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miércoles, 27 de octubre de 2010

Lecturas y Oraciones del Jueves XXX Semana Tiempo Ordinario. Ciclo C.28 de octubre 2010

Jueves 28 de Octubre,2010
San Simón y San Judas, apóstoles
Fiesta
El mensaje del Señor resuena en toda la tierra
Antífona de Entrada
Estos santos varones han sido escogidos por Dios en su infinito amor y han recibido de él la gloria eterna.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que nos has dado a conocer a tu Hijo por la predicación de los Apóstoles, haz que, por intercesión, de los santos Simón y Judas, nosotros amemos cada día más a Cristo y que cada vez mayor número de hombres lo conozcan.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los efesios (2, 19-22)
Hermanos: Ya no son ustedes extranjeros ni advenedizos; son conciudadanos de los santos y pertenecen a la familia de Dios, porque han sido edificados sobre el cimiento de los apóstoles y de los profetas, siendo Cristo Jesús la piedra angular.
Sobre Cristo, todo el edificio se va levantando bien estructurado, para formar el templo santo en el Señor, y unidos a él también ustedes se van incorporando al edificio, por medio del Espíritu Santo, para ser morada de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 18
El mensaje del Señor resuena
en toda la tierra.
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo transmite a la otra noche.
El mensaje del Señor resuena
en toda la tierra.
Sin que pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo.
El mensaje del Señor resuena
en toda la tierra.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, a ti nuestra alabanza. A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (6, 12-19)
Gloria a ti, Señor.
Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados.
Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
El evangelio, en consonancia con la fiesta de los apóstoles Simón y Judas, nos narra la elección de los doce apóstoles. La designación de estas personas comunes, pescadores, campesinos, comerciantes e incluso de algunos que ejercían profesiones consideradas pecaminosas, procede de Dios. Es la conformación del nuevo pueblo de Dios que ya no sólo se circunscribe a Israel sino que se abre a todos los pueblos, a toda la humanidad. Para el evangelista Lucas, por ende, los Doce se convierten en el vínculo de continuidad entre la proclamación del Reino por Jesús y la predicación de la palabra del Padre Dios por la comunidad eclesial, por la Iglesia. La función de la elección hecha por Dios a través de Jesús no sólo persigue una finalidad de acompañamiento del Maestro o de disfrutar su enseñanza, sino más bien y principalmente era, el compromiso de realizar una misión, de asumir el proyecto al que él invita. Tenemos que tomar conciencia de la llamada de Dios para aprender a vivir como discípulos, y volcarnos hacia la construcción del Reino y la consiguiente transformación del mundo. Este es quizá el sentido profundo de celebrar hoy la fiesta de Simón y Judas Tadeo.

Oración de los Fieles
Celebrante:
Hermanos, presentemos nuestras oraciones a Dios en la fiesta de San Simón y San Judas, apóstoles, y pidámosle que el Evangelio de Jesucristo arraigue en todos los pueblos, culturas y civilizaciones.
Digamos:
Te rogamos, óyenos.
Por la Iglesia de Jesucristo extendida de Oriente a Occidente: para que sea fiel al anuncio del Evangelio que vivieron y predicaron los apóstoles.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Por el Papa y los obispos: que amen a los fieles, les comuniquen positivamente la salvación de Jesucristo y vivan con entusiasmo su ministerio.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Por los gobernantes y responsables del orden temporal: para que ejerzan el poder como un servicio a la justicia, a la paz, al derecho y al bienestar de los ciudadanos.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Por los que viven lejos de sus hogares, por los enfermos y encarcelados, por los que sufren por cualquier causa: para que encuentren acogida y comprensión y puedan dar sentido, desde la fe, a la cruz de cada día.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Por nuestros hermanos difuntos: para que sean acogidos en el cielo junto a los santos. Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.
Por los que celebramos la fiesta de los santos apóstoles Simón y Judas: para que como ellos seamos testigos de fe y de la esperanza para nuestros contemporáneos en el nuevo milenio.
Oremos al Señor.
Te rogamos, óyenos.

Celebrante:
Escucha, Señor, la oración de tu pueblo, que ha sido enriquecido con la santidad y el testimonio de los apóstoles San Judas y San Simón, y danos valentía para anunciar, como ellos, la llegada de tu Reino.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en la fiesta de tus santos Apóstoles Simón y Judas y reaviva nuestra fe, para que podamos celebrar dignamente tu Eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio de los Apóstoles I
Los apóstoles, pastores del
pueblo de Dios
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno. Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Si alguno me ama, cumplirá mis mandamientos, dice el Señor; mi Padre lo amará, vendremos a él y haremos en él nuestra morada.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Tú, que nos has hecho participar del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, al conmemorar hoy el martirio de los santos Apóstoles Simón y Judas, haz, Señor, que el Espíritu Santo nos guarde siempre en tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

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