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miércoles, 1 de junio de 2011

Ordinario de la Misa: Jueves VI Semana de Pascua. Ciclo A. 02 de junio 2011

Jueves 02 de Junio, 2011
No los dejaré desamparados, dice el Señor
Feria de Pascua: jueves de la 6a. semana o memoria libre de san Marcelino y san Pedro, mártires
Que todos los pueblos aclamen al Señor
Antífona de Entrada
Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos se fundieron. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que nos has hecho partícipes de los dones de la redención, concédenos vivir siempre la alegría de la resurrección de tu Hijo. Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro de los Hechos
de los Apóstoles (18, 1-8)
En aquellos días, Pablo salió de Atenas y se fue a Corinto. Allí encontró a un judío, llamado Aquila, natural del Ponto, que acababa de llegar de Italia con su mujer, Priscila, en acatamiento a las órdenes de Claudio, que expulsó de Roma a todos los judíos. Pablo se acercó a ellos, y como eran del mismo oficio, se quedó a vivir y a trabajar con ellos. Su oficio era fabricar tiendas de campaña. Cada sábado Pablo discutía en la sinagoga y trataba de convencer a judíos y griegos.
Cuando Silas y Timoteo llegaron de Macedonia, Pablo se dedicó por completo a la predicación y afirmó delante de los judíos que Jesús era el Mesías. Como éstos lo contradecían y lo insultaban, se rasgó las vestiduras y dijo:
“Que la sangre de ustedes caiga sobre su propia cabeza: yo soy inocente. De ahora en adelante, iré a hablar a los paganos”.
Salió de allí y entró en la casa de Tito Justo, que adoraba a Dios, y cuya casa estaba al lado de la sinagoga.
Crispo, el jefe de la sinagoga, creyó en el Señor, junto con toda su familia. Asimismo, al oír a Pablo, muchos de los corintios creyeron y recibieron el bautismo.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 97
El Señor nos ha demostrado
su amor y su lealtad. Aleluya.
Cantemos al Señor un canto nuevo, pues ha hecho maravillas. Su diestra y su santo brazo le han dado la victoria.
El Señor nos ha demostrado
su amor y su lealtad. Aleluya.
El Señor ha dado a conocer su victoria y ha revelado a las naciones su justicia. Una vez más ha demostrado Dios su amor y su lealtad hacia Israel.
El Señor nos ha demostrado
su amor y su lealtad. Aleluya.
La tierra entera ha contemplado la victoria de nuestro Dios. Que todos los pueblos y naciones aclamen con júbilo al Señor.
El Señor nos ha demostrado
su amor y su lealtad. Aleluya.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
No los dejaré desamparados, dice el Señor; me voy, pero volveré a ustedes y entonces se alegrará su corazón.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (16, 16-20)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver”. Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros:
“¿Qué querrá decir con eso de que: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver’, y con eso de que: ‘Me voy al Padre’?” Y se decían: “¿Qué significa ese ‘un poco’? No entendemos lo que quiere decir”.
Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo:
“Están confundidos porque les he dicho: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver’.
Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
En esta despedida de Jesús a sus discípulos, que viene haciéndose cada vez más intensa en contenido, en cada aseveración quedarán enseñanzas de vital importancia para la iglesia. Primero observamos que Jesús ya se ha dado cuenta de lo impactante que va a resultar su ausencia para el grupo. Después de compartir juntos tantos momentos, el hecho de tener que irse va a ser algo negativo por la inseguridad que esto pueda originar. A pesar de eso, esta ausencia tiene que darse, porque de ella dependerá la madurez y sobrevivencia de las futuras comunidades.
Los discípulos parecen sorprendidos por las palabras de Jesús, no comprenden lo que quiere decir con ese "me voy al Padre". Él sólo les ha querido decir, a pesar de lo mal que se van a sentir por su ausencia, lo necesario que es el que la opción por el Reino se debe hacer en completa libertad, para lo cual se precisa de un proceso interior que ellos deben experimentar solos. En la medida que crezcan en libertad su decisión va a ser el fruto de una opción y no algo forzado por yla no obligación» sentida ante Dios.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos, y purifica nuestros corazones para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Pascua II
La nueva vida en Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado.
Por él, los hijos de la luz nacen a la vida eterna, y las puertas de los cielos han vuelto a abrirse para los que creen en él, ya que en su muerte murió nuestra muerte y en su gloriosa resurrección hemos resucitado todos.
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo, dice el Señor. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo resucitado, nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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