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viernes, 13 de abril de 2012

Ordinario de la Misa: Sábado Octava de Pascua. Ciclo B. 14 de Abril, 2012

Ordinario de la Misa: Sábado Octava de Pascua. Ciclo B. 14 de Abril, 2012 No podemos dejar de contar lo que hemos visto Sábado de la Octava de Pascua El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de alegría Antífona de Entrada El Señor liberó a su pueblo y lo llenó de alegría; al pueblo elegido lo colmó de júbilo. Aleluya. Se dice Gloria. Oración Colecta Oremos: Dios nuestro, que en tu bondad sin límites aumentas cada día el número de los que creen en ti, mira con amor a tus elegidos, que han nacido a una nueva vida por medio del bautismo y concédeles alcanzar la resurrección gloriosa. Por nuestro Señor Jesucristo... Amén. Primera Lectura Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles (4, 13-21) En aquellos días, los sumos sacerdotes, los ancianos y los escribas, se quedaron sorprendidos al ver el aplomo con que Pedro y Juan hablaban, pues sabían que eran hombres del pueblo sin ninguna instrucción. Ya los habían reconocido como pertenecientes al grupo que andaba con Jesús, pero no se atrevían a refutarlos, porque ahí estaba de pie, entre ellos, el hombre paralítico que había sido curado. Por consiguiente, les mandaron que salieran del sanedrín, y ellos comenzaron a deliberar entre sí: “¿Qué vamos a hacer con estos hombres? Han hecho un milagro evidente, que todo Jerusalén conoce y que no podemos negar; pero a fin de que todo esto no se divulgue más entre el pueblo, hay que prohibirles con amenazas hablar en nombre de Jesús”. Entonces mandaron llamar a Pedro y a Juan y les ordenaron que por ningún motivo hablaran ni enseñaran en nombre de Jesús. Ellos replicaron: “Digan ustedes mismos si es justo delante de Dios obedecerlos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos dejar de contar lo que hemos visto y oído”. Los miembros del sanedrín repitieron las amenazas y los soltaron, porque no encontraron la manera de castigarlos, ya que el pueblo entero glorificaba a Dios por lo sucedido. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Salmo Responsorial Salmo 117 La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya. Te damos gracias, Señor, porque eres bueno, porque tu misericordia es eterna. El Señor es mi fuerza y mi alegría; en el Señor está mi salvación.Escuchemos el canto de victoria que sale de la casa de los justos: La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya. “La diestra del Señor es poderosa, la diestra del Señor es nuestro orgullo”. No moriré, continuaré viviendo para contar lo que el Señor ha hecho. Me castigó, me castigó el Señor, pero no me abandonó a la muerte. La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya. Abranme las puertas del templo, que quiero entrar a dar gracias a Dios. Esta es la puerta del Señor y por ella entrarán los que le viven fieles. Te doy gracias, Señor, pues me escuchaste y fuiste para mí la salvación. La diestra del Señor ha hecho maravillas. Aleluya. Aclamación antes del Evangelio Aleluya, aleluya. Este es el día del triunfo del Señor, día de júbilo y de gozo. Aleluya. Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Marcos (16, 9-15) Gloria a ti, Señor. Habiendo resucitado al amanecer del primer día de la semana, Jesús se apareció primero a María Magdalena, de la que había arrojado siete demonios. Ella fue a llevar la noticia a los discípulos, los cuales estaban llorando, agobiados por la tristeza; pero cuando la oyeron decir que estaba vivo y que lo había visto, no le creyeron. Después de esto, se apareció en otra forma a dos discípulos, que iban de camino hacia una aldea. También ellos fueron a anunciarlo a los demás; pero tampoco a ellos les creyeron. Por último, se apareció Jesús a los Once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no les habían creído a los que lo habían visto resucitado. Jesús les dijo entonces: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda creatura”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: Si analizamos en su conjunto los textos bíblicos que hemos leído durante esta semana (octava de pascua), podemos concluir que la fe es el elemento fundamental que nos permite comprender y vivenciar al máximo el misterio de la resurrección. Dicho elemento esencial se nos hace mucho más evidente en el relato que leemos en este día. Marcos hace referencia, de manera sintética, a tres momentos claves en los cuales Jesús resucitado se ha hecho presente en medio de la comunidad de discípulos. En las tres apariciones encontramos actitudes que expresan el rechazo al seguimiento radical del maestro por parte de los discípulos, pues están sumergidos en el dolor, el abatimiento, la frustración y la rabia. El mensaje anunciado por los testigos de la resurrección es recibido con incredulidad, alejándose así de la fe y cayendo en el “anti-seguimiento”. Parece como si la muerte fuera la última explicación para el proyecto liberador iniciado por Jesús de Nazaret. Sin embargo, Jesús reprende tales actitudes e invita a sus discípulos a creer, ya que es la única manera de comprender e integrarse en el proyecto divino del Padre. – Es importante preguntarnos hoy si nuestra fe realmente nos motiva a construir una comunidad alternativa, alejada del egoísmo y de la muerte. No se dice Credo. Oración sobre las Ofrendas Concédenos, Señor, que este sacrificio pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Prefacio de Pascua I El misterio pascual El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este día, en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo: muriendo, destruyó nuestra muerte, y resucitando, restauró la vida. Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria: Santo, Santo, Santo... Antífona de la Comunión Todos los que habéis sido bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo. Aleluya. Oración después de la Comunión Oremos: Mira, Señor, con bondad, a estos hijos tuyos que has renovado por medio de los sacramentos, y condúcelos al gozo eterno de la resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Fuentes: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.com

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