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jueves, 2 de junio de 2011

Evangelio del Viernes VI Semana de Pascua. Ciclo A. 03 de junio 2011.

Evangelio del Viernes VI Semana de Pascua. Ciclo A. 03 de junio 2011.

† Lectura del santo Evangelio según san Juan (16, 20-23)
Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría.
Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo. Así también ahora ustedes están tristes, pero yo los volveré a ver, se alegrará su corazón y nadie podrá quitarles su alegría. Aquel día no me preguntarán nada”.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
En este pasaje vuelve a hacerse presente el tema de las duras tareas y penalidades que tendrán que enfrentar los discípulos de Jesús tan pronto él se haya ido; lo cual, como él mismo asegura, va a servir para alegría del Maligno. Pero también les hace saber que todos estos infortunios serán como los de una parturienta al momento de dar a luz: al final, el cúmulo de experiencias será tal, que de todas aquellas dolencias y angustias no quedará nada, porque todo quedará subsumido en la feliz presencia de la criatura recién nacida.
Para volver más responsables a sus discípulos, frente a las opciones que decidieron asumir, Jesús establece algunas otras precisiones que van a servirles de experiencia durante todo su proceso. Les confirma que a pesar de que no tendrán su presencia física, la compañía que les ofrecerá va a ser de mucha valía para todos. Cuando ya estén viviendo verdaderamente el proyecto del Reino, estarán tan convencidos de la valía de tal causa, que ya no tendrán que preguntarle nada más. Esa capacidad de saber qué es necesario y qué no, la obtendrán por la asistencia del Espíritu.

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