Buscar este blog

viernes, 31 de diciembre de 2010

Homilias. Solemnidad Santa María Madre de Dios. Ciclo A. 1 de enero 2011

1.- EL CAMINO PARA LA PAZ
Por José María Martín OSA
1. - Hoy es un día de fiesta por muchos motivos: celebramos la maternidad divina de María, el comienzo del año civil y la Jornada Mundial de la Paz. El tema principal es el primero, pues estamos en ambiente navideño -octava de Navidad- y desde hace siglos honramos a María con su mejor título: Madre de Dios. Por eso ella tiene un papel fundamental en el misterio del nacimiento del Mesías. Ella y José, pues ambos estaban junto al Niño cuando llegaron corriendo los pastores. Todos -según los evangelios no había muchas personas en aquel establo de Belén- se admiraban de lo que se decía de aquel Niño. Al decir todos se referían, supongo, a José y María, quien conservaba todas estas cosas "meditándolas en su corazón". Una vez más se nos muestra la fe y la humildad de María, tal como se manifestó en el momento de la Anunciación y cuando entonó el Magnificat en la visita a su prima Isabel. Por eso le pedimos, con Juan Pablo II: "Tú maría, Virgen de la espera y del cumplimiento, que conservas el secreto de la Navidad, haznos capaces de reconocer en el Niño que estrechas en tus brazos al Salvador anunciado, que trae a todos la esperanza y la paz".
2. - Dios es mi Padre. El texto del evangelio de Lucas termina con el relato de la circuncisión. Es un rito que expresa las raíces judías de Jesús, el entronque con las promesas de los profetas del Antiguo Testamento. Jesús nació bajo la Ley, pero vino a rescatar a los que estaban bajo la Ley, para convertirles en hijos de adopción. Todos hemos sido rescatados por Jesús, pues El es nuestro hermano. Ahora ya podemos llamar a Dios "¡Abbá!", Padre. Confieso que es la mejor noticia que podía recibir: Dios es mi padre, que me quiere, me mima, me perdona, está pendiente de mí, me guía por el buen camino. ¿Por qué temer, si Dios me acompaña siempre? En una ocasión escuché de labios de un joven musulmán recién convertido que lo que más le había impresionado de la fe cristiana es el concepto de Padre, el poder dirigirse a Dios con la confianza de un hijo querido. Creo que no nos damos cuenta de la grandeza y el gozo que produce esta gran noticia, saber que Dios es mi Padre. Eliminemos de nuestras creencias el temor o el miedo, pues no tiene sentido en aquél que cree en el Dios revelado por Jesús. El nombre que recibe el Niño-Dios indica cuál es su misión; en aquel tiempo no se le ponía el nombre por casualidad o porque le gustase mucho al padre. Jesús significa "Dios salva", es decir Dios está a favor nuestro. La religión del miedo no es cristiana, sólo es verdadera la religión del amor.
3.- "La libertad religiosa, camino para la paz”. Es el mensaje de la 25 Jornada Mundial de la Paz de este año. El mundo, recuerda el Papa, tiene necesidad de Dios: “Tiene necesidad de valores éticos y espirituales, universales y compartidos, y la religión puede contribuir de manera preciosa a su búsqueda, para la construcción de un orden social justo y pacífico, a nivel nacional e internacional. La libertad religiosa es un arma auténtica de la paz, con una misión histórica y profética. En efecto, ella valoriza y hace fructificar las más profundas cualidades y potencialidades de la persona humana, capaces de cambiar y mejorar el mundo. Ella permite alimentar la esperanza en un futuro de justicia y paz, también ante las graves injusticias y miserias materiales y morales. Que todos los hombres y las sociedades, en todos los ámbitos y ángulos de la Tierra, puedan experimentar pronto la libertad religiosa, camino para la paz”.
4.- Este es un día para dar gracias a Dios. Gracias por todo lo que hemos vivido en este año que terminamos, gracias por lo que viviremos en el año que comienza, gracias por todo lo nuevo que aparece en nuestra vida. Le pedimos a Dios que todos los buenos deseos que tenemos y que nos decimos en el Nuevo Año sepamos hacerlos realidad. Hacemos nuestro propósito de favorecer todo lo que ayude a que haya más felicidad para todos, amigos y desconocidos. Hacemos nuestros los deseos de la bendición de la primera lectura: "Que el Señor te bendiga y te proteja, ilumine tu rostro y te conceda su favor; el Señor se fije en ti y te conceda la paz". Este es nuestro deseo: "Paz y bien para todos".

2.- BENDITA ENTRE LAS MUJERES
Por Antonio García-Moreno
1.- CUANDO DIOS HABLA.- "El Señor habló a Moisés..." (Nm 6, 22).- Qué verdad es que, como dice la epístola a los Hebreos, Dios habló muchas veces y de muchas maneras a los hombres a lo largo y lo ancho de la Historia. Resulta asombroso que El se acerque hasta el hombre y le hable para comunicarle cuanto de un modo o de otro contribuye a su salvación... Algunos filósofos han dicho que Dios es un Ser tan alto y sublime que es falso que se digne intervenir en la vida de los hombres. Eso es una verdad a medias, lo cual es la peor de las mentiras.
Es verdad que Dios es sublime, trascendente, muy distinto de nosotros. Pero ello no quiere decir que se desentienda de sus criaturas, que no pueda ni quiera comunicarse con el hombre. Al contrario, precisamente por la grandeza de su amor, por la inmensidad de su sabiduría, ha querido perdonar al hombre su pecado y hacerlo hijo suyo. Y para estar muy junto a nosotros, se hecho carne en el seno de una virgen y ha nacido pequeño, para que así su cercanía sea amable y atractiva.
2.- CON LA CONFIANZA Y EL ABANDONO DE UN NIÑO. "Así que ya no eres esclavo, sino hijo..." (Ga 4, 7) El que está en pecado es un esclavo del demonio. Por eso es llamado Príncipe de este mundo, porque tiene dominio sobre quienes se apartan de Dios y de su bendita Ley, dejándose llevar de sus malas inclinaciones. Es una esclavitud a veces sutil, dando incluso la impresión de que el pecador goza de libertad absoluta, haciendo en cada momento lo que le da la gana. Pero es mentira, no hace lo que quiere sino lo que sus inclinaciones le sugieren, aunque ello sea algo que va en contra de los demás o de sí mismo.
Esa es la realidad que la experiencia nos da a conocer. Si el hombre se abandona a sus instintos, acaba convirtiéndose en un ser egoísta y cruel, que sólo busca su provecho personal e inmediato... Pero Dios ha querido que su Hijo sea hijo de mujer, para que nosotros, los nacidos de mujer, seamos hijos de Dios. Así lo atestigua en nuestro interior la fuerza del Espíritu Santo que nos impulsa de modo irresistible a decir ¡Padre!, con toda la confianza y el abandono que un niño pequeño tiene con su padre.
3.- EL SILENCIO CLAMOROSO DE MARÍA."Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón" (Lc 2, 19) La Virgen estaba ruborizada y llena de asombro. Ella guardó silencio cuando el Arcángel le anunció de parte de Dios que sería la madre del Redentor. Ella lo creyó firmemente, pero no se atrevió a decir nada, ni siquiera San José. Era algo tan íntimo y tan grandioso que lo guardaba celosamente en su interior, callada y serena ante el Misterio que en su seno tomaba cuerpo. Pero el Señor irá desvelando su secreto. Primero será San José quien en sueños se entera del prodigio de la Encarnación del Verbo.
Luego Isabel descubrirá que ante ella está la Madre del Mesías y la llamará bendita entre las mujeres. Más tarde serán los pastores quienes en la noche llegarán con sus ofrendas y sus cantos. Ellos contarán que los Ángeles les han anunciado el nacimiento de aquel Niño, el Rey de Israel. Luego Simeón y Ana... La Madre de Jesús callaba y lo contemplaba todo en lo más íntimo de su ser, sin encontrar palabras para expresar sus sentimientos, sin poder decir nada que expresara su entrañable y profunda dicha.

3.- SANTA MARÍA, REINA DE LA PAZ
Por Gabriel González del Estal
1.- En este primer día del año 2011la Iglesia nos invita a los católicos a celebrar la festividad de Santa María, Madre de Dios, y el día internacional de la paz. Socialmente, todos nos sentimos invitados a celebrar, en la calle y en las casas, el día de Año Nuevo. Es bueno que nosotros, los católicos, tengamos presente en este día los tres motivos indicados. Empezando por el primero, pondremos el año bajo la advocación y la protección de Santa María, madre de Dios y madre nuestra. Porque es nuestra madre, queremos escuchar su palabra, y su silencio, e imitar su ejemplo de vida. Ella supo vivir siempre en paz con Dios, con su familia y con sus vecinos, porque se dejó siempre guiar por el amor a Dios y al prójimo, el mandamiento nuevo que nos daría su hijo. Nosotros queremos vivir este año 2011 con mucha paz y, consecuentemente, con mucho amor. Con amor de madre, que es el amor que más dura y que nunca falla. El amor de madre no es un amor exclusivo de las buenas madres, es el amor al que debemos aspirar todas las personas, niños, jóvenes y adultos, hombres y mujeres. Es el amor entendido como don, como regalo generoso, como entrega, como servicio desinteresado y constante. Si vivimos con este amor tendremos paz y sembraremos paz.
2.- Que el Señor se fije en ti y te conceda la paz. Es esta una oración que hacía todo buen israelita, y es una oración y un deseo que debemos hacer hoy nuestro todas las personas de buena voluntad. Queremos que el Señor conceda la paz, su paz, a todos nuestros familiares y amigos, y a todas las personas que quieran recibirla, al mundo entero. Hoy es la jornada mundial de la paz. ¡La paz de Dios! El salmo 84 nos dice que la justicia y la paz se abrazan, se besan. Queremos una paz que sea fruto de la justicia, no una paz impuesta violentamente por la fuerza de las armas o por la fuerza del dinero. No queremos la paz de personas que viven aplastadas por el poder político, o social, o económico. No queremos la paz de los cementerios. Queremos la paz de los cuerpos y de las almas, la paz material y la paz espiritual. Sabemos que esta paz de Dios no la podemos conseguir plenamente mientras vivamos en esta tierra, pero debemos aspirar cada día a acercarnos un poco más a ella. Tampoco la vamos a conseguir con nuestras solas fuerzas humanas, necesitamos la ayuda de Dios. Por eso, vamos a pedirle hoy a Dios que, por intercesión de su madre, Santa María, se fije en nosotros y nos conceda la paz.
3.- ¡FELIZ AÑO NUEVO A TODOS! Seguro que todos y cada uno de nosotros deseamos hoy un feliz año 2011 a familiares, amigos y conocidos. Interiormente se lo deseamos a todo el mundo. Hoy estas palabras van a ser palabras repetidas y repetidas en todas las principales lenguas del planeta tierra. La felicidad es un anhelo íntimo y supremo que todos llevamos dentro. ¡Qué felices seríamos si todos viviéramos en paz y en armonía! Desear a todos un feliz año nuevo es desear a todos un año lleno de paz y vivido con auténtico amor, con verdadero amor cristiano. Le pedimos a Santa María, Madre de Dios y madre nuestra, que nos conceda a todos un año 2011 lleno de paz y vivido con mucho amor.


4.- JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ
Por Pedro Juan Díaz
1.- Es de justicia comenzar el año deseándonos lo mejor, mucha felicidad y que la podamos compartir con los que más queremos. Es la manera de expresarlo que tiene el libro de los números en la primera lectura que hemos escuchado:
“El Señor te bendiga y te proteja, ilumine su rostro sobre ti y te conceda su favor. El Señor se fije en ti y te conceda la paz”
Es un deseo lleno de esperanza para todos nosotros, que podamos seguir descubriendo a Dios cerca de nosotros, y que el Señor nos conceda la paz.
2.- Precisamente este primer día del año la iglesia lo dedica de manera especial a pedir por la paz, y el Papa escribe un mensaje para este día, que este año lleva por título: “Libertad religiosa, vía para la paz”. Por eso también nosotros en esta Eucaristía hacemos una oración especial por la paz. Aunque parezca que no hay guerras, porque no salen por la televisión, es necesario pedir por la paz, en primer lugar, de cada uno de nuestros corazones. Que esa paz elimine los sentimientos de odio y rencor que puedan haber en nosotros. Ya sabéis que Gandhi decía que “la paz del mundo comienza en tu corazón”.
3.- También en este primer día del año ponemos a Santa María como intercesora, para que nos consiga la paz que necesitamos. Es el primer día del año y se lo dedicamos a ella, a la Madre de Dios, a la Reina de la Paz, para que bendiga también todos nuestros esfuerzos y deseos de paz. La escena del Evangelio también nos trae sentimientos de paz. Volvemos a Belén, al pesebre, a contemplar “a María, a José, y al niño acostado en el pesebre”. Nos unimos a los pastores en este momento de adoración, contemplando esta escena, sintiéndonos parte de ella, como aquella gente sencilla que supo ver en aquel niño a todo un Dios que venía a nacer entre nosotros. También damos gloria a Dios, como los pastores, por haberle descubierto en nuestras vidas, por haber dejado que Dios nazca, un año más, en nuestros corazones. Ese niño llena nuestros corazones y nuestras vidas de paz, de su paz. “La paz os dejo, mi paz os doy”. Una paz verdadera y para siempre.
4.- En este primer día del año, en el que todo son buenos deseos, pedimos a Dios que seamos capaces de llevar adelante en nuestras vidas no nuestros propios proyectos y deseos, sino los que Él tiene para nosotros en este año nuevo que comenzamos. Que seamos dóciles al Espíritu que sopla entre nosotros, que sepamos descubrirle animando nuestras vidas, a nuestras familias y amigos. Que en todo lo que hagamos, hagamos como los pastores en el pesebre: que descubramos a Dios en medio de nuestros quehaceres y que le demos gloria y alabanza con nuestras acciones y con nuestras vidas.
5.- Que ese deseo de felicidad que todos nos expresamos en estas fechas por el año nuevo recién inaugurado sea también una realidad desde nuestro esfuerzo y dedicación por vivir la fraternidad y seguir construyendo el Reino de Dios cada día del nuevo año 2011. Que nos podamos encontrar como hermanos en la Eucaristía y que podamos llevar a la vida de nuestros hermanos y hermanas lo que aquí contemplamos y descubrimos. ¡Feliz año nuevo a todos!

No hay comentarios: