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lunes, 5 de marzo de 2012
Ordinario de la Misa: Martes II Semana Cuaresma. Ciclo B. 06 de Marzo, 2012
Ordinario de la Misa: Martes II Semana Cuaresma. Ciclo B. 06 de Marzo, 2012
Da luz a mis ojos, Señor, para que no caiga
Feria de la 2a. semana de Cuaresma
Proclamaré, Señor, todas tus maravillas
Antífona de Entrada
Da luz a mis ojos, Señor, para que no caiga en el sueño de la muerte; para que no diga el enemigo:
He triunfado sobre él.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, vela con amor constante sobre tu Iglesia y ya que sin ti no puede sostenerse lo que se cimienta en la debilidad humana, protégela en los peligros y guíala a la salvación eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Isaías (1, 10. 16-20)
Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: “Lávense y purifíquense; aparten de mi vista sus malas acciones. Dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, auxilien al oprimido, defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda.
Vengan, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque sus pecados sean rojos como la sangre, quedarán blancos como la nieve. Aunque sean encendidos como la púrpura, vendrán a ser como blanca lana. Si son ustedes dóciles y obedecen, comerán los frutos de la tierra. Pero si se obstinan en la rebeldía, la espada los devorará”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 49
Muéstranos, Señor,
el camino de la salvación.
No voy a reclamarte sacrificios, dice el Señor, pues siempre están ante mí tus holocaustos. Pero ya no aceptaré becerros de tu casa, ni cabritos de tus rebaños.
Muéstranos, Señor,
el camino de la salvación.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos?
Muéstranos, Señor,
el camino de la salvación.
Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados. Quien las gracias me da, ése me honra y yo salvaré al que cumple mi voluntad.
Muéstranos, Señor,
el camino de la salvación.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor.
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (23, 1-12)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos:
“En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente.
Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’.
Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
La tendencia humana es colocar las instituciones, las estructuras, las normas y las tradiciones culturales y religiosas sobre el espíritu y sobre las personas. Todos tenemos algo de letrados y fariseos en nuestro proceder cotidiano. Es lo que Jesús cuestiona en la práctica de los letrados y los fariseos. No están equivocados con relación a los contenidos que predican y enseñan, pero su praxis no es coherente con sus enseñanzas. Se caracterizan por una aparente ortodoxia, por el prestigio que les da su cargo, por el oculto deseo de poder y de prestigio. Los discípulos de Jesús, por el contrario, deben caracterizarse por su testimonio de vida, por la coherencia entre lo que enseñan y lo que viven, por una auténtica actitud de humildad y sencillez, por el servicio generoso, desinteresado, auténtico y comprometido. Pero fácilmente nos olvidamos de estas lecciones de vida que nos comunica Jesús. Hay una tendencia a buscar el poder y el prestigio, aun valiéndose de lo religioso para alcanzarlo. Pasa en grupos apostólicos, comunidades eclesiales, parroquias, diócesis, institutos religiosos. Volvamos la vista al Señor y escuchemos su enseñanza de vida. Es necesario convertir la mente y el corazón desde los valores del evangelio de Jesús.
Oración sobre las Ofrendas
Que este sacrificio que vamos a ofrecerte, Señor, nos santifique, nos cure de nuestro egoísmo y nos haga partícipes de los bienes eternos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Cuaresma I
Significado espiritual
de la Cuaresma
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Por Él concedes a tus hijos anhelar, año tras año, con el gozo de habernos purificado, la solemnidad de la Pascua, para que dedicados con mayor entrega a la alabanza divina y al amor fraterno, por la celebración de los misterios que nos dieron nueva vida, lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Proclamaré, Señor, todas tus maravillas; me alegraré en ti y entonaré salmos a tu nombre, Dios Altísimo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que esta comunión nos ayude a vivir más cristianamente y nos obtenga el auxilió continuo de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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