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jueves, 17 de febrero de 2011

Ordinario de la Misa. Lecturas y Oraciones. Viernes VI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. Ornamentos Verde. 18 de febrero 2011

= Viernes 18 de Febrero, 2011
Dichoso el pueblo escogido por Dios
Feria de la 6a. semana del T. O.; del 18 al 25 es la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos
Feliz la nación cuyo Dios es el Señor
Antífona de Entrada
Dios nuestro y protector nuestro, un solo día en tu casa es más valioso para tus elegidos, que mil días en cualquier otra parte.
Oración Colecta
Oremos:
Enciende, Señor, nuestros corazones con el fuego de tu amor a fin de que, amándote en todo y sobre todo, podamos obtener aquellos bienes que no podemos nosotros ni siquiera imaginar y has prometido tú a los que te aman.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del Génesis
(11, 1-9)
En aquel tiempo, toda la tierra tenía una sola lengua y unas mismas palabras. Al emigrar los hombres desde el oriente, encontraron una llanura en la región de Sinaar y allí se establecieron.Entonces se dijeron unos a otros: “Vamos a fabricar ladrillos y a cocerlos”.
Utilizaron, pues, ladrillos en vez de piedras, y asfalto en vez de mezcla. Luego dijeron:
“Construyamos una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo, para hacernos famosos, antes de dispersarnos por la tierra”.
El Señor bajó a ver la ciudad y la torre que los hombres estaban construyendo y se dijo: “Son un solo pueblo y hablan una sola lengua. Si ya empezaron esta obra, en adelante ningún proyecto les parecerá imposible. Vayamos, pues, y confundamos su lengua, para que no se entiendan unos con otros”.
Entonces el Señor los dispersó por toda la tierra y dejaron de construir su ciudad; por eso, la ciudad se llamó Babel, porque ahí confundió el Señor la lengua de todos los hombres y desde ahí los dispersó por la superficie de la tierra.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 32
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Frustra el Señor los planes de los pueblos y hace que se malogren sus designios. Los proyectos del Señor duran por siempre; los planes de su amor, todos los siglos. Feliz la nación cuyo Dios es el Señor, dichoso el pueblo que escogió por suyo.
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.
Desde el cielo el Señor, atentamente, mira a todos los hombres; desde el lugar de su morada observa a todos los que habitan en el orbe. El formó el corazón de cada uno y entiende sus acciones.
Dichoso el pueblo
escogido por Dios.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
A ustedes los llamo amigos, dice el Señor, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (8, 34—9, 1)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos y les dijo: “El que quiera venir conmigo, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y que me siga. Pues el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mí y
por el Evangelio, la salvará.
¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si pierde su vida? ¿Y qué podrá dar uno a cambio para recobrarla? Si alguien se avergüenza de mí y de mis palabras ante esta gente, idólatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él, cuando venga con la gloria de su Padre, entre los santos ángeles”.
Y añadió: “Yo les aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin haber visto primero que el Reino de Dios ha llegado ya con todo su poder”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
Jesús, en el relato de ayer, vio en Pedro al mismo Satanás, pues la intención del discípulo, en ese momento, fue detener el camino del Maestro y no seguirlo. El texto de hoy nos explica qué significa seguir el camino de Jesús; para ello presenta una serie de características que identifican al verdadero discípulo, todas unidas a una exigencia fundamental: Negarse a sí mismo. Tomar la cruz, optar por Jesús, implica indiscutiblemente romper con toda clase de egoísmos y tendencias de poder; implica salir de sí mismo para ir al encuentro con Dios, que está presente en los hermanos. De ahí que el seguimiento sea un constante proceso de apertura a la acción de Dios, que se evidencia a través de la solidaridad y el amor por los otros; preocuparnos más por el otro significa que realmente Dios está actuando en nosotros, nos está salvando. Para Jesús, salvar significa liberar al ser humano de sus propios límites, sacarlo de su finitud y hacerlo partícipe activo de la infinitud de Dios.


Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos para esta Eucaristía a fin de que, a cambio de ofrecerte lo que tú nos has dado, podamos recibir de ti, tu misma vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común II
La salvación por Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Pues por amor creaste al hombre, y, aunque condenado justamente, lo redimiste por tu misericordia. Por Cristo nuestro Señor.
Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces, cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión
Mi alma espera al Señor con más ansia que los centinelas el amanecer, porque con el Señor viene la misericordia y la abundancia de su gracia.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Tú que nos has hecho partícipes de la vida de Cristo en este sacramento, transfórmanos, Señor, a imagen de tu Hijo, para que participemos también de su gloria en el cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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