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miércoles, 2 de febrero de 2011

Ordinario de la Misa. Lecturas y Oraciones Jueves IV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 3 de febrero 2011

= Jueves 03 de Febrero, 2011
Firmeza es el Señor para su pueblo
Feria de la 4a. S. T. O. o memoria libre de san Blas, obispo y mártir; o de san Oscar, obispo
Recordamos, Señor, tu gran amor
Antífona de Entrada
Firmeza es el Señor para su pueblo, defensa y salvación para sus fieles. Sálvanos, Señor, vela sobre nosotros y guíanos siempre.
Oración Colecta
Oremos:
Padre misericordioso, que nunca dejas de tu mano a quienes has hecho arraigar en tu amistad, concédenos vivir siempre movidos por tu amor y un filial temor de ofenderte.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura de la carta a los
hebreos (12, 18-19. 21-24)
Hermanos: Cuando ustedes se acercaron a Dios, no encontraron nada material, como en el Sinaí: ni fuego ardiente, ni oscuridad, ni tinieblas, ni huracán, ni estruendo de trompetas, ni palabras pronunciadas por aquella voz que los israelitas no querían volver a oír nunca.
En efecto, tan terrible era aquel espectáculo, que el mismo Moisés exclamó: ¡Estoy aterrorizado y tiemblo! Ustedes, en cambio, se han acercado a Sión, el monte y la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén celestial, a la reunión festiva de miles y miles de ángeles, a la asamblea de los primogénitos, cuyos nombres están escritos en el cielo. Se han acercado a Dios, que es el juez de todos los hombres, y a los espíritus de los justos que alcanzaron la perfección. Se han acercado a Jesús, el mediador de la nueva alianza, cuya sangre derramada es más elocuente que la de Abel.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 47
Recordamos, Señor,
tu gran amor.
Grande es el Señor y muy digno de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios. Su monte santo, altura hermosa, es la alegría de toda la tierra.
Recordamos, Señor,
tu gran amor.
El monte Sión, en el extremo norte, es la ciudad del rey supremo. Entre sus baluartes ha surgido Dios como una fortaleza inexpugnable.
Recordamos, Señor,
tu gran amor.
Lo que habíamos oído, lo hemos visto en la ciudad del Dios de los ejércitos, en la ciudad de nuestro Dios, fundada para siempre por Dios mismo.
Recordamos, Señor,
tu gran amor.
Recordamos, Señor, tu gran amor en medio de tu templo. Tu renombre, Señor, y tu alabanza llenan el mundo entero.
Recordamos, Señor,
tu gran amor.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
El Reino de Dios está cerca, dice el Señor; arrepiéntanse y crean en el Evangelio.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según San Marcos (6, 7-13)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.
Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”.
Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
Luego de haber instituido a los Doce, Jesús envía a sus discípulos. Marcos describe este envío de una manera muy detallada, en la que cada instrucción tiene un significado profundo en todo tiempo y lugar. Una primera instrucción relevante es que deben ir “de dos en dos”, lo cual expresa que los que anuncian la Buena Nueva necesitan de la compañía, la integración y la escucha de otros para compartir la experiencia y el trabajo, para poder dar un verdadero testimonio del Señor. Una segunda instrucción que llama la atención es que los discípulos no deben llevar “ni pan, ni alforja, ni dinero”; deben ir con las manos libres, tal como vivió Jesús, quien fue libre para servir y amar a sus hermanos. Este texto invita entonces a todos los que conformamos la Iglesia de Jesús a redescubrir que la misión se realiza en comunidad, en donde todos participamos (laicos, pastores, sacerdotes, religiosos, grupos apostólicos, etc.), y que el testimonio más fiel de la Buena Nueva es el estilo de vida, caracterizado por su sencillez y humildad.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y alabanza que vamos a ofrecerte, a fin de que purifique nuestros corazones y podamos corresponder a tu amor con nuestro amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común III
Alabanza a Dios por la creación
y la redención del hombre
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por medio de tu amado Hijo, eres el creador del género humano, y también el autor bondadoso de la nueva creación. Por eso, con razón te sirven todas las criaturas, con justicia te alaban todos los redimidos, y unánimes te bendicen tus santos.
Con ellos, también nosotros, a una con los ángeles, cantamos tu gloria gozosos diciendo:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión
Los ojos de todos los hombres te miran, Señor, llenos de esperanza, y tú das a cada uno su alimento.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, tú que nos has renovado con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo, concédenos que la participación en esta Eucaristía nos ayude a obtener la plenitud de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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