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domingo, 3 de octubre de 2010

Lecturas del Lunes XXVII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo C. 04 de octubre 2010

Primer Lectura
Lectura de la Carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas 1, 6-12
No he recibido ni aprendido de ningún hombre el Evangelio, sino por revelación de Jesucristo
Hermanos: Me sorprende que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó a la gracia de Cristo, y os hayáis pasado a otro evangelio. No es que haya otro evangelio, lo que pasa es que algunos os turban para volver del revés el Evangelio de Cristo. Pues bien, si alguien os predica un evangelio distinto del que os hemos predicado-seamos nosotros mismos o un ángel del cielo-, ¡sea maldito! Lo he dicho y lo repito: Si alguien os anuncia un evangelio diferente del que recibisteis, ¡ sea maldito! Cuando dijo esto, ¿busco la aprobación de los hombres, o la de Dios?; ¿trato de agradar a los hombres? Si siguiera todavía agradando a los hombres, no sería siervo de Cristo.
Os notifico, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí no es de origen humano; yo no lo he recibido ni aprendido de ningún hombre, sino por revelación de Jesucristo.
Palabra De Dios
Te Alabamos Señor
Salmo responsorial: 110
El Señor recuerda siempre su alianza.
Doy gracias al Señor de todo corazón, / en compañía de los rectos, en la asamblea. / Grandes son las obras del Señor, / dignas de estudio para los que las aman.
El Señor recuerda siempre su alianza
Justicia y verdad son las obras de sus manos, / todos sus preceptos merecen confianza: / son estables para siempre jamás, / se han de cumplir con verdad y rectitud.
El Señor recuerda siempre su alianza
Envió la redención a su pueblo, / ratificó para siempre su alianza, / su nombre es sagrado y temible. / La alabanza del Señor dura por siempre.
El Señor recuerda siempre su alianza
Evangelio
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 10, 25-37
Gloria A Ti Señor
¿Quién es mi prójimo?
En aquel tiempo se presentó un letrado y le preguntó a Jesús para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?" El le dijo: "¿Qué está escrito en la Ley?, ¿qué lees en ella?" El letrado contestó: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con todo tu ser. Y al prójimo como a ti mismo" El le dijo: "Bien dicho. Haz esto y tendrás la vida" Pero el letrado, queriendo aparecer como justo, preguntó a Jesús: "¿Y quién es mi prójimo?" Jesús le dijo: "Un hombre que bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos, que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon, dejándolo medio muerto. Por casualidad, un sacerdote bajaba por aquel camino y, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Y lo mismo hizo un levita que llegó a aquel sitio: al verlo, dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, llegó a donde estaba él y, al verlo, le dio lástima, se le acercó, le vendó las heridas, echándoles aceite y vino y, montándolo en su propia cabalgadura, lo llevó en una posada y lo cuidó. Al día siguiente sacó dos denarios y, dándoselos al posadero, le dijo: "Cuida de él, y lo que gastes de más, yo te lo pagaré a la vuelta. ¿Cuál de estos tres te parece que se portó como prójimo del que cayó en manos de los bandidos?" El letrado contestó: "El que practicó la misericordia con él" Díjole Jesús: "Anda, haz tu lo mismo".
Palabra de Dios
Gloria A Ti Señor Jesús
Reflexión:
Lucas en este texto nos muestra dos caras de una misma moneda. Por una, da una enseñanza magistral sobre la misericordia hacia los más necesitados; por otra, anuncia que los no judíos pueden también observar la enseñanza divina y obtener la vida eterna, los samaritanos. Estas dos caras van en consonancia con el programa narrativo del evangelio: devolver la vista a los ciegos y liberar a los oprimidos (Lc 4, 16…).En este sentido Las dos preguntas fundamentales del texto, ¿cómo obtener la vida eterna? y ¿quién es mi prójimo?, hechas por un jurista, dan la posibilidad a Jesús de seguir poniendo las bases del verdadero discipulado. Las respuestas de Jesús, indican cuáles han de ser las exigencias del verdadero discípulo: ser humildes, sabios y verdaderos prójimos con el que sufre la injusticia. Por tanto, la vida eterna pasa ineludiblemente por el mandato del amor, que tiene que ver con la práctica de la solidaridad, la misericordia y la justicia. En definitiva, el verdadero amor del prójimo no se define por parámetros de raza, etnia, religión o color, sino por el horizonte del discipulado: el reino de la justicia, la igualdad y la misericordia divinas. ¿Eres capaz de llevar a cabo tales exigencias?
Francisco de Asís es un santo del todo singular. Destaca diríamos casi que con luz propia en la legión de los santos. Y es el santo que ha sido aclamado universalmente como el patrón de la ecología. Lynn White, el famoso profesor de historia medieval que hacia los años 60 del siglo pasado lanzó la tesis de que el cristianismo es «la religión más antropocéntrica» (cfr. Agenda Latinoamericana’’1010, en su archivo digital (servicioskoinonia.org/agenda/archivo), lo propuso como patrón de la ecología por ser la figura más ecológica dentro de esa religión tan «antropocéntrica» (es decir, tan sometedora de la naturaleza al servicio de los intereses del ser humano).
En estos tiempos de calentamiento planetario ya indiscutido, y de inminencia de catástrofes que, curiosamente, parecieran no atemorizarnos, la actitud de «reverencia y cuidado de la Creación» que vivió tan intensamente Francisco de Asís, es un modelo en el que no deberíamos dejar de insistir.

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