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viernes, 27 de abril de 2012

29†CALENDARIO LITURGICO-PASTORAL: IV DOMINGO DE PASCUA

29†CALENDARIO LITURGICO-PASTORAL: IV DOMINGO DE PASCUA Misa: del Domingo (blanco). Misal: ants. y oracs. props., Gl., Cr., Pf. Pasc. Lecc.: vol. II, lects. del domingo IV de Pascua (año B): • Hch 4, 8-12. Ningún otro puede salvar. • Sal 117. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. • 1Jn 3, 1-2. Veremos a Dios tal cual es. • Jn 10, 11-18. El buen pastor da la vida por las ovejas. El pastoreo de Jesús y de la Iglesia. La liturgia nos presenta la imagen mesiánica del pastor. Aparece ya en el AT, prefigurando al Mesías. Jesús, el Buen Pastor, conoce a sus ovejas y ofrece su vida por ellas (Ev.). Pedro, después de haber curado al paralítico, reconoce que, fuera de Cristo muerto y resucitado, no hay salvación, sólo él puede curar y salvar (1ª lect.). Dios Padre nos ha amado por Cristo hasta tal punto que nos ha hecho sus hijos y herederos de su reino (2ª lect.). – JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES (pontificia): Liturgia del día, alusión en la mon. de entrada y en la hom., intención en la orac. univ. – JORNADA Y COLECTA DE VOCACIONES NATIVAS (pontificia: OMP): Liturgia del día, alusión en la mon. de entrada y en la hom., intención en la orac. univ., colecta. – Hoy no se permiten otras celebraciones, tampoco la Misa exequial. Fuente: www.almudi.org
Santoral del 29 de Abril: Santa Catalina de Siena, 
Virgen y doctora de la Iglesia Nacida en 1347, Catalina (nombre que significa "Pura") era la menor del prolífico hogar de Diego Benincasa. Allí crecía la niña en entendimiento, virtud y santidad. A la edad de cinco o seis años tuvo la primera visión, que la inclinó definitivamente a la vida virtuosa. Cruzaba una calle con su hermano Esteban, cuando vio al Señor rodeado de ángeles, que le sonreía, impartiéndole la bendición. Su padre, tintorero de pieles, pensó casarla con un hombre rico. La joven manifestó que se había prometido a Dios. Entonces, para hacerla desistir de su propósito, se la sometió a los servicios mas humildes de la casa. Pero ella caía frecuentemente en éxtasis y todo le era fácil de sobrellevar. Finalmente, derrotados por su paciencia, cedieron sus padres y se la admitió en la tercera orden de Santo Domingo y siguió, por tanto, siendo laica. Tenía dieciséis años. Sabía ayudar, curar, dar su tiempo y su bondad a los huérfanos, a los menesterosos y a los enfermos a quienes cuidó en las epidemias de la peste. En la terrible peste negra, conocida en la historia con el nombre de "la gran mortandad", pereció más de la tercera parte de la población de Siena. A su alrededor muchas personas se agrupaban para escucharla. Ya a los veinticinco años de edad comienza su vida pública, como conciliadora de la paz entre los soberanos y aconsejando a los príncipes. Por su influjo, el papa Gregorio XI dejó la sede de Aviñon para retornar a Roma. Este pontífice y Urbano VI se sirvieron de ella como embajadora en cuestiones gravísimas; Catalina supo hacer las cosas con prudencia, inteligencia y eficacia. Aunque analfabeta, como gran parte de las mujeres y muchos hombres de su tiempo, dictó un maravilloso libro titulado Diálogo de la divina providencia, donde recoge las experiencias místicas por ella vividas y donde se enseñan los caminos para hallar la salvación. Sus trescientas setenta y cinco cartas son consideradas una obra clásica, de gran profundidad teológica. Expresa los pensamientos con vigorosas y originales imágenes. Se la considera una de las mujeres más ilustres de la edad media, maestra también en el uso de la lengua Italiana. Santa Catalina de Siena, quien murió a consecuencia de un ataque de apoplejía, a la temprana edad de treinta y tres años, el 29 de abril de 1380, fue la gran mística del siglo XIV. El papa Pío II la canonizó en 1461. Sus restos reposan en la Iglesia de Santa María sopra Minerva en Roma, donde se la venera como patrona de la ciudad; es además, patrona de Italia y protectora del pontificado. El papa Pablo VI, en 1970, la proclamó doctora de la Iglesia. Ella, Santa Teresa de Avila y Santa Teresita de Lisieux son las tres únicas mujeres que ostentan este título. Otros Santos cuya fiesta se celebra hoy: Santos: Paulino, Severo, obispos;
Agapio, Secundino, Tíquico, Torpetes, Emiliano, mártires; Pedro de Verona;
Roberto (Bob, Boby), monje; Tértula, Antonia, vírgenes; Hugo, abad. Fuente: www.ewtn.com/español

Meditación: Domingo de la semana IV de Pascua; ciclo B. 29 de Abril, 2012

Meditación: Domingo de la semana IV de Pascua; ciclo B. 29 de Abril, 2012 «Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas. El asalariado, el que no es pastor dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye -y el lobo las arrebata y las dispersa-, porque es asalariado y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pasto,; conozco las mías y las mías me conocen. Como el Padre me conoce a mi, así yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil, a ésas también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño, con un solo pastor.» (Juan 10, 11-18) 
1º. Jesús, Tú eres el Buen Pastor: has dado tu vida por mí, me conoces y yo te conozco. Eres Dios y te preocupas de mí como el buen pastor de su rebaño o como la madre cuida a su hijo pequeño. ¿Cómo reacciono yo ante tanto amor? Todo un Dios pendiente de mí y yo, a veces, ni me entero. Es como un niño pequeño que sigue jugando distraído sin darse cuenta de que su madre está ahí al lado, pendiente de él continuamente, cuidándole, amándole. Así estas Tú, Señor: mirándome con mirada de padre y de madre. ¿Cómo te lo agradezco? Jesús, si Tú te cuidas de mí, ¿qué me puede preocupar? El saberme hijo de Dios, oveja de tu rebaño, es la fuente más sólida de paz y de alegría. Porque sé que todo lo que me ocurra es para mi bien: ¡todo! Hasta lo que humanamente parece un gran fracaso o un gran sufrimiento. Las penas se convierten en alegrías, y las alegrías en mayores alegrías aún, cuando me doy cuenta de que soy hijo de Dios. Todo alegrías, todo alegrías. Por eso, no hay nadie más alegre que el que se sabe hijo de Dios. «A ésas también es necesario que las traiga, y oirán mi voz y formarán un solo rebaño, con un sola pastor.» Jesús, cuánta división entre cristianos... Es necesario volver a una sola Iglesia: un solo rebaño con un solo pastor. ¿Qué puedo hacer? Ante todo, pedir a Dios por la unidad de los cristianos. «La preocupación por el restablecimiento de la unión atañe a la Iglesia entera, tanto a los fieles como a los pastores. Pero hay que ser conocedor de que este santo propósito de reconciliar a todos los cristianos en la unidad de la única Iglesia de Jesucristo excede las fuerzas y la capacidad humana». Por eso hay que poner toda la esperanza «en la oración de Cristo por la Iglesia, en el amor del Padre para con nosotros, y en el poder del Espíritu Santo» (CEC.- 822). Además, debo fomentar la unidad de la Iglesia defendiéndola de los ataques, no criticando a unos o a otros, buscando los puntos comunes y comprendiendo el trabajo de los demás. 2º. «Permitidme un consejo: si alguna vez perdéis la claridad de la luz, recurrid siempre al buen pastor. ¿Quién es el buen pastor? El que entra por la puerta de la fidelidad a la doctrina de la Iglesia; el que no se comporta como el mercenario. (...) La insistencia de Cristo -¿no veis con qué cariño habla de pastores y de ovejas, del redil y del rebaño?- es una demostración práctica de la necesidad de un buen guía para nuestra alma. (...) Por eso, si el Señor permite que nos quedemos a oscuras, incluso en cosas pequeñas; si sentimos que nuestra fe no es firme, acudamos al buen pasto, al que entra por la puerta ejercitando su derecho, al que, dando su vida por los demás, quiere ser, en la palabra y en la conducta, un alma enamorada: un pecador quizá también, pero que confía siempre en el perdón y en la misericordia de Cristo» (Es Cristo que pasa.-34). Jesús, necesito un buen guía para mi alma, alguien que me ayude a seguirte a Ti, que eres el buen pastor. Ese guía no puede ser cualquiera, sino alguien que me conozca, que comprenda mis circunstancias, y -sobre todo- alguien que esté cerca de Ti, que luche por ser santo, que dé su vida por los demás. Tendrá sus defectos también, pero no importa si no actúa cobardemente, como el mercenario, que huye ante el peligro; no importa si es una persona humilde, que quiere mi bien y que, por eso, sabrá exigirme cuando convenga. Jesús, que no quiera ir por mi cuenta, estar solo ante el peligro. Porque veo venir al lobo: las tentaciones, los desánimos, la cobardía, la comodidad de quedarme en una lucha a medias... y, entonces, necesitaré un buen pastor que me ayude y me defienda en mi camino de santidad. Fuente: www.almudi.org

Lectio Divina: Domingo IV Semana de Pascua. Ciclo B, 29 Abril, 2012

Lectio Divina: Domingo IV Semana de Pascua. Ciclo B, 29 Abril, 2012 Jesús es el Buen Pastor
“¡Para que todos tengan vida y vida en abundancia!”
Juan 10,11-18 1. Oración inicial 

Señor Jesús, envía tu Espíritu, para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús. Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección. 
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu. Amén. 2. Lectura a) Clave de lectura: El evangelio de este Cuarto Domingo de Pascua nos trae la parábola del Buen Pastor. Por esto, a veces, es llamado, Domingo del Buen Pastor. En algunas parroquias se celebra la fiesta del párroco, pastor del rebaño. En el evangelio de hoy, Jesús se presenta como el Buen Pastor que ha venido “para que todos tengan vida y vida en abundancia” (Jn 10,10). En aquel tiempo, el pastor era la imagen del “leader”. Jesús dice que muchos se presentaban como pastores, pero eran en realidad “ladrones y salteadores”. Hoy sucede la misma cosa. Hay personas que se presentan como leaders, pero en realidad, en vez de servir, buscan sus propios intereses. Algunos de ellos tienen un modo de hablar tan suave y hacen una propaganda tan inteligente que consiguen engañar a la gente. ¿Has tenido la experiencia de haber sido engañado alguna vez? ¿Cuáles son los criterios para evaluar a un leader tanto a nivel de comunidad como de nación? ¿Quién es, cómo debe ser un buen pastor? Con estas preguntas en la mente, tratemos de meditar el texto del evangelio de hoy. En el curso de la lectura tratemos también de estar atentos a las imágenes que Jesús usa para presentarse a la gente como un verdadero y buen pastor. b) Una división del texto para ayudar en la lectura: Jn 10,11: Jesús se presenta como el Buen Pastor que da su vida por las ovejas.
Jn 10,12,13: Jesús delinea la conducta del mercenario
Jn 10,14-15: Jesús se presenta como el Buen Pastor que conoce a sus ovejas
Jn 10,16: Jesús indica la meta a conseguir: un solo rebaño y un solo pastor
Jn 10,17-18: Jesús y el Padre c) Texto: 11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, 13 porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, 15 como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo. 18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.» 3. Un momento de silencio orante para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida. 4. Algunas preguntas para ayudarnos en la meditación y en la oración. a) ¿Qué es lo que más ha llamado tu atención en el texto del Buen Pastor? ¿Por qué?
b) ¿Cuáles son las imágenes que Jesús se aplica a sí mismo, cómo las aplica y qué significan?
c) ¿Cuántas veces en este texto, Jesús usa la palabra vida y qué afirma sobre la vida?
d) ¿Que dice el texto sobre las ovejas que somos nosotros?¿Cuáles son las cualidades y las obligaciones de las ovejas?
e) Pastor-Pastoral. ¿Se puede decir que nuestra pastoral continúa la misión de Jesús-Pastor? 5. Para aquéllos que desean profundizar más en el texto. a) Contexto: i) El discurso de Jesús sobre el Buen Pastor (Jn 10,1-18) es como un ladrillo puesto en una pared ya preparada. Con este ladrillo la pared es más bella y fuerte. Inmediatamente antes, en Jn 9,40-41, el evangelio hablaba de la curación de un ciego de nacimiento (Jn 9,1-38)) y de la discusión de Jesús con los fariseos sobre la ceguera (Jn 9, 39-41) Inmediatamente después, en Jn 10, 19-21, Juan coloca la conclusión de la discusión de Jesús con los fariseos sobre la ceguera. Los fariseos se presentaban al pueblo en calidad de leaders y pensaban que estaban en grado de poder discernir y enseñar las cosas de Dios. En realidad, ellos eran ciegos (Jn 9,40-41) y despreciaban la opinión de la gente representada por el ciego del nacimiento que había sido curado por Jesús (Jn 9,34). El discurso del Buen Pastor ha sido introducido aquí con el fin de ofrecer algunos criterios para saber discernir quién es el leader , el pastor que merece crédito. La parábola realiza una palabra que Jesús apenas había dicho a los fariseos: “Jesús dijo entonces: «Yo he venido a este mundo para juzgar, para que aquéllos que no ven vean y aquéllos que ven se vuelvan ciegos” (Jn 9,39) ii) El discurso de Jesús sobre el “Buen Pastor” presenta tres comparaciones, ligadas entre sí por la imagen de las ovejas, que ofrecen criterios para discernir quién es el verdadero pastor:
1ª comparación (Jn 10,1-5) : “Entrar por la puerta”. Jesús distingue entre el pastor de las ovejas y aquel que asalta para robar. Aquello que revela quién es el pastor es el hecho de que él entra por la puerta. El salteador por otra parte.
2ª comparación (Jn 10,6-10): “Yo soy la puerta”. Entrar por la puerta significa obrar como Jesús, cuya preocupación mayor es la vida en abundancia de las ovejas. Aquello que revela al pastor es la defensa de la vida de las ovejas
3ª comparación (Jn 10,11-18) : “Yo soy el buen pastor”. Jesús no es sencillamente un pastor. Él es el Buen Pastor. Aquello que revela quién es el Buen Pastor es (1) el conocimiento recíproco entre la oveja y el pastor y (2) dar la vida por las ovejas. iii) ¿En qué modo la parábola del Buen Pastor puede quitar la ceguera y abrir los ojos de las personas? En aquel tiempo, la imagen del pastor era el símbolo del leader. Pero no por el simple hecho de que alguien se ocupe de las ovejas puede éste ser definido como pastor. También los mercenarios cuentan. Los fariseos eran personas leaders. ¿Pero eran también pastores? Como veremos, según la parábola, para discernir quien es pastor y quién es mercenario, es necesario atender a dos cosas: (a) A la conducta de las ovejas frente al pastor que las conduce, para ver si reconocen su voz. (b) A la conducta del Pastor ante las ovejas para ver si su interés es la vida de las ovejas y si es capaz de dar la vida por ellos (Jn 10,11-18). iv) El texto del evangelio de este cuarto domingo de de Pascua (Jn 10,11-18) es la última parte del discurso del Buen Pastor (Jn 10, 1-18). Por esto queremos comentar todo el texto. Observemos de cerca las diversas imágenes de las que Jesús se sirve para presentarse a nosotros como el verdadero y buen pastor. b) Comentario del texto: i) Jn 10,1-5: 1ª Imagen: El pastor “entra por la puerta”
Jesús comienza el discurso con una comparación sobre la puerta: “Quien no entra por la puerta, sino que sube por otra parte es un ladrón y salteador. Quien por el contrario entra por la puerta es el pastor de las ovejas”. Para entender esta comparación, es bueno recordar lo que sigue. En aquel tiempo, los pastores cuidaban al rebaño durante el día. Llegada la noche, ellos llevaban a las ovejas a un gran recinto comunitario, bien protegido de ladrones y lobos. Todos los pastores de una misma región llevaban allí a sus rebaños. Un guardián se ocupaba de ellas durante la noche. Al día siguiente, muy de mañana, llegaba el pastor, batía las manos sobre la puerta y el guardián abría. Las ovejas reconocían la voz de su pastor, se levantaban y salían detrás de él a pastar. Las ovejas de los otros pastores oían la voz pero no se movían, porque para ellas era una voz desconocida. La oveja reconoce la voz de su pastor. De vez en cuando aparecía el peligro de un asalto. Para robar las ovejas, los ladrones no se presentaban al guardián de la puerta, sino que entraban por otro lado o destruían el recinto, hecho de piedra una sobre otra. ii) Jn 10,6-10: 2ª Imagen: explica qué significa “entrar por la puerta”. Jesús es la puerta. 
Aquellos que escuchaban a Jesús, los fariseos (cf Jn 9,40-41), no entendieron la comparación. Entonces Jesús explicó: “Yo soy la puerta de las ovejas. Todos aquellos que han venido antes que yo, son ladrones y salteadores”. ¿De quién o quiénes está hablando Jesús con esta frase tan dura? Probablemente se está refiriendo a leaders religiosos que arrastraban a la gente detrás de ellos, pero que no respondían a la esperanza de la gente. Engañaban a la gente, dejándolas peor que antes. No les interesaba el bien de la gente, sino el propio interés y el propio bolsillo. Jesús explica que el criterio fundamental para discernir quién es el pastor y quién es el asaltante es la preocupación por la vida de las ovejas. Pide a la gente que no sigan a aquél que se presenta en calidad de pastor, pero no desea la vida de la gente. Es aquí donde Jesús pronunció aquella frase que se canta aun en nuestros días: “He venido para que tengan vid y vida en abundancia”. Este es el primer criterio. iii) Jn 10,11-16: 3ª imagen: explica que significa “he venido para que tengan vida en abundancia” (Aquí empieza el texto de esta semana cuarta de Pascua) * Jn 10,11: Jesús se presenta como el Buen Pastor que da su vida por las ovejas
Jesús cambia la comparación. Antes, Él era la puerta de las ovejas. Ahora dice que es el pastor de las ovejas. Y no un pastor cualquiera, sino: “¡Yo soy el buen pastor!”. La imagen del buen pastor viene del Viejo Testamento. Todo sabían qué era un pastor y cómo vivía y trabajaba. Diciendo que es un Buen Pastor, Jesús se presenta como aquél que viene a cumplir las promesas de los profetas y las esperanzas de la gente. Insiste sobre dos puntos: (a) la defensa de la vida de las ovejas; el buen pastor da su vida (Jn 10,11.15.17.18); (b) en la recíproca comprensión entre las ovejas y el pastor; el pastor conoce a sus ovejas y ellas conocen al pastor. (Jn 10,4.14.16) * Jn 10,12-13: Jesús delinea la conducta del mercenario que no es pastor
“El mercenario que no es pastor”. Mirando desde fuera, no se percibe la diferencia entre el mercenario y el pastor. Los dos se ocupan de las ovejas. Hoy hay muchas personas que se ocupan de otras en los hospitales, en las comunidades, en los asilos para ancianos, en los colegios, en los servicios públicos, en las parroquias. Algunos lo hacen por amor, otros, apenas por un salario, para poder sobrevivir. A estas personas los otros no les interesan. Tienen conducta de funcionarios, de asalariados, de mercenarios. En el momento del peligro ellos no se interesan, “ porque las ovejas no son de ellos”, los niños no son de ellos, los alumnos no son de ellos, los vecinos no son de ellos, los fieles no son de ellos….
Ahora, en vez de juzgar la conducta de los otros pongámonos delante de nuestra conciencia y pidámonos: ¿En mi relación con los otros… soy mercenario o pastor? Piensa que Jesús no te condena porque el trabajador tiene derecho a su paga (Lc 10,7), sino que te pide que des un paso adelante y te conviertas en pastor. * Jn 10,14-15: Jesús se presenta como el Buen Pastor que conoce a sus ovejas
Dos cosas caracterizan al buen pastor: a) conoce a las ovejas y es conocido por ellas. En la lengua de Jesús, “conocer” no es cuestión de conocer el nombre o el rostro de la persona, sino de relacionarse con la persona por amistad y por afecto. b) dar la vida por las ovejas. Esto significa estar dispuesto a sacrificarse por amor. Las ovejas sienten y perciben cuándo una persona las defiende y las protege. Esto vale para todos nosotros: para los párrocos y para aquéllos que tienen cualquier responsabilidad hacia otras personas. Para un párroco, saber si es buen pastor no basta con haber sido nombrado y obedecer a las normas del derecho canónico. Es necesario ser reconocido como buen pastor por las ovejas. A veces esto se olvida en la política actual de la Iglesia. Jesús dice que no sólo el pastor reconoce a las ovejas, sino que también las ovejas reconocen al pastor. Ellos tienen criterios para esto. Porque si ellos no lo reconocen, aunque sea nombrado según el derecho canónico, él no es pastor según el corazón de Cristo. No son sólo las ovejas las que deben obedecer a quien las conduce. También aquél que conduce debe estar muy atento a la reacción de las ovejas para saber si obra como pastor o como mercenario. * Jn 10,16: Jesús define la meta a conseguir: un solo rebaño y un solo pastor.
Jesús mira al horizonte y dice que hay otras ovejas que no son de este rebaño. Todavía no han escuchado la voz de Jesús, pero cuando la oigan, se darán cuenta que Él es el pastor y lo seguirán. ¿Quién hará esto o cuándo sucederá? ¡Somos nosotros, imitando en todo el comportamiento de Jesús, el Buen Pastor! * Jn 10,17-18: Jesús es el Padre
En estos dos versículos finales Jesús se abre y nos deja entender algo que está en lo más profundo de su corazón: su relación con el Padre. Aquí se percibe la verdad de cuanto dice en otro momento: “No os llamo siervos , sino que os llamo amigos porque todo aquello que he oído del Padre os lo he hecho conocer” (Jn 15,15) Jesús es para nosotros un libro abierto. c) Ampliando conocimientos La imagen del Pastor en el VT, la cuál se realiza en Jesús. i) En Palestina, la supervivencia de la gente dependía en mucho de la cuida de ganados: cabras y ovejas. La imagen del pastor que guía a sus ovejas a las praderas era muy conocida por todos, como hoy conocemos la imagen del chofer de autobús. Era normal usar la imagen del pastor para indicar la función de quien gobernaba y conducía al pueblo. Los profetas criticaban a los reyes porque eran pastores que no se ocupaban de su grey y no la conducían a pastar (Jr 2,8; 10,21; 23, 1-2). Esta crítica sobre los malos pastores aumentó y llegó a su punto culminante cuando por culpa del rey el pueblo fue deportado al destierro (Ez 34,1-10; Zc 11,4-17). ii) De frente a la frustración sufrida a causa de la actuación de los malos pastores, surge el deseo de tener a Dios como Pastor, deseo tan bien expresado en el salmo: “El Señor es mi Pastor, nada me puede faltar” (Sl 23,1-6; Gén 48,15). Los profetas esperan que en el futuro, Dios mismo venga a guiar a su rebaño, como un pastor (Is 40,11; Ez 34, 11-16). Y esperan que esta vez la gente sepa reconocer la voz de su pastor: “!Escuchad hoy su voz!” (Sl 95,7). Esperan que Dios venga en calidad de Juez que pronunciará la sentencia entre las ovejas del rebaño (Ez 34,17). Nace el deseo y la esperanza de que un día, Dios suscite buenos pastores y que el Mesías sea un buen pastor para el pueblo de Dios (Jr 3,15; 23,4). iii) Jesús realiza esta esperanza y se presenta como el buen pastor, diferente de los salteadores, que antes de Él habían robado al pueblo. Se presenta también como el Juez del pueblo que al final, emitirá la sentencia como el pastor que separa las ovejas de las cabras (Mt 25,31-46). En Jesús se realiza la profecía de Zacarías que dice que el buen pastor será perseguido por los malos pastores, enojados por su denuncia: “¡Heriré al pastor y se dispersará el rebaño!” (Zc 13,7). iv) Al final del evangelio de Juan, la imagen se extiende y Jesús termina con ser todo al mismo tiempo: puerta (Jn 10,7), pastor (Jn 10,11), cordero y oveja (Jn 1,36). Una clave para el evangelio de Juan. Todos perciben la diferencia que hay entre el evangelio de Juan y los otros tres evangelios: Mateo, Marcos y Lucas. Alguno lo define así: Los tres últimos hacen una fotografía, Juan hace una radiografía. O sea, Juan ayuda a los lectores a descubrir la dimensión más profunda que hay en lo que Jesús dice y hace. Revela las cosas escondidas que solamente los rayos equis de la fe pueden descubrir y revelar. Juan enseña a leer los otros evangelios con la mirada de la fe y a descubrir el significado más profundo. Jesús mismo había ya dicho que mandaría el don de su Espíritu para que pudiésemos comprender toda la plenitud de sus palabras (Jn 14,24-25; 16,12-13). Los antiguos Padres de la Iglesia decían: el evangelio de Juan es “espiritual” y “simbólico”. Algunos ejemplos: (a) Jesús cura al ciego de nacimiento (Jn 9,6-7). Para Juan este milagro tiene un significado más profundo. Revela que Jesús es la Luz del mundo, que nos hace comprender y contemplar mejor las cosas de Dios en la vida (Jn 9,39). (b) Jesús resucita a Lázaro (Jn 11,43-44), no sólo para ayudar a Lázaro y consolar a sus dos hermanas, Marta y María, sino para revelar que Él es la Resurrección y la Vida (Jn 11,25-26). (c) Jesús cambia 600 litros de agua en vino en las bodas de Caná (Jn 2,1-13). Y lo hace no sólo para salvar la alegría de la fiesta, sino también y sobre todo para revelar que la nueva Ley del Evangelio es como vino comparado con la Ley precedente. Y lo hace con abundancia (¡600 litros!) precisamente para significar que a nadie le faltará hasta el fin de los tiempos. (d) Jesús multiplica los panes y alimenta a los hambrientos (Jn 6,11) no sólo para saciar el hambre de aquella gente pobre que le acompañaba por el desierto, sino también para revelar que Él mismo es el pan de la vida que alimenta a todos a través de la vida (Jn 6,34-58). Jesús habla con la Samaritana sobre el agua (Jn 4,7.10) , pero lo que Él quería era que ella llegase a descubrir el agua del don de Dios, que ya llevaba dentro (Jn 4,13-14). En una palabra, es el Espíritu de Jesús quien da vida (Jn 6,63). La carne o solo la letra no bastan y pueden incluso matar el sentido y la vida (2 Cor 3,6). 6. Oración: Salmo 23 (22) El Señor es mi pastor! Yahvé es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos me hace reposar.
Me conduce a fuentes tranquilas,
allí reparo mis fuerzas. Me guía por cañadas seguras
haciendo honor a su nombre.
Aunque fuese por valle tenebroso,
ningún mal temería,
pues tú vienes conmigo;
tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas ante mí una mesa,
a la vista de mis enemigos;
perfumas mi cabeza,
mi copa rebosa. Bondad y amor me acompañarán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa de Yahvé
un sinfín de días. 7. Oración final Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén. www.ocarm.org

Ordinario de la Misa: Domingo IV Semana de Pascua. Ciclo B. 29 de Abril, 2012

Ordinario de la Misa: Domingo IV Semana de Pascua. Ciclo B. 29 de Abril, 2012 Domingo del Buen Pastor Cuarto Domingo de Pascua: Jornada Mundial de oración por las vocaciones Bendito el que viene en el nombre del Señor Alabemos al Señor llenos de gozo Antífona de Entrada Alabemos al Señor llenos de gozo, porque la tierra está llena de su amor y su palabra hizo los cielos. Aleluya. Se dice Gloria. Oración Colecta Oremos: Dios omnipotente y misericordioso, guíanos a la felicidad eterna de tu Reino, a fin de que el pequeño rebaño de tu Hijo pueda llegar seguro a donde ya está su Pastor, resucitado, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Primera Lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4, 8-12) En aquellos días, Pedro, lleno del Espíritu Santo, dijo: “Jefes del pueblo y ancianos: Puesto que hoy se nos interroga acerca del beneficio hecho a un hombre enfermo, para saber cómo fue curado, sépanlo ustedes y sépalo todo el pueblo de Israel: este hombre ha quedado sano en el nombre de Jesús de Nazaret, a quien ustedes crucificaron y a quien Dios resucitó de entre los muertos. Este mismo Jesús es la piedra que ustedes, los constructores, han desechado y que ahora es la piedra angular. Ningún otro puede salvarnos, pues en la tierra no existe ninguna otra persona a quien Dios haya constituido como salvador nuestro”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor Salmo Responsorial Salmo 117 La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. Más vale refugiarse en el Señor, que poner en los hombres la confianza; más vale refugiarse en el Señor, que buscar con los fuertes una alianza. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación. La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra de la mano del Señor, es un milagro patente. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Bendito el que viene en nombre del Señor. Que Dios desde su templo nos bendiga. Tú eres mi Dios, y te doy gracias. Tú eres mi Dios, y yo te alabo. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. La piedra que desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Segunda Lectura Lectura de la primera carta del apóstol san Juan (3, 1-2) Queridos hijos: Miren cuánto amor nos ha tenido el Padre, pues no sólo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Si el mundo no nos reconoce, es porque tampoco lo ha reconocido a él. Hermanos míos, ahora somos hijos de Dios, pero aún no se ha manifestado cómo seremos al fin. Y ya sabemos que, cuando él se manifieste, vamos a ser semejantes a él, porque lo veremos tal cual es. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya. Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Juan (10, 11-18) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor. El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he recibido de mi Padre”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: Con la palabra «pastor» se designaba en el Antiguo Oriente con frecuencia también a los reyes. Entre los egipcios, los reyes egipcios eran representados con los dos distintivos del pastor: el azote (o espantamoscas) y el cayado. Tanto en el arte de Mesopotamia como en el griego se encuentra la figura del pastor llevando a hombros un cordero; el dios griego Hermes fue representado llevando un carnero. Los cristianos utilizaron esta imagen para representar a Jesús, como buen pastor. En el Antiguo Testamento Dios le encomienda a David la tarea de pastorear a su pueblo Israel (2Sam 5,2) y los príncipes del pueblo se comparan con frecuencias con pastores. Ezequiel contrapone los dirigentes de Israel -que se apacientan a sí mismos en lugar de apacentar a sus ovejas- con el Señor, como modelo de pastor: «Como sigue el pastor el rastro de su rebaño cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones» (Ez 34,1-10.12). El evangelista Juan presenta a Jesús como «buen pastor», o por dar una traducción más adecuada, como «modelo de pastor». El pastor modelo se define porque da su vida en función de las ovejas. Quien no ama a las ovejas hasta ese extremo no es buen pastor. El pastor aparece en el evangelio de hoy por oposición al asalariado o mercenario que apacienta a las ovejas por dinero; el asalariado cuando viene el peligro (lobo) deja que mueran las ovejas. La relación del pastor-Jesús con las ovejas-pueblo es una relación personal y recíproca de conocimiento profundo e íntimo (conozco a las mías y ellas me conocen a mí). Conocer a Jesús significa experimentar su amor e identificarse con su persona y actividad. Esta relación de conocimiento-amor es tan profunda que Jesús la compara a la que existe entre él y el Padre, basada también en la comunidad de Espíritu, que crea la unidad de designio y de propósito. Pero el rebaño de Jesús no se limita al pueblo de Israel, pues Jesús proclama que tiene otras ovejas que no son de ese recinto, palabra que designa el atrio del templo o, más ampliamente, a la institución judía, en la cual se han arrogado los puestos de poder unos individuos que carecen de todo derecho a ello y que son en realidad explotadores (ladrones) que usan de la violencia (bandidos) para someter al pueblo, manteniéndolo en un estado de miseria (cf. Jr 2,8; 23,1-4; Ez 34,2-10; Zac 11,4-17). Son esa gente que ha convertido la casa de su Padre en casa de negocios (Jn 2,16). Él tiene otras ovejas que no son del pueblo de Israel, pues pertenecen al mundo pagano y ha venido para formar una nueva comunidad humana que no se limita ya a los judíos sino que se extiende a todos sin distinción de raza, credo o estatuto social. Jesús, el modelo de pastor, demuestra que es el verdadero pastor porque entrega su vida por las ovejas. Ante su auditorio de dirigentes judíos (v. 19) que lo odian e intentan matarlo, Jesús afirma que es precisamente su prontitud para desafiar la muerte lo que hace manifestarse en él el amor del Padre. Jesús se entrega a sí mismo y así se recobra, porque al darse él mismo hace suyo el dinamismo de amor del Padre y de esta manera realiza su condición de hijo, adquiriendo la plenitud del propio ser. La demostración continua de amor del Padre se realiza en la presencia y actividad incesante del Espíritu en Jesús y se manifiesta en su obrar. Como Jesús, quien se da a sí mismo por amor no lo hace con la esperanza de recobrar la vida como premio a ese sacrificio (mérito), sino con la certeza de poderla tomar de nuevo, por la fuerza del amor mismo. Donde hay amor hasta el límite hay vida sin límite, pues el amor es fuerza de vida. Dar la vida significa creer hasta el fin en la verdad y potencia del amor. Jesús afirma su absoluta libertad en su entrega. Nadie puede quitarle la vida, él la da por propia iniciativa. Indica así que, aunque sean las circunstancias históricas las que van a llevarlo a la muerte, eso puede suceder porque él ha hecho su opción de llegar hasta el fin. El Padre, que ama a Jesús, le deja plena libertad; como Hijo, Jesús dispone de sus actos (Está en mi mano entregarla, etc.; cf. 3,35). La relación entre Jesús y el Padre no es de sumisión, sino de amor que identifica. El mandamiento del Padre no es una orden, sino un encargo; formula el designio común del Padre y Jesús, que nace de su comunión en el Espíritu (5,30). El evangelista utiliza el término "mandamiento" para oponerlo a los de la antigua Ley. Moisés recibió muchos (Éx 24,12; Dt 12,28, etc.), Jesús uno solo, el del amor hasta el extremo, el mismo que será propuesto a la humanidad (12,49; 13,34). Y este pastor modelo -que es Jesús-, es también según Pedro en el libro de los Hechos, «la piedra que desecharon ustedes, los arquitectos y que se ha convertido en piedra angular» de la comunidad. Para la revisión de vida 
¿Cómo son mis actitudes de pastor respecto a todos aquellos que, de una u otra manera, dependen de mis cuidados? ¿Me comporto como el pastor asalariado a quien no le interesan sus ovejas? ¿Conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí? 
¿Qué preocupación tengo por las ovejas que son de otro redil…? Se dice Credo. Oración de los Fieles Celebrante: Pidamos a Dios que el poder de Jesús Resucitado se manifieste en su Iglesia, y en cuanto hoy queremos pedirle con fe. Digamos juntos: Te lo pedimos, Señor. Por la Iglesia: para que en este tiempo de gozo pueda reconocer en sus pastores la presencia viva y misteriosa de Cristo, único Pastor universal. Oremos. Te lo pedimos, Señor. Por todos los sacerdotes y consagrados, por aquellos a quienes se les confía el anuncio del Evangelio: para que transmitan el mensaje liberador de Jesús desde un compromiso radical con la verdad. Oremos. Te lo pedimos, Señor. Por nuestra sociedad: para que todos vivamos como hermanos y como hijos de Dios. Oremos. Te lo pedimos, Señor. Por los jóvenes: para que el Señor les dé generosidad para seguirlo. Oremos. Te lo pedimos, Señor. Por los que sufren: para que Jesús los conforte y alivie. Oremos. Te lo pedimos, Señor. Por nosotros y por nuestros familiares y amigos: para que la vida de Jesús se manifieste en las nuestras y demos gloria al Dios que nos salva. Oremos. Te lo pedimos, Señor. Celebrante: Tú que eres el Buen Pastor y el guía de tu Iglesia, Tú que diste tu vida para que nosotros la tuviéramos en abundancia, escucha nuestras oraciones y no permitas que nos apartemos de tu redil. Tú, que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén. Oración sobre las Ofrendas Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Prefacio de Pascua IV Restauración universal por el misterio pascual El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque destruida la antigua situación de pecado, se levanta todo lo que estaba caído y en Cristo se nos otorga la integridad de la vida. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo... Antífona de la Comunión Ha resucitado Jesús, el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas, y que se dignó morir para salvarnos. Aleluya. Oración después de la Comunión Oremos: Vela, Señor, con solicitud, por las ovejas que rescataste con la Sangre preciosa de tu Hijo, para que puedan alcanzar, un día, la felicidad eterna de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Fuente: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.com

Evangelio del Domingo IV Semana de Pascua. Ciclo B. 29 de Abril, 2012

Evangelio del Domingo IV Semana de Pascua. Ciclo B. 29 de Abril, 2012 † Lectura del santo Evangelio según san Juan (10, 11-18) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da la vida por sus ovejas. En cambio, el asalariado, el que no es el pastor ni el dueño de las ovejas, cuando ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; el lobo se arroja sobre ellas y las dispersa, porque a un asalariado no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas. Tengo además otras ovejas que no son de este redil y es necesario que las traiga también a ellas; escucharán mi voz y habrá un solo rebaño y un solo pastor. El Padre me ama porque doy mi vida para volverla a tomar. Nadie me la quita; yo la doy porque quiero. Tengo poder para darla y lo tengo también para volverla a tomar. Este es el mandato que he recibido de mi Padre”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: Con la palabra «pastor» se designaba en el Antiguo Oriente con frecuencia también a los reyes. Entre los egipcios, los reyes egipcios eran representados con los dos distintivos del pastor: el azote (o espantamoscas) y el cayado. Tanto en el arte de Mesopotamia como en el griego se encuentra la figura del pastor llevando a hombros un cordero; el dios griego Hermes fue representado llevando un carnero. Los cristianos utilizaron esta imagen para representar a Jesús, como buen pastor. En el Antiguo Testamento Dios le encomienda a David la tarea de pastorear a su pueblo Israel (2Sam 5,2) y los príncipes del pueblo se comparan con frecuencias con pastores. Ezequiel contrapone los dirigentes de Israel -que se apacientan a sí mismos en lugar de apacentar a sus ovejas- con el Señor, como modelo de pastor: «Como sigue el pastor el rastro de su rebaño cuando las ovejas se le dispersan, así seguiré yo el rastro de mis ovejas y las libraré sacándolas de todos los lugares por donde se desperdigaron un día de oscuridad y nubarrones» (Ez 34,1-10.12). El evangelista Juan presenta a Jesús como «buen pastor», o por dar una traducción más adecuada, como «modelo de pastor». El pastor modelo se define porque da su vida en función de las ovejas. Quien no ama a las ovejas hasta ese extremo no es buen pastor. El pastor aparece en el evangelio de hoy por oposición al asalariado o mercenario que apacienta a las ovejas por dinero; el asalariado cuando viene el peligro (lobo) deja que mueran las ovejas. La relación del pastor-Jesús con las ovejas-pueblo es una relación personal y recíproca de conocimiento profundo e íntimo (conozco a las mías y ellas me conocen a mí). Conocer a Jesús significa experimentar su amor e identificarse con su persona y actividad. Esta relación de conocimiento-amor es tan profunda que Jesús la compara a la que existe entre él y el Padre, basada también en la comunidad de Espíritu, que crea la unidad de designio y de propósito. Pero el rebaño de Jesús no se limita al pueblo de Israel, pues Jesús proclama que tiene otras ovejas que no son de ese recinto, palabra que designa el atrio del templo o, más ampliamente, a la institución judía, en la cual se han arrogado los puestos de poder unos individuos que carecen de todo derecho a ello y que son en realidad explotadores (ladrones) que usan de la violencia (bandidos) para someter al pueblo, manteniéndolo en un estado de miseria (cf. Jr 2,8; 23,1-4; Ez 34,2-10; Zac 11,4-17). Son esa gente que ha convertido la casa de su Padre en casa de negocios (Jn 2,16). Él tiene otras ovejas que no son del pueblo de Israel, pues pertenecen al mundo pagano y ha venido para formar una nueva comunidad humana que no se limita ya a los judíos sino que se extiende a todos sin distinción de raza, credo o estatuto social. Jesús, el modelo de pastor, demuestra que es el verdadero pastor porque entrega su vida por las ovejas. Ante su auditorio de dirigentes judíos (v. 19) que lo odian e intentan matarlo, Jesús afirma que es precisamente su prontitud para desafiar la muerte lo que hace manifestarse en él el amor del Padre. Jesús se entrega a sí mismo y así se recobra, porque al darse él mismo hace suyo el dinamismo de amor del Padre y de esta manera realiza su condición de hijo, adquiriendo la plenitud del propio ser. La demostración continua de amor del Padre se realiza en la presencia y actividad incesante del Espíritu en Jesús y se manifiesta en su obrar. Como Jesús, quien se da a sí mismo por amor no lo hace con la esperanza de recobrar la vida como premio a ese sacrificio (mérito), sino con la certeza de poderla tomar de nuevo, por la fuerza del amor mismo. Donde hay amor hasta el límite hay vida sin límite, pues el amor es fuerza de vida. Dar la vida significa creer hasta el fin en la verdad y potencia del amor. Jesús afirma su absoluta libertad en su entrega. Nadie puede quitarle la vida, él la da por propia iniciativa. Indica así que, aunque sean las circunstancias históricas las que van a llevarlo a la muerte, eso puede suceder porque él ha hecho su opción de llegar hasta el fin. El Padre, que ama a Jesús, le deja plena libertad; como Hijo, Jesús dispone de sus actos (Está en mi mano entregarla, etc.; cf. 3,35). La relación entre Jesús y el Padre no es de sumisión, sino de amor que identifica. El mandamiento del Padre no es una orden, sino un encargo; formula el designio común del Padre y Jesús, que nace de su comunión en el Espíritu (5,30). El evangelista utiliza el término "mandamiento" para oponerlo a los de la antigua Ley. Moisés recibió muchos (Éx 24,12; Dt 12,28, etc.), Jesús uno solo, el del amor hasta el extremo, el mismo que será propuesto a la humanidad (12,49; 13,34). Y este pastor modelo -que es Jesús-, es también según Pedro en el libro de los Hechos, «la piedra que desecharon ustedes, los arquitectos y que se ha convertido en piedra angular» de la comunidad. Para la revisión de vida 
¿Cómo son mis actitudes de pastor respecto a todos aquellos que, de una u otra manera, dependen de mis cuidados? ¿Me comporto como el pastor asalariado a quien no le interesan sus ovejas? ¿Conozco a mis ovejas y mis ovejas me conocen a mí? 
¿Qué preocupación tengo por las ovejas que son de otro redil…?

Oficio Divino: Tiempo de Pascua. Ciclo B. 29 de abril, 2012

Oficio Divino: Tiempo de Pascua. Ciclo B. 29 de abril, 2012 DOMINGO DE LA SEMANA IV Del propio del tiempo. (OFICIO DE LECTURA (6:00); LAUDES (7:00); TERCIA (9:00); SEXTA (12:00); NONA (15:00); VISPERAS (19:00); COMPLETAS (22:00) (Dar Ctrl + Click, sobre la hora correspondiente, o ir directamente a la hora en el cuerpo del texto ) Oficio de Lectura Laudes Tercia Sexta Nona II Vísperas Completas Fuente: www.lirutgiadelashoras.com.ar OFICIO DE LECTURA Si el Oficio de Lectura es la primera oración del día: V. Señor abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza Se añade el Salmo del Invitatorio con la siguiente antífona: Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. Si antes del Oficio de lectura se ha rezado ya alguna otra Hora: V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: OH PERPETUO PASTOR QUE PURIFICAS Oh perpetuo Pastor que purificas a tu grey con las aguas bautismales, en las que hallan limpieza nuestras mentes y sepulcro final nuestras maldades. Oh tú que, al ver manchada nuestra especie por obra del demonio y de sus fraudes, asumiste la carne de los hombres y su forma perdida reformaste. Oh tú que, en una cruz clavado un día, llegaste por amor a extremos tales, que pagaste la deuda de los hombres con el precio divino de tu sangre. Oh Jesucristo, libra de la muerte a cuantos hoy reviven y renacen, para que seas el perenne gozo pascual de nuestras mentes inmortales. Gloria al Padre celeste y gloria al Hijo, que de la muerte resurgió triunfante, y gloria con entrambos al divino Paracleto, por siglos incesantes. Amén. SALMODIA Ant. 1. Aleluya. La piedra ha sido removida de la entrada del sepulcro. Aleluya. Salmo 23 - ENTRADA SOLEMNE DE DIOS EN SU TEMPLO. Del Señor es la tierra y cuanto la llena, el orbe y todos sus habitantes: El la fundó sobre los mares, El la afianzó sobre los ríos. ¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en el recinto sacro? El hombre de manos inocentes y puro corazón, que no confía en los ídolos ni jura contra el prójimo en falso. Ese recibirá la bendición del Señor, le hará justicia el Dios de salvación. Este es el grupo que busca al Señor, que viene a tu presencia, Dios de Jacob. ¡Portones!, alzad los dinteles, levantaos, puertas antiguas: va a entrar el Rey de la gloria. ¿Quién es ese Rey de la gloria? El Señor, héroe valeroso; el Señor, héroe de la guerra. ¡Portones!, alzad los dinteles, levantaos, puertas antiguas: va a entrar el Rey de la gloria. ¿Quién es ese Rey de la gloria? El Señor, Dios de los ejércitos. Él es el Rey de la gloria. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Aleluya. La piedra ha sido removida de la entrada del sepulcro. Aleluya. Ant. 2. Aleluya. ¿A quién buscas, mujer?, ¿al que está vivo entre los muertos? Aleluya. Salmo 65 I - HIMNO PARA UN SACRIFICO DE ACCIÓN DE GRACIAS Aclama al Señor, tierra entera; tocad en honor de su nombre, cantad himnos a su gloria. Decid a Dios: «¡Qué terribles son tus obras, por tu inmenso poder tus enemigos se rinden!» Que se postre ante ti la tierra entera, que toquen en tu honor, que toquen para tu nombre. Venid a ver las obras de Dios, sus temibles proezas en favor de los hombres: transformó el mar en tierra firme, a pie atravesaron el río. Alegrémonos con Dios, que con su poder gobierna eternamente; sus ojos vigilan a las naciones, para que no se subleven los rebeldes. Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, haced resonar sus alabanzas, porque él nos ha devuelto la vida y no dejó que tropezaran nuestros pies. ¡Oh Dios!, nos pusiste a prueba, nos refinaste como refinan la plata; nos empujaste a la trampa, nos echaste a cuestas un fardo: sobre nuestro cuello cabalgaban, pasamos por fuego y por agua, pero nos has dado respiro. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Aleluya. ¿A quién buscas, mujer?, ¿al que está vivo entre los muertos? Aleluya. Ant. 3. Aleluya. No llores, María; ha resucitado el Señor. Aleluya. Salmo 65 II Entraré en tu casa con víctimas, para cumplirte mis votos: los que pronunciaron mis labios y prometió mi boca en el peligro. Te ofreceré víctimas cebadas, te quemaré carneros, inmolaré bueyes y cabras. Fieles de Dios, venid a escuchar, os contaré lo que ha hecho conmigo: a él gritó mi boca y lo ensalzó mi lengua. Si hubiera tenido yo mala intención, el Señor no me habría escuchado; pero Dios me escuchó, y atendió a mi voz suplicante. Bendito sea Dios, que no rechazó mi súplica ni me retiró su favor. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Aleluya. No llores, María; ha resucitado el Señor. Aleluya. V. Mi corazón se alegra. Aleluya. R. y te canto agradecido. Aleluya. PRIMERA LECTURA De los Hechos de los apóstoles 12, 1-23 PEDRO ES LIBERADO DE LA CÁRCEL POR UN ÁNGEL Por aquel tiempo, el rey Herodes se apoderó de algunos fieles de la Iglesia con el fin de hacerles daño, e hizo morir por la espada a Santiago, hermano de Juan. Y, viendo que esto era del agrado de los judíos, resolvió prender también a Pedro. Era por los días de los panes ázimos. Una vez que se apoderó de él, lo hizo meter en la cárcel y lo puso bajo la vigilancia de cuatro escuadras de cuatro soldados cada una. Tenía el propósito de hacerlo comparecer en juicio ante el pueblo después de la Pascua. Mientras Pedro estaba detenido en la cárcel, la Iglesia oraba incesantemente por él. La noche anterior al día en que Herodes iba a hacerlo comparecer en su tribunal, se hallaba Pedro atado con dos cadenas y durmiendo entre dos soldados. Mientras tanto, los centinelas hacían guardia ante las puertas de la cárcel. De repente, se presentó un ángel del Señor, y el calabozo se llenó de luz. El ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: «Levántate en seguida.» Y, al momento, cayeron las cadenas de sus manos. Le dijo el ángel: «Ponte el ceñidor y las sandalias.» Él obedeció. En seguida el ángel añadió: «Envuélvete en tu manto y sígueme.» Salió Pedro fuera, detrás de él; pero no se daba cuenta de si era realidad lo que estaba haciendo el ángel; le parecía que estaba viendo un sueño. Después de atravesar la primera y segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad; la puerta se abrió por sí misma. Salieron y avanzaron por una calle, y, de pronto, el ángel desapareció. Pedro, dándose cuenta de la realidad, exclamó: «Ahora comprendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel y me ha librado de las garras de Herodes y de todo lo que el pueblo judío esperaba.» Después de pensar un momento, se dirigió a casa de María, la madre de Juan, por sobrenombre Marcos, donde había muchos fieles reunidos en oración. Golpeó la puerta del vestíbulo, y salió a abrir una criada, llamada Rode. Ésta, al reconocer la voz de Pedro, fuera de sí de alegría, nó abrió la puerta, sino que entró corriendo a avisar que Pedro estaba en el vestíbulo. Ellos le dijeron: «Tú estás loca.» Pero ella afirmaba con insistencia que era verdad. Entonces dijeron: «Será su ángel.» Mientras tanto, Pedro seguía llamando. Abriéronle por fin y, al verlo, quedaron estupefactos. Haciéndoles señas con la mano de que callasen, les contó cómo el Señor lo había sacado de la cárcel. Luego añadió: «Comunicad esto a Santiago y a los demás hermanos.» Y se marchó a otro lugar. Cuando se hizo de día, se produjo gran alarma entre los soldados, porque no sabían qué había sido de Pedro. Herodes lo hizo buscar y, al no hallarlo, sometió a interrogatorio a los guardias y los mandó ajusticiar. Luego, bajó de Judea a Cesárea y se quedó allí. Estaba muy irritado contra los tirios y los sidonios. Éstos, de común acuerdo, vinieron a presentarse ante él, y, por medio de Blasto, tesorero real, a quien se habían ganado con dinero, pidieron hacer las paces; pues el país de los tirios y los sidonios dependía económicamente del territorio real de Herodes. El día señalado, Herodes, vestido regiamente y sentado en su trono, les dirigió una alocución. Y el pueblo allí reunido comenzó a decir a grandes voces: «Es un dios, no un hombre, el que está hablando.» Pero, al instante, lo hirió un ángel del Señor, porque no había dado gloria a Dios; y luego, comido de gusanos, expiró. RESPONSORIO Cf. Hch 12, 7 R. Levántate, Pedro, y vístete; recibe la fortaleza para salvar a las naciones. * Porque han caído las cadenas de tus manos. Aleluya. V. Se presentó un ángel del Señor, y el calabozo se llenó de luz. El ángel tocó a Pedro en el costado, lo despertó y le dijo: «Levántate en seguida.» R. Porque han caído las cadenas de tus manos. Aleluya. SEGUNDA LECTURA De las Homilías de san Gregorio Magno, papa, sobre los Evangelios (Homilía 14, 3-6: PL 76, 1129-1130) CRISTO EL BUEN PASTOR Yo soy el buen Pastor, y conozco a mis ovejas, es decir, las amo, y ellas me conocen a mi. Es como si dijese con toda claridad: «Los que me aman me obedecen.» Pues el que no ama la verdad es que todavía no la conoce. Ya que habéis oído, hermanos, cuál sea nuestro peligro, pensad también, por estas palabras del Señor, cuál es el vuestro. Ved si sois verdaderamente ovejas suyas, ved si de verdad lo conocéis, ved si percibís la luz de la verdad. Me refiero a la percepción no por la fe, sino por el amor y por las obras. Pues el mismo evangelista Juan, de quien son estas palabras, afirma también: Quien dice: «Yo conozco a Dios», y no guarda sus mandamientos, miente. Por esto el Señor añade, en este mismo texto: Como el Padre me conoce a mi, yo conozco al Padre y doy mi vida por mis ovejas, lo que equivale a decir: «En esto consiste mi conocimiento del Padre y el conocimiento que el Padre tiene de mí, en que doy mi vida por mis ovejas; esto es, el amor que me hace morir por mis ovejas demuestra hasta qué punto amo al Padre.» Referente a sus ovejas, dice también: Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen, y yo les doy vida eterna. Y un poco antes había dicho también acerca de ellas: El que entre por mi se salvará, disfrutará de libertad para entrar y salir, y encontrará pastos abundantes. Entrará, en efecto, al abrirse a la fe, saldrá al pasar de la fe a la visión y la contemplación, encontrará pastos en el banquete eterno. Sus ovejas encontrarán pastos, porque todo aquel que lo sigue con un corazón sencillo es alimentado con un pasto siempre verde. ¿Y cuál es el pasto de estas ovejas, sino el gozo íntimo de un paraíso siempre lozano? El pasto de los elegidos es la presencia del rostro de Dios, que, al ser contemplado ya sin obstáculo alguno, sacia para siempre el espíritu con el alimento de vida. Busquemos, pues, queridos hermanos, estos pastos, para alegrarnos en ellos junto con la multitud de los ciudadanos del cielo. La misma alegría de los que ya disfrutan de este gozo nos invita a ello. Por tanto, hermanos, despertemos nuestro espíritu, enardezcamos nuestra fe, inflamemos nuestro deseo de las cosas celestiales; amar así es ponernos ya en camino. Que ninguna adversidad nos prive del gozo de esta fiesta interior, porque al que tiene la firme decisión de llegar a término ningún obstáculo del camino puede frenarlo en su propósito. No nos dejemos seducir por la prosperidad, ya que sería un caminante insensato el que, contemplando la amenidad del paisaje, se olvidara del término de su camino. RESPONSORIO Cf. Jn 10, 14. 15; 1Co 5, 7 R. Resucitó el buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas; * él se dignó morir por su rebaño. Aleluya. V. Cristo, nuestro cordero pascual, ha sido inmolado. R. Él se dignó morir por su rebaño. Aleluya. Himno: SEÑOR, DIOS ETERNO Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza, a ti, Padre del cielo, te aclama la creación. Postrados ante ti, los ángeles te adoran y cantan sin cesar: Santo, santo, santo es el Señor, Dios del universo; llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles, la multitud de los profetas te enaltece, y el ejército glorioso de los mártires te aclama. A ti la Iglesia santa, por todos los confines extendida, con júbilo te adora y canta tu grandeza: Padre, infinitamente santo, Hijo eterno, unigénito de Dios, santo Espíritu de amor y de consuelo. Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria, tú el Hijo y Palabra del Padre, tú el Rey de toda la creación. Tú, para salvar al hombre, tomaste la condición de esclavo en el seno de una virgen. Tú destruiste la muerte y abriste a los creyentes las puertas de la gloria. Tú vives ahora, inmortal y glorioso, en el reino del Padre. Tú vendrás algún día, como juez universal. Muéstrate, pues, amigo y defensor de los hombres que salvaste. Y recíbelos por siempre allá en tu reino, con tus santos y elegidos. La parte que sigue puede omitirse, si se cree oportuno. Salva a tu pueblo, Señor, y bendice a tu heredad. Sé su pastor, y guíalos por siempre. Día tras día te bendeciremos y alabaremos tu nombre por siempre jamás. Dígnate, Señor, guardarnos de pecado en este día. Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti. A ti, Señor, me acojo, no quede yo nunca defraudado. ORACIÓN. OREMOS, Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. LAUDES (Oración de la mañana) INVOCACIÓN INICIAL V. Señor, abre mis labios R. Y mi boca proclamará tu alabanza. INVITATORIO Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. Salmo 94 INVITACIÓN A LA ALABANZA DIVINA Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos. Porque el Señor es un Dios grande, soberano de todos los dioses: tiene en su mano las simas de la tierra, son suyas las cumbres de los montes; suyo es el mar, porque él lo hizo, la tierra firme que modelaron sus manos. Venid, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía. Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masá en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y dudaron de mí, aunque habían visto mis obras. Durante cuarenta años aquella generación me repugnó, y dije: Es un pueblo de corazón extraviado, que no reconoce mi camino; por eso he jurado en mi cólera que no entrarán en mi descanso» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Himno: ESTABA AL ALBA MARÍA Estaba al alba María, llamándole con sus lágrimas. Vino la Gloria del Padre y amaneció el primer día. Envuelto en la blanca túnica de su propia luz divina -la sábana de la muerte dejada en tumba vacía-, Jesús, alzado, reinaba; pero ella no lo veía. Estaba al alba María, la fiel esposa que aguarda. Mueva el Espíritu al aura en el jardín de la vida. Las flores huelan la Pascua de la carne sin mancilla, y quede quieta la esposa sin preguntas ni fatiga. ¡Ya está delante el esposo, venido de la colina! Estaba al alba María, porque era la enamorada. Amén. SALMODIA Ant. 1. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Aleluya. Salmo 117 - HIMNO DE ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DE LA VICTORIA. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. En el peligro grité al Señor, y me escuchó, poniéndome a salvo. El Señor está conmigo: no temo; ¿qué podrá hacerme el hombre? El Señor está conmigo y me auxilia, veré la derrota de mis adversarios. Mejor es refugiarse en el Señor que fiarse de los hombres, mejor es refugiarse en el Señor que confiar en los magnates. Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Señor los rechacé; me rodeaban cerrando el cerco, en el nombre del Señor los rechacé; me rodeaban como avispas, ardiendo como fuego en las zarzas, en el nombre del Señor los rechacé. Empujaban y empujaban para derribarme, pero el Señor me ayudó; el Señor es mi fuerza y mi energía, él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos: «La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es excelsa, la diestra del Señor es poderosa.» No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me entregó a la muerte. Abridme las puertas del triunfo, y entraré para dar gracias al Señor. Esta es la puerta del Señor: los vencedores entrarán por ella. Te doy gracias porque me escuchaste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. Señor, danos la salvación; Señor, danos prosperidad. Bendito el que viene en nombre del Señor, os bendecimos desde la casa del Señor; el Señor es Dios: él nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos hasta los ángulos del altar. Tú eres mi Dios, te doy gracias; Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. No he de morir, viviré para contar las hazañas del Señor. Aleluya. Ant. 2. Bendito tu nombre, santo y glorioso. Aleluya. Cántico: QUE LA CREACIÓN ENTERA ALABE AL SEÑOR Dn 3, 52-57 Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito tu nombre, Santo y glorioso: a él gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en el templo de tu santa gloria: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres sobre el trono de tu reino: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres tú, que sentado sobre querubines sondeas los abismos: a ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres en la bóveda del cielo: a ti honor y alabanza por los siglos. Creaturas todas del Señor, bendecid al Señor, ensalzadlo con himnos por los siglos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Bendito tu nombre, santo y glorioso. Aleluya. Ant. 3. Dad gloria a nuestro Dios, él es la Roca, sus obras son perfectas, sus caminos son justos. Aleluya. Salmo 150 - ALABAD AL SEÑOR Alabad al Señor en su templo, alabadlo en su augusto firmamento. Alabadlo por sus obras magníficas, alabadlo por su inmensa grandeza. Alabadlo tocando trompetas, alabadlo con arpas y cítaras, Alabadlo con tambores y danzas, alabadlo con trompas y flautas, alabadlo con platillos sonoros, alabadlo con platillos vibrantes. Todo ser que alienta, alabe al Señor. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Dad gloria a nuestro Dios, él es la Roca, sus obras son perfectas, sus caminos son justos. Aleluya. LECTURA BREVE Hch 10, 40-43 Dios resucitó a Jesús al tercer día e hizo que se apareciese no a todo el pueblo, sino a nosotros, que somos los testigos elegidos de antemano por Dios. Nosotros hemos comido y bebido con él, después que Dios lo resucitó de entre los muertos. Y él nos mandó predicar al pueblo y atestiguar que ha sido constituido por Dios juez de vivos y muertos. De él hablan todos los profetas y aseguran que cuantos tengan fe en él recibirán por su nombre el perdón de sus pecados. RESPONSORIO BREVE V. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. V. Tú que has resucitado de entre los muertos. R. Aleluya, aleluya. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Yo soy el Pastor de las ovejas; yo soy el camino, la verdad y la vida; yo soy el buen Pastor, y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya. Cántico de Zacarías. EL MESÍAS Y SU PRECURSOR Lc 1, 68-79 Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo. suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos profetas: Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; ha realizado así la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abraham. Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días. Y a ti, niño, te llamarán Profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados. Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tiniebla y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Yo soy el Pastor de las ovejas; yo soy el camino, la verdad y la vida; yo soy el buen Pastor, y conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Aleluya. PRECES Invoquemos a Dios, Padre todopoderoso, que resucitó a Jesús, nuestro jefe y salvador, y aclamémoslo, diciendo: Ilumínanos, Señor, con la luz de Cristo. Padre santo, que hiciste pasar a tu Hijo amado de las tinieblas de la muerte a la luz de tu gloria, haz que podamos llegar también nosotros a tu luz admirable. Tú que nos has salvado por la fe, haz que vivamos hoy según la fe que profesamos en nuestro bautismo. Tú que quieres que busquemos las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a tu derecha, líbranos de la seducción del pecado. Haz que nuestra vida, oculta en ti con Cristo, brille en el mundo, para que aparezcan los cielos nuevos y la tierra nueva. Se pueden añadir algunas intenciones libres. Dirijámonos ahora al Padre con las palabras que el Espíritu del Señor resucitado pone en nuestra boca: Padre nuestro... ORACIÓN Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. HORA TERCIA V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: AL SEÑOR CONFESAMOS, ¡ALELUYA! Al Señor confesamos, ¡aleluya! En la hora de tercia a la mañana se llenaron los suyos de esperanza, y lejos de la noche y de la duda salieron con la llama y la palabra. Al Señor adoramos, ¡aleluya! Han marcado sus pies nuestros caminos, marcó su nombre el nombre de los siglos, y en la tierra su voz cual voz ninguna convoca seguidores y testigos. Al Señor esperamos, ¡aleluya! Y ahora celebramos al Viviente, a Jesús victorioso de la muerte; acéptanos, oh Cristo, cual liturgia de gloria que ganaste y a ti vuelve. Amén. SALMODIA Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 22 - EL BUEN PASTOR El Señor es mi Pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas; me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan. Preparas una mesa ante mí enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 75 I- ACCIÓN DE GRACIAS POR LA VICTORIA Dios se manifiesta en Judá, su fama es grande en Israel; su tabernáculo está en Jerusalén, su morada en Sión: allí quebró los relámpagos del arco, el escudo, la espada y la guerra. Tú eres deslumbrante, magnífico, con montones de botín conquistados. Los valientes duermen su sueño, y a los guerreros no les responden sus brazos. Con un bramido, ¡oh Dios de Jacob!, inmovilizaste carros y caballos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 75 - II Tú eres terrible: ¿quién resiste frente a ti al ímpetu de tu ira? Desde el cielo proclamas la sentencia: la tierra teme sobrecogida, cuando Dios se pone en pie para juzgar, para salvar a los humildes de la tierra. La cólera humana tendrá que alabarte, los que sobrevivan al castigo te rodearán. Haced votos al Señor y cumplidlos, y traigan los vasallos tributo al Temible: él deja sin aliento a los príncipes, y es temible para los reyes del orbe. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. LECTURA BREVE Cf. 1Co 15, 3b-5 Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras, y fue sepultado; resucitó al tercer día y vive, según lo anunciaron también las Escrituras. Y se apareció a Cefas y luego a los Doce. V. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya. R. Y se ha aparecido a Simón. Aleluya. ORACIÓN OREMOS, Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. HORA SEXTA V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: VERBO DE DIOS, EL SOL DE MEDIODÍA Verbo de Dios, el sol de mediodía, amable mensajero de tu rostro, fecunda nuestra tierra y la hermosea como fuente de luz, de vida y gozo. Más hermoso tu cuerpo, que es pleroma del infinito amor jamás gastado; y de ese mar sin fondo ni ribera la Iglesia es tu pleroma continuado. Verbo de Dios, que reinas sin fatiga, que emerges victorioso del trabajo, reina dichoso tú que nos esperas mientras nosotros vamos caminando. Amén. SALMODIA Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 122 - EL SEÑOR, ESPERANZA DEL PUEBLO A ti levanto mis ojos, a ti que habitas en el cielo. Como están los ojos de los esclavos fijos en las manos de sus señores, como están los ojos de la esclava fijos en las manos de su señora, así están nuestros ojos en el Señor, Dios nuestro, esperando su misericordia. Misericordia, Señor, misericordia, que estamos saciados de desprecios; nuestra alma está saciada del sarcasmo de los satisfechos, del desprecio de los orgullosos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 123 - NUESTRO AUXILIO ES EL NOMBRE DEL SEÑOR Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte -que lo diga Israel-, si el Señor no hubiera estado de nuestra parte, cuando nos asaltaban los hombres, nos habrían tragado vivos: tanto ardía su ira contra nosotros. Nos habrían arrollado las aguas, llegándonos el torrente hasta el cuello; nos habrían llegado hasta el cuello las aguas espumantes. Bendito el Señor, que no nos entregó como presa a sus dientes; hemos salvado la vida como un pájaro de la trampa del cazador: la trampa se rompió y escapamos. Nuestro auxilio es el nombre del Señor, que hizo el cielo y la tierra. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 124 - EL SEÑOR VELA POR SU PUEBLO. Los que confían en el Señor son como el monte Sión: no tiembla, está asentado para siempre. Jerusalén está rodeada de montañas, y el Señor rodea a su pueblo ahora y por siempre. No pesará el cetro de los malvados sobre el lote de los justos, no sea que los justos extiendan su mano a la maldad. Señor, concede bienes a los buenos, a los sinceros de corazón; y a los que se desvían por sendas tortuosas, que los rechace el Señor con los malhechores. ¡Paz a Israel! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. LECTURA BREVE Ef 2, 4-6 Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, aún cuando estábamos muertos por nuestros pecados, nos vivificó con Cristo -por pura gracia habéis sido salvados- y nos resucitó con él, y nos hizo sentar en los cielos con Cristo Jesús. V. Los discípulos se llenaron de alegría. Aleluya. R. Al ver al Señor. Aleluya. ORACIÓN OREMOS, Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. HORA NONA V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: REINA EL SEÑOR ALLÍ DONDE NINGUNO Reina el Señor allí donde ninguno ciñe corona que haya dado el mundo; reina el Señor allí donde la vida sin lágrimas es río de delicias. Reina el Señor, el compasivo siervo, que en sus hombros cargó nuestro madero; vive el muerto en la cruz, el sepultado y con hierro sellado y custodiado. Cruzó el oscuro valle de la muerte hasta bajar a tumba de rebeldes; fingía que era suya nuestra pena, y en silencio escuchó nuestra sentencia. Pero reina el Señor, la tierra goza, y ya se escuchan los cánticos de boda. ¡Gloria al Señor Jesús resucitado, nuestra esperanza y triunfo deseado! Amén. SALMODIA Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 125 - DIOS, ALEGRÍA Y ESPERANZA NUESTRA. Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar: la boca se nos llenaba de risas, la lengua de cantares. Hasta los gentiles decían: «El Señor ha estado grande con ellos.» El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres. Que el Señor cambie nuestra suerte como los torrentes del Negueb. Los que sembraban con lágrimas cosechan entre cantares. Al ir, iban llorando, llevando la semilla; al volver, vuelven cantando, trayendo sus gavillas. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 126 - EL ESFUERZO HUMANO ES INÚTIL SIN DIOS. Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, los que coméis el pan de vuestros sudores: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen! La herencia que da el Señor son los hijos; una recompensa es el fruto de las entrañas: son saetas en mano de un guerrero los hijos de la juventud. Dichoso el hombre que llena con ellas su aljaba: no quedará derrotado cuando litigue con su adversario en la plaza. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Salmo 127 - PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO ¡Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien; tu mujer, como una vid fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa: ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén todos los días de tu vida; que veas a los hijos de tus hijos. ¡Paz a Israel! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. LECTURA BREVE Rm 6, 4 Por nuestro bautismo fuimos sepultados con Cristo, para participar de su muerte; para que, así como Cristo fue resucitado de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros vivamos una vida nueva. V. Quédate con nosotros, Señor. Aleluya. R. Porque ya es tarde. Aleluya. ORACIÓN OREMOS, Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén CONCLUSIÓN V. Bendigamos al Señor. R. Demos gracias a Dios. II VÍSPERAS Oración de la tarde V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. Himno: AL FIN SERÁ LA PAZ Y LA CORONA Al fin será la paz y la corona, los vítores, las palmas sacudidas, y un aleluya inmenso como el cielo para cantar la gloria del Mesías. Será el estrecho abrazo de los hombres, sin muerte, sin pecado, sin envidia; será el amor perfecto del encuentro, será como quien llora de alegría. Porque hoy remonta el vuelo el sepultado y va por el sendero de la vida a saciarse de gozo junto al Padre y a preparar la mesa de familia. Se fue, pero volvía, se mostraba, lo abrazaban, hablaba, compartía; y escondido la Iglesia lo contempla, lo adora más presente todavía. Hundimos en sus ojos la mirada, y ya es nuestra la historia que principia, nuestros son los laureles de su frente, aunque un día le dimos las espinas. Que el tiempo y el espacio limitados sumisos al Espíritu se rindan, y dejen paso a Cristo omnipotente, a quien gozoso el mundo glorifica. Amén. SALMODIA Ant. 1. Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Aleluya. Salmo 109, 1-5. 7 - EL MESÍAS, REY Y SACERDOTE. Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.» Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.» El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno según el rito de Melquisedec.» El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes. En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo, sentado a la derecha de Dios. Aleluya. Ant. 2. En las tinieblas brilla una luz para el justo. Aleluya. Salmo 111- FELICIDAD DEL JUSTO Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus mandatos. Su linaje será poderoso en la tierra, la descendencia del justo será bendita. En su casa habrá riquezas y abundancia, su caridad es constante, sin falta. En las tinieblas brilla como una luz el que es justo, clemente y compasivo. Dichoso el que se apiada y presta, y administra rectamente sus asuntos. El justo jamás vacilará, su recuerdo será perpetuo. No temerá las malas noticias, su corazón está firme en el Señor. Su corazón está seguro, sin temor, hasta que vea derrotados a sus enemigos. Reparte limosna a los pobres; su caridad es constante, sin falta, y alzará la frente con dignidad. El malvado, al verlo, se irritará, rechinará los dientes hasta consumirse. La ambición del malvado fracasará. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. En las tinieblas brilla una luz para el justo. Aleluya. Ant. 3. Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. Aleluya. Cántico: LAS BODAS DEL CORDERO - Cf. Ap 19,1-2, 5-7 El cántico siguiente se dice con todos los Aleluya intercalados cuando el oficio es cantado. Cuando el Oficio se dice sin canto es suficiente decir el Aleluya sólo al principio y al final de cada estrofa. Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios (R. Aleluya) porque sus juicios son verdaderos y justos. R. Aleluya, (aleluya). Aleluya. Alabad al Señor sus siervos todos. (R. Aleluya) Los que le teméis, pequeños y grandes. R. Aleluya, (aleluya). Aleluya. Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo. (R. Aleluya) Alegrémonos y gocemos y démosle gracias. R. Aleluya, (aleluya). Aleluya. Llegó la boda del cordero. (R. Aleluya) Su esposa se ha embellecido. R. Aleluya, (aleluya). Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Aleluya. La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios. Aleluya. LECTURA BREVE Hb 10, 12-14 Cristo, habiendo ofrecido un solo sacrificio en expiación de los pecados, está sentado para siempre a la diestra de Dios, y espera el tiempo que falta «hasta que sus enemigos sean puestos por escabel de sus pies». Así, con una sola oblación, ha llevado para siempre a la perfección en la gloria a los que ha santificado. RESPONSORIO BREVE V. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. R. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. V. Y se ha aparecido a Simón. R. Aleluya, aleluya. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Mis ovejas atienden a mi voz, y yo, el Señor, las conozco a ellas. Aleluya. Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR Lc 1, 46-55 Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de su misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Mis ovejas atienden a mi voz, y yo, el Señor, las conozco a ellas. Aleluya. PRECES Oremos a Dios Padre, que resucitó a su Hijo Jesucristo y lo exaltó a su derecha, y digámosle: Haz que participemos, Señor, de la gloria de Cristo. Padre justo, que por la victoria de la cruz elevaste a Cristo sobre la tierra, atrae hacia él a todos los hombres. Por tu Hijo glorificado, envía, Señor, sobre tu Iglesia al Espíritu Santo, a fin de que tu pueblo sea en medio del mundo signo de la unidad de los hombres. Conserva en la fe de su bautismo a la nueva prole renacida del agua y del Espíritu Santo, para que alcance la vida eterna. Por tu Hijo glorificado, ayuda, Señor, a los que sufren, da la libertad a los presos, la salud a los enfermos y la abundancia de tus bienes a todos los hombres. Se pueden añadir algunas intenciones libres. A nuestros hermanos difuntos, a quienes mientras vivían en este mundo diste el cuerpo y la sangre de tu Hijo glorioso, concédeles la gloria de la resurrección en el último día. Terminemos nuestra oración con las palabras del Señor: Padre nuestro... ORACIÓN Dios todopoderoso y eterno, que has dado a tu Iglesia el gozo inmenso de la resurrección de Jesucristo, te pedimos que nos lleves a gozar de las alegrías celestiales, para que así llegue también el humilde rebaño hasta donde penetró su victorioso Pastor. Él, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. COMPLETAS (Oración antes del descanso nocturno) INVOCACIÓN INICIAL V. Dios mío, ven en mi auxilio R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya. EXAMEN DE CONCIENCIA Hermanos, habiendo llegado al final de esta jornada que Dios nos ha concedido, reconozcamos sinceramente nuestros pecados. Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros, hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión: por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a santa María, siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor. V. El Señor todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. R. Amén. Himno: EL CORAZÓN SE DILATA El corazón se dilata sin noche en tu santo cuerpo, oh morada iluminada, mansión de todo consuelo. Por tu muerte sin pecado, por tu descanso y tu premio, en ti, Jesús, confiamos, y te miramos sin miedo. Como vigilia de amor te ofrecemos nuestro sueño; tú que eres el paraíso, danos un puesto en tu reino. Amén. SALMODIA Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. Salmo 90 - A LA SOMBRA DEL OMNIPOTENTE. Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío. Dios mío, confío en ti.» Él te librará de la red del cazador, de la peste funesta. Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas te refugiarás: su brazo es escudo y armadura. No temerás el espanto nocturno, ni la flecha que vuela de día, ni la peste que se desliza en las tinieblas, ni la epidemia que devasta a mediodía. Caerán a tu izquierda mil, diez mil a tu derecha; a ti no te alcanzará. Tan sólo abre tus ojos y verás la paga de los malvados, porque hiciste del Señor tu refugio, tomaste al Altísimo por defensa. No se te acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos; te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre, me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré; lo saciaré de largos días, y le haré ver mi salvación.» Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Aleluya, aleluya, aleluya. LECTURA BREVE Ap 22, 4-5 Verán el rostro del Señor, y tendrán su nombre en la frente. Y no habrá más noche, y no necesitarán luz de lámpara ni de sol, porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos. RESPONSORIO BREVE V. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. V. Tú, el Dios leal, nos librarás. R. Aleluya, aleluya. V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. R. En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu. Aleluya, aleluya. CÁNTICO EVANGÉLICO Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. CÁNTICO DE SIMEÓN Lc 2, 29-32 Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén Ant. Sálvanos, Señor, despiertos, protégenos mientras dormimos, para que velemos con Cristo y descansemos en paz. Aleluya. ORACIÓN OREMOS, Humildemente te pedimos, Señor, que después de haber celebrado en este día los misterios de la resurrección de tu Hijo, sin temor alguno, descansemos en tu paz, y mañana nos levantemos alegres para cantar nuevamente tus alabanzas. Por Cristo nuestro Señor. Amén BENDICIÓN V. El Señor todopoderoso nos conceda una noche tranquila y una santa muerte. R. Amén. ANTÍFONA FINAL DE LA SANTÍSIMA VIRGEN Reina del cielo, alégrate, aleluya, porque Cristo, a quien llevaste en tu seno, aleluya, ha resucitado, según su palabra, aleluya. Ruega al Señor por nosotros, aleluya. Fuente: www.liturgiadelashoras.com.ar

28 CALENDARIO LITURGICO-PASTORAL: SÁBADO DE LA III SEMANA DE PASCUA o SAN PEDRO CHANEL, presbítero y mártir, Memoria libre o SAN LUIS GRIÑÓN DE MONFORT, presbítero, Memoria libre

28 CALENDARIO LITURGICO-PASTORAL: SÁBADO DE LA III SEMANA DE PASCUA o SAN PEDRO CHANEL, presbítero y mártir, Memoria libre o SAN LUIS GRIÑÓN DE MONFORT, presbítero, Memoria libre Misa: del sábado (blanco) o de la memoria de san Pedro Ch. (rojo) o de la memoria de San Luis G. (blanco). Misal: para el sábado ants. y oracs.props. / para una de las memorias 1ª orac. prop. y el resto del sábado o del común, Pf. Pasc. o de la memoria. Lecc.: vol. VII, lects. de la III semana de Pascua-sábado: • Hch 9, 31-42. La Iglesia se iba construyendo y se multiplicaba, animada por el Espíritu Santo. • Sal 115. ¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho? • Jn 6, 60-69. ¿A quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. o bien: cf. vol. V, lects. propuestas para las memorias. Calendarios: Tarazona: San Prudencio de Armentia, obispo (S). Vitoria: (F). Bilbao, Calahorra y La Calzada-Logroño, Osma-Soria y San Sebastián: (MO). Monfortianos: San Luis María Griñón de Monfort (S). PP. Maristas: San Pedro Chanel (F). HH. Maristas: (MO). Pasionistas: Las llagas de Nuestro Señor Jesucristo (MO). TOR y OFM: Beato Luquesio. (MO). Segorbe-Castellón: San Cirino, mártir (ML). Sevilla y Asidonia-Jerez: La BVM Madre del Buen Pastor (ML). Sevilla: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Carlos Amigo Vallejo, arzobispo, emérito (1974). Lleida: Aniversario de la ordenación episcopal de Mons. Juan Piris Frígola, obispo (2001). Fuente: www.almudi.org

Santoral del 28 de Abril: San Luis María
Grignon de Montfort

Santoral del 28 de Abril: San Luis María
Grignon de Montfort

 Fundador
(1716) "A quien Dios quiere hacer muy santo, lo hace muy 
devoto de la Virgen María".
 - San Luis de Montfort El libro de San Luis, Tratado de la verdadera devoción a la Virgen María, se ha propagado por todo el mundo con enorme provecho para sus lectores. El Papa Juan Pablo II tomó como lema una frase que repetía mucho este gran santo: "Soy todo tuyo Oh María, y todo cuanto tengo, tuyo es". SU VIDA Es el fundador de los padres Montfortianos y de las Hermanas de la Sabiduría. Nació en Montfort, Francia, en 1673. Era el mayor de una familia de ocho hijosDesde muy joven fue un gran devoto de la Santísima Virgen. A los 12 años ya la gente lo veía pasar largos ratos arrodillado ante la estatua de la Madre de Dios. Antes de ir al colegio por la mañana y al salir de clase por la tarde, iba a arrodillarse ante la imagen de Nuestra Señora y allí se quedaba como extasiado. Cuando salía del templo después de haber estado rezando a la Reina Celestial, sus ojos le brillaban con un fulgor especial. Luis no se contentaba con rezar. Su caridad era muy práctica. Un día al ver que uno de sus compañeros asistía a clase con unos harapos muy humillantes, hizo una colecta entre sus compañeros para conseguirle un vestido y se fue donde el sastre y le dijo: "Mire, señor: los alumnos hemos reunido un dinero para comprarle un vestido de paño a nuestro compañero, pero no nos alcanza para el costo total. ¿Quiere usted completar lo que falta?". El sastre aceptó y le hizo un hermoso traje al joven pobre. El papá de Luis María era sumamente colérico, un hombre muy violento. Los psicólogos dicen que si Montfort no hubiera sido tan extraordinariamente devoto de la Virgen María, habría sido un hombre colérico, déspota y arrogante porque era el temperamento que había heredado de su propio padre. Pero nada suaviza tanto la aspereza masculina como la bondad y la amabilidad de una mujer santa. Y esto fue lo que salvó el temperamento de Luis. Cuando su padre estallaba en arrebatos de mal humor, el joven se refugiaba en sitios solitarios y allí rezaba a la Virgen amable, a la Madre del Señor. Y esto lo hará durante toda su vida. En sus 43 años de vida, cuando sea incomprendido, perseguido, insultado con el mayor desprecio, encontrará siempre la paz orando a la Reina Celestial, confiando en su auxilio poderoso y desahogando en su corazón de Madre, las penas que invaden su corazón de hijo. Con grandes sacrificios logró conseguir con qué ir a estudiar al más famoso seminario de Francia, el seminario de San Suplicio en París. Allí sobresalió como un seminarista totalmente mariano. Sentía enorme gozo en mantener siempre adornado de flores el altar de la Santísima Virgen. Luis Grignon de Montfort será un gran peregrino durante su vida de sacerdote. Pero cuando él era seminarista concedían un viaje especial a un Santuario de la Virgen a los que sobresalieran en piedad y estudio. Y Luis se ganó ese premio. Se fue en peregrinación al Santuario de la Virgen en Chartres. Y al llegar allí permaneció ocho horas seguidas rezando de rodillas, sin moverse. ¿Cómo podía pasar tanto tiempo rezando así de inmóvil? Es que él no iba como algunos de nosotros a rezar como un mendigo que pide que se le atienda rapidito para poder alejarse. El iba a charlas con sus dos grandes amigos, Jesús y María. Y con ellos las horas parecen minutos. Su primera Misa quiso celebrarla en un altar de la Virgen, y durante muchos años la Catedral de Nuestra Señora de París fue su templo preferido y su refugio. Montfort dedicó todas sus grandes cualidades de predicador y de conductor de multitudes a predicar misiones para convertir pecadores. Grandes multitudes lo seguían de un pueblo a otro, después de cada misión, rezando y cantando. Se daba cuenta de que el canto echa fuera muchos malos humores y enciende el fervor. Decía que una misión sin canto era como un cuerpo sin alma. El mismo componía la letra de muchas canciones a Nuestro Señor y a la Virgen María y hacía cantar a las multitudes. Llegaba a los sitios más impensados y preguntaba a las gentes: "¿Aman a Nuestro Señor? ¿Y por qué no lo aman más? ¿Ofenden al buen Dios? ¿Y porqué ofenderlo si es tan santo?". Era todo fuego para predicar. Donde Montfort llegaba, el pecado tenía que salir corriendo. Pero no era él quien conseguía las conversiones. Era la Virgen María a quien invocaba constantemente. Ella rogaba a Jesús y Jesús cambiaba los corazones. Después de unos Retiros dejó escrito: "Ha nacido en mí una confianza sin límites en Nuestro Señor y en su Madre Santísima". No tenía miedo ni a las cantinas, ni a los sitios de juego, ni a los lugares de perdición. Allí se iba resuelto a tratar de quitarse almas al diablo. Y viajaba confiado porque no iba nunca solo. Consigo llevaba el crucifijo y la imagen de la Virgen, y Jesús y María se comportaban con él como formidables defensores. A pie y de limosna se fue hasta Roma, pidiendo a Dios la eficacia de la palabra, y la obtuvo de tal manera que al oír sus sermones se convertían hasta los más endurecidos pecadores. El Papa Clemente XI lo recibió muy amablemente y le concedió el título de "Misionero Apostólico", con permiso de predicar por todas partes. En cada pueblo o vereda donde predicaba procuraba dejar una cruz, construida en sitio que fuera visible para los caminantes y dejaba en todos un gran amor por los sacramentos y por el rezo del Santo Rosario. Esto no se lo perdonaban los herejes jansenistas que decían que no había que recibir casi nunca los sacramentos porque no somos dignos de recibirlos. Y con esta teoría tan dañosa enfriaban mucho la fe y la devoción. Y como Luis Montfort decía todo lo contrario y se esforzaba por propagar la frecuente confesión y comunión y una gran devoción a Nuestra Señora, lo perseguían por todas partes. Pero él recordaba muy bien aquellas frases de Jesús: "El discípulo no es más que su maestro. Si a Mí me han perseguido y me han inventado tantas cosas, así os tratarán a vosotros". Y nuestro santo se alegraba porque con las persecuciones se hacía más semejante al Divino Maestro. Antes de ir a regiones peligrosas o a sitios donde mucho se pecaba, rezaba con fervor a la Sma. Virgen, y adelante que "donde la Madre de Dios llega, no hay diablo que se resista". Las personas que habían sido víctimas de la perdición se quedaban admiradas de la manera tan franca como les hablaba este hombre de Dios. Y la Virgen María se encargaba de conseguir la eficacia para sus predicaciones. San Luis de Montfort fundó unas Comunidades religiosas que han hecho inmenso bien en las almas. Los Padres Montfortianos (a cuya comunidad le puso por nombre "Compañía de María") y las Hermanas de la Sabiduría. Murió San Luis el 28 de abril de 1716, a la edad de 43 años, agotado de tanto trabajar y predicar. ORACIÓN San Luis Grignon de Montfort, ruega a la Virgen Santísima 
que nos envíe muchos apóstoles que, como tú, se dediquen 
a hacer y a amar más y más a Jesús. Sobre la tumba de San Luis de Montfort dice: ¿Qué miras, caminante? Una antorcha apagada, un hombre a quien el fuego del amor consumió, y que se hizo todo para todos, Luis María Grignon Montfort. ¿Preguntas por su vida? No hay ninguna más íntegra, ¿Su penitencia indagas? Ninguna más austera. ¿Investigas su celo? Ninguno más ardiente. ¿Y su piedad Mariana? Ninguno a San Bernardo más cercano. Sacerdote de Cristo, a Cristo reprodujo en su conducta, y enseñó en sus palabras. Infatigable, tan sólo en el sepulcro descansó, fue padre de los pobres, defensor de los huérfanos, y reconciliador de los pecadores. Su gloriosa muerte fue semejante a su vida. Como vivió, murió.
Maduro para Dios, voló al cielo a los 43 años de edad.