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miércoles, 7 de marzo de 2012
Ordinario de la Misa: Viernes II Semana de Cuaresma. Ciclo B. 09 de Marzo, 2012
Ordinario de la Misa: Viernes II Semana de Cuaresma. Ciclo B. 09 de Marzo, 2012
Segundo Viernes de Cuaresma
Recordemos las maravillas que hizo el Señor
Antífona de Entrada
En ti, Señor, he puesto mi confianza, que no quede yo defraudado eternamente; sácame de la trampa que me han puesto, pues tú eres mi protector.
Oración Colecta
Oremos:
Por medio de nuestras privaciones cuaresmales, purifícanos, Señor todopoderoso, a fin de que podamos llegar con un espíritu nuevo a las próximas fiestas de la Pascua.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis
(37, 3-4. 12-13. 17-28)
Jacob amaba a José más que a todos sus demás hijos, porque lo había engendrado en la ancianidad. A él le había hecho una túnica de amplias mangas. Sus hermanos, viendo que lo amaba más que a todos ellos, llegaron a odiarlo, al grado de negarle la palabra.
Un día en que los hermanos de José llevaron a Siquem los rebaños de su padre, Jacob le dijo a José:
“Tus hermanos apacientan mis rebaños en Siquem. Te voy a enviar allá”. José fue entonces en busca de sus hermanos y los encontró en Dotán. Ellos lo vieron de lejos, y antes de que se les acercara, conspiraron contra él para matarlo y se decían unos a otros: “Ahí viene ese soñador. Démosle muerte; lo arrojaremos en un pozo y diremos que una fiera lo devoró. Vamos a ver de qué le sirven sus sueños”.
Rubén oyó esto y trató de liberarlo de manos de sus hermanos, diciendo:
“No le quiten la vida, ni derramen su sangre. Mejor arrójenlo en ese pozo que está en el desierto y no se manchen las manos”. Eso lo decía para salvar a José y devolverlo a su padre.
Cuando llegó José a donde estaban sus hermanos, éstos lo despojaron de su túnica y lo arrojaron a un pozo sin agua. Luego se sentaron a comer, y levantando los ojos, vieron a lo lejos una caravana de ismaelitas, que venían de Galaad, con los camellos cargados de especias, resinas, bálsamo y láudano, y se dirigían a Egipto.
Judá dijo entonces a sus hermanos:
“¿Qué ganamos con matar a nuestro hermano y ocultar su muerte? Vendámoslo a los ismaelitas y no mancharemos nuestras manos. Después de todo, es nuestro hermano y de nuestra misma sangre”. Y sus hermanos le hicieron caso.
Sacaron a José del pozo y se lo vendieron a los mercaderes por veinticinco monedas de plata. Los mercaderes se llevaron a José a Egipto.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 104
Recordemos las maravillas
que hizo el Señor.
Cuando el Señor mandó el hambre sobre el país y acabó con todas las cosechas, ya había enviado por delante a un hombre: a José, vendido como esclavo.
Recordemos las maravillas
que hizo el Señor.
Le trabaron los pies con grilletes y rodearon su cuerpo con cadenas, hasta que se cumplió su predicción y Dios lo acreditó con su palabra.
Recordemos las maravillas
que hizo el Señor.
El rey mandó que lo soltaran, el jefe de esos pueblos lo libró, lo nombró administrador de su casa y señor de todas sus posesiones.
Recordemos las maravillas
que hizo el Señor.
Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
Tanto amó Dios al mundo, que le entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en él tenga vida eterna.
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (21, 33-43. 45-46)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo esta parábola:
“Había una vez un propietario que plantó un viñedo, lo rodeó con una cerca, cavó un lagar en él, construyó una torre para el vigilante y luego la alquiló a unos viñadores y se fue de viaje.
Llegado el tiempo de la vendimia, envió a sus criados para pedir su parte de los frutos a los viñadores; pero éstos se apoderaron de los criados, golpearon a uno, mataron a otro, y a otro más lo apedrearon.Envió de nuevo a otros criados, en mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo.
Por último, les mandó a su propio hijo, pensando:
‘A mi hijo lo respetarán’. Pero cuando los viñadores lo vieron, se dijeron unos a otros: ‘Este es el heredero. Vamos a matarlo y nos quedaremos con su herencia’. Le echaron mano, lo sacaron del viñedo y lo mataron.
Ahora díganme:
Cuando vuelva el dueño del viñedo, ¿qué hará con esos viñadores?”
Ellos le respondieron:
“Dará muerte terrible a esos desalmados y arrendará el viñedo a otros viñadores, que le entreguen los frutos a su tiempo”.
Entonces Jesús les dijo:
“¿No han leído nunca en la Escritura:
La piedra que desecharon los constructores, es ahora la piedra angular. Esto es obra del Señor y es un prodigio admirable?
Por esta razón les digo que les será quitado a ustedes el Reino de Dios y se le dará a un pueblo que produzca sus frutos”.
Al oír estas palabras, los sumos sacerdotes y los fariseos comprendieron que Jesús las decía por ellos y quisieron aprehenderlo, pero tuvieron miedo a la multitud, pues era tenido por un profeta.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Dios nos has entregado un mundo para que lo administremos y para que en él demos frutos abundantes de justicia, paz, libertad, verdad y fraternidad. Pero los seres humanos, seducidos por la ambición desmedida de poder y de soberbia se han dejado llevar por sus propias tendencias y tentaciones y han ido destruyendo el mundo de las posibilidades que le ha otorgado el Señor. Los recursos naturales no renovables se han depredado, se ha contaminado el agua y el aire, se han derrumbado millones de millones de hectáreas de bosques y de selvas, convirtiendo el paradisíaco mundo en un inmenso desierto “globalizado”. Y cuando algunos hombres y mujeres con sensibilidad social ecológica y profética han levantado su voz contra esta depredación mundial acelerada, han sido acallados, exiliados de sus patrias, asesinados y silenciados. Nuestro compromiso como creyentes en el Dios de la vida es por la defensa de la tierra y de los que en ella habitan. El Padre envío a su Hijo para que advirtiera del peligro que corre la humanidad, pero fue rechazado y asesinado como todos los profetas anteriores y posteriores a él. Sin embargo, nuestra misión consiste en continuar su obra en medio de la codicia del mundo.
Oración sobre las Ofrendas
Que tu misericordia, Señor, nos prepare a celebrar esta Eucaristía y a vivirla con la fe y con las obras.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Cuaresma IV
Los frutos del ayuno
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque con el ayuno corporal, refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo nuestro Señor.
Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Dios nos amó y envió a su Hijo como víctima por nuestros pecados.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que este sacramento que hemos recibido, prenda de la salvación eterna, nos dé fuerzas, Señor, para vivir según tus mandamientos y alcanzar la recompensa
prometida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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