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martes, 8 de febrero de 2011

Ordinario de la Misa. Lecturas y Oraciones. Miércoles V Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 9 de febrero 2011

Miercoles 09 de Febrero, 2011
Yo quiero acercarme a ti, Señor
Feria de la 5a. semana del Tiempo Ordinario
Bendito sea el Señor, que nos ha dado la vida
Antífona de Entrada
Yo quiero acercarme a ti, Señor, y saciarme de gozo en tu presencia.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que iluminas a los extraviados con la luz de tu Evangelio para que vuelvan al camino de la verdad, concede a cuantos nos llamamos cristianos imitar fielmente a Cristo y rechazar lo que pueda
alejarnos de él.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis
(2, 4-9. 15-17)
Cuando el Señor Dios hizo el cielo y la tierra, no había ningún arbusto en el campo, ni había brotado ninguna hierba silvestre, pues el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra y no había hombres que labraran el suelo y abrieran canales para que corriera el agua y se regaran los campos.
Un día, el Señor Dios tomó polvo del suelo y con él formó al hombre; le sopló en las narices un aliento de vida, y el hombre comenzó a vivir.
Después plantó el Señor un jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. El Señor Dios hizo germinar del suelo toda clase de árboles, de hermoso aspecto y sabrosos frutos, y además, en medio del jardín, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara.
El Señor Dios le dio al hombre esta orden: “Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol del conocimiento del bien y del mal te mando que no comas, porque el día en que comas de él, morirás sin remedio”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 103
Bendito sea el Señor,
que nos ha dado la vida.
Bendice al Señor, alma mía; Señor y Dios mío, inmensa es tu grandeza. Te vistes de belleza y majestad, la luz te envuelve como un manto.
Bendito sea el Señor,
que nos ha dado la vida.
Todos los vivientes aguardan que les des de comer a su tiempo; les das el alimento y lo recogen, abres tu mano y se sacian de bienes.
Bendito sea el Señor,
que nos ha dado la vida.
Si retiras tu aliento, toda creatura muere y vuelve al polvo. Pero envías tu espíritu, que da vida, y renuevas el aspecto de la tierra.
Bendito sea el Señor,
que nos ha dado la vida.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Tu palabra, Señor, es la verdad; santifícanos en la verdad.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (7, 14-23)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús llamó de nuevo a la gente y les dijo: “Escúchenme todos y entiéndanme. Nada que entre de fuera puede manchar al hombre; lo que sí lo mancha es lo que sale de dentro”.
Cuando entró en una casa para alejarse de la muchedumbre, los discípulos le preguntaron qué quería decir aquella parábola. El les dijo: “¿Ustedes también son incapaces de comprender? ¿No entienden que nada de lo que entra en el hombre desde afuera puede contaminarlo, porque no entra en su corazón, sino en el vientre y después, sale del cuerpo?” Con estas palabras declaraba limpios todos los alimentos.
Luego agregó: “Lo que sí mancha al hombre es lo que sale de dentro; porque del corazón del hombre salen las intenciones malas, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, las codicias, las injusticias, los fraudes, el desenfreno, las envidias, la difamación, el orgullo y la frivolidad. Todas estas maldades salen de dentro y manchan al hombre”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
El texto de hoy revela un elemento fundamental para la vida de todo creyente: Lo importante no es el comportamiento religioso exterior, manifestado en rituales y normas de pureza, sino lo que habita en el corazón del ser humano, comprendido como la voluntad, la conciencia o el corazón. Jesús enfatiza que las acciones procedentes del corazón son las que realmente hacen a una persona impura o indigna a los ojos de Dios, ya que allí es donde se piensa y se actúa, donde se decide realizar obras buenas o malas, u optar por la vida o por la muerte; allí es donde se decide ofender a Dios y a los hermanos, o abrirse plenamente a ambos. Por lo tanto, el corazón de los fariseos y escribas se encuentra impuro; están alejados de Dios porque han optado por el cumplimiento estricto de la ley y no por Dios y su misericordia. Son impuros porque han empleado la ley para oprimir a otros y no para liberarlos. Es puro, entonces, quien opta, desde el corazón, por el proyecto del Reino; es decir, quien decide actuar con misericordia y amor, con justicia y solidaridad para con los demás.
Oración sobre las Ofrendas
Mira bondadosamente, Señor, las ofrendas de tu Iglesia suplicante, y conviértelas en alimento espiritual que ayude a crecer en santidad a todos tus fieles.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común VI
El misterio de nuestra salvación
en Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.
Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección extendió sus brazos en la cruz y así adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria,
diciendo:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión
Dichosos los que se acercan a tu altar, Señor. Dichosos los que viven en tu casa y pueden alabarte siempre, Rey mío y Dios mío.
Oración después de la Comunión
Te suplicamos, Señor, que esta Eucaristía que hemos recibido, nos ayude a amarte más y a servirte mejor cada día.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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