Buscar este blog

lunes, 30 de agosto de 2010

Lecturas Martes XXII Semana Tiempo Ordinario Ciclo C. 31 de agosto 2010

Primera Lectura
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los
corintios (2, 10-16)
Hermanos: El Espíritu conoce perfectamente todo, hasta lo más profundo de Dios. En efecto, ¿quién conoce lo que hay en el hombre, sino el espíritu del hombre, que está dentro de él? Del mismo modo, nadie conoce lo que hay en Dios, sino el Espíritu de Dios. Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que conozcamos las gracias que Dios nos ha otorgado.
De estas gracias hablamos, no con palabras aprendidas de la sabiduría humana, sino aprendidas del Espíritu y con las cuales expresamos realidades espirituales en terminus espirituales.
El hombre, con su sola inteligencia, no puede comprender las cosas del Espíritu de Dios, porque para él son una locura; no las puede entender porque son cosas que sólo se comprenden a la luz del Espíritu. Pero el hombre iluminado por el Espíritu puede juzgar correctamente todas las cosas, y nadie que no tenga al Espíritu lo puede juzgar correctamente a él. Por eso dice la Escritura: ¿Quién ha entendido el modo de pensar del Señor, como para que pueda darle lecciones? Pues bien, nosotros poseemos el modo de pensar de Cristo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 144
El Señor es justo y bondadoso.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.
El Señor es justo y bondadoso.
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Que proclamen la gloria de tu reino y den a conocer tus maravillas.
El Señor es justo y bondadoso.
Que muestren a los hombres tus proezas, el esplendor y la gloria de tu reino. Tu reino, Señor, es para siempre, y tu imperio, por todas las generaciones.
El Señor es justo y bondadoso.
El Señor es siempre fiel a sus palabras y bondadoso en todas sus acciones. Da su apoyo el Señor al que tropieza y al agobiado alivia.
El Señor es justo y bondadoso.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Un gran profeta ha surgido entre nosotros. Dios ha visitado a su pueblo.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (4, 31-37)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús fue a Cafarnaúm, ciudad de Galilea, y los sábados enseñaba a la gente. Todos estaban asombrados de sus enseñanzas,porque hablaba con autoridad.
Había en la sinagoga un hombre que tenía un demonio inmundo y se puso a gritar muy fuerte: “¡Déjanos! ¿Por qué te metes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido a destruirnos? Sé que tú eres el Santo de Dios”.
Pero Jesús le ordenó:
“Cállate y sal de ese hombre”.
Entonces el demonio tiró al hombre por tierra, en medio de la gente, y salió de él sin hacerle daño. Todos se espantaron y se decían unos a otros: “¿Qué tendrá su palabra? Porque da órdenes con autoridad y fuerza a los espíritus inmundos y éstos se salen”. Y su fama se extendió por todos los lugares de la región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:

Este relato de liberación que hoy meditamos en el evangelio de Lucas, muestra una evidente confrontación entre las fuerzas del bien y las del mal. Jesús es ahora reconocido por un demonio que posee a un hombre, ese conocimiento es problemático, pues que tiene que ver Jesús con las manifestaciones del mal. La relación es de poder, la autoridad de Jesús está fundada en su testimonio, su santidad es a lo que temen los demonios; ellos saben que ante la autoridad de Jesús están perdidos.
La Palabra de Jesús está impregnada de autoridad y su vida entera es manifestación directa de Dios, eso se siente y genera incomodidad en los verdaderos representantes del demonio, que son los fariseos y los maestros de la ley.
Jesús se muestra como liberador auténtico, con el poder de la palabra rompe las cadenas que atan y deshumanizan a un hombre, Jesús le devuelve la dignidad.
Hoy cuando la palabra humana tiende a perder valor, al no estar respaldada con el testimonio de vida, es de vital importancia velar por la coherencia entre la palabra y la acción, solo las acciones la devuelven a la palabra su verdadero valor profético y liberador. La realidad actual nos reclama con urgencia palabra de vida, que sean capaces de romper toda cadena que quite la dignidad.

No hay comentarios: