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miércoles, 8 de febrero de 2012
Evangelio del Miercoles V Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 9 de febrero, 2012.
Evangelio del Miercoles V Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 9 de febrero, 2012.
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (7, 24-30)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús salió de Genesaret y se fue a la región donde se encuentra Tiro. Entró en una casa, pues no quería que nadie se enterara de que estaba ahí, pero no pudo pasar inadvertido. Una mujer, que tenía una niña poseída por un espíritu impuro, se enteró enseguida, fue a buscarlo y se postró a sus pies.
Cuando aquella mujer, una siria de Fenicia y pagana, le rogaba a Jesús que le sacara el demonio a su hija, él le respondió: “Deja que coman primero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”.
La mujer le replicó:
“Sí, Señor; pero también es cierto que los perritos, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños”.
Entonces Jesús le contestó:
“Anda, vete; por eso que has dicho, el demonio ha salido ya de tu hija”. Al llegar a su casa, la mujer encontró a su hija recostada en la cama, y ya el demonio había salido de ella.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
El evangelista nos recuerda hoy un dicho muy usado en la sabiduría popular de la época, referido a las prioridades familiares: “no se le quita el pan a los pequeños para dárselo a las mascotas”. Es decir, primero están las urgencias de los más necesitados en la familia, y luego lo demás. A esta sabiduría, la mujer confrontada por Jesús opone otra sabiduría en la que el pan alcanza para todos, sin cambiar las prioridades originales. Es la sabiduría de los pobres que saben repartir lo que tienen aún en medio de las necesidades. Aunque la misión original de Jesús tenía como prioridad los pobres, marginados y pequeños de Israel, sin embargo, Jesús mismo trascendió las fronteras geográficas y religiosas y alcanzó a los extranjeros, en particular a los de lengua aramea, en los alrededores de Galilea. La solicitud de la mujer pagana simboliza el encuentro de Jesús con otras culturas. Si bien los seguidores de Jesús consideran que la prioridad son ‘las ovejas perdidas de Israel’, la sabiduría de los paganos les ayuda a romper esa estrechez mental y a abrirse a la solidaridad con otros pueblos para intercambiar puntos de vista distantes en su origen, pero convergentes en su finalidad.
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