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viernes, 13 de mayo de 2011

Ordinario de la Misa: Domingo IV Semana de Pascua. Ciclo A. 15 de mayo 2011

= Domingo 15 de Mayo, 2011
Domingo del Buen Pastor
Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
El Señor es mi pastor, nada me falta
Yo soy el buen pastor, dice el Señor
Antífona de Entrada
Alabemos al Señor llenos de gozo, porque la tierra está llena de su amor y su palabra hizo los cielos. Aleluya.
Se dice Gloria.

Oración Colecta
Oremos:
Dios omnipotente y misericordioso, guíanos a la felicidad eterna de tu Reino, a fin de que el pequeño rebaño de tu Hijo pueda llegar seguro a donde yaestá su Pastor, resucitado, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro de
los Hechos de los
Apóstoles (2, 14. 36-41)
El día de Pentecostés, se presentó Pedro junto con los Once ante la multitud y levantando la voz, dijo:
“Sepa todo Israel con absoluta certeza, que Dios ha constituido Señor y Mesías al mismo Jesús, a quien ustedes han crucificado”.
Estas palabras les llegaron al corazón y preguntaron a Pedro y a los demás apóstoles:
“¿Qué tenemos que hacer, hermanos?”
Pedro les contestó:
“Arrepiéntanse y bautícense en el nombre de Jesucristo para el perdón de sus pecados y recibirán el Espíritu Santo. Porque las promesas de Dios valen para ustedes ypara sus hijos y también para todos los paganos que el Señor, Dios nuestro, quiera llamar, aunque estén lejos”.
Con éstas y otras muchas razones, los instaba y exhortaba, diciéndoles: “Pónganse a salvo de este mundo corrompido”.
Los que aceptaron sus palabras se bautizaron, y aquel día se les agregaron unas tres mil personas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor

Salmo Responsorial Salmo 22
El Señor es mi pastor,
nada me faltará. Aleluya.
El Señor es mi pastor, nada me falta; en verdes praderas me hace reposar y hacia fuentes tranquilas me conduce para reparar mis fuerzas.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará. Aleluya.
Por ser un Dios fiel a sus promesas, me guía por el sendero recto; así, aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú estás conmigo, tu vara y tucayado me dan seguridad.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
Aleluya.
Tú mismo me preparas la mesa, a despecho de mis adversarios; me unges la cabeza con perfume y llenas mi copa hasta los bordes.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
Aleluya.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida; y viviré en la casa del Señor por años sin término.
El Señor es mi pastor,
nada me faltará.
Aleluya.

Segunda Lectura
Lectura de la primera carta del
apóstol san Pedro (2, 20-25)
Hermanos: Soportar con paciencia los sufrimientos que les vienen a ustedes por hacer el bien, es cosa agradable a los ojos de Dios, pues a esto han sido llamados, ya quetambién Cristo sufrió por ustedes y les dejó así un ejemplo para que sigan sus huellas.
El no cometió pecado ni hubo engaño en su boca; insultado, no devolvió los insultos; maltratado, no profería amenazas, sino que encomendaba su causa al único que juzgacon justicia; cargado con nuestros pecados, subió al madero de la cruz, para que, muertos al pecado, vivamos para la justicia.
Por sus llagas ustedes han sido curados, porque ustedes eran como ovejas descarriadas, pero ahora han vuelto al pastor y guardián de sus vidas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy el buen pastor, dice el Señor; yo conozco a mis ovejas y ellas me conocen
a mí.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (10, 1-10)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los fariseos: “Yo les aseguro que el que no entra por la puerta del redil de las ovejas, sino que salta por otro lado, es un ladrón, un bandido; pero el que entra por la puerta, ése es el pastor de las ovejas.
A ése le abre el que cuida la puerta, y las ovejas reconocen su voz; él llama a cada una por su nombre y las conduce afuera. Y cuando ha sacado a todas sus ovejas,camina delante de ellas, y ellas lo siguen, porque conocen su voz. Pero a un extraño no lo seguirán, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños”.
Jesús les puso esta comparación, pero ellos no entendieron lo que les quería decir. Por eso añadió: “Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido antes que yo, son ladrones y bandidos; pero mis ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta; quien entre por mí se salvará, podrá entrar y salir y encontrará pastos.
El ladrón sólo viene a robar, a matar y a destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia”.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
En la primera lectura, de los Hechos de los Apóstoles, encontramos a Pedropronunciando su primera predicación pospascual, dirigida tanto a los judíos presentes como a todos los habitantes de Jerusalén. El sermón es de tipo kerigmático, con la presentación de tres aspectos de la vida de Jesús, que componen el credo de fe más antiguo del cristianismo: un Jesús histórico, acreditado por Dios con milagros, prodigios y señales; su muerte a mano de lasautoridades judías, y finalmente, su resurrección obrada por Dios para salvación detoda la humanidad. Pedro termina su discurso con un sello de autenticidad: de todo esto, «nosotros somos testigos» (Hch 2,32). Creer en Jesús resucitado erareconocerlo como Mesías, lo que según las Escrituras, abría las puertas para susegunda venida y el fin del mundo. Esto explica las actitudes de recogimiento ymiedo que llevan a los discípulos a encerrarse bajo llave. Sin embargo, Pentecostéscambia para siempre las cosas, pues antes que miedo por el fin del mundo, el Espíritu les indica que el mundo apenas comienza, y que la iglesia que acaba denacer tiene el compromiso de contribuir en la reconstrucción de este mundo con la clave del amor. Así comenzó la Iglesia su misión, cambiando los miedos del fin del mundo, por la alegría, el optimismo y el compromiso de hacer que cada mañana elmundo nazca con más amor, justicia y paz.
La referencia a la primitiva comunidad cristiana nos hace descubrir la importanciaque la praxis del amor y de la solidaridad tuvo en el surgimiento del cristianismo. No fue sin más una teoría, sino un cambio de vida, una praxis, una transformaciónsocial, lo que estaba en juego. Importante tenerlo presente, cuando tantos piensanque el cristianismo es cuestión de aceptar intelectualmente un paquete deverdades, teorías o dogmas.
En la segunda lectura, el apóstol Pedro hace un llamado a mantener la fidelidad a Dios aún en situaciones de destierro, desplazamiento, marginación o exclusión,porque Dios, en un nuevo Exodo, nos libera de una sociedad sometida a leyesinjustas e inhumanas, que protegen sólo al que paga con oro o plata. Estaliberación fue asumida por Jesús con el sello de su propia sangre, como una opciónde amor, consciente y voluntaria, por los hombres y mujeres del mundo entero. El precio que debemos pagar a Jesús por tanta generosidad, no es con oro ni plata, sino, dando vida a los hermanos que siguen muriendo, víctimas de la injusticia y la deshumanización. Eso será realmente «devolver con la misma moneda».
En el evangelio, dos discípulos, que no eran del grupo de los once (v.33) se dirigen a Emaús. Probablemente se trata de un hombre y una mujer, casados, (también había mujeres discípulas), que regresaban a su pueblo natal frustrados por los últimos acontecimientos de la capital. Mientras conversaban, Jesús se acerca ycomienza a caminar con ellos, al fin y al cabo es el Emmanuel. Pero ellos nopueden reconocerlo, sus ojos están cerrados. ¿Por qué? Porque en el fondo todavía tenían la idea de un mesías profeta-nacionalista, que conquistaría el mundo enteropara ser dominado por las autoridades de Israel, un mesías necesariamente triunfador. Por eso, estaban viendo en la cruz y en la muerte del maestro, el fracaso de un proyecto en el cual habían puesto sus esperanzas.
Serán las Escrituras las primeras gotas que Jesús echa en los ojos del corazón deestos discípulos, para que puedan ver y entender que no es con el triunfalismo mesiánico, sino con el sufrimiento del siervo de Yavé, como se conquista el Reino de Dios; un sufrimiento que no es masoquismo, sino un cargar conscientementecon las consecuencias de la opción de amar a la humanidad, actitud difícil deentender en una sociedad dominada por un poder de dominio que mata a quien seinterpone en su camino. Por la vida, hasta dar la misma vida, es el testimonio deJesús ante sus dos compañeros.
El relato de los discípulos de Emaús es una pieza bellísima, evidentementeteológica, literaria. No es, en absoluto, una narración ingenua directa de un hechotal como sucedió. Es una composición elaborada, simbólica, que quiere dar unmensaje. Y como todo símbolo, que no lleva adjunto un manual de explicación, permanece «abierto», es decir, es susceptible de múltiples interpretaciones. Y desde cada nuevo contexto social, en cada nueva hora de la historia, los creyentesse confrontarán con ese símbolo y extraerán nuevas lecciones.
Nos dice San Agustín:
«Pues bien, hermanos, ¿cuándo se dejó reconocer el Señor? En la fracción del pan. En nosotros no hay ninguna sorpresa: partimos el pan y reconocemos al Señor. (...) Tú, que crees en El, que no llevas en vano el nombre de cristiano; tú, que no entras en la Iglesia por azar; tú, que escuchas la palabra de Dios con temor y esperanza, hallas consuelo en la fracción del pan. La ausencia de Dios no es una ausencia. Ten fe, y El estará contigo, aunque no lo veas. Estos discípulos durante su conversación con el Señor no tenían fe. No creían que hubiese resucitado y no sabían que podía resucitar. Caminaban, muertos, junto a un viviente; caminaban, muertos, junto a la vida. Junto a ellos caminaba la vida. Pero en sus corazones no había renacido vida alguna.
Si tú quieres la vida, imita a los discípulos y reconocerás al Señor. Le ofrecieron su hospitalidad. El Señor parecía decidido a seguir camino, pero lo retuvieron. Cuando llegaron al término de su viaje, le dijeron: «Quédate con nosotros, porque es tarde y el día se acaba» Retened con vosotros al extranjero, si queréis reconocer al Señor. La hospitalidad les devolvió lo que la duda les había quitado. El Señor se manifestó en la fracción del pan. Aprended a buscar al Señor, a poseerlo, a reconocerlo cuando coméis. Instruidos en esta verdad, los fieles entienden el sentido de este texto mejor que aquéllos que no son iniciados."
Para la revisión de vida
- Pedro proclama lo esencial de su fe, y lo que debe ser también el núcleo de nuestra fe:que Jesús fue rechazado y muerto por su compromiso con el amor y la justicia, pero que Dios se puso de su parte resucitándolo, y que él y los demás apóstoles son testigos de esta «parcialidad» de Dios. ¿Me siento yo también testigo de que la razón la lleva el amor y la justicia? ¿Acaso en otra cosa consiste el ser cristiano?


Se dice Credo.
Oración de los Fieles
Celebrante:
Oremos a Cristo a quien Dios ha constituido Señor de nuestras vidas y pidámosle
que nos guíe por sus sendas.
Digamos:
Llévanos a Ti, Señor.
Por la Iglesia: que en este tiempo de gozo reconozca en sus pastores la presencia viva y misteriosa de Cristo, Pastor único y universal.
Oremos.
Llévanos a Ti, Señor.
Por nuestro Obispo N.: que el Buen Pastor haga de él un padre que lo represente en su magisterio evangelizador, en su autoridad amorosa y en su sacerdocio santificador.Oremos.
Llévanos a Ti, Señor.
Por todos los sacerdotes y consagrados, por los que en nombre de la Iglesia son enviados a anunciar la Buena Nueva de nuestra liberación definitiva: que muestren a Cristo en sus vidas y sean signos vivos de su cercanía redentora.
Oremos.
Llévanos a Ti, Señor.
Por todos los jóvenes que viven su fe y buscan ideales altos en medio de una sociedad que no les puede saciar su sed de Dios: que reconozcan la voz de Cristo el BuenPastor que los llama y den frutos de santidad.
Oremos.
Llévanos a Ti, Señor.
Por los que viven en la esclavitud del vicio y del pecado, por los que persiguen a los cristianos, por los que hacen la guerra y provocan las injusticias: que a todos lleguela fuerza transformadora de Jesús Resucitado.
Oremos.
Llévanos a Ti, Señor.
Por todos nosotros: que unidos a María vivamos con fidelidad nuestra entrega, y como Ella proclamemos las grandezas de Dios.
Oremos.
Llévanos a Ti, Señor.

Celebrante:
Tú que entregaste tu vida para salvarnos y velas por cada uno de nosotros, mira con misericordia nuestras oraciones y danos lo que con fe te hemossuplicado. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Oración sobre la Ofrendas
Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nosobtenga de ti la felicidad eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Pascua V
Cristo, sacerdote y víctima
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra pascua,fue inmolado.
Porque Él, con la oblación de su cuerpo en la cruz, llevó a plenitud los sacrificios de la antigua ley, y al ofrecerse a ti por nuestra salvación quiso ser a un tiempo,víctima, sacerdote y altar.
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar elhimno de tu gloria.
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Ha resucitado Jesús, el Buen Pastor, que dio la vida por sus ovejas, y que se dignó morir para salvamos. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Vela, Señor, con solicitud, por las ovejas que rescataste con la Sangre preciosa de tu Hijo, para que puedan alcanzar, un día, la felicidad eterna detu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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