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martes, 14 de junio de 2011

Evangelio del Miércoles XI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 15 de junio 2011

Evangelio del Miércoles XI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 15 de junio 2011

† Lectura del santo Evangelio según san Mateo (6, 1-6. 16-18)
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres, para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Por lo tanto, cuando des limosna, no lo anuncies con trompeta, como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles, para que los alaben los hombres. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. En cambio, cuando tú des limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes hagan oración, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la gente. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora ante tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como esos hipócritas que descuidan la apariencia de su rostro, para que la gente note que están ayunando. Yo les aseguro que ya recibieron su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que no sepa la gente que estás ayunando, sino tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará”.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
En el contexto judío, había unos personajes que eran expertos en fingir “actos de misericordia” para que el público los viera y los alabara por su “gran bondad”. Se trataba de los fariseos. A ellos se refiere Jesús cuando expresa: “Como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente los alabe”. Mateo presenta las tres obras buenas principales para los judíos: ayuno, oración y limosna, con la finalidad de acercar más la persona a Dios. El llamado de atención que hace Jesús a sus discípulos (a ti y a mí) es que no seamos como ellos, que, cuando hagamos estas obras, las realicemos más bien en secreto, porque el Padre que ve lo secreto lo recompensará. Es un reto para cada uno de nosotros, especialmente en nuestro tiempo en que los medios de difusión masiva promocionan el heroísmo, la exaltación, el exhibicionismo, y menosprecian lo anónimo: , no vales. La gente se esfuerza por llegar a hacerse personaje público, pero poco a poco va perdiendo lo fundamental: la identidad.

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