señor exaltó a Aarón, le dio el sacerdocio del pueblo y le ciñó una gloriosa vestidura. R. Pero Cristo, como permanece para siempre, tiene un sacerdocio eterno. SEGUNDA LECTURA De los Tratados de san Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan (Tratado 34, 8-9: CCL 36, 315-316) CRISTO ES EL CAMINO HACIA LA LUZ, LA VERDAD Y LA VIDA El Señor dice: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Esta breve sentencia contiene un mandato y una promesa. Cumplamos, pues, lo que nos manda, y así tendremos derecho a esperar lo que nos promete. No sea que nos diga el día del juicio: «¿Ya hiciste lo que te mandaba, pues que esperas alcanzar lo que prometí?» «¿Qué es lo que mandaste, Señor, Dios nuestro?» Te dice: «Que me siguieras.» Has pedido un consejo de vida. ¿Y de qué vida sino de aquella acerca de la cual está escrito: En ti está la fuente viva? Por consiguiente, ahora que es tiempo, sigamos al Señor; deshagámonos de las amarras que nos impiden seguirlo. Pero nadie es capaz de soltar estas amarras sin la ayuda de aquel de quien dice el salmo: Rompiste mis cadenas. Y como dice también otro salmo: El Señor liberta a los cautivos, el Señor endereza a los que ya se doblan. Y nosotros, una vez libertados y enderezados, podemos seguir aquella luz de la que afirma: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Porque el Señor abre los ojos al ciego. Nuestros ojos, hermanos, son ahora iluminados por el colirio de la fe. Para iluminar al ciego de nacimiento, primero le untó los ojos con tierra mezclada con saliva. También nosotros somos ciegos desde nuestro nacimiento de Adán, y tenemos necesidad de que él nos ilumine. Mezcló saliva con tierra. La Palabra se hizo carne y puso su morada entre nosotros. Mezcló saliva con tierra; por eso estaba escrito: La verdad brota de la tierra; y él mismo dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Disfrutaremos de la posesión de la verdad cuando lo veamos cara a cara, ya que también esto se nos ha prometido. Pues, ¿cómo nos atreveríamos a esperar lo que Dios no se hubiera dignado prometernos o darnos? Veremos cara a cara, como dice el Apóstol: Al presente conozco imperfectamente, como en un espejo y borrosamente; entonces lo veremos cara a cara. Y el apóstol Juan dice en su carta: Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Se trata, en verdad, de una gran promesa; si lo amas, síguelo. «Lo amo -me respondes-, mas, ¿por dónde he de seguirlo?» Si el Señor, tu Dios, te hubiese dicho: «Yo soy la verdad y la vida», tú, deseoso de esta verdad y de esta vida, tendrías razón de decirte a ti mismo: «Gran cosa es la verdad, gran cosa es la vida; ¡si hubiese un camino para llegar a ellas!» ¿Preguntas cuál es el camino? Fíjate que el Señor dice en primer lugar: Yo soy el camino. Antes de decirte a donde, te indica por donde: Yo soy -dice- el camino. ¿El camino hacia dónde? La verdad y la vida. Primero dice por donde has de ir, luego a donde has de ir. Yo soy el camino, yo soy la verdad, yo soy la vida. Permaneciendo junto al Padre, es verdad y vida; haciéndose hombre, se hizo camino. No se te dice: «Esfuérzate en hallar el camino, para que puedas llegar a la verdad y a la vida»; no, ciertamente. ¡Levántate, perezoso! El camino en persona vino a ti, te despertó del sueño, si es que ha llegado a despertarte; levántate, pues, y camina. Quizá te esfuerzas en caminar y no puedes, porque te duelen los pies. ¿Por qué te duelen? ¿No será porque, movidos por la avaricia, han recorrido lugares escabrosos? Pero aquel que es la Palabra de Dios curó también a los cojos. «Resulta -dirás- que tengo sanos los pies, pero no acierto a ver el camino.» Piensa entonces que también abrió los ojos al ciego. RESPONSORIO Sal 118, 104b-105; Jn 6, 69b R. Odio el camino de la mentira; * lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. V. Señor, ¿a quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna. R. Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero. ORACIÓN. OREMOS, Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega generosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. LAUDES (Oración de la mañana) INVOCACIÓN INICIAL V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. INVITATORIO Ant. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón.» Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Himno: OH SOL DE SALVACIÓN, OH JESUCRISTO. Oh sol de salvación, oh Jesucristo, alumbra lo más hondo de las almas, en tanto que la noche retrocede y el día sobre el mundo se levanta. Junto con este favorable tiempo danos ríos de lágrimas copiosas, para lavar el corazón que, ardiendo en jubilosa caridad, se inmola. La fuente que hasta ayer manó delitos ha de manar desde hoy perenne llanto, si con la vara de la penitencia el pecho empedernido es castigado. Ya se avecina el día, el día tuyo, volverá a florecer el universo; compartamos su gozo los que fuimos devueltos por tu mano a tus senderos. Oh Trinidad clemente, que te adoren tierra y cielo a tus pies arrodillados, y que nosotros, por tu gracia nuevos, cantemos en tu honor un nuevo canto. Amén SALMODIA Ant. 1. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Salmo 117 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. En el peligro grité al Señor, y me escuchó, poniéndome a salvo. El Señor está conmigo: no temo; ¿qué podrá hacerme el hombre? El Señor está conmigo y me auxilia, veré la derrota de mis adversarios. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres, mejor es refugiarse en el Señor que confiar en los magnates. Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Señor los rechacé; me rodeaban cerrando el cerco, en el nombre del Señor los rechacé; me rodeaban como avispas, ardiendo como fuego en las zarzas, en el nombre del Señor los rechacé. Empujaban y empujaban para derribarme, pero el Señor me ayudó; el Señor es mi fuerza y mi energía, él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos: «La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa, la diestra del Señor es poderosa.» No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte. Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios: él nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos hasta los ángulos del altar. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Ant. 2. Capaz eres, Señor, de liberarnos de la mano del poderoso; líbranos, Señor, Dios nuestro. Cántico: QUE LA CREACIÓN ENTERA ALABE AL SEÑOR Dn 3, 52-57 Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito tu nombre, Santo y glorioso: a él gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en el templo de tu santa gloria: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres sobre el trono de tu reino: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en la bóveda del cielo: a ti honor y alabanza por los siglos. Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Capaz eres, Señor, de liberarnos de la mano del poderoso; líbranos, Señor, Dios nuestro. Ant. 3. Alabad al Señor por sus obras magníficas. Salmo 150 - ALABAD AL SEÑOR Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su augusto firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras, Alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Alabad al Señor por sus obras magníficas. LECTURA BREVE Cf. Ne 8, 9. 10 Este día está consagrado al Señor vuestro Dios; no hagáis duelo ni lloréis. No estéis tristes: la alegría del Señor es vuestra fortaleza. RESPONSORIO BREVE V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. V. Tú que fuiste triturado por nuestros crímenes. R. Ten piedad de nosotros. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Con inmenso amor, Dios, aun cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos ha vivificado con Cristo. Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Con inmenso amor, Dios, aun cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos ha vivificado con Cristo. PRECES Glorifiquemos a Dios, cuya bondad es infinita, y elevemos a él nuestra oración por medio de Jesucristo, que está siempre vivo para interceder en favor nuestro; digámosle: Enciende, Señor, en nosotros la llama de tu amor. Dios de misericordia, haz que hoy nos entreguemos generosamente a las obras de amor al prójimo, para que tu misericordia, a través de nosotros, llegue a todos los hombres. Tú que en el arca salvaste a Noé de las aguas del diluvio, salva por el agua del bautismo a los catecúmenos. Concédenos vivir no sólo de pan, sino de toda palabra que sale de tu boca. Haz que, con tu ayuda, venzamos toda disensión y podamos gozarnos en el don de tu paz y de tu amor. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Invoquemos a Dios Padre con la oración que nos enseñó Jesús: Padre nuestro... ORACIÓN Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega generosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. HORA TERCIA V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno: COMO EL FUEGO CALCINA Como el fuego calcina la madera reseca, cuando el pecado nos domina, Espíritu de Dios, purifícanos. Como el río derrama por la tierra sus aguas y hay flor y fruto en la rama, Espíritu de Dios, vivifícanos. Como tu fuerte viento hizo en el mar camino, cuando haya duda y desaliento, Espíritu de Dios, ayúdanos. Luz, Amor, Viento, Fuego, los caminos de éxodo enseña al hombre pobre y ciego. Espíritu de Dios, condúcenos. Amén. SALMODIA Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas. Salmo 22 - EL BUEN PASTOR El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 75 I- ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA Dios se manifiesta en Judá, su fama es grande en Israel; su tabernáculo está en Jerusalén, su morada en Sión: allí quebró los relámpagos del arco, el escudo, la espada y la guerra. Tú eres deslumbrante, magnífico, con montones de botín conquistados. Los valientes duermen su sueño, y a los guerreros no les responden sus brazos. Con un bramido, ¡oh Dios de Jacob!, inmovilizaste carros y caballos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 75 - II Tú eres terrible: ¿quién resiste frente a ti al ímpetu de tu ira? Desde el cielo proclamas la sentencia: la tierra teme sobrecogida, cuando Dios se pone en pie para juzgar, para salvar a los humildes de la tierra. La cólera humana tendrá que alabarte, los que sobrevivan al castigo te rodearán. Haced votos al Señor y cumplidlos, y traigan los vasallos tributo al Temible: él deja sin aliento a los príncipes, y es temible para los reyes del orbe. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas. LECTURA BREVE 1Ts 4, 1. 7 Hermanos, os rogamos y exhortamos en Jesús, el Señor, a que viváis como conviene que viváis para agradar a Dios, según aprendisteis de nosotros -cosa que ya hacéis-, y a que hagáis nuevos progresos. Pues Dios no nos ha llamado a una vida impura, sino sagrada. V. Señor, crea en mí un corazón puro. R. Renuévame por dentro con espíritu firme. ORACIÓN OREMOS, Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega generosa. Por Cristo nuestro Señor. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. HORA SEXTA V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno: POR EL PECADO PRIMERO Por el pecado primero entró la muerte a la vida, y la muerte fue vencida por la vida del Cordero. El Padre lo hizo pecado para salvar al caído; el que nunca había sufrido se quiso crucificado. La humanidad pecadora está bien representada, mas la culpa fue lavada por la sangre redentora. Amén. SALMODIA Ant. «Por mi vida -dice el Señor-, no me complazco en la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva.» Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores, como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios; nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de los orgullosos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte -que lo diga Israel-, si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes. Bendito el Señor, que no nos entregó como presa a sus dientes; hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador: la trampa se rompió y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO. Los que confían en el Señor son como el monte Sión: no tiembla, está asentado para siempre. Jerusalén está rodeada de montañas, y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre. No pesará el cetro de los malvados sobre el lote de los justos, no sea que los justos extiendan su mano a la maldad. Señor, concede bienes a los buenos, a los sinceros de corazón; y a los que se desvían por sendas tortuosas, que los rechace el Señor con los malhechores. ¡Paz a Israel! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. «Por mi vida -dice el Señor-, no me complazco en la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva.» LECTURA BREVE Is 30, 15. 18 Así dice el Señor, el Santo de Israel: «Vuestra salvación está en convertiros y en tener calma; vuestra fuerza está en confiar y estar tranquilos.» El Señor espera para apiadarse, aguarda para compadecerse; porque el Señor es un Dios recto: dichosos los que esperan en él. V. Aparta de mi pecado tu vista. R. Borra en mí toda culpa. ORACIÓN OREMOS, Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega generosa. Por Cristo nuestro Señor. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. HORA NONA V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno: CADA TARDE SE NOS VAN LOS DÍAS Cada tarde se nos van los días, y cada tarde el tiempo pasa; se acaba nuestra vida cada tarde y miramos la muerte más cercana. Déjame todavía gozar el milagro de tu luz, de tu sol, de tus albas; déjame gozar el milagro de sentirme vivo y de nacer para ti cada mañana. Déjame, Señor, gozar de tu milagro al llegar una vez más la tarde mansa, porque tú eres el Dios de nuestras horas, el Dios oculto de nuestra esperanza. Amén. SALMODIA Ant. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos. Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos.» El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo sus gavillas. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS. Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, los que coméis el pan de vuestros sudores: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos; una recompensa es el fruto de las entrañas: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba: no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO ¡Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien; tu mujer, como una vid fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa: ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos. ¡Paz a Israel! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos. LECTURA BREVE Dt 4, 29.31 Buscarás al Señor, tu Dios, y, si lo buscas con todo el corazón y con toda el alma, lo encontrarás. Al cabo de los años, cuando te cerquen y alcancen todas estas maldiciones, te convertirás al Señor, tu Dios, y escucharás su voz; porque el Señor, tu Dios, es un Dios compasivo; no te dejará ni te destruirá, ni se olvidará de la alianza que con juramento ofreció a vuestros padres. V. Mi sacrificio es un espíritu contrito. R. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias. ORACIÓN OREMOS, Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega generosa. Por Cristo nuestro Señor. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. II VÍSPERAS Oración de la tarde V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Himno: OH BONDADOSO CREADOR. Oh bondadoso Creador, escucha la voz de nuestras súplicas y el llanto que, mientras dura el sacrosanto ayuno de estos cuarenta días, derramamos. A ti, que escrutas nuestros corazones y que conoces todas sus flaquezas, nos dirigimos para suplicarte la gracia celestial de tu indulgencia. Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos, pero estamos, al fin, arrepentidos, y te pedimos, por tu excelso nombre, que nos cures los males que sufrimos. Haz que, contigo ya reconciliados, podamos dominar a nuestros cuerpos, y, llenos de tu amor y de tu gracia, no pequen más los corazones nuestros. Oh Trinidad Santísima, concédenos, oh simplicísima Unidad, otórganos que los efectos de la penitencia de estos días nos sean provechosos. Amén. SALMODIA Ant. 1. Él ha sido constituido por Dios Juez de vivos y muertos. Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE. Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.» El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec.» El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Él ha sido constituido por Dios Juez de vivos y muertos. Ant. 2. Dichoso el que se apiada por amor del Señor: su recuerdo será perpetuo. Salmo 111- FELICIDAD DEL JUSTO Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. El malvado, al verlo, se irritará, rechinará los dientes hasta consumirse. La ambición del malvado fracasará. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Dichoso el que se apiada por amor del Señor: su recuerdo será perpetuo. Ant. 3. Lo que Dios había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer, lo ha cumplido. Cántico: PASIÓN VOLUNTARIA DE CRISTO, SIERVO DE DIOS 1Pe 2, 21b-24 Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. El no cometió pecado ni encontraron engaño en su boca; cuando le insultaban, no devolvía el insulto; en su pasión no profería amenazas; al contrario, se ponía en manos del que juzga justamente. Cargado con nuestros pecados subió al leño, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Sus heridas nos han curado. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Lo que Dios había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer, lo ha cumplido. LECTURA BREVE 1Co 9, 24-25 Los atletas que corren en el estadio corren todos, pero uno sólo consigue el premio. Corred como él, para conseguirlo. Todo atleta se impone moderación en todas sus cosas. Ellos lo hacen para alcanzar una corona que se marchita; nosotros una que no se ha de marchitar jamás. RESPONSORIO BREVE R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti. V. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti. V. Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos. R. Porque hemos pecado contra ti. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. El Hijo del Hombre será levantado en alto: el que cre en él tendrá vida eterna. Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55 Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. El Hijo del Hombre será levantado en alto: el que cre en él tendrá vida eterna. PRECES Demos siempre gracias a Cristo, nuestra cabeza y nuestro maestro, que vino a servir y a hacer el bien a todos, y digámosle humilde y confiadamente: Atiende, Señor, a tu Iglesia. Asiste, Señor, a los obispos y presbíteros de la Iglesia y haz que cumplan bien su misión de ser instrumentos tuyos, cabeza y pastor de la Iglesia, para que por medio de ti conduzcan a todos los hombres al Padre. Que tus ángeles sean compañeros de camino de los que están de viaje, para que se vean libres de todo peligro de cuerpo y de alma. Enséñanos, Señor, a servir a todos los hombres, imitándote a ti, que viniste a servir y no a ser servido. Haz que en toda comunidad humana reine un espíritu fraternal, para que, estando tú en medio de ella, sea como una plaza fuerte. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Sé misericordioso, Señor, con todos los difuntos y admítelos a contemplar la luz de tu rostro. Unidos fraternalmente, dirijamos al Padre nuestra oración común: Padre nuestro... ORACIÓN Señor Dios, que por tu Palabra hecha carne has reconciliado contigo admirablemente al género humano, haz que el pueblo cristiano se apreste a celebrar las próximas fiestas pascuales con una fe viva y con una entrega generosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. COMPLETAS (Oración antes del descanso nocturno) INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. Himno: TÚ, A QUIEN HE BUSCADO, SEÑOR Tú, a quien he buscado, Señor, en este día, a quien he escuchado, dame el reposo de esta noche. Tú, a quien he cantado, Señor, en este día, a quien he orado, dame el reposo de esta noche. Tú, a quien yo he negado, Señor, en este día, a quien he amado, dame el reposo de esta noche. Amén. SALMODIA Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno. Salmo 90 - A LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE. Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío. Dios mío, confío en ti.» Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás: su brazo es escudo y armadura. No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía. Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará. Tan sólo abre tus ojos y verás la paga de los malvados, porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa. No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré; lo saciaré de largos días, y le haré ver mi salvación.» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno. LECTURA BREVE Ap 22, 4-5 Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Te encomiendo mi espíritu. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. ORACIÓN OREMOS, Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor. Amén BENDICIÓN V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R. Amén. ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN Salve, Reina de los cielos y Señora de los ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz. Alégrate, virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.