Evangelio del Jueves IV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 3 de febrero 2011.
† Lectura del santo Evangelio según San Marcos (6, 7-13)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.
Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”.
Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
Luego de haber instituido a los Doce, Jesús envía a sus discípulos. Marcos describe este envío de una manera muy detallada, en la que cada instrucción tiene un significado profundo en todo tiempo y lugar. Una primera instrucción relevante es que deben ir “de dos en dos”, lo cual expresa que los que anuncian la Buena Nueva necesitan de la compañía, la integración y la escucha de otros para compartir la experiencia y el trabajo, para poder dar un verdadero testimonio del Señor. Una segunda instrucción que llama la atención es que los discípulos no deben llevar “ni pan, ni alforja, ni dinero”; deben ir con las manos libres, tal como vivió Jesús, quien fue libre para servir y amar a sus hermanos. Este texto invita entonces a todos los que conformamos la Iglesia de Jesús a redescubrir que la misión se realiza en comunidad, en donde todos participamos (laicos, pastores, sacerdotes, religiosos, grupos apostólicos, etc.), y que el testimonio más fiel de la Buena Nueva es el estilo de vida, caracterizado por su sencillez y humildad.
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