Jueves 21 de Octubre,2010
Dichoso el pueblo escogido por Dios
Feria de la 29a. semana del Tiempo Ordinario
Demos gracias a Dios, al son del arpa
Antífona de Entrada
Yo te invoco porque tú me respondes, Dios mío; atiéndeme y escucha mis palabras. Cuídame como a la niña de tus ojos y cúbreme bajo la sombra de tus alas.
Oración Colecta
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, haz que nuestra voluntad sea siempre dócil a la tuya y que te sirvamos con un corazón sincero.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los efesios (3, 14-21)
Hermanos: Me arrodillo ante el Padre, de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra, para que, conforme a los tesoros de su bondad, les conceda que su Espíritu los fortalezca interiormente y que Cristo habite por la fe en sus corazones. Así, arraigados y cimentados en el amor, podrán comprender con todo el pueblo de Dios, la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo, y experimentar ese amor que sobrepasa todo conocimiento humano, para que así queden ustedes colmados con la plenitud misma de Dios.
A él, que, con su poder que actúa eficazmente en nosotros, puede hacer infinitamente más de lo que le pedimos o entendemos, le sea dada la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús, por todas las edades y por todos los siglos. Amén.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 32
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Que los justos aclamen al Señor; es propio de los justos alabarlo. Demos gracias a Dios, al son del arpa, que la lira acompañe nuestros cantos.
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Sincera es la palabra del Señor y todas sus acciones son leales. El ama la justicia y el derecho, la tierra llena está de sus bondades.
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Los proyectos de Dios duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos. Feliz la nación cuyo Dios es el Señor; dichoso el pueblo que escogió por suyo.
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Cuida el Señor de aquellos que lo temen y en su bondad confían; los salva de la muerte y en épocas de hambre les da vida.
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Todo lo considero una pérdida y lo tengo por basura, para ganar a Cristo y vivir unido a él.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (12, 49-53)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “He venido a traer fuego a la tierra, ¡y cuánto desearía que ya estuviera ardiendo! Tengo que recibir un bautismo ¡y cómo me angustio mientras llega!
¿Piensan acaso que he venido a traer paz a la tierra? De ningún modo. No he venido a traer la paz, sino la división. De aquí en adelante, de cinco que haya en una familia, estarán divididos tres contra dos y dos contra tres. Estará dividido el padre contra el hijo, el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra’’.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
El mensaje del evangelio hoy está caracterizado por una riqueza simbólica: fuego, bautismo y guerra. El fuego del que habla Jesús indica la acción de Dios por clarificar las conciencias de sus hijos y posibilitarles sabiduría para distinguir entre lo infame y lo verdaderamente auténtico. La alusión de Jesús sobre “pasar por un bautismo” hace referencia a la pasión y al martirio, realidades ineludibles de su misión. La mención de la guerra nos señala que aun en medio de situaciones violentas Jesús llama a la reconciliación y al perdón. En este sentido, la paz no puede conseguirse a cualquier costo. Su intención no es apoyar el orden establecido de la opresión, sino exigirnos una opción: o estamos de parte del Reino de Dios, o con los poderosos. Seguir a Jesús, con estas exigencias, implica tomar una decisión que nos debe llevar a opciones radicales. La obediencia de Jesús a la voluntad de Padre, que lo llevó a transitar por los áridos caminos del conflicto, la pasión y el martirio, demandan maduración a sus discípulos, profetas y apóstoles para estar en constante discernimiento de los signos del reino de Dios en la historia, desnudando y denunciando los signos catastróficos de los imperios opresores.
Oración sobre las Ofrendas
Santifica, Señor, estos dones tuyos que con sincera voluntad te presentamos, y por medio de esta Eucaristía, dígnate purificarnos y renovarnos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común VI
El misterio de nuestra salvación
en Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias, Padre santo, siempre y en todo lugar, por Jesucristo, tu Hijo amado. Por él, que es tu Palabra, hiciste todas las cosas; tú nos lo enviaste para que, hecho hombre por obra del Espíritu Santo y nacido de María, la Virgen, fuera nuestro Salvador y Redentor.
Él, en cumplimiento de tu voluntad, para destruir la muerte y manifestar la resurrección extendió sus brazos en la cruz y así adquirió para ti un pueblo santo.
Por eso, con los ángeles y los santos, proclamamos tu gloria, diciendo:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Los ojos del Señor están puestos en sus hijos, en los que esperan en su misericordia, para librarlos de la muerte y reanimarlos en tiempo de hambre.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que esta celebración eucarística nos comunique, Señor, nuevas fuerzas para cumplir tu voluntad en esta vida y nos confirme en la esperanza de tu Reino.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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