Ordinario de la Misa: Jueves IV Semana de Pascua. Ciclo B. 03 de Mayo, 2012
Exaltación de la Santa Cruz
Fiesta
Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos
Antífona de Entrada
Estos santos varones han sido escogidos por Dios en su infinito amor y han recibido de él la gloria eterna. Aleluya.
Se dice Gloria.
Oración Colecta
Oremos:
Señor, tú que llenas de alegría a tu Iglesia con la festividad de los santos apóstoles Felipe y Santiago, concédenos, por su intercesión, vivir, como ellos, unidos a tu Hijo para que podamos llegar a contemplarte eternamente.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los
corintios (15, 1-8)
Hermanos:
Les recuerdo el Evangelio que yo les prediqué y que ustedes recibieron y en el cual están firmes. Este Evangelio los salvará, si lo cumplen tal y como yo lo prediqué. De otro modo, habrán creído en vano. Les transmití, ante todo, lo que yo mismo recibí:
que Cristo murió por nuestros pecados, como dicen las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según estaba escrito; que se le apareció a Pedro y luego a los Doce; después se apareció a más de quinientos hermanos reunidos, la mayoría de los cuales vive aún y otros ya murieron. Más tarde se le apareció a Santiago y luego a todos los apóstoles.
Finalmente, se me apareció también a mí, que soy como un aborto.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 18
El mensaje del Señor llega
a toda la tierra.
Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día comunica su mensaje al otro día y una noche se lo trasmite a la otra noche.
El mensaje del Señor llega
a toda la tierra.
Sin que los cielos pronuncien una palabra, sin que resuene su voz, a toda la tierra llega su sonido y su mensaje hasta el fin del mundo.
El mensaje del Señor llega
a toda la tierra.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida, dice el Señor. Felipe, el que me ve a mí,
ve también al Padre.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (14, 6-14)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre si no es por mí. Si ustedes me conocen a mí, conocen también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto”.
Le dijo Felipe:
“Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta”.
Jesús le replicó:
“Felipe, tanto tiempo hace que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conoces? Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Entonces por qué dices: ‘Muéstranos al Padre’? ¿O no crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que yo les digo, no las digo por mi propia cuenta. Es el Padre, que permanece en mí, quien hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Si no me dan fe a mí,créanlo por las obras.
Yo les aseguro: el que crea en mí, hará las obras que hago yo y las hará aún mayores, porque yo me voy al Padre; y cualquier cosa que pidan en mi nombre, yo la haré para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Yo haré cualquier cosa que me pidan en mi nombre”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Jesús se presenta a sus discípulos como el camino que conduce al Padre; sin embargo, no es simplemente un guía que nos muestra la salvación, como si él fuera un agente externo distinto a Dios, sino que Jesús mismo es el origen de la salvación, pues él es la “Vida” y la “Verdad”, él es la Palabra revelada por el Padre. Esto quiere decir, entonces, que es necesario unirnos a Jesús, unirnos a su proyecto de vida para vivir desde ya la salvación prometida por Dios. Y, cuando Jesús habla de salvación, se está refiriendo a un proceso de conversión, que exige de la persona romper con todo tipo de egoísmo para que Dios pueda actuar en su existencia. Por eso, es fundamental que la comunidad de discípulos se adhiera a Jesús, asuma sus palabras y sus obras, para que en ella acontezca el misterio de la salvación. Cuando los discípulos comprendan, crean y se vinculen a la unidad que existe entre Jesús y el Padre, estarán en la capacidad de realizar signos que manifiesten la presencia del Señor en medio de ellos. Si la comunidad cristiana mantiene un vínculo de amor con Dios, es capaz de mostrarse al mundo como un camino alternativo de vida, como un signo de la presencia del Padre en medio de la humanidad.
Oración de los Fieles
Celebrante:
A Dios que ha enriquecido a su Iglesia con la vida, predicación y fidelidad de los apóstoles, oremos con confianza y pidámosle por todo el mundo. Digamos:
Danos tu luz y tu verdad.
Por la Iglesia, edificada sobre el fundamento de los apóstoles: para que viva con integridad la fe que de ellos recibió y la transmita mediante la predicación fiel al Evangelio de Jesucristo.
Oremos al Señor.
Danos tu luz y tu verdad.
Por nuestro Obispo y por los que colaboran con él en la marcha de nuestra diócesis: para que den un impulso renovado a la tarea evangelizadora de nuestra Iglesia.
Oremos al Señor.
Danos tu luz y tu verdad.
Por los que gobiernan nuestra nación y todos los pueblos del Tercer Milenio: para que trabajen con entrega y honestidad por la justicia y la paz.
Oremos al Señor.
Danos tu luz y tu verdad.
Por los cristianos que son perseguidos: para que, confortados por el ejemplo de los Santos Felipe y Santiago, vivan con firmeza su fe y la anuncien con ilusión,
valentía y generosidad.
Oremos al Señor.
Danos tu luz y tu verdad.
Por los que ven declinar sus fuerzas y se preparan para dejar este mundo: para que, purificados por la misericordia de Dios, gocen de la plenitud de su gloria.
Oremos al Señor.
Danos tu luz y tu verdad.
Por nosotros y por todos los que nos alimentamos con el Cuerpo y la Sangre de Cristo: para que estemos atentos a su voz que nos habla en cada acontecimiento y vivamos en íntima comunión con Él y con nuestros hermanos.
Oremos al Señor.
Danos tu luz y tu verdad.
Celebrante:
Dios y Padre nuestro, mira con bondad a tu pueblo que se alegra al celebrar la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago, bendícenos generosamente, para que imitando su entrega podamos ser testigos del Evangelio
hasta los confines de la tierra.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos en esta festividad de tus santos Apóstoles Felipe y Santiago y concédenos celebrar esta Eucaristía, con sinceridad y pureza.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de los Apóstoles l
Los apóstoles, pastores del
pueblo de Dios
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso, Pastor eterno.
Porque no abandonas a tu rebaño, sino que lo cuidas continuamente por medio de los santos Apóstoles, para que sea gobernado por aquellos mismos pastores que le diste como vicarios de tu Hijo.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Señor, muéstranos al Padre y nos basta. Felipe, el que me ha visto a mí, ha visto también a mi Padre. Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta sagrada comunión purifique, Señor, nuestros corazones a fin de que podamos, como Felipe y Santiago, conocerte y amarte en tu Hijo y obtengamos así la vida eterna.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Fuente: www.lecturadeldia.com; www.servicioskoinonia.org
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