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viernes, 18 de noviembre de 2011

Evangelio del Domingo XXXIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 20 de noviembre, 2011

Evangelio del Domingo XXXIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 20 de noviembre, 2011
Lectura del Santo Evangelio, según San Mateo 25,31-46
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuando venga en su gloria el Hijo del hombre, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de su gloria, y serán reunidas ante él todas las naciones. Él separará a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.
Entonces dirá el rey a los de su derecha: "Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y vinisteis a verme." Entonces los justos le contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te alimentamos, o con sed y te dimos de beber?; ¿cuándo te vimos forastero y te hospedamos, o desnudo y te vestimos?; ¿cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?" Y el rey les dirá: "Os aseguro que cada vez que lo hicisteis con uno de éstos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis."
Y entonces dirá a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de deber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis." Entonces también éstos contestarán: "Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel, y no te asistimos?" Y él replicará: "Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con uno de éstos, los humildes, tampoco lo hicisteis conmigo." Y éstos irán al castigo eterno, y los justos a la vida eterna."
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión:
En el evangelio de hoy aparece el reino, en concreto el momento final, justo cuando el Señor repartirá la herencia entre sus herederos. Dice el texto: “Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”. La cuestión será saber quiénes serán esos herederos y si estaremos nosotros entre ellos. De entrada, no tenemos por qué dudar de que esto sea así, ya que hoy afirmamos que Jesucristo es nuestro rey y que nosotros formamos parte de su reino, que se va construyendo cada día en nuestro mundo con nuestro trabajo y con la fuerza del Espíritu Santo. Pero también es verdad que para formar parte de este reino lo importante es la actitud, es decir, si hemos amado a esos que Jesús llama “mis humildes hermanos”, o más bien hemos sido indiferentes a sus necesidades materiales (hambre, sed, ropa), a su condición de extranjeros, a sus sufrimientos (enfermedad, cárcel), etc. Esto son lo que toda la vida hemos llamado las obras de misericordia, y que muestran el rostro misericordioso de Dios y su amor preferencial por los más pobres. San Juan de la Cruz decía que, al final de nuestra vida, Dios sólo nos hará una pregunta: ¿has amado? El reino de Jesús es el reino del amor.
Terminamos el año como lo empezamos, proclamando que el reino del amor está cerca de nosotros. Y cuando más cerca lo podemos experimentar es en la Eucaristía, en el encuentro con Jesús resucitado, que nos llama y nos envía a hacer crecer su reino en el corazón del mundo. Que nuestra respuesta sea el amor hacia los más pequeños y necesitados, para que escuchemos en nuestro corazón: “venid y heredad el reino… porque cada vez que lo hicisteis con uno de estos mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis”.

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