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lunes, 14 de mayo de 2012

Ordinario de la Misa: Martes VI Semana de Pascua. Ciclo B. 15 de Mayo, 2012

Ordinario de la Misa: Martes VI Semana de Pascua. Ciclo B. 15 de Mayo, 2012 Santos: Isidro, labrador; Juana de Lestonnac, fundadora. Beato Andrés Abellón, presbítero. Feria (Blanco) CELEBRARON UNA FIESTA POR HABER CREIDO, Hch 16, 22-34; Jn 16, 5-11 El pasaje del Evangelio y el relato de los Hechos de los Apóstoles encajan a la perfección, siguiendo el esquema promesa-cumplimiento. En efecto, el Señor Jesús le asegura a los suyos que apenas se aparte de su lado, les enviará un Consolador que les guiará y les interpretará lo que haga falta. Las palabras de Jesús generaron desasosiego entre los suyos porque no entendían el verdadero sentido de la misma. Cuando Pablo y Silas salieron airosos de la prisión en Filipos, comprendieron que aquella tarea no se cumplía únicamente con esfuerzo y voluntad, sino principalmente con el auxilio del Espíritu. El suceso podría parecernos inverosímil, sin embargo, es la evidencia de que la salvación cristiana genera transformaciones profundas en el interior de las personas; de modo que las habilita para buscar con igual determinación el bien de los demás y el bien particular. La vida del carcelero es tan preciosa a los ojos de Pablo como su propia vida. ANTIFONA DE ENTRADA Alegrémonos, regocijémonos y demos gracias, porque el Señor, nuestro Dios omnipotente, ha empezado a reinar. Aleluya. ORACIÓN COLECTA Señor, tú que nos has renovado en el espíritu al devolvernos la dignidad de hijos tuyos, concédenos aguardar, llenos de júbilo y esperanza, el día glorioso de nuestra resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo… LITURGIA DE LA PALABRA Del libro de los Hechos de los Apóstoles; 16, 22-34 En aquellos días, la gente de la ciudad de Filipos se alborotó contra Pablo y Silas, y los magistrados ordenaron que los desnudaran y los azotaran. Después de azotarlos mucho, los metieron en la cárcel y le ordenaron al carcelero que los vigilara bien. Siguiendo esta orden, él los metió en el calabozo de más adentro y les aseguró los pies en el cepo. A eso de la medianoche, Pablo y Silas estaban en oración, cantando himnos al Señor, y los otros presos los escuchaban. De pronto sobrevino un temblor tan violento, que se sacudieron los cimientos de la cárcel, las puertas se abrieron de golpe y a todos se les soltaron las cadenas.
El carcelero se despertó, y al ver las puertas de la cárcel abiertas de par en par, pensó que los presos se habían fugado y sacó su espada para matarse. Pero entonces Pablo gritó: “No te hagas ningún daño; aquí estamos todos”. El carcelero pidió una lámpara, se precipitó hacia dentro, y temblando, se arrojó a los pies de Pablo y Silas. Después los sacó de allí y les preguntó: “¿Qué debo hacer para salvarme?”. Ellos le contestaron: “Cree en el Señor Jesús y te salvarás, tú y tu familia”. Y les explicaron la palabra del Señor a él y a todos los de su casa. El carcelero se los llevó aparte, y en aquella misma hora de la noche les lavó las heridas y enseguida se bautizó él con todos los suyos. Después los invitó a su casa, les preparó la mesa y celebraron una fiesta familiar por haber creído en Dios. 
 Palabra de Dios Te alabamos Señor. Del salmo 137 R/. Señor, tu amor perdura eternamente. Aleluya.
 De todo corazón te damos gracias, Señor, porque escuchaste nuestros ruegos. Te cantaremos delante de tus ángeles, te adoramos en tu templo. R/.
 Señor, te damos gracias por tu lealtad y por tu amor; siempre que te invocamos nos oíste y nos llenaste de valor. R/.
 Tu mano, Señor, nos pondrá a salvo, y así concluirás en nosotros tu obra. Señor, tu amor perdura eternamente; obra tuya soy, no me abandones. R/. ACLAMACIÓN (cfr. Jn 16, 7. 13) R/. Aleluya, aleluya.
 Yo les enviaré el Espíritu de la verdad, y Él los irá guiando hasta la verdad plena, dice el Señor. R/. Si no me voy, no vendrá a ustedes el Paráclito. Del salmo Evangelio según san Juan: 16, 5-11 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Me voy ya al que me envió y ninguno de ustedes me pregunta: ¿A dónde vas?’. Es que su corazón se ha llenado de tristeza por que le he dicho estas cosas. Sin embargo, es cierto lo que les digo: les conviene que me vaya; por que si no me voy, no vendrá a ustedes el paráclito; en cambio, si me voy, yo se lo enviare.
Y cuando Él venga, establecerá la culpabilidad del mundo en materia del pecado, de justicia y de juicio; de pecado, porque ellos no han creído en mí; de justicia, porque me voy al Padre y ya no me verán ustedes; de juicio, porque el príncipe de este mundo ya está condenado”.
 Palabra de Dios. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: Hoy el Evangelio nos ofrece una comprensión más profunda de la realidad de la Ascensión del Señor. En la lectura del Evangelio de Juan del Domingo de Pascua, Jesús le dice a María Magdalena que no se aferre a Él porque «aún no he subido a mi Padre» (Jn 20,17). En el Evangelio de hoy Jesús se da cuenta de que «por haberos dicho esto, vuestros corazones se han llenado de tristeza» (Jn 16,6), por eso indica a sus discípulos que «os conviene que yo me vaya» (Jn 16,7). Jesús debe ascender al Padre. Sin embargo, todavía está entre nosotros.

¿Cómo puede irse y quedarse al mismo tiempo? Este misterio lo explicó el Papa Benedicto XVI: «Y, dado que Dios abraza y sostiene a todo el cosmos, la Ascensión del Señor significa que Cristo no se ha alejado de nosotros, sino que ahora, gracias al hecho de estar con el Padre, está cerca de cada uno de nosotros, para siempre».

Nuestra esperanza se halla en Jesucristo. Con su conquista sobre la muerte nos dio una vida que la muerte no podrá nunca destruir, su Vida. Su resurrección es la verificación de que lo espiritual es real. Nada puede separarnos del amor de Dios. Nada puede disminuir nuestra esperanza. Las negativas del mundo no pueden destruir lo positivo de Jesucristo.

El mundo imperfecto en el que vivimos, un mundo donde sufren los inocentes, puede conducirnos al pesimismo. Pero Jesucristo nos ha transformado en eternos optimistas. 

La presencia viva del Señor en nuestra comunidad, en nuestras familias, en aquellos aspectos de nuestra sociedad que, con todo derecho, pueden ser llamados “cristianos”, nos confieren una razón para la esperanza. La Presencia Viva del Señor en cada uno de nosotros nos ha proporcionado alegría. No importa cuán grande sea el aluvión de noticias negativas que los medios disfrutan presentándonos; lo positivo del mundo supera con mucho a lo negativo, pues Jesús ha ascendido.

Él, en efecto, ha ascendido, pero no nos ha abandonado. ORACION DE LAS OFRENDAS Concédenos, Señor, que este sacrificio Pascual que vamos a ofrecerte, nos llene siempre de alegría, prosiga en nosotros tu obra redentora y nos obtenga de ti la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Prefacio I de Pascua. V. El Señor esté con ustedes.
 R. Y con tu espíritu.
 
 V. Levantemos el corazón.
 R. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
 
 V. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
 R. Es justo y necesario.
 
 En verdad es justo y necesario,
 es nuestro deber y salvación
glorificarte siempre, Señor;
 pero más que nunca en (esta noche) (este día) (este tiempo)
en que Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado.
 
 Porque Él es el verdadero Cordero
que quitó el pecado del mundo:
 muriendo destruyó nuestra muerte,
y resucitando restauró nuestra vida.
 
 Por eso, con esta efusión del gozo pascual,
el mundo entero está llamado a la alegría
junto con los ángeles y los arcángeles
que cantan un himno a tu gloria, diciendo sin cesar:
 
 Santo, Santo, Santo es el Señor,
 Dios del Universo.
 Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
 Hosanna en el cielo.
 Bendito el que viene en nombre del Señor.
 Hosanna en el cielo. ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN (cfr. Lc 24, 46. 26) Era necesario que Cristo padeciera y resucitara de entre los muertos y así entrara luego en su gloria. Aleluya. ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN Que el cuerpo y la Sangre de tu Hijo, preció de nuestra redención, nos ayuden, Señor, a cumplir tus mandamientos y obtener, así, nuestra felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen Fuente: www.laverdadcatolica.org; www.evangeli.net

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