Evangelio del Sabado IV Semana Tiempo Ordinario. 5 de febrero 2011
† Lectura del santo Evangelio según san Marcos (6, 30-34)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”.Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.
Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
El texto de hoy es la introducción al milagro de la multiplicación de los panes, en donde Marcos se encarga de presentar, a través de la figura del pastor, el corazón tierno y compasivo de Jesús. Los apóstoles (primera y única vez en la que aparece este título) han regresado de la gran jornada misionera con gran alegría, con muchas experiencias que compartir y reflexionar; ahora necesitan estar con Jesús, para seguir creciendo en la fe y en su compromiso con el Reino. Para ello, Jesús los conduce a un lugar solitario, a un lugar en donde puedan descansar y puedan estar a solas, en la intimidad, con el Maestro; sin embargo, son tantas las personas que acuden a ellos que no pueden ignorarlas o decirles que vuelvan luego. El descanso se convierte en hacer descansar del dolor y el sufrimiento a los otros; el descanso del grupo es sentir compasión, como Jesús la siente. El compromiso actual de todo creyente es asumir la actitud compasiva de Jesús; ser en todo tiempo solidario y amoroso con aquellos que sufren el dolor de la pobreza y la exclusión.
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