VII Domingo del Tiempo Ordinario
20 de febrero de 2011
MONICIÓN DE ENTRADA
Sean bienvenidos a la Eucaristía. Y hoy debemos estar especialmente atentos y receptivos. Jesús nos va a dar su lección de amor máximo, de amor de infinitud divina, que a todos nos va a costar entender: nos dice que hay que amar a los enemigos. Dios es amor y el amor a los demás es la verdadera esencia del cristianismo, pero hoy el Maestro nos pide lo más difícil: amar a quienes nos hacen daño y mucho… Sigue Jesús de Nazaret enseñando a través de lo que se ha llamado el Sermón de la Montaña que es la base doctrinal más importante del mensaje del Salvador. Y nosotros, aunque sea muy difícil, hemos de luchar para seguir el camino que Jesús nos marca…Nos ponemos de pie para recibir al Celebrante cantando.
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- La primera lectura procede del capítulo 19 del Libro del Levítico. Y nos muestra que ya Dios, nuestro Padre, encarga a su siervo Moisés que enseñe a cada miembro del pueblo elegido que tiene que amar al prójimo como a sí mismo. En realidad la enseñanza de Dios ha sido siempre la misma. Pero el pueblo judío olvidó la enseñanza divina y tuvo que venir Jesús a dar plenitud al mensaje del Padre de todos. Escuchemos
2.- Pablo de Tarso, en la segunda lectura, donde continuamos leyendo la primera Carta a los Corintios, marca la esencia predicadora y evangelizadora del cristiano. Y que no es otra cosa que la unidad de Dios Padre con Jesús y, al mismo tiempo, nuestra unidad total con la Trinidad Santa mediante el Espíritu. Es un párrafo muy importante que deberíamos leer varias veces y hacerle sitio en nuestros corazones. Escuchemos
3.- El evangelio de Mateo sigue narrándonos las enseñanzas de Jesús de Nazaret en el Sermón de la Montaña. Y hoy expresa el máximo del amor, la plenitud del amor cristiano que rompe hasta lo razonable: nos pide que amemos a nuestros enemigos. Pero sucede que para Jesús no puede haber amores a medias, amores de conveniencia. El amor ha de romperlo todo y construirlo de nuevo si hubiera desaparecido. De pie para escuchar la proclamación del Santo Evangelio.
VII Domingo del Tiempo Ordinario
20 de febrero de 2011
La oración de los fieles
CELEBRANTE
La llamada a la santidad está inscrita en el corazón y andamos inquietos hasta que no te encontramos. Ayúdanos Señor en esta tarea: Por eso te decimos,
SEÑOR, QUE SEAMOS SANTOS.
1.- Te pedimos Señor, por la Iglesia, para que sea guía para los hombres y una verdadera escuela de santos para tu continua alabanza.
OREMOS AL SEÑOR
MONITOR
2.- Por la paz en el mundo, el cese de las guerras, la comunión de los pueblos y la generosidad de unos con otros.
OREMOS AL SEÑOR
3.- Por todos los que sufren a causa de la enfermedad, la falta de trabajo, el egoísmo del prójimo, para que en su angustia encuentren almas capaces de acompañarles hasta “dos kilómetros”.
OREMOS AL SEÑOR
4.- Por las familias para que sean verdaderas escuelas de santidad.
OREMOS AL SEÑOR
5.- Por todos los que atacan a la Iglesia para que descubran a Cristo como cabeza de la misma y se unan al camino de santidad que lleva al Padre y que Jesús abrió tras su resurrección.
OREMOS AL SEÑOR
6.- Por la Obra Por Cristo….Mas, Mas, Mas, para que esta sea una verdadera fuente de santidad y lleve a muchos por el camino del Señor y que con su perseverancia alcancen el triunfo final.
OREMOS AL SEÑOR
7.- Por todos nosotros para la búsqueda de la santidad sea nuestra única preocupación en la vida, pues el resto se dará por añadidura.
OREMOS AL SEÑOR
CELEBRANTE
Padre, en tus manos ponemos estas plegarias, danos todo aquello que necesitamos para cumplir tu encargo y llevarlo a los demás hermanos. Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amen
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