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viernes, 2 de noviembre de 2012

Ordinario de la Misa: XXX Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. Sábado 3 de Noviembre 2012

Ordinario de la Misa: XXX Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. Sábado 3 de Noviembre 2012 San Martín de Porres, religioso Memoria Mi alma te busca a ti, Dios mío Antífona de Entrada El Señor es la parte que me ha tocado en herencia; la parte que he recibido es la más hermosa. El mismo Señor es mi recompensa. Oración Colecta Oremos: Señor, Dios nuestro, que condujiste a san Martín de Porres a la gloria celestial por un camino de trabajos humildes e ignorados, concédenos imitar sus ejemplos para que gocemos de tu vida en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén. Primera Lectura Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los filipenses (1, 18-26) Hermanos: El hecho de que se predique a Cristo me alegra y me seguirá alegrando, porque sé que esto será para mi bien, gracias a las oraciones de ustedes y a la ayuda del Espíritu de Jesucristo. Pues tengo la firme esperanza de que no seré defraudado y, ahora como siempre, estoy plenamente seguro de que, ya sea por mi vida, ya sea por mi muerte,Cristo será glorificado en mí. Porque para mí, la vida es Cristo; y la muerte, una ganancia. Pero si el continuar viviendo en este mundo me permite trabajar todavía con fruto, no sabría yo qué elegir. Me hacen fuerza ambas cosas: por una parte, el deseo de morir y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor; y por la otra, el de permanecer en vida, porque esto es necesario para el bien de ustedes. Convencido de esto, sé que me quedaré y los seguiré ayudando a todos ustedes para que progresen gozosos en la fe. Así tendrán en mí, cuando me encuentre de nuevo entre ustedes, un motivo de gran alegría en Cristo Jesús. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Salmo Responsorial Salmo 41 Mi alma te busca a ti, Dios mío. Como el venado busca el agua de los ríos, así, cansada, mi alma te busca a ti, Dios mío. Mi alma te busca a ti, Dios mío. Del Dios que da la vida está mi ser sediento. ¿Cuándo será posible ver de nuevo su templo? Mi alma te busca a ti, Dios mío. Recuerdo cuando íbamos a casa del Señor, cantando, jubilosos, alabanzas a Dios. Mi alma te busca a ti, Dios mío. Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Tomen mi yugo sobre ustedes, dice el Señor, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón. Aleluya. Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (14, 1. 7-11) Gloria a ti, Señor. Un sábado, Jesús fue a comer en casa de uno de los jefes de los fariseos, y éstos estaban espiándolo. Mirando cómo los convidados escogían los primeros lugares, les dijo esta parábola: “Cuando te inviten a un banquete de bodas, no te sientes en el lugar principal, no sea que haya algún otro invitado más importante que tú, y el que los invitó a los dos venga a decirte: ‘Déjale el lugar a éste’, y tengas que ir a ocupar, lleno de vergüenza, el último asiento. Por el contrario, cuando te inviten, ocupa el último lugar, para que, cuando venga el que te invitó, te diga: ‘Amigo,acércate a la cabecera’. Entonces te verás honrado en presencia de todos los convidados. Porque el que se engrandece a sí mismo, será humillado; y el que se humilla, será engrandecido”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: Las palabras del evangelio son chocantes para quienes consideran que ese mensaje coloca todo “patas arriba”. En realidad, lo que ocurre es todo lo contrario. El mundo, con su exaltación del consumo y del placer, ha trastocado los valores vitales de la existencia humana, y lo que hace el evangelio es colocar nuevamente todo en perspectiva. ¿Qué vale más? ¿Los puestos de honor en la escala social o el respeto absoluto por todas las personas, incluso las más humildes? El evangelio nos diría que sólo la persona humana tiene un valor absoluto y que el resto son puras convenciones sociales que se ajustan a las conveniencias de quienes se alternan en el poder. “Humillarse”, en la enseñanza de Jesús, no significa someterse a las ínfulas del poder sino reconocer que somos «humanos», salidos de la tierra (humus) y que Dios nos quiere como somos y por lo que somos, y no por el poder que alcanzamos, sea éste económico, político, social o religioso. Jesús entiende la vida como un banquete en el que podemos entrar en comunión con todos los invitados, o en el que podemos enfrascarnos en juegos de control y de poder, pretendiendo ser más que los otros, pero sin reconocer que, al final, todos estamos en la misma sala y corremos la misma suerte. Oración sobre las Ofrendas Dios misericordioso, que transformaste a san Martín de Porres, para hacer de él un hombre nuevo a imagen de Cristo, renuévanos también a nosotros mediante este sacrificio de reconciliación que vamos a ofrecerte. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Prefacio de santas vírgenes y santos religiosos La vida consagrada a Dios es un signo del Reino de los cielos El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra. Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo, reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera, para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo nuestro Señor. Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar: Santo, Santo, Santo... Antífona de la Comunión Yo os aseguro, dice el Señor, que los que habéis dejado todo para seguirme, recibiréis cien veces más y alcanzaréis la vida eterna. Oración después de la Comunión Oremos: Dios omnipotente, que por medio de este sacramento nos comunicas la fuerza de tu Espíritu, has que, a ejemplo de san Martín de Porres, te amemos sobre todas las cosas y vivamos siempre como verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Fuentes: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org

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