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martes, 28 de septiembre de 2010

Lecturas del MIércoles XXVI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo C. 29 de septiembre 2010

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Daniel (7, 9-10. 13-14)
Yo, Daniel, tuve una visión nocturna: vi que colocaban unos tronos y un anciano se sentó. Su vestido era blanco como la nieve, y sus cabellos, blancos como lana. Su trono, llamas de fuego, con ruedas encendidas. Un río de fuego brotaba delante de él. Miles y miles lo servían, millones y millones estaban a sus órdenes. Comenzó el juicio y se abrieron los libros.
Yo seguí contemplando en mi visión nocturna y vi a alguien semejante a un hijo de hombre, que venía entre las nubes del cielo. Avanzó hacia el anciano de muchos siglos y fue introducido a su presencia.
Entonces recibió la soberanía, la gloria y el reino. Y todos los pueblos y naciones de todas las lenguas lo servían. Su poder nunca se acabará, porque es un poder eterno, y su reino jamás será destruido.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 137
Te cantaremos, Señor,
delante de tus ángeles.
De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoraremos en tu templo.
Te cantaremos, Señor,
delante de tus ángeles.
Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor: siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor.
Te cantaremos, Señor,
delante de tus ángeles.
Que todos los reyes de la tierra te reconozcan, al escuchar tus prodigios. Que alaben tus caminos, porque tu gloria es inmensa.
Te cantaremos, Señor,
delante de tus ángeles.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Que bendigan al Señor todos sus ejércitos, servidores fieles que cumplen su voluntad.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (1, 47-51)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, cuando Jesús vio que Natanael se acercaba, dijo: “Este es un verdadero israelita en el que no hay doblez”. Natanael le preguntó:
“¿De dónde me conoces?”
Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, te vi cuando estabas debajo de la higuera”. Respondió Natanael:
“Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el rey de Israel”. Jesús le contestó: “Tú crees, porque te he dicho que te vi debajo de la higuera. Mayores cosas has de ver”. Después añadió: “Yo les aseguro que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.



Hoy celebramos la fiesta de los Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael. La palabra Arcángel proviene de dos partículas: “Arch”, que significa el principal, y “angelos” que significa mensajero, es decir, “el principal entre los mensajeros”. Miguel significa: “¿Quién como Dios?”. En la Biblia lo nombran varias veces (Dn 10, 13; Ap 12, 7).
Gabriel significa: “Fortaleza de Dios”. Él fue el que le anunció al profeta Daniel el tiempo en el que iba a llegar el Redentor. Dice así el profeta: “Estaba yo rezando cuando se me apareció Gabriel, el personaje que había visto antes en la visión” (Dan 9, 21). En el evangelio de Lucas es el ángel encargado de anunciar a la Virgen María el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios: “Fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, a una virgen llamada María” (Lc 1, 26).
San Rafael significa: “Medicina de Dios”. Fue el arcángel enviado por Dios para quitarle la ceguera a Tobías y acompañar al hijo de éste en un larguísimo y peligroso viaje y conseguirle una santa esposa.
Pidamos a los Santos Arcángeles que intercedan ante Dios por toda la humanidad, que tanto necesita de su amor misericordioso.

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