= Lunes 10 de Enero, 2011
Ángeles del Señor, adórenlo
Feria de la 1a. semana del Tiempo Ordinario
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor
Antífona de Entrada
Vi al Señor sentado en un trono excelso; lo adoraban una multitud de ángeles que cantaban a una sola voz: “Este es aquél cuyo poder permanece eternamente”.
Oración Colecta
Oremos:
Escucha, Señor, con bondad, las súplicas de tu pueblo, y concédenos luz para conocer tu voluntad y fortaleza para cumplirla.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la carta a los
Hebreos (1, 1-6)
En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios en el pasado a nuestros padres, por boca de los profetas. Ahora, en estos tiempos, nos ha hablado por medio de su Hijo, a quien constituyó heredero de todas las cosas y por medio del cual hizo el universo.
El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios, la imagen fiel de su ser y el sostén de todas las cosas con su palabra poderosa. El mismo, después de efectuar la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la majestad de Dios, en las alturas, tanto más encumbrado sobre los ángeles, cuanto más excelso es el nombre que, como herencia, le corresponde.
Porque, ¿a cuál de los ángeles le dijo Dios: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy? ¿O de qué ángel dijo Dios: Yo seré para él un padre y él será para mí un hijo? Además, en otro pasaje, cuando introduce en el mundo a su primogénito, dice: Adórenlo todos los ángeles de Dios.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Reflexion:
La actividad profética de Juan el Bautista ha llegado a su fin, dando paso ahora a la proclamación definitiva del Reino de Dios a través de la vida y misión de Jesús de Nazaret. Como vemos, en el evangelio de hoy la actividad pública de Jesús se sintetiza en cuatro verbos fundamentales: Cumplir, estar cerca, arrepentirse y creer. Todos ellos hacen referencia directa a la experiencia vital del Reino de Dios; es decir, a una vida personal y comunitaria rebosante de la presencia de Dios, la cual se identifica por la vivencia consciente y libre de los valores del Reino: la Justicia, la Vida, la Solidaridad, la Misericordia, la Paz, el Amor. Jesús nos hace cercano el Reino de Dios; en él se cumple la promesa de salvación; en él Dios ha decidido actuar, revelar definitivamente todo el amor profundo que siente por la humanidad, inaugurando así un nuevo tiempo, un tiempo de esperanza y salvación. De manera que, es responsabilidad del ser humano acoger este ofrecimiento incondicional de Dios. La conversión y la fe son signos privilegiados de esa acogida, son la exigencia para un verdadero seguimiento del Maestro. Dios nos llama, como a los discípulos, a ser constructores de ese amor ofrecido por Dios en nuestras familias y en nuestras comunidades.
Salmo Responsorial Salmo 96
Ángeles del Señor, adórenlo.
Reina el Señor, alégrese la tierra; cante de regocijo el mundo entero. El trono del Señor se asienta en la justicia y el derecho.
Ángeles del Señor, adórenlo.
Los cielos pregonan su justicia, su inmensa gloria ven todos los pueblos. Que caigan ante Dios todos los dioses.
Ángeles del Señor, adórenlo.
Tú, Señor altísimo, estás muy por encima de la tierra y mucho más en alto que los dioses.
Ángeles del Señor, adórenlo.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (1, 14-20)
Gloria a ti, Señor.
Después de que arrestaron a Juan el Bautista, Jesús se fue a Galilea para predicar el Evangelio de Dios y decía:
“Se ha cumplido el tiempo y el Reino de Dios ya está cerca. Arrepiéntanse y crean en el Evangelio”.
Caminaba Jesús por la orilla del lago de Galilea, cuando vio a Simón y a su hermano, Andrés, echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme y haré de ustedes pescadores de hombres”.Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante, vio a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en una barca, remendando sus redes. Los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre con los trabajadores, se fueron con Jesús.
Palabra del Señor.
Gloria a ti Señor, Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, el sacrificio que vamos a ofrecerte y, por sus méritos, escucha nuestras filiales oraciones y santifica toda nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común I
Restauración universal en Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
A quien hiciste fundamento de todo y de cuya plenitud quisiste que participáramos todos. El cual, siendo Dios, se anonadó a sí mismo, y por su sangre derramada en la cruz, puso en paz todas las cosas. Y así, constituido Señor del universo, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en él.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Señor, en ti está la fuente de la vida, y tu luz nos hace ver la luz.
Oración después de la Comunión
Oremos:
A quienes has alimentado con tus sacramentos, concédeles, Dios todopoderoso, servirte con una vida que te sea agradable.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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