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jueves, 22 de marzo de 2012
Moniciones y Oración de los Fieles: V Domingo de Cuaresma 25 de marzo de 2012
Moniciones y Oración de los Fieles: V Domingo de Cuaresma
25 de marzo de 2012
MONICIÓN DE ENTRADA
Les damos nuestra más fraterna y cordial Bienvenida a la Eucaristía de este Quinto Domingo de Cuaresma. Estamos pasando ya las últimas jornadas de este tiempo de amor y conversión. La cuaresma permanece hasta que se inicia el Triduo Pascual, allá en la tarde del Viernes Santo. En fin, el domingo próximo es Domingo de Ramos y es, asimismo, el inicio de lo que también llamamos Semana Santa. Puede verse que nos acercamos a esas fechas en las que celebramos los grandes misterios de nuestra fe. Y hoy Jesús de Nazaret nos va a volver recordar que es necesario que Él sea alzado en la Cruz para que nosotros, para que la humanidad no perezca. Abramos nuestro corazón a esas verdades y completemos nuestra conversión para mejor entender el sacrificio de Cristo, el Señor. Y una cuestión más: Mañana lunes, día 26, celebraremos la Solemnidad de la Anunciación del Señor, trasladada, porque es el 25 de marzo la fecha habitual de esta Solemnidad tan importante. Son nueve meses antes que la próxima fiesta de la Natividad, el 25 de diciembre… Nos oponemos de pie, para recibir al Celebrante y sus acompañantes, cantando.
MONICIÓN SOBRE LAS LECTURAS
1.- El libro de Jeremías –nuestra primera lectura de hoy—nos habla de una alianza nueva entre Dios y su pueblo. Los pecados desaparecerán y la nueva ley llegará hasta nuestros corazones por mano del Señor. Ya el profeta anuncia esa nueva alianza que Cristo nos va a traer con su enseñanza, con su Muerte y su Resurrección. Escuchemos.
2.- El brevísimo fragmento de la Carta a los Hebreos que leemos hoy, refleja bien el drama de Cristo, Nuestro Señor, ante la muerte. Jesús no quería morir, como ningún ser humano en su sano juicio. Pero aceptó su sacrificio, con obediencia total al Padre, para que nosotros viviéramos. Escuchemos
3.- No hay vida donde no hay fruto, ni hay fruto si la semilla no muere. La muerte de Jesús ha dado vida y ha transformado a todos los hombres. Eso nos dice Jesús, hoy, a través de las palabras del Evangelio de San Juan. Y por eso los frutos que nosotros recogemos son todos regalos de Dios. Esto nos muestra que la vida no nos pertenece para vivirla a solas, sino que la tenemos que poner al servicio de los demás. De pie para escuchar la proclamación del Santo Evangelio.
La oración de los fieles V Domingo de Cuaresma
25 de marzo de 2012
CELEBRANTE
Ante la cercanía de nuestra salvación, se hade más urgente la conversión del corazón, nos reconocemos necesitados de la gracia del Señor hoy nuestra súplica es:
DANOS, SEÑOR, UN CORAZÓN PURO.
1. – Te pedimos, Señor, que renueves a tu Iglesia, fortaleciendo las virtudes de sus miembros y reparando sus faltas, para que sea fiel reflejo de la Salvación que anuncia.
OREMOS AL SEÑOR
MONITOR
2.- Te pedimos, Señor, muy especialmente por el viaje pastoral del Papa Benedicto a México y Cuba. Y en este umbral de la Semana Santa esas visitas llenen de gracias a los pueblos cubano y mexicano y a todos los pueblos latinoamericano.
OREMOS AL SEÑOR
3. –Te pedimos, Señor, todos los hombres del mundo, para que se conviertan a ti de todo corazón y así se extienda entre todos el Reino de Dios y su justicia.
OREMOS AL SEÑOR
4. – Te pedimos, Señor, por todos los alejados, para que reconociendo a la Iglesia como madre que engendra en la fe, colaboren en la propagación de tu Palabra.
OREMOS AL SEÑOR
5. – Te pedimos, Señor, por los que sufren, para que encuentren en su camino la redención y la salud de cuerpo y alma.
OREMOS AL SEÑOR
6.- Te pedimos, Señor, por todos los que recibirán este año el bautismo, para que su adhesión a la Iglesia sea fermento de santidad y sean sus vidas reflejos de la Luz del Padre.
OREMOS AL SEÑOR
7.- Te pedimos, Señor, por la Obra Por Cristo…Mas, Mas, Mas, para que siguiendo los lineamientos de tu Iglesia, sea fermento que hagas crecer en santidad a todos aquellos que se acerquen a ella, ya sea con sus intenciones o para nutrir su espíritu con sus orientaciones.
OREMOS AL SEÑOR
8.- Te pedimos, Señor, por todos los que nos preparamos en este tiempo para la celebración de los misterios pascuales, para que resucitemos con Cristo a la Luz del hombre nuevo.
OREMOS AL SEÑOR
CELEBRANTE
Padre, atiende nuestra plegaria en este tiempo de preparación y conversión, para que caminando tras las huellas de tu Hijo, lleguemos tras morir al pecado, a la luz de la Resurrección. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén
Homilías V Domingo de Cuaresma 25 de marzo de 2012
Homilías V Domingo de Cuaresma
25 de marzo de 2012
1.- SERVIR COMO JESÚS NOS HA SERVIDO
Por Pedro Juan Díaz
1.- En este último domingo de la Cuaresma, antes de encarar la Semana Santa, se nos presenta la Palabra de Dios a modo de síntesis de todo lo que hemos ido escuchando y reflexionando en estos domingos. La gran alianza, la nueva alianza que Dios quiere hacer con las personas va a pasar por la muerte de Jesús en una cruz. Pero no por la cruz como tal, sino por la actitud de Jesús y la manera de afrontar esa muerte.
2.- Jeremías, en la primera lectura, insiste una vez más en que, a pesar de las muchas infidelidades del pueblo a la Alianza, Dios insiste y permanece fiel. No es la ley la que es mala y por eso no la cumplen las personas. Se trata, más bien, de cambiar a las personas. Y Dios va a hacer algo grande, algo que cambiará el corazón de las personas y les infundirá un espíritu nuevo, algo que ayude a las personas a crecer en confianza en Dios y en seguridad de que Él es fiel y no nos va a abandonar. Así también nosotros se lo hemos pedido a Dios en el Salmo respondiendo: “Oh Dios, crea en mí un corazón puro”.
3.- Ese “algo” grandioso de Dios a favor de las personas va a ser la entrega de su propio Hijo en la cruz. Jesús va a ser el que lleve a cumplimiento esa nueva alianza de Dios con las personas. “Ha llegado la hora”, dice Jesús, la hora de darle a su vida el verdadero sentido. La actitud de Jesús al afrontar la cruz es morir para dar fruto: “si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto”.
4.- Jesús va a ser “levantado de la tierra”, es decir, crucificado. Pero con esa muerte va a dar gloria a Dios. Por eso la voz del cielo habla de “glorificarle otra vez”. Jesús es ese grano de trigo que, muriendo, va a dar mucho fruto. Y los que queremos ser sus seguidores, hemos de vivir con la misma actitud de servicio, es decir, no pensando tanto en nosotros mismos, sino más en los demás.
5.- Jesús siente angustia por lo que va a pasar, pero también mucha esperanza y confianza en Dios, su Padre. Jesús siente que su muerte no va a ser en balde y quiere transmitir a sus discípulos que la actitud para vivir la vida a su estilo es el servicio. El triunfo de Jesús pasa por el silencio y por la muerte, como el grano de trigo. Aquí vemos el verdadero significado de “perder la vida” por los demás y por Dios, no mirando tanto el satisfacer nuestros caprichos, cuanto en servir como Jesús nos ha servido a todos. Este es el gran signo de identidad de los cristianos. Y cuando uno sirve, sirve a los demás, muere a sí mismo, y sirve sembrando perdón y amor, que es como Jesús muere, amando y perdonando. Eso es lo que hizo grande la cruz.
6.- La cruz, por sí misma, no tiene ningún sentido, pero Jesús le dio un sentido pleno y total por su forma de entregar la vida, aceptando el plan amoroso de Dios, esa nueva alianza grabada en los corazones. “Todos me conocerán – pone Jeremías en boca de Dios – cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados”. Y ahí está Jesús, perdonándonos a todos, crucificando con Él nuestros pecados. Y ahí está Dios, amándonos y perdonándonos.
7.- Por eso la cruz y la resurrección es el gran signo de la alianza nueva de Dios con las personas. El hombre entregado y sacrificado ha sido glorificado por Dios. Desde ese momento, en cada corazón Dios ha puesto su Espíritu Santo, para que, a pesar de nuestras fragilidades y de nuestros pecados, podamos contar con Dios y con su fuerza para superar cualquier adversidad y para vivir esta vida con el mismo estilo de confianza en Dios y de servicio a las personas que la vivió Jesús.
8.- Esto es lo que recordamos cada vez que nos acercamos a la Eucaristía. Esto es lo que vamos a vivir, de manera especial, en la Semana Santa, que comenzaremos el próximo domingo con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y nuestra procesión con las palmas y los ramos. Es una semana grande, es una semana de fe, es una semana para no olvidar que, cada día, Dios está con nosotros, en la Eucaristía, en los pobres, en cada persona. A nosotros nos queda acogerles con nuestra actitud de servicio a los demás.
2.- ES LA HORA DE SERVIR A CRISTO
Por José María Martín OSA
1.- Una nueva alianza escrita en el corazón de cada uno. Jeremías se abre a la esperanza escatológica para anunciar una "alianza nueva". La profecía de Jeremías adquiere todo su significado en la situación crítica en la que fue pronunciada. Recordemos que eran tiempos de ruina nacional, en los que el Templo con todos sus símbolos se vino abajo. Es la primera vez que aparece este concepto de la "nueva alianza", que pasaría después al Nuevo Testamento y a la iglesia cristiana. Las partes de esta alianza serán las mismas que pactaron en el Sinaí: Yahvé será el Dios de Israel, y éste el pueblo de Dios. Pero esta alianza nueva, escrita en el corazón, sólo será posible si el mismo Dios purifica antes los corazones y perdona el pecado que en ellos está grabado. Jeremías señala la responsabilidad personal de cada persona. Es una relación personal con Dios, que meterá su ley en el pecho y en el corazón de cada uno. “Mi sacrificio es un espíritu quebrantado”, dice el Salmo responsorial. San Agustín comenta que el que así ora reconoce su responsabilidad personal “se examina a sí mismo, y no de manera superficial, como quien palpa, sino profundizando en su interior. No se perdona a sí mismo, y por esto precisamente puede atreverse a pedir perdón.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado; tú no lo desprecias. Este es el sacrificio que has de ofrecer. No busques en el rebaño, no prepares navíos para navegar hasta las más lejanas tierras a buscar perfumes. Busca en tu corazón la ofrenda grata a Dios”.
2.- La obediencia y la angustia de Jesús. En la segunda lectura, de la Carta a los Hebreos el autor describe con palabras conmovedoras y llenas de realismo la oración y la angustia de Jesús. Evidentemente se refiere al trance de Getsemaní, cuando Jesús tuvo que experimentar en su propia carne la repugnancia natural ante una muerte que se acercaba. El que iba a ser constituido mediador y sacerdote de la nueva alianza se acercó a los hombres y bajó hasta lo más profundo de nuestro dolor. Sabemos que Jesús padeció y murió en la cruz después de su oración en el Huerto de los Olivos. Si, no obstante, se dice aquí que fue escuchado, esto sólo puede tener dos sentidos igualmente válidos: que Jesús venció su repugnancia natural a la muerte y aceptó la voluntad del Padre y que el Padre lo libró de la muerte resucitándole al tercer día. Frecuentemente se habla en el Nuevo Testamento de la obediencia de Jesús, pero ésta es la obediencia del Padre, que se muestra muchas veces como desobediencia a los hombres y a las leyes humanas. Por su obediencia al Padre hasta la muerte, y muerte de cruz, Jesús alcanzó una vida cumplida, perfecta, gloriosa, y fue constituido en Señor que ahora da la vida a todos cuantos le obedecen.
3.- Dar fruto como el grano de trigo que muere en el surco. Tras le resurrección de Lázaro mucha gente decidió seguir a Jesús. Los fariseos comentan llenos de rabia en el versículo anterior al comienzo de este texto: “Todo el mundo se ha ido tras él”. Todo el clamor de la multitud y el triunfo que le acompaña no puede impedir que Jesús esté en su interior profundamente preocupado; pues ha llegado la "hora" de su "exaltación", de su muerte y también de su verdadera glorificación en la cruz. Es la hora señalada por el Padre para realizar la siembra necesaria, sin la que no es posible la cosecha. Y Jesús es el grano. Es preciso que muera para que se extienda por todo el mundo su obra de salvación. La cosecha que Jesús espera no es otra que la salvación del mundo por la fe en su evangelio. Juan utiliza siempre la expresión "dar fruto" en este sentido misionero. La eficacia de la muerte de Jesús para la extensión del reino de Dios entre los hombres y los pueblos no es una eficacia automática: por lo tanto no ahorra a nadie la opción libre por el evangelio. Por eso Jesús, que ha cumplido en su vida y en su muerte la ley de la siembra, de la generosidad y la entrega, nos advierte que todos debemos hacer lo mismo que él si queremos entrar con él en la vida eterna. Pues el que sólo se cuida de sí mismo y no tiene más preocupaciones que la de salvar su vida, la pierde; en cambio, gana la vida eterna el que vive y muere por los demás.
4.- Servir a Cristo en el hermano. Jesús obedeció al Padre cuando llegó su "hora". Jesús recuerda a sus discípulos que deben servirle y servir al evangelio siguiendo su camino hasta el final. ¿En qué consiste “servir a Cristo”?. San Agustín nos lo explica: “Debemos buscar en este mismo texto qué significa servir a Jesús, sin tener que recurrir a otros. Cuando dijo: Si alguno me sirve, sígame, indicó lo que quería decir: Si alguno no me sigue, ése no me sirve. Sirven, pues a Cristo los que no buscan sus propios intereses, sino los de Jesucristo. Sígame, es decir, vaya por mis caminos y no por los suyos. El que sirve así, sirve a Cristo y se le dirá con justicia: Lo que hiciste a uno de mis pequeños, a mí me lo hiciste. Y a quien sirva a Cristo de este modo, el Padre le honrará con el extraordinario honor de estar con su Hijo y su felicidad será inagotable”.
3.- LA ALIANZA NUEVA Y EL GRANO DE TRIGO
Por Gabriel González del Estal
1.- Mirad que llegan días en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. El que habla ahora, en nombre de Dios, es el profeta Jeremías. Jeremías sabe que en la alianza antigua, con Noé, con Abrahán, con Moisés, Dios se había comprometido a proteger a su pueblo, siempre y cuando éste cumpliera los mandatos que el Señor le daba. El profeta Jeremías sabe también que el pueblo no había cumplido en muchísimas ocasiones los mandatos del Señor, por lo que se había hecho merecedor de muchos de los males que había padecido. Pues bien, el Señor, por boca del profeta, les dice ahora: mirad que llegan días en que haré con la casa de Israel y de Judá una alianza nueva y distinta: “meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones, todos me conocerán, cuando yo perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados”. Dios, gratuitamente, perdonará a su pueblo y todos le conocerán. Los cristianos siempre hemos visto en este texto un anuncio de lo que sería la nueva y eterna alianza que hizo Dios con nosotros, a través de su hijo Jesucristo. El cuerpo de Cristo, que será entregado por nosotros, y la sangre de Cristo, que será derramada por nosotros, nos han conseguido, generosa y gratuitamente, el perdón y la gracia de Dios. Ya no hacen falta más sacrificios expiatorios; el sacrificio único de Cristo nos ha traído para siempre la salvación. Si nosotros, durante nuestra vida, vivimos en comunión con Cristo y somos miembros vivos de su cuerpo, moriremos y resucitaremos con él. Esta es la nueva y eterna alianza que entrevió y profetizó el profeta Jeremías.
2.- Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo. Cristo está pensando en sí mismo cuando dice esta frase. Él va a morir, como el grano de trigo, y resucitará, como espiga dorada por el sol. Esto era lo que no acababan de entender sus discípulos: que Cristo tuviera que morir y que sólo cuando muriera sería “elevado sobre la tierra, atrayendo a todos hacia él”, con su resurrección. Cristo les dice que los que quieran seguirle tendrán que morir, como el grano de trigo, antes de resucitar con él; “el que quiera servirme, que me siga”. Sólo por la cruz del calvario se llega a la luz de la resurrección. Sabemos, pues, que para ser discípulos y seguidores de Cristo debemos hacer del sufrimiento un camino de salvación. No nos gusta sufrir por sufrir, detestamos el sufrimiento inútil y absurdo, tanto para nosotros mismos como para los demás. Pero la vida está llena de dolores necesarios para nuestra salud corporal y espiritual. Estos son los dolores que debemos aceptar con valentía cristiana, haciendo de ellos camino de salvación. A Cristo tampoco le gustaba sufrir –mi alma está triste hasta la muerte-, pero, porque su sufrimiento y su muerte eran necesarios para la salvación del mundo, aceptó el sufrimiento –no se haga mi voluntad, sino la tuya-.
3.- Señor, quisiéramos ver a Jesús. Esto le decían unos gentiles a Felipe, el de Betsaida de Galilea. Estos gentiles habían oído hablar de las maravillas que hacía Jesús y querían conocerlo. Los que tenemos la suerte de conocer, aunque sea muy imperfectamente, a Jesús, debemos estar siempre dispuestos a contar las maravillas que Dios ha hecho en nosotros a través de su hijo, Cristo, y a llevar a los que no le conocen hasta él. “El que me ve a mí, le había dicho el mismo Jesús a Felipe, ve al Padre”. A través de la figura de Cristo debemos los cristianos llevar a las personas al conocimiento de Dios. Y nosotros mismos que, a través de la fe, ya hemos visto a Jesús, debemos pedir todos los días a nuestro Padre Dios que nos haga ver cada día con un poco más de claridad a la persona de Cristo. Ver a Cristo, para nosotros, debe ser acercarnos cada día un poco más a él, hasta vivir en comunión totalmente con él.
Lecturas V Domingo de Cuaresma 25 de marzo de 2012
Lecturas V Domingo de Cuaresma
25 de marzo de 2012
PRIMERA LECTURA
LECTURA DEL LIBRO DE JEREMÍAS 31, 31-34
Mirad que llegan días --oráculo del Señor-- en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la que hice con vuestros padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: Ellos, aunque yo era su Señor, quebrantaron mi alianza --oráculo del Señor--. Si no que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días --oráculo del Señor--: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: Reconoce al Señor. Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande --oráculo del Señor--, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL
SALMO 50
R.- OH, DIOS CREA EN MI UN CORAZÓN PURO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad;
por tu inmensa compasión borra mi culpa,
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.-
Oh, Dios crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes dentro lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.-
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.-
SEGUNDA LECTURA
LECTURA DE LA CARTA A LOS HEBREOS 5, 7-9
Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas presentó oraciones y suplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado. Él, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de la salvación eterna.
Palabra de Dios
EVANGELIO
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 12, 20-33
En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos gentiles; éstos acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban:
-- Señor, quisiéramos ver a Jesús.
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. Jesús les contestó:
-- Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. Os aseguro, que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde, y el que se aborrece a sí mismo, se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva el Padre le premiará. Ahora mi alma está agitada y, ¿qué diré? : Padre líbrame e esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre glorifica tu nombre.
Entonces vino una voz del cielo:
-- Lo he glorificado y volveré a glorificarlo
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo:
-- Esta voz no he venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.
Palabra del Señor
CANTOS PARA EL V DOMINGO DE CUARESMA
Entrada: Hacia Ti Morada Santa (MCJ 185)
Rito Penitencial: Ten Piedad (NCJ 594)
Santo: Santo Llanero (MCJ 629)
Comunión: Un Mandamiento Nuevo (MCJ 243; No Soy digno de Ti Señor (MCJ 161)
Final: Canto a la Virgen María
25 † CALENDARIO LITURGICO PASTORAL V DOMINGO DE CUARESMA
25 † CALENDARIO LITURGICO PASTORAL V DOMINGO DE CUARESMA
Misa: del Domingo (morado).
Misal: ants. y oracs. props., sin Gl., Cr., Pf. I ó II de Cuaresma / si se lee el Ev. de la resurrección de Lázaro se dice el pref. prop. No se puede decir la PE IV.
Lecc.: vol. II, lects. del domingo V de Cuaresma (año B):
• Jr 31, 31-34. Haré una alianza nueva y no recordaré sus pecados.
• Sal 50. Oh Dios, crea en mí un corazón puro.
• Hb 5, 7-9. Aprendió a obedecer y se ha convertido en autor de salvación eterna.
• Jn 12, 20-33. Si el grano de trigo cae en tierra y muere, da mucho fruto.
Cristo es la vida. La catequesis catecumenal llega a su culmen en este domingo. A los signos del agua y de la luz, hoy se añade la vida. Para Israel el exilio fue considerado como su tumba y era preciso salir de ella con una nueva vida para regresar a la patria (1ª lect.). Jesús devuelve a la vida a su amigo Lázaro que reposaba en el sepulcro (Ev.). Volver a la vida es obra del Espíritu Santo, que habita en el bautizado (2ª lect.).
o bien, sobre todo cuando hay catecúmenos: vol. lects. del domingo V de Cuaresma (año A):
• Ez 37, 12-14. Os infundiré mi espíritu, y viviréis.
• Sal 129. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.
• Rm 8, 8-11. El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros.
• Jn 11, 1-45. Yo soy la resurrección y la vida.
El domingo de la vida. En el contexto litúrgico cuaresmal la resurrección de Lázaro, además de ser un anuncio y signo de la Pascua del Señor, presenta también una dimensión bautismal. La catequesis catecumenal llega a su culmen en este domingo. A los signos del agua y de la luz, hoy se añade el de la vida.
Ezequiel, con la imagen de la reanimación, anuncia la reconstrucción de Israel y proclama una vida nueva para el pueblo. El exilio fue para Israel como una tumba y era preciso que saliera de ella para regresar a su patria como un pueblo nuevo (1ª lect.) Jesús restituye a Lázaro a la vida que reposaba en el sepulcro (Ev.). La resurrección de Lázaro es anticipo de la resurrección de Cristo y de todos aquéllos en los que habita el Espíritu (2ª lect.)
– Cuando en este domingo tienen lugar los escrutinios preparatorios para el bautismo de adultos, pueden utilizarse las oraciones rituales y las intercesiones propias.
– Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la Misa exequial.
Calendarios:
Cádiz y Ceuta: Aniversario de la ordenación episcopal Mons. Antonio Cebal los Atienza, obispo, emérito (1988).
Segorbe-Castellón: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Casimiro López Llorente, obispo (2001).
Novena del embarazo de la virgen María.
Amigos:
Novena del embarazo de la virgen María.
Queridos amigo hoy comenzamos la novena del embarazo de la virgen María, acompañemos a María en sus nueve meses de embarazo, porque un día como hoy el ángel le anuncio a María que había sido la elegida de Dios para que su hijo Jesús viniera y compartiera con nosotros en el mundo. Los invito a participar en esta Novena, como una forma de devoción a la Virgen y adoración al Señor Jesús.
La novena es así:
Todos los días vas a hacer esta oración durante nueve meses la terminas el 24 de Diciembre con el nacimiento de Jesús, es hermoso acompañar a Jesús desde su concepción yo te invito a que lo hagas es hermoso aceptar a Jesús desde la anunciación, todos los días dirás:
Oh María sin pecado original, tú que hiciste de tu seno virgen una morada para el hijo de Dios, yo________________________________________ me avergüenzo de presentarme delante de ti, pero es que deseo que el hijo de Dios el cual quiso nacer de ti, renazca espiritualmente en mi corazón y me conceda la gracia que tanto necesito, yo te suplico madre santa que me ayudes e intercedas por mi ante tu hijo Jesucristo, yo te suplico virgen santa que me ayudes a alcanzar la gracia que tanto deseo_____________________________. Y paso a reverenciarte madre por las horas en que llevaste en tu vientre al hijo de Dios.
Repetirás 24 veces lo siguiente.
Bendita sea la santa inmaculada concepción de la virgen María la madre de Dios. Dios te salve María llena eres de gracia bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre Jesús. Santa María madre de Dios ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte amen.
Santoral del 25 de Marzo: La Anunciación del Señor
Santoral del 25 de Marzo: La Anunciación del Señor
El Anuncio del Ángel a María
En el primer capítulo del Evangelio de San Lucas leemos:
« Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel
a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
a una virgen desposada con un hombre llamado José,
de la casa de David; el nombre de la virgen era María. »
La palabra "ángel" significa: Un mensajero, un mensajero de Dios.
Gabriel: El que trae buenas noticias, de parte de Dios.
Una virgen es en la Santa Biblia una mujer que no ha cometido impurezas. En el mundo hay muchas mujeres vírgenes, pero una es más pura y más santa que las demás y la llamamos "Santísima Virgen". Es la madre de Jesús.
Comprometida en matrimonio (Desposada): Unos meses antes de casarse, los novios firmaban un compromiso de matrimonio, para que el esposo pudiera dedicarse tranquilamente a preparar todo lo necesario para su próximo hogar, sin peligro de que después la prometida ya no se casara con él.
Desposada a un hombre llamado José.
En Israel era muy estimado el nombre de María. Así se llamaba la hermana de Moisés, y en tiempos de Jesús este nombre era tan popular, que las tres mujeres que estuvieron presentes en el Calvario, todas tenían el nombre de María. Las tres Marías.
María es un nombre que significaba "Señora" o "Princesa", pero varios autores dicen que en Egipto el nombre de María proviene de dos palabras: "Mar": la hija preferida, e "ia": abreviatura de IAVEH: Dios. Por lo cual el nombre de María significa: La hija preferida de Dios. Y en verdad que sí corresponde muy bien este significado a lo que en realidad ha llegado a ser la Madre de Jesús: la hija que más quiere Dios.
« Y entrando, le dijo: «Salve, llena de gracia,
el Señor está contigo.»
Salve: En hebreo, Shalon Jalai, o sea: ¡Yo te saludo. Te felicito. Alégrate! Cada vez que rezamos el Avemaría saludamos a la Virgen con el mismo saludo con el que la saludó el ángel en el día más feliz de su vida, en el día de la Anunciación, cuando ella empezó a ser Madre de Dios. Podremos decir que no hemos saludado al Presidente o al Papa, pero sí hemos saludado muchas veces a la Virgen Santa con el saludo que a Ella más le agrada, el que le compuso el mismo Dios en persona.
Llena de gracia: La mujer que más gracias o favores ha recibido de Dios. Llena de gracia quiere decir: la muy simpática para Dios. Si Ella hubiera tenido algún pecado, ya no habría sido totalmente simpática para Nuestro Señor. Pero Ella no tuvo ni la más mínima mancha de pecado.
El Señor está contigo: Los israelitas cuando querían animar a una persona y asegurarle que le iban a suceder cosas maravillosas le decían: "El Señor está contigo". Es que "si Dios está con nosotros, ¿quién podrá contra nosotros?". Cada vez que rezamos el Avemaría felicitamos a la Virgen por esta bella noticia: ¡El Señor está siempre contigo! ¡Y ojalá que esté siempre también con cada uno de nosotros!
« Ella se conturbó por estas palabras, y preguntaba qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas,
María, porque has hallado gracia delante de Dios ».
No temas: Es una frase que en la Santa Biblia se repite muchas veces, dirigida hacia las personas que Dios elige para sus grandes obras. ¡No temas, porque Dios va contigo y te ayudará en todo. ¡No temas!
«has hallado gracia delante de Dios»
Maravilloso elogio. Ojalá se pudiera decir también de cada uno de nosotros.
«vas a concebir en el seno y vas a dar a luz
un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.»
El nombre Jesús significa: el que salva de los pecados. Porque El ha venido a salvarnos a los pecadores y a pagar nuestras deudas ante Dios.
« Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo,
y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino
no tendrá fin. »
Bellísimas noticias acerca de Jesús, que conviene recordar y no olvidar jamás.
« María respondió al ángel: '¿Cómo será esto, puesto que
no conozco varón? El ángel le respondió: 'El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será
llamado Hijo de Dios... Dijo María: 'He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.' Y el ángel dejándola se fue. »
Y en aquel momento el Hijo de Dios se encarnó y se hizo hombre en el vientre Santísimo de la Virgen María. Día grande y mil veces bendito en el que Dios se vino a vivir entre nosotros.
En 9 meses será Navidad, el día del Nacimiento de Jesús.
¡Gracias Señor te damos por haber
asumir nuestra humanidad para salvarnos!
Tanto amó Dios al mundo que le dió a su propio Hijo
para que el mundo se salve por medio de Él.
(Evangelio de San Juan).
Meditación: Domingo de la semana 5 de Cuaresma. Ciclo B. 25 de Marzo, 2012
Meditación: Domingo de la semana 5 de Cuaresma. Ciclo B. 25 de Marzo, 2012
«Entre los que subieron a adorar a Dios en la fiesta había algunos griegos; éstos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaban diciendo: Señor, queremos ver a Jesús. Fue Felipe y se lo dijo a Andrés, y Andrés y Felipe fueron y se lo dijeron a Jesús. Jesús les contestó: Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del Hombre. En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no muere al caer en tierra, queda infecundo; pero si muere, produce mucho fruto. El que ama su vida la perderá, y el que aborrece su vida en este mundo, la guardará para la vida eterna. Si alguien me sirve que me siga, y donde yo estoy allí estará también mi servidor; si alguien me sirve, el Padre le honrará. Ahora mi alma está turbada; y ¿qué diré?: ¿Padre, líbrame de esta hora?, si para eso vine a esta hora. ¡Padre, glorifica tu nombre! Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado y de nuevo lo glorificaré. La multitud que estaba presente y la oyó, decía: Ha sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado. Jesús respondió: Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora es el juicio de este mundo, ahora el príncipe de este mundo va a ser arrojado fuera. Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí. Decía esto señalando de qué muerte iba a morir. » (Juan 12, 20-33)
1º. Unos griegos desean ver a Jesús.
Estos representan el mundo gentil, el mundo que no pertenecía al pueblo judío.
Este hecho motiva el que Jesús anuncie:
-su próxima glorificación,
-carácter universal de su misión: ha venido a salvar a todos los hombres.
Para ello, Jesús utiliza una metáfora: es como una semilla que muere en la tierra, que perece y que, por lo mismo, lleva abundante froto.
Él atrae a todos hacia sí.
Tal vez a los hombres de hoy nos cueste comprender esta metáfora: No estamos familiarizados con el granero, ni tal vez hayamos visto cómo se siembra el trigo: Antiguamente, el labrador, con el arado, iba abriendo un surco, después otra persona iba dejando como una estela de trigo en este surco.
A la vuelta el labrador, con el surco siguiente que hacía, tapaba el trigo sembrado.
Este trigo, con la humedad de la tierra, se pudre, muere y saca una pequeña raíz y un pequeño tallo, que con el tiempo va creciendo hasta producir la espiga.
Si no muriera el trigo, si no se pudriera, no daría fruto.
Jesús nos explica bien lo que quiere decir con esta metáfora:
1ª: Para producir fruto antes tiene que morir.
Que es lo que Cristo está anunciando: Va a morir en la cruz para salvar a toda la humanidad.
2ª: Jesús, clavado en la cruz, es el supremo signo de contradicción para todos los hombres:
-quienes le reconocen como Hijo de Dios se salvan;
-quienes le rechazan, se condenan.
Por eso, es tarea del cristiano manifestar la fuerza salvadora de la Cruz a todo el mundo.
3ª: Cristo quiere atraer a todos hacia sí.
Quiere que todas las personas se puedan salvar.
2º. Apliquemos esto a nuestra vida:
A primera vista, el mundo parece hecho para el placer.
Por tanto la visión de la Cruz de Cristo, choca con esta apariencia.
Sin embargo, la cruz nos enseña la misma lección que el mundo enseña a los que viven mucho, a los que tienen una gran experiencia del mundo y lo conocen bien.
El mundo es dulce a los labios, pero amargo al paladar.
Al principio resulta gratificante, pero no al final.
Desde fuera parece alegre, pero dentro de él se esconde el mal y la tristeza.
Por eso, cuando un hombre vive un cierto número de años, al final de su vida, grita como el autor del Eclesiastés: «Vanidad de vanidades, todo es vanidad»
Más aún: consideremos la tristeza, la pobreza, la indigencia, el dolor, el sufrimiento, las enfermedades..., todo lo que asusta o disgusta.
¿Queremos saber cómo valorar esto?
Miremos la Cruz.
Así es, en la cruz y en el que fue clavado en ella encontraremos la interpretación de todas las cosas.
La cruz es el centro y la clave de interpretación de todas las cosas, porque en ella fue elevado Cristo, para que pudiese atraer todo y a todos hacia él.
Ahora bien, aunque la enseñanza de la cruz nos entristezca, no debe suponer por ello que el Evangelio sea una religión triste.
En absoluto.
El Evangelio nos prohíbe solo que “comencemos” por el placer.
Es decir, que sea lo primero que pongamos en nuestra vida.
El Evangelio nos manda que lo primero en nuestra vida sea la cruz de Cristo y en ella encontraremos primero el dolor, pero después de aquel dolor nacerá la paz y el consuelo.
Que lo primero sea la fe,
que lo primero sea Cristo,
que lo primero sea su cruz y la humillación a la que esta conduce.
Dejémonos antes que nada atraer por el que fue elevado, de modo que él pueda darnos generosamente, además de sí mismo, todas las cosas.
Por tanto, busquemos en primer lugar «el Reino de Dios y su justicia» y después todas las cosas de este mundo se nos darán «por añadidura»
Solo los que comienzan por el mundo invisible, por buscar el Reino de los cielos, son capaces de gozar de las cosas de este mundo.
Lectio Divina: Domingo V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 25 de Marzo, 2012
Lectio Divina: Domingo V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 25 de Marzo, 2012
Lectio: Juan 12, 20-33
1. Oración inicial
Escucha, ¡oh Padre! nuestra súplica: te pedimos que envíes tu Espíritu con abundancia, para que sepamos escuchar tu voz que proclama la gloria de tu Hijo que se ofrece para nuestra salvación. Haz que de esta escucha atenta y comprometida, sepamos hacer germinar en nosotros una nueva esperanza para seguir a nuestro Maestro y Redentor con total disponibilidad, aún en los momentos difíciles y obscuros. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
2. Lectura
a) El contexto:
Estamos al final del "libro de los signos", que es la clave interpretativa que usa Juan en su Evangelio y ya se está perfilando el encuentro mortal entre la clase dirigente y Jesús. Este pasaje es como un broche entre lo que hasta ahora Juan ha contado y se concluye con esta aparición de las "gentes" (señalados por estos "griegos") y lo que está por suceder. Los próximos sucesos Juan los subdivide en dos ámbitos. El primer ámbito es el diálogo con sólo los discípulos, en el contexto de la cena pascual (cc 13-17); el otro ámbito será la escena pública de la pasión y después la aparición del resucitado (cc 18-21).
Este episodio, quizás no es del todo real: quiere señalar que la apertura a las gentes ha comenzado ya con Jesús mismo. No se trata tanto de andar a convencer a los otros de cualquier cosa, sino de acoger ante todo su búsqueda y llevarla a la madurez. Y esta madurez no llega sino con la colaboración de los otros y con un diálogo con Jesús. No se dice si Jesús ha hablado a estos griegos: el texto parece abreviar la narración, haciendo llevar pronto a la evidencia a qué "tipo" de Jesús se deben acercar aquéllos que lo buscan. Se trata del Jesús que ofrece la vida, que da frutos a través de la muerte. No, por tato, un Jesús "filósofo", "sabio"; sino ante todo aquél que no está atado a la propia vida, sino que la ha dado y se ha puesto al servicio de la vida de todos.
Los versículos 27-33, que manifiestan la angustia y la turbación de Jesús frente a la muerte inminente, se llaman también "el Getsemaní del IV Evangelio" en paralelo con la narración de los Sinópticos sobre la vigilia dolorosa de Jesús en el Getsemaní: Como sucede con el trigo: sólo quebrantádose y muriendo puede liberar toda su vitalidad; así muriendo Jesús mostrará todo su amor que da vida. La historia de la semilla es la historia de Jesús, y de todo discípulo que quiere servirlo y tener vida en Él.
b) El texto
20 Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. 21 Éstos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: «Señor, queremos ver a Jesús.» 22 Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. 23 Jesús les respondió: «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre. 24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. 25 El que ama
su vida, la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. 26 Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. 27 Ahora mi alma está turbada. Y ¿que voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto! 28 Padre, glorifica tu Nombre». Vino entonces una voz del cielo: «Le he glorificado y de nuevo le glorificaré».
29 La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel.» 30 Jesús respondió: «No ha venido esta voz por mí, sino por vosotros. 31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será derribado. 32 Y yo cuando sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.» 33 Decía esto para significar de qué muerte iba a morir.
3. Un momento de silencio orante
para releer el texto con el corazón y reconocer a través de las frases y de la estructura la presencia del misterio del Dios viviente.
4. Algunas preguntas
para recoger del texto los núcleos importantes y comenzar a asimilarlos.
a) Felipe y Andrés ¿por qué han sido interpelados precisamente ellos?
b) ¿Qué buscaban verdaderamente estos "griegos"?
c) ¿Recibimos también nosotros a veces preguntas semejantes sobre la fe, la Iglesia, la vida cristiana?
d) No parece que Jesús se haya encontrado con estos "griegos"; pero ha confirmado su próxima "hora": ¿por qué ha hablado de esta manera?
e) ¿Quería Jesús que respondiesen con fórmulas? ¿O más bien con testimonios?
5. Algunos profundizaciones en la lectura
"Señor, queremos ver a Jesús"
Se trata de una pregunta que hacen algunos "griegos" a Felipe. De ellos se dice que " subían a adorar en la fiesta". Probablemente son aquellos "timoratos de Dios" de los que se habla con frecuencia en los textos neotestamentarios; simpatizantes de la religión hebrea, aunque sin ser verdaderos judíos. Pudieran también ser de origen sólo siro fenicio, como indica con la misma palabra Marcos (7,26), cuando habla de la mujer que pedía la curación de su hija. En la petición de ellos podemos encontrar solo curiosidad por acercarse a un personaje famoso y discutido. Pero el contexto en el que nos lo presenta Juan, esta búsqueda señala por el contrario que buscaban de verdad, con corazón abierto. Tanto es así que ellos son presentados tan pronto como se ha dicho: "Ya véis que todo el mundo se va en pos de Él" (Jn 12,19)
Y luego la noticia es comentada por Jesús como el "llegar la hora del Hijo del hombre". El hecho de que se hayan dirigido a Felipe, y éste los envíe a Andrés, es debido al hecho de que los dos eran de Betsaida, una ciudad donde la gente estaba mezclada, y se necesitaba entenderse en varios idiomas. Los dos personajes representan de todos modos dos sensibilidades: Felipe es más tradicionalista (como se ve por su frase después de haber conocido a Jesús (Jn 1, 45): mientras que Andrés, que ya había participado en el movimiento de Juan Bautista, era de carácter más abierto a lo nuevo (cfr Jn 1, 41). Para indicar que la comunidad que se abre a los paganos, que acoge la solicitud de quien busca con corazón curioso, es acogida por una comunidad que vive en su variedad de sensibilidades.
"Si el grano de trigo no cae en tierra…"
La respuesta de Jesús parece menos interesada a los griegos, que deseaban verlo, y más orientada hacia todos, discípulos y griegos. Él ve abrirse las fronteras, siente la tumultuosa adhesión de las gentes; pero quiere llamar la atención que esta fama que le rodea, esta "gloria" que quisieran conocer de cerca, es de otro género de aquélla que ellos quizás se esperaban. Se trata de una vida que está por ser destruida, de una "palabra" que viene silenciada, quebrantada hasta la muerte, sepultada en las entrañas del odio y de la tierra, para hacerla desaparecer. Y en vez de ver una gloria al estilo humano, están delante de una "gloria" que se desvela a través del sufrimiento y la muerte.
Vale para ellos, pero vale también para toda comunidad cristiana que quiere abrirse a "los griegos": debe "consultar" con el Señor, o sea, debe estar en contacto con este rostro, con esta muerte por la vida, debe dar la propia contemplación del misterio y no sólo aportar nociones. Debe vivir el verdadero despojo de las seguridades y de las gratificaciones humanas, para poder servir al Señor y recibir, también él, honor del Padre. El apego a la propia vida y a la sabiduría humana – y en el mundo griego éstos eran valores fuertes – es el verdadero obstáculo al verdadero "conocimiento de Jesús". Servir al nombre del Señor, acoger la solicitud de quien "lo busca", llevar a Jesús a estos buscadores, pero sin vivir el estilo del Señor, sin dar sobre todo testimonio de compartir la misma elección de vida, el mismo don de la vida, no sirve para nada.
"Ahora mi alma está turbada"
Esta "agitación" de Jesús es un elemento muy interesante. No es fácil sufrir, la carne se rebela, la inclinación natural te hace huir del sufrimiento. También Jesús ha sentido esta repugnancia, ha sentido horror, delante de una muerte que se perfilaba dolorosa y humillante. En su pregunta "¿qué voy a decir?", podemos sentir este escalofrío, este miedo, esta tentación de sustraerse a una muerte semejante. Juan coloca este momento difícil antes de la última cena; los sinópticos, por el contrario, lo colocan en la oración del Getsemaní, antes de la captura (Mc 14, 32-42; Mt 26, 36-46; Lc 22, 39-46). En todo caso, todos está concordes en subrayar en Jesús este temblor y fatiga, que lo asemeja a nosotros, frágil, lleno de miedo.
Pero Él afronta esta angustia "confiándose" al Padre, reclamando para sí mismo que este es su proyecto, que toda su vida tiende precisamente a esta hora, que se revela y se asume. El tema de la hora – lo sabemos bien – es muy importante para Juan: véase la primera afirmación en las bodas de Caná (Jn 2,4) y luego más frecuentemente (Jn 4, 21; 7,6.8.30; 8,20; 11,9; 13,1; 17;1). Se trata, no sólo de un tiempo puntual, cuanto de una circunstancia decisiva, hacia la cuál todo se orienta.
"Atraeré a todos hacia mi"
Puesto fuera de la violencia homicida de la que se sentía amenazado, esta suspensión de la cruz se convierte en una verdadera entronización, o sea, una colocación buena en vista de aquél que es para todos salvación y bendición. De la violencia que lo quería marginar y quitar del medio, se pasa a la fuerza centrípeta ejercida por aquella imagen del entronizado. Se trata de "un atraer" que se engendra no por curiosidad, sino por amor; será suscitador de discipulado, de adhesión en todos aquéllos que sabrán andar más allá del hecho físico, y verán en Él la gratuidad hecha totalidad. No será la muerte ignominiosa la que alejará, sino que se convertirá en fuente de atracción misteriosa, gramática que abre nuevos sentidos por la vida. Una vida entregada que genera vida; una vida sacrificada que genera esperanza y nueva solidaridad, nueva comunión, nueva libertad.
6. Salmo 125
Cuando Yahvé repatrió a los cautivos de Sión,
nos parecía estar soñando;
entonces se llenó de risas nuestra boca,
nuestros labios de gritos de alegría.
Los paganos decían: ¡Grandes cosas
ha hecho Yahvé en su favor!
¡Sí, grandes cosas ha hecho por nosotros
Yahvé, y estamos alegres!
¡Recoge, Yahvé, a nuestros cautivos,
sean como torrentes del Negueb!
Los que van sembrando con lágrimas
cosechan entre gritos de júbilo.
Al ir, van llorando,
llevando la semilla;
y vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
7. Oración final
¡Señor Dios nuestro!, aparta a los discípulos de tu Hijo de los caminos fáciles de la popularidad, de la gloria a poco precio, y llévalos sobre los caminos de los pobres y de los afligidos de la tierra, para que sepan reconocer en sus rostros el rostro del Maestro y Redentor. Da ojos para ver los senderos posibles a la justicia y a la solidaridad; oídos para escuchar las peticiones de salvación y salud de tantos que buscan como a tientas; enriquece sus corazones de fidelidad generosa y de delicadeza y comprensión para que se hagan compañeros de camino y testimonios verdaderos y sinceros de la gloria que resplandece en el crucificado, resucitado y victorioso. Él vive y reina glorioso contigo, oh Padre, por los siglos de los siglos.
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Ordinario de la Misa: Domingo 2V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 5 de Marzo, 2012
Ordinario de la Misa: Domingo 2V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 5 de Marzo, 2012
Quinto Domingo de Cuaresma
Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas
Escucha Señor, nuestra oración
Antífona de Entrada
Señor, hazme justicia. Defiende mi causa contra gente sin piedad, sálvame del hombre injusto y malvado, tú que eres mi Dios y mi defensa.
No se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Ven, Señor, en nuestra ayuda, para que podamos vivir y actuar siempre con aquel amor que impulsó a tu Hijo a entregarse por nosotros. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Jeremías (31, 31-34)
“Se acerca el tiempo, dice el Señor, en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No será como la alianza que hice con los padres de ustedes, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto. Ellos rompieron mi alianza y yo tuve que hacer un escarmiento con ellos.
Esta será la alianza nueva que voy a hacer con la casa de Israel: Voy a poner mi ley en lo más profundo de su mente y voy a grabarla en sus corazones.
Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo. Ya nadie tendrá que instruir a su prójimo ni a su hermano, diciéndole: ‘Conoce al Señor’, porque todos me van a conocer, desde el más pequeño hasta el mayor de todos, cuando yo les perdone sus culpas y olvide para siempre sus pecados”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 50
Crea en mí, Señor,
un corazón puro.
Por tu inmensa compasión y misericordia, Señor, apiádate de mí y olvida mis ofensas. Lávame bien de todos mis delitos y purifícame de mis pecados.
Crea en mí, Señor,
un corazón puro.
Crea en mí, Señor, un corazón puro, un espíritu nuevo para cumplir tus mandamientos. No me arrojes, Señor, lejos de ti, ni retires de mí tu santo espíritu.
Crea en mí, Señor,
un corazón puro.
Devuélveme tu salvación, que regocija, y mantén en mí un alma generosa. Enseñaré a los descarriados tus caminos y volverán a ti los pecadores.
Crea en mí, Señor,
un corazón puro.
Segunda Lectura
Lectura de la carta a los
hebreos (5, 7-9)
Hermanos:
Durante su vida mortal, Cristo ofreció oraciones y súplicas, con fuertes voces y lágrimas, a aquel que podía librarlo de la muerte, y fue escuchado por su piedad. A pesar de que era el Hijo, aprendió a obedecer padeciendo, y llegado a su perfección, se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos los que lo obedecen.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor.
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (12, 20-33)
Gloria a ti, Señor.
Entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de Pascua, había algunos griegos, los cuales se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le pidieron: “Señor, quisiéramos ver a Jesús”.
Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús y él les respondió: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde;el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre.
Ahora que tengo miedo, ¿le voy a decir a mi Padre: ‘Padre, líbrame de esta hora’? No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre”. Se oyó entonces una voz que decía: “Lo he glorificado y volveré a glorificarlo”.
De entre los que estaban ahí presentes y oyeron aquella voz, unos decían que había sido un trueno; otros, que le había hablado un ángel. Pero Jesús les dijo: “Esa voz no ha venido por mí, sino por ustedes.
Está llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
En medio de la aflicción que se siente al ver Jerusalén destruida y los judíos divididos entre los que se quedaron y fueron deportados, se oyen las palabras del profeta Jeremías como un canto al perdón y la esperanza. Con razón los expertos llaman a estos capítulos de Jeremías el «libro de la consolación». Dios quiere comenzar de nuevo con su pueblo, proponiendo sellar una «nueva alianza», que genere relaciones nuevas entre Dios y su pueblo. ¿Qué tipo de alianza? Una que ya no esté escrita en tablas sino en el corazón mismo del ser humano. Dios deja claro que no es la simple ley, por sí misma, sino su espíritu, lo que nos acerca a Dios. Cuando se tiene a Dios «en el corazón», la ley se humaniza, se des-absolutiza, se acata desde el corazón, sin legalismos, con sinceridad, y el ser humano entra a formar parte del pueblo de Dios. Con ello, el otro regalo que nos hace Dios es acceder gratuitamente a su conocimiento. No hay que pagar ni matrícula ni mensualidades, no hay que ser mayor o menor, ni de una raza u otra: Dios se revela en la historia de cada pueblo, sin discriminaciones, sin olvidar a ninguno.
La carta a los hebreos destaca las actitudes de Jesús en el cumplimiento de la voluntad del Padre. El pasaje recuerda la escena del huerto de los Olivos, cuando Jesús ora al Padre ante la posibilidad de ser librado de la muerte. La oración tuvo como efecto el fortalecer a Jesús para llevar a cabo su misión, no ahorrarle la realización de la misión. Los cristianos tenemos mucho que aprender en este sentido, pues, la mayoría de las veces, nuestras palabras más que oraciones o súplicas parecen órdenes dadas a Dios para que no se haga su voluntad. El texto nos acerca también al sufrimiento que asume Jesús como prueba de su obediencia a los designios del Padre. Oración y sufrimiento de Jesús son signos concretos de esta solidaridad que comparte con toda la Humanidad. Por este acercamiento tan perfecto a la voluntad del Padre es por lo que Jesús se convierte en manifestación de la presencia de Dios entre nosotros, camino y modelo de salvación abierto a todos los hombres y mujeres del mundo.
El domingo pasado en el evangelio, escuchábamos que "lo mismo que Moisés elevó la serpiente, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre".
Esta imagen es recogida explícitamente al final del texto de hoy: "Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí" (v. 32). El comentario final del autor disipa toda duda sobre el sentido de la imagen: "Esto lo decía significando (dando a entender) la muerte de que iba a morir" (v. 33). El autor emplea el verbo "significar". La referencia al signo por el que los judíos preguntaban a Jesús hace dos domingos es indudable: "¿Qué signo nos muestras para obrar así?" (Jn. 2, 18). El signo era el siguiente: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré" (Jn. 2, 19). También entonces el comentario del autor disipaba toda duda sobre el sentido del signo: "El hablaba del templo de su cuerpo" (Jn.2, 21).
La muerte de Jesús en cruz es, pues, el punto de mira del texto de hoy. De ella se habla empleando un símbolo espacial: elevación sobre la tierra. Y de ella se habla también empleando un símbolo agrícola: proceso de germinación de la simiente. Esta muerte es interpretada como triunfo, como glorificación de Jesús y del Padre que lo ha enviado. Una vez más aflora espontánea la referencia intertextual: "Cuando elevéis al Hijo del Hombre, entonces comprenderéis que yo soy y que no hago nada por mí, sino que esto que digo me lo ha enseñado el Padre. Además, el que me envió está conmigo; nunca me ha dejado solo" (Jn. 8, 28-29). El texto de hoy quiere ser también reflejo de la comunión Hijo-Padre. Esta comunión puede, sin embargo, pasar desapercibida dentro del recinto (v.29). Desde fuera del recinto, en cambio, unos griegos han venido a ver a Jesús. Ellos son las otras ovejas que vienen a escuchar la voz del pastor Jesús. Desde este momento la muerte de Jesús en cruz es el triunfo, la glorificación del Hijo y del Padre. Un orden de cosas tan viejo como el mundo está siendo juzgado y condenado. El diablo, separador de hermanos (Caín contra Abel), "homicida desde el principio" (Jn. 8, 44), no tiene ya nada que hacer. Con Jesús levantado en alto empieza a dominar el sentido humano de la fraternidad.
En resumen, el texto adquiere su plena riqueza de sentido cuando es leído desde las múltiples referencias intertextuales con que está tejido. El autor concibe la muerte de Jesús en la cruz como generadora de la fraternidad rota desde que el mundo es mundo. El recinto no es sólo Israel, sino el mundo todo, de forma que ya no existe más que un solo rebaño con un solo pastor. Los griegos, pudiendo ver a Jesús, funcionan en calidad de símbolo de este nuevo orden de cosas que nace de la cruz. Por eso la cruz puede ser presentada por el autor del cuarto Evangelio como triunfo y glorificación. La "hora de Jesús" es también la hora del mundo. En ella se manifiesta que Dios es Amor, pero también queda al descubierto el pecado del mundo. Es la hora de la exaltación de Jesús, de su muerte y de su gloria. Es la hora del juicio contra Satanás y su ralea, pero también la hora del perdón para cuantos creen en él. Es la hora en la que Dios convoca a todos los elegidos en torno al que es "exaltado". Pues todo lo que podemos esperar y temer es fruto y consecuencia de la victoria y del juicio que acontece en la cruz de Cristo.
Otra línea importante del texto es la del seguimiento de Jesús. El autor la desarrolla a partir del símbolo agrícola de la simiente: sólo si ésta muere puede producir después fruto. Trasposición del símbolo: sólo si el seguidor de Jesús muere podrá generar fraternidad. En esta muerte puede haber muchos niveles o grados. El texto se sitúa en el último y más radical: la privación violenta de la vida. Pero esta privación irradia luz a los otros niveles o grados. Si Jesús está en la cruz es porque no ha vivido aislado en sí mismo, sino que ha vivido para los demás. Este es el tipo de vida, el cambio radical al que Jesús nos invita.
Para la revisión de vida
- Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo. ¿Me resisto a dar vida y a dar la vida en las pequeñas cosas de cada día y en los grandes momentos de la vida? ¿He captado la ley evangélica es de dar la vida por amor? ¿Estoy dispuesto a aceptar esa «muerte» para vivir?
Se dice Credo.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Presentamos nuestras intenciones al único que puede salvarnos de la angustia y de la muerte eterna, y pidámosle que mire con amor a su pueblo
que le suplica. Digamos:
Escucha Señor,
nuestra oración.
Por la Iglesia: que, como María, sea madre de los que con sinceridad buscan a Dios.
Oremos.
Escucha Señor,
nuestra oración.
Por nuestro país, especialmente por los que sufren el desempleo, la explotación y la marginación: que todos vivamos como hermanos y construyamos un mundo más justo, fraterno y solidario.
Oremos.
Escucha Señor,
nuestra oración.
Por los que anuncian el Evangelio: que su entrega dé frutos de santidad y conversión en los que los escuchan y ven vivir.
Oremos.
Escucha Señor,
nuestra oración.
Por todos los hombres y mujeres: que en Jesús, que dio su vida por amor, encuentren
consuelo, esperanza y fortaleza.
Oremos.
Escucha Señor,
nuestra oración.
Por los que son perseguidos a causa de la verdad: que no claudiquen de sus convicciones y den testimonio de los valores
auténticos.
Oremos.
Escucha Señor,
nuestra oración.
Por todos nosotros: que la celebración de nuestra fe avive nuestro deseo de ver a Jesús y gozar eternamente de su presencia.
Oremos.
Escucha Señor,
nuestra oración.
Celebrante:
Escucha, Padre, nuestras oraciones, crea en nosotros un corazón puro, renuévanos por la fuerza de la cruz de Cristo, y haz que Él nos transforme en
testigos de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Tú, que nos has iluminado con las enseñanzas de la fe, escucha, Señor, nuestra oración y purifícanos por medio de este sacrificio.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Cuaresma IV
Los frutos del ayuno
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque con el ayuno corporal, refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo nuestro Señor.
Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
En verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da fruto abundante.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Concédenos, Dios todopoderoso, a cuantos participamos del Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, vivir siempre como miembros suyos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Evangelio del Domingo V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 25 de Marzo, 2012
Evangelio del Domingo V Semana de Cuaresma. Ciclo B. 25 de Marzo, 2012
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (12, 20-33)
Gloria a ti, Señor.
Entre los que habían llegado a Jerusalén para adorar a Dios en la fiesta de Pascua, había algunos griegos, los cuales se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le pidieron: “Señor, quisiéramos ver a Jesús”.
Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe se lo dijeron a Jesús y él les respondió: “Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado. Yo les aseguro que si el grano de trigo, sembrado en la tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre.
Ahora que tengo miedo, ¿le voy a decir a mi Padre: ‘Padre, líbrame de esta hora’? No, pues precisamente para esta hora he venido. Padre, dale gloria a tu nombre”. Se oyó entonces una voz que decía: “Lo he glorificado y volveré a glorificarlo”.
De entre los que estaban ahí presentes y oyeron aquella voz, unos decían que había sido un trueno; otros, que le había hablado un ángel. Pero Jesús les dijo: “Esa voz no ha venido por mí, sino por ustedes.
Está llegando el juicio de este mundo; ya va a ser arrojado el príncipe de este mundo. Cuando yo sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí”. Dijo esto, indicando de qué manera habría de morir.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
El domingo pasado en el evangelio, escuchábamos que "lo mismo que Moisés elevó la serpiente, así tiene que ser elevado el Hijo del Hombre".
Esta imagen es recogida explícitamente al final del texto de hoy: "Cuando yo sea elevado sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí" (v. 32). El comentario final del autor disipa toda duda sobre el sentido de la imagen: "Esto lo decía significando (dando a entender) la muerte de que iba a morir" (v. 33). El autor emplea el verbo "significar". La referencia al signo por el que los judíos preguntaban a Jesús hace dos domingos es indudable: "¿Qué signo nos muestras para obrar así?" (Jn. 2, 18). El signo era el siguiente: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré" (Jn. 2, 19). También entonces el comentario del autor disipaba toda duda sobre el sentido del signo: "El hablaba del templo de su cuerpo" (Jn.2, 21).
La muerte de Jesús en cruz es, pues, el punto de mira del texto de hoy. De ella se habla empleando un símbolo espacial: elevación sobre la tierra. Y de ella se habla también empleando un símbolo agrícola: proceso de germinación de la simiente. Esta muerte es interpretada como triunfo, como glorificación de Jesús y del Padre que lo ha enviado. Una vez más aflora espontánea la referencia intertextual: "Cuando elevéis al Hijo del Hombre, entonces comprenderéis que yo soy y que no hago nada por mí, sino que esto que digo me lo ha enseñado el Padre. Además, el que me envió está conmigo; nunca me ha dejado solo" (Jn. 8, 28-29). El texto de hoy quiere ser también reflejo de la comunión Hijo-Padre. Esta comunión puede, sin embargo, pasar desapercibida dentro del recinto (v.29). Desde fuera del recinto, en cambio, unos griegos han venido a ver a Jesús. Ellos son las otras ovejas que vienen a escuchar la voz del pastor Jesús. Desde este momento la muerte de Jesús en cruz es el triunfo, la glorificación del Hijo y del Padre. Un orden de cosas tan viejo como el mundo está siendo juzgado y condenado. El diablo, separador de hermanos (Caín contra Abel), "homicida desde el principio" (Jn. 8, 44), no tiene ya nada que hacer. Con Jesús levantado en alto empieza a dominar el sentido humano de la fraternidad.
En resumen, el texto adquiere su plena riqueza de sentido cuando es leído desde las múltiples referencias intertextuales con que está tejido. El autor concibe la muerte de Jesús en la cruz como generadora de la fraternidad rota desde que el mundo es mundo. El recinto no es sólo Israel, sino el mundo todo, de forma que ya no existe más que un solo rebaño con un solo pastor. Los griegos, pudiendo ver a Jesús, funcionan en calidad de símbolo de este nuevo orden de cosas que nace de la cruz. Por eso la cruz puede ser presentada por el autor del cuarto Evangelio como triunfo y glorificación. La "hora de Jesús" es también la hora del mundo. En ella se manifiesta que Dios es Amor, pero también queda al descubierto el pecado del mundo. Es la hora de la exaltación de Jesús, de su muerte y de su gloria. Es la hora del juicio contra Satanás y su ralea, pero también la hora del perdón para cuantos creen en él. Es la hora en la que Dios convoca a todos los elegidos en torno al que es "exaltado". Pues todo lo que podemos esperar y temer es fruto y consecuencia de la victoria y del juicio que acontece en la cruz de Cristo.
Otra línea importante del texto es la del seguimiento de Jesús. El autor la desarrolla a partir del símbolo agrícola de la simiente: sólo si ésta muere puede producir después fruto. Trasposición del símbolo: sólo si el seguidor de Jesús muere podrá generar fraternidad. En esta muerte puede haber muchos niveles o grados. El texto se sitúa en el último y más radical: la privación violenta de la vida. Pero esta privación irradia luz a los otros niveles o grados. Si Jesús está en la cruz es porque no ha vivido aislado en sí mismo, sino que ha vivido para los demás. Este es el tipo de vida, el cambio radical al que Jesús nos invita.
Para la revisión de vida
- Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo. ¿Me resisto a dar vida y a dar la vida en las pequeñas cosas de cada día y en los grandes momentos de la vida? ¿He captado la ley evangélica es de dar la vida por amor? ¿Estoy dispuesto a aceptar esa «muerte» para vivir?
Oficio Divino: Tiempo Cuaresma. Ciclo B. 25 de marzo, 2012
Oficio Divino: Tiempo Cuaresma. Ciclo B. 25 de marzo, 2012
DOMINGO DE LA SAMANA V
Propio del Tiempo. Salterio I
(OFICIO DE LECTURA (6:00); LAUDES (7:00); TERCIA (9:00); SEXTA (12:00); NONA (15:00); VISPERAS (19:00); COMPLETAS (22:00)
OFICIO DE LECTURA
Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día:
V. Señor abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza
Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona:
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.
Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora:
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: DELANTE DE TUS OJOS
Delante de tus ojos
ya no enrojecemos
a causa del antiguo
pecado de tu pueblo.
Arrancarás de cuajo
el corazón soberbio
y harás un pueblo humilde
de corazón sincero.
En medio de los pueblos
nos guardas como un resto,
para cantar tus obras
y adelantar tu reino.
Seremos raza nueva
para los cielos nuevos;
sacerdotal estirpe,
según tu Primogénito.
Caerán los opresores
y exultarán los siervos;
los hijos del oprobio
serán tus herederos.
Señalarás entonces
el día del regreso
para los que comían
su pan en el destierro.
¡Exulten mis entrañas!
¡Alégrese mi pueblo!
Porque el Señor, que es justo,
revoca sus decretos:
la salvación se anuncia
donde acechó el infierno,
porque el Señor habita
en medio de su pueblo. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. El árbol de la vida es tu cruz, oh Señor.
Salmo 1 - LOS DOS CAMINOS DEL HOMBRE
Dichoso el hombre
que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche.
Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto a su tiempo
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin.
No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
En el juicio los impíos no se levantarán,
ni los pecadores en la asamblea de los justos;
porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. El árbol de la vida es tu cruz, oh Señor.
Ant. 2. Yo mismo he establecido a mi Rey en Sión, mi monte santo.
Salmo 2 - EL MESÍAS, REY VENCEDOR.
¿Por qué se amotinan las naciones,
y los pueblos planean un fracaso?
Se alían los reyes de la tierra,
los príncipes conspiran
contra el Señor y contra su Mesías:
«rompamos sus coyundas,
sacudamos su yugo.»
El que habita en el cielo sonríe,
el Señor se burla de ellos.
Luego les habla con ira,
los espanta con su cólera:
«yo mismo he establecido a mi Rey
en Sión, mi monte santo».
Voy a proclamar el decreto del Señor;
él me ha dicho: «Tú eres mi hijo:
yo te he engendrado hoy.
Pídemelo: te daré en herencia las naciones,
en posesión los confines de la tierra:
los gobernarás con cetro de hierro,
los quebrarás como jarro de loza.»
Y ahora, reyes, sed sensatos;
escarmentad los que regís la tierra:
servid al Señor con temor,
rendidle homenaje temblando;
no sea que se irrite, y vayáis a la ruina,
porque se inflama de pronto su ira.
¡Dichosos los que se refugian en él!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Yo mismo he establecido a mi Rey en Sión, mi monte santo.
Ant. 3. Tú, Señor, eres mi escudo y mantienes alta mi cabeza.
Salmo 3 - CONFIANZA EN MEDIO DE LA ANGUSTIA.
Señor, cuántos son mis enemigos,
cuántos se levantan contra mí;
cuántos dicen de mí:
«ya no lo protege Dios.»
Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria,
tú mantienes alta mi cabeza.
Si grito invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo.
Puedo acostarme y dormir y despertar:
el Señor me sostiene.
No temeré al pueblo innumerable
que acampa a mi alrededor.
Levántate, Señor;
sálvame, Dios mío:
tú golpeaste a mis enemigos en la mejilla,
rompiste los dientes de los malvados.
De ti, Señor, viene la salvación
y la bendición sobre tu pueblo.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Tú, Señor, eres mi escudo y mantienes alta mi cabeza.
V. El que guarde mi palabra.
R. No verá jamás la muerte.
PRIMERA LECTURA
Del libro de los Números 12, 1.15
HUMILDAD y GRANDEZA DE MOISÉS
En aquellos días, María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado por esposa. Dijeron:
«¿Ha hablado el Señor sólo a Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?»
El Señor lo oyó. Moisés era el hombre más sufrido del mundo. El Señor habló de repente a Moisés, Aarón y María:
«Salid los tres hacia la Tienda de Reunión.»
Y los tres salieron. El Señor bajó en la columna de nube y se colocó a la entrada de la Tienda, y llamó a Aarón y María. Ellos se adelantaron y el Señor les dijo:
«Escuchad mis palabras: Cuando hay entre vosotros un profeta del Señor, me doy a conocer a él en visión y le hablo en sueños; no así a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis siervos. A él le hablo cara a cara; en presencia y no adivinando contempla la figura del Señor. ¿Cómo os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?»
La ira del Señor se encendió contra ellos, y el Señor se marchó. Al apartarse la nube de la Tienda, María tenía toda la piel descolorida, como nieve. Aarón se volvió y la vio con toda la piel descolorida. Entonces Aarón dijo a Moisés:
"Perdón; no nos exijas cuentas del pecado que hemos cometido insensatamente. No dejes a María como un aborto que sale del vientre, con la mitad de la carne comida.»
Moisés suplicó al Señor:
"Por favor, cúrala.»
El Señor respondió:
"Si su padre le hubiera escupido en la cara, habría quedado infamada siete días. Confinadla siete días fuera del campamento y al séptimo se incorporará de nuevo.»
La confinaron siete días fuera del campamento, y el pueblo no se puso en marcha hasta que María se incorporó a ellos.
RESPONSORIO Hb 3, 5. 6; Sir 45, 1. 4
R. Moisés fue fiel a toda la casa de Dios, en su calidad de servidor; * en cambio, Cristo es fiel en su calidad de Hijo al frente de su propia casa; y su casa somos nosotros.
V. Amado de Dios y de los hombres, bendita es la memoria de Moisés; por su fidelidad y humildad, lo escogió entre todos los hombres.
R. En cambio, Cristo es fiel en su calidad de Hijo al frente de su propia casa; y su casa somos nosotros.
SEGUNDA LECTURA
De las Cartas pascuales de san Atanasio, obispo
(Carta 14, 1-2: PG 26, 1419-1420)
PREPAREMOS LA MAGNA FESTIVIDAD NO SÓLO CON PALABRAS, SINO TAMBIÉN CON OBRAS
El Verbo, que por nosotros quiso serlo todo, nuestro Señor Jesucristo, está cerca de nosotros, ya que él prometió que estaría continuamente a nuestro lado. Dijo en efecto: Mirad, yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo. Y, del mismo modo que es a la vez pastor, sumo sacerdote, camino y puerta, ya que por nosotros quiso serlo todo, así también se nos ha revelado como nuestra fiesta y solemnidad, según aquellas
palabras del Apóstol: Nuestro cordero pascual, Cristo, ha sido inmolado, puesto que su persona era la Pascua esperada. Desde esta perspectiva, cobran un nuevo sentido aquellas palabras del salmista: Tú eres mi júbilo: me libras de los males que me rodean. En esto consiste el verdadero júbilo pascual, la genuina celebración de la gran solemnidad, en vernos libres de nuestros males; para llegar a ello, tenemos que esforzarnos en reformar nuestra conducta y en meditar asiduamente, en la quietud del temor de Dios.
Así también los santos, mientras vivían en este mundo, estaban siempre alegres, como si siempre estuvieran celebrando la Pascua; uno de ellos, el bienaventurado salmista, se levantaba de noche, no una sola vez, sino siete, para hacerse propicio a Dios con sus plegarias. Otro, el insigne Moisés, expresaba en himnos y cantos de alabanza su alegría por la victoria obtenida sobre el Faraón y los demás que habían oprimido a los hebreos con duros trabajos. Otros, finalmente, vivían entregados con alegría al culto divino, como el insigne Samuel y el bienaventurado Elías; ellos, por el mérito de sus obras, alcanzaron la libertad, y ahora celebran en el cielo la fiesta eterna, se alegran de su antigua peregrinación, realizada en medio de tinieblas, y contemplan ya la verdad que antes sólo habían vislumbrado.
Nosotros, que nos preparamos para la gran solemnidad, ¿qué camino hemos de seguir? Y, al acercarnos a aquella fiesta, ¿a quién hemos de tomar por guía? No a otro, amados hermanos, y en esto estaremos de acuerdo vosotros y yo, no a otro, fuera de nuestro Señor Jesucristo, el cual dice: Yo soy el camino. Él es, como dice san Juan, el que quita el pecado del mundo; él es quien purifica nuestras almas, como dice en cierto lugar el profeta Jeremías: Poneos en los caminos y mirad, preguntad: «¿Es éste el buen camino?»; caminad por él, y hallaréis reposo para vuestras almas.
En otro tiempo, la sangre de los machos cabríos y la ceniza de la ternera esparcida sobre los impuros podía sólo santificar con miras a una pureza legal externa; mas ahora, por la gracia del Verbo de Dios, obtenemos una limpieza total; y así en seguida formaremos parte de la escolta del Cordero y podremos ya desde ahora, como situados en el vestíbulo de la Jerusalén celestial, preludiar aquella fiesta eterna; como los santos apóstoles, que siguieron al Salvador como a su guía, y por esto eran, y continúan siendo hoy, los maestros de este favor divino; ellos decían, en efecto: Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. También nosotros nos esforzamos por seguir al Señor y, así, vamos preparando la magna festividad no sólo con palabras, sino también con obras.
RESPONSORIO Cf. Hb 6, 20; Jn 1, 29
R. Jesús, el Cordero sin mancha, penetró hasta el interior del santuario, como precursor nuestro, * constituido sumo sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec.
V. Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
R. Constituido sumo sacerdote para siempre, según el rito de Melquisedec.
ORACIÓN.
OREMOS,
Te pedimos, Señor, que enciendas nuestros corazones en aquel mismo amor con que tu Hijo ama al mundo y que lo impulsó a entregarse a la muerte por salvarlo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
LAUDES
(Oración de la mañana)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Señor, abre mis labios
R. Y mi boca proclamará tu alabanza.
INVITATORIO
Ant. A Cristo, el Señor, que por nosotros fue tentado y por nosotros murió, venid, adorémosle.
Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA
Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos.
Porque el Señor es un Dios grande,
soberano de todos los dioses:
tiene en su mano las simas de la tierra,
son suyas las cumbres de los montes;
suyo es el mar, porque él lo hizo,
la tierra firme que modelaron sus manos.
Venid, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz:
«No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras.
Durante cuarenta años
aquella generación me repugnó, y dije:
Es un pueblo de corazón extraviado,
que no reconoce mi camino;
por eso he jurado en mi cólera
que no entrarán en mi descanso»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Himno: OH SOL DE SALVACIÓN, OH JESUCRISTO.
Oh sol de salvación, oh Jesucristo,
alumbra lo más hondo de las almas,
en tanto que la noche retrocede
y el día sobre el mundo se levanta.
Junto con este favorable tiempo
danos ríos de lágrimas copiosas,
para lavar el corazón que, ardiendo
en jubilosa caridad, se inmola.
La fuente que hasta ayer manó delitos
ha de manar desde hoy perenne llanto,
si con la vara de la penitencia
el pecho empedernido es castigado.
Ya se avecina el día, el día tuyo,
volverá a florecer el universo;
compartamos su gozo los que fuimos
devueltos por tu mano a tus senderos.
Oh Trinidad clemente, que te adoren
tierra y cielo a tus pies arrodillados,
y que nosotros, por tu gracia nuevos,
cantemos en tu honor un nuevo canto. Amén
SALMODIA
Ant. 1. Tú, Señor, fuiste mi auxilio.
SALMO 62, 2-9 - EL ALMA SEDIENTA DE DIOS
¡Oh Dios!, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré de manjares exquisitos,
y mis labios te alabarán jubilosos.
En el lecho me acuerdo de ti
y velando medito en ti,
porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Tú, Señor, fuiste mi auxilio.
Ant. 2. Líbranos según tus maravillas, y sálvanos del poder de la muerte.
Cántico: TODA LA CREACIÓN ALABE AL SEÑOR - Dn 3, 57-88. 56
Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Ángeles del Señor, bendecid al Señor;
cielos, bendecid al Señor.
Aguas del espacio, bendecid al Señor;
ejércitos del Señor, bendecid al Señor.
Sol y luna, bendecid al Señor;
astros del cielo, bendecid al Señor.
Lluvia y rocío, bendecid al Señor;
vientos todos, bendecid al Señor.
Fuego y calor, bendecid al Señor;
fríos y heladas, bendecid al Señor.
Rocíos y nevadas, bendecid al Señor;
témpanos y hielos, bendecid al Señor.
Escarchas y nieves, bendecid al Señor;
noche y día, bendecid al Señor.
Luz y tinieblas, bendecid al Señor;
rayos y nubes, bendecid al Señor.
Bendiga la tierra al Señor,
ensálcelo con himnos por los siglos.
Montes y cumbres, bendecid al Señor;
cuanto germina en la tierra, bendiga al Señor.
Manantiales, bendecid al Señor;
mares y ríos, bendecid al Señor.
Cetáceos y peces, bendecid al Señor;
aves del cielo, bendecid al Señor.
Fieras y ganados, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Hijos de los hombres, bendecid al Señor;
bendiga Israel al Señor.
Sacerdotes del Señor, bendecid al Señor;
siervos del Señor, bendecid al Señor.
Almas y espíritus justos, bendecid al Señor;
santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
Ananías, Azarías y Misael, bendecid al Señor,
ensalzadlo con himnos por los siglos.
Bendigamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo,
ensalcémoslo con himnos por los siglos.
Bendito el Señor en la bóveda del cielo,
alabado y glorioso y ensalzado por los siglos.
No se dice Gloria al Padre.
Ant. Líbranos según tus maravillas, y sálvanos del poder de la muerte.
Ant. 3. Ha llegado la hora en que va a ser glorificado el Hijo del hombre.
Salmo 149 - ALEGRÍA DE LOS SANTOS
Cantad al Señor un cántico nuevo,
resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.
Alabad su nombre con danzas,
cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.
Que los fieles festejen su gloria
y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.
Ejecutar la sentencia dictada
es un honor para todos sus fieles.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Ha llegado la hora en que va a ser glorificado el Hijo del hombre.
LECTURA BREVE Lv 23, 4-7
Éstas son las festividades del Señor, las asambleas litúrgicas que convocaréis a su debido tiempo. El día catorce del primer mes, al atardecer, es la Pascua del Señor. El día quince del mismo mes es la fiesta de los panes ázimos dedicada al Señor. Comeréis panes ázimos durante siete días. El primer día os reuniréis en asamblea litúrgica y no haréis trabajo alguno.
RESPONSORIO BREVE
V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
V. Tú que fuiste trirutado por nuestros crímenes.
R. Ten piedad de nosotros.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Haré con vosotros una alianza nueva: yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.
Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79
Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha visitado y redimido a su pueblo.
suscitándonos una fuerza de salvación
en la casa de David, su siervo,
según lo había predicho desde antiguo
por boca de sus santos profetas:
Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos
y de la mano de todos los que nos odian;
ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres,
recordando su santa alianza
y el juramento que juró a nuestro padre Abraham.
Para concedernos que, libres de temor,
arrancados de la mano de los enemigos,
le sirvamos con santidad y justicia,
en su presencia, todos nuestros días.
Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo,
porque irás delante del Señor
a preparar sus caminos,
anunciando a su pueblo la salvación,
el perdón de sus pecados.
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tiniebla
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Haré con vosotros una alianza nueva: yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo.
PRECES
Ahora es el tiempo propicio, ahora es el día de salvación; acudamos, pues, a nuestro Redentor que nos concede estos días de perdón, y, bendiciéndole, digamos:
Infúndenos, Señor, un espíritu nuevo.
Cristo, vida nuestra, tú que por el bautismo nos has sepultado místicamente contigo en la muerte, para que contigo también resucitemos,
concédenos andar hoy en vida nueva.
Señor Jesús, tú que pasaste por el mundo haciendo el bien,
haz que también nosotros seamos solícitos del bien de todos los hombres.
Ayúdanos, Señor, a trabajar concordes en la edificación de nuestra ciudad terrena,
sin olvidar nunca tu reino eterno.
Tú, Señor, que eres médico de los cuerpos y de las almas,
sana las dolencias de nuestro espíritu para que crezcamos cada día en santidad.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Ya que la fuerza para no caer en la tentación nos viene de Dios, acudamos al Padre, diciendo:
Padre nuestro...
ORACIÓN
Te pedimos, Señor, que enciendas nuestros corazones en aquel mismo amor con que tu Hijo ama al mundo y que lo impulsó a entregarse a la muerte por salvarlo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
HORA TERCIA
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: AMIGO DE LOS HOMBRES, JESUCRISTO
Amigo de los hombres, Jesucristo,
tú solo das sentido a nuestra historia,
y, con los ojos fijos al futuro,
la Iglesia vive fiel a tu memoria.
Este tiempo de ayuno te presenta
de nosotros la parte más oscura,
y tus manos clavadas al madero
nos devuelven tu paz y tu ternura.
A lo largo del día no nos dejes,
no nos falte la luz de tu mirada:
llena de amor los pasos que caminan
de este mundo a la luz de tu alborada. Amén.
SALMODIA
Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.
Salmo 117 I - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Diga la casa de Israel:
eterna es su misericordia.
Diga la casa de Aarón:
eterna es su misericordia.
Digan los fieles del Señor:
eterna es su misericordia.
En el peligro grité al Señor,
y me escuchó, poniéndome a salvo.
El Señor está conmigo: no temo;
¿qué podrá hacerme el hombre?
El Señor está conmigo y me auxilia,
veré la derrota de mis adversarios.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que confiar en los magnates.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 117 II
Todos los pueblos me rodeaban,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban cerrando el cerco,
en el nombre del Señor los rechacé;
me rodeaban como avispas,
ardiendo como fuego en las zarzas,
en el nombre del Señor los rechacé.
Empujaban y empujaban para derribarme,
pero el Señor me ayudó;
el Señor es mi fuerza y mi energía,
él es mi salvación.
Escuchad: hay cantos de victoria
en las tiendas de los justos:
«La diestra del Señor es poderosa,
la diestra del Señor es excelsa,
la diestra del Señor es poderosa.»
No he de morir, viviré
para contar las hazañas del Señor.
Me castigó, me castigó el Señor,
pero no me entregó a la muerte.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 117 III
Abridme las puertas del triunfo,
y entraré para dar gracias al Señor.
Esta es la puerta del Señor:
los vencedores entrarán por ella.
Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
Éste es el día en que actuó el Señor:
sea nuestra alegría y nuestro gozo.
Señor, danos la salvación;
Señor, danos prosperidad.
Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos desde la casa del Señor;
el Señor es Dios: él nos ilumina.
Ordenad una procesión con ramos
hasta los ángulos del altar.
Tú eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su misericordia.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Han llegado los días de penitencia; expiemos nuestros pecados y salvaremos nuestras almas.
LECTURA BREVE 2Co 4, 10-11
Llevamos siempre en nosotros por todas partes los sufrimientos mortales de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nosotros. Aun viviendo, estamos continuamente entregados a la muerte por Jesús para que también la vida de Jesús se manifieste en esta nuestra vida mortal.
V. Señor, crea en mí un corazón puro.
R. Renuévame por dentro con espíritu firme.
ORACIÓN
OREMOS,
Te pedimos, Señor, que enciendas nuestros corazones en aquel mismo amor con que tu Hijo ama al mundo y que lo impulsó a entregarse a la muerte por salvarlo. Por Cristo nuestro Señor.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
HORA SEXTA
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: JESÚS, CONTIGO IREMOS AL DESIERTO
Jesús, contigo iremos al desierto
en medio de la villa populosa,
y tú nos brindarás el pan sabroso
que alimentó tu alma silenciosa.
Contigo pasaremos el mar Rojo,
beberemos el agua de la roca;
tú serás el pastor y, en la montaña,
tú serás nuestra gracia esplendorosa.
Contigo humildemente hasta el Calvario,
contigo por la vía dolorosa,
y al final, oh Jesús, por tu promesa,
contigo viviremos en tu gloria. Amén.
SALMODIA
Ant. «Por mi vida -dice el Señor-, no me complazco en la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva.»
Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO
A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios;
nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte
-que lo diga Israel-,
si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes.
Bendito el Señor, que no nos entregó
como presa a sus dientes;
hemos salvado la vida como un pájaro
de la trampa del cazador:
la trampa se rompió y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO.
Los que confían en el Señor son como el monte Sión:
no tiembla, está asentado para siempre.
Jerusalén está rodeada de montañas,
y el Señor rodea a su pueblo
ahora y por siempre.
No pesará el cetro de los malvados
sobre el lote de los justos,
no sea que los justos extiendan
su mano a la maldad.
Señor, concede bienes a los buenos,
a los sinceros de corazón;
y a los que se desvían por sendas tortuosas,
que los rechace el Señor con los malhechores.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. «Por mi vida -dice el Señor-, no me complazco en la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y viva.»
LECTURA BREVE 1Pe 4, 13-14
Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo. Si os ultrajan por el nombre de Cristo, dichosos vosotros: porque el Espíritu de la gloria, el Espíritu de Dios, reposa sobre vosotros.
V. Aparta de mi pecado tu vista.
R. Borra en mí toda culpa.
ORACIÓN
OREMOS,
Te pedimos, Señor, que enciendas nuestros corazones en aquel mismo amor con que tu Hijo ama al mundo y que lo impulsó a entregarse a la muerte por salvarlo. Por Cristo nuestro Señor.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
HORA NONA
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: OJOS DE AQUEL PUBLICANO
Ojos de aquel publicano
hasta la tierra caídos,
el Dios de la luz os mira,
miradle con regocijo.
Mano que pide clemencia
hiriendo el pecho contrito,
el Señor te abre la puerta
de su pecho compasivo.
Lengua que en bajo murmullo
dices tu dolor sentido,
el Juez que sabe juzgar
ha escuchado complacido.
Padre del octavo día,
glorioso siendo propicio,
perdónanos, purifícanos,
por el honor de tu Hijo. Amén.
SALMODIA
Ant. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.
Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA.
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión,
nos parecía soñar:
la boca se nos llenaba de risas,
la lengua de cantares.
Hasta los gentiles decían:
«El Señor ha estado grande con ellos.»
El Señor ha estado grande con nosotros,
y estamos alegres.
Que el Señor cambie nuestra suerte
como los torrentes del Negueb.
Los que sembraban con lágrimas
cosechan entre cantares.
Al ir, iban llorando,
llevando la semilla;
al volver, vuelven cantando,
trayendo sus gavillas.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS.
Si el Señor no construye la casa,
en vano se cansan los albañiles;
si el Señor no guarda la ciudad,
en vano vigilan los centinelas.
Es inútil que madruguéis,
que veléis hasta muy tarde,
los que coméis el pan de vuestros sudores:
¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
La herencia que da el Señor son los hijos;
una recompensa es el fruto de las entrañas:
son saetas en mano de un guerrero
los hijos de la juventud.
Dichoso el hombre que llena
con ellas su aljaba:
no quedará derrotado cuando litigue
con su adversario en la plaza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
¡Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos!
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como una vid fecunda,
en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Acreditémonos ante Dios por nuestra constancia en las tribulaciones, por nuestra sed de ser justos.
LECTURA BREVE 1Pe 5, 10-11
Tras un breve padecer, el Dios de toda gracia, que os ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, él mismo os restablecerá, os afianzará, os robustecerá. A él la gloria y el poder, por los siglos de los siglos. Amén.
V. Mi sacrificio es un espíritu contrito.
R. Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias.
ORACIÓN
OREMOS,
Te pedimos, Señor, que enciendas nuestros corazones en aquel mismo amor con que tu Hijo ama al mundo y que lo impulsó a entregarse a la muerte por salvarlo. Por Cristo nuestro Señor.
Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
II VÍSPERAS
Oración de la tarde
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Himno: OH BONDADOSO CREADOR.
Oh bondadoso Creador, escucha
la voz de nuestras súplicas y el llanto
que, mientras dura el sacrosanto ayuno
de estos cuarenta días, derramamos.
A ti, que escrutas nuestros corazones
y que conoces todas sus flaquezas,
nos dirigimos para suplicarte
la gracia celestial de tu indulgencia.
Mucho ha sido, en verdad, lo que pecamos,
pero estamos, al fin, arrepentidos,
y te pedimos, por tu excelso nombre,
que nos cures los males que sufrimos.
Haz que, contigo ya reconciliados,
podamos dominar a nuestros cuerpos,
y, llenos de tu amor y de tu gracia,
no pequen más los corazones nuestros.
Oh Trinidad Santísima, concédenos,
oh simplicísima Unidad, otórganos
que los efectos de la penitencia
de estos días nos sean provechosos. Amén.
SALMODIA
Ant. 1. Así como fue levantada en alto la serpiente en el desierto, así deberá ser levantado en alto el Hijo del hombre.
Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE.
Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies.»
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora.»
El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno
según el rito de Melquisedec.»
El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso levantará la cabeza.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Así como fue levantada en alto la serpiente en el desierto, así deberá ser levantado en alto el Hijo del hombre.
Ant. 2. El Señor de los ejércitos es protección liberadora, rescate salvador.
Salmo 113 A - ISRAEL LIBRADO DE EGIPTO; LAS MARAVILLAS DEL ÉXODO.
Cuando Israel salió de Egipto,
los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,
Judá fue su santuario,
Israel fue su dominio.
El mar, al verlos, huyó,
el Jordán se echó atrás;
los montes saltaron como carneros;
las colinas, como corderos.
¿Qué te pasa, mar, que huyes,
y a ti, Jordán, que te echas atrás?
¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros;
colinas, que saltáis como corderos?
En presencia del Señor se estremece la tierra,
en presencia del Dios de Jacob;
que transforma las peñas en estanques,
el pedernal en manantiales de agua.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. El Señor de los ejércitos es protección liberadora, rescate salvador.
Ant. 3. Él fue herido por nuestras rebeldías, triturado por nuestros crímenes, por sus llagas hemos sido curados.
Cántico: PASIÓN VOLUNTARIA DE CRISTO, SIERVO DE DIOS 1Pe 2, 21b-24
Cristo padeció por nosotros,
dejándonos un ejemplo
para que sigamos sus huellas.
El no cometió pecado
ni encontraron engaño en su boca;
cuando le insultaban,
no devolvía el insulto;
en su pasión no profería amenazas;
al contrario,
se ponía en manos del que juzga justamente.
Cargado con nuestros pecados subió al leño,
para que, muertos al pecado,
vivamos para la justicia.
Sus heridas nos han curado.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Él fue herido por nuestras rebeldías, triturado por nuestros crímenes, por sus llagas hemos sido curados.
LECTURA BREVE Hch 13, 26-30a
Hermanos, a vosotros envía Dios este mensaje de salvación. Los habitantes de Jerusalén y sus jefes no reconocieron a Jesús, pero, al condenarlo a muerte, dieron cumplimiento a las palabras de los profetas que se leen cada sábado. Y, a pesar de que no encontraron en él causa alguna digna de muerte, pidieron a Pilato que lo hiciera morir. Una vez que cumplieron todo lo que de él estaba escrito, lo bajaron de la cruz y lo depositaron en un sepulcro. Pero Dios lo resucitó de entre los muertos.
RESPONSORIO BREVE
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
V. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
V. Cristo, oye los ruegos de los que te suplicamos.
R. Porque hemos pecado contra ti.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Escúchanos, Señor, y ten piedad, porque hemos pecado contra ti.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Cuando sea yo levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.
Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Cuando sea yo levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.
PRECES
Demos gloria y alabanza a Dios Padre que, por medio de su Hijo, la Palabra encarnada, nos hace renacer de un germen incorruptible y eterno, y supliquémosle, diciendo:
Señor, ten piedad de tu pueblo.
Escucha, Dios de misericordia, la oración que te presentamos en favor de tu pueblo
y concede a tus fieles desear tu palabra más que el alimento del cuerpo.
Enséñanos a amar de verdad y sin discriminación a nuestros hermanos y a los hombres de todas las razas,
y a trabajar por su bien y por la concordia mutua.
Pon tus ojos en los catecúmenos que se preparan para el bautismo
y haz de ellos piedras vivas y templo espiritual en tu honor.
Tú que por la predicación de Jonás exhortaste a los ninivitas a la penitencia,
haz que tu palabra llame a los pecadores a la conversión.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
Haz que los moribundos esperen confiadamente el encuentro con Cristo, su juez,
y gocen eternamente de tu presencia.
Unidos fraternalmente, dirijamos al Padre nuestra oración común:
Padre nuestro...
ORACIÓN
Te pedimos, Señor, que enciendas nuestros corazones en aquel mismo amor con que tu Hijo ama al mundo y que lo impulsó a entregarse a la muerte por salvarlo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
COMPLETAS
(Oración antes del descanso nocturno)
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
EXAMEN DE CONCIENCIA
Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados.
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante vosotros, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión:
por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos,
que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.
Himno: CUANDO LLEGÓ EL INSTANTE DE TU MUERTE
Cuando llegó el instante de tu muerte
inclinaste la frente hacia la tierra,
como todos los mortales;
mas no eras tú el hombre derribado,
sino el Hijo que muerto nos contempla.
Cuando me llegue el tránsito esperado
y siga sin retorno por mi senda,
como todos los mortales,
el sueño de tu rostro será lumbre
y tu gloria mi gloria venidera.
El silencio sagrado de la noche
tu paz y tu venida nos recuerdan,
Cristo, luz de los mortales;
acepta nuestro sueño necesario
como secreto amor que a ti se llega. Amén
SALMODIA
Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.
Salmo 90 - A LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE.
Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.»
Él te librará de la red del cazador,
de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás:
su brazo es escudo y armadura.
No temerás el espanto nocturno,
ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía.
Caerán a tu izquierda mil,
diez mil a tu derecha;
a ti no te alcanzará.
Tan sólo abre tus ojos
y verás la paga de los malvados,
porque hiciste del Señor tu refugio,
tomaste al Altísimo por defensa.
No se te acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos;
te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones.
«Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré;
lo saciaré de largos días,
y le haré ver mi salvación.»
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Al amparo del Altísimo no temo el espanto nocturno.
LECTURA BREVE Ap 22, 4-5
Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.
RESPONSORIO BREVE
V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
V. Tú, el Dios leal, nos librarás.
R. Te encomiendo mi espíritu.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32
Ahora, Señor, según tu promesa,
puedes dejar a tu siervo irse en paz,
porque mis ojos han visto a tu Salvador,
a quien has presentado ante todos los pueblos
luz para alumbrar a las naciones
y gloria de tu pueblo Israel.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz.
ORACIÓN
OREMOS,
Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor.
Amén
BENDICIÓN
V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte.
R. Amén.
ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN
Madre del Redentor, Virgen fecunda,
puerta del cielo siempre abierta,
estrella del mar,
ven a librar al pueblo que tropieza
y se quiere levantar.
Ante la admiración de cielo y tierra,
engendraste a tu santo Creador,
y permaneces siempre virgen.
Recibe el saludo del ángel Gabriel,
y ten piedad de nosotros, pecadores.
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