= Jueves 05 de Mayo, 2011
El Señor escucha al hombre justo
Feria de Pascua: jueves de la 2a. semana
Dichoso el hombre que se refugia en el Señor
Antífona de Entrada
Cuando saliste, Señor, al frente de tu pueblo, y le abriste camino a través del desierto, la tierra se estremeció y hasta los cielos se fundieron. Aleluya.
Oración Colecta
Oremos:
Concédenos, Padre misericordioso, que veamos fructificar en nuestra vida las gracias recibidas durante esta Pascua.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro de los Hechos
de los Apóstoles (5, 27-33)
En aquellos días, los guardias condujeron a los apóstoles ante el sanedrín, y el sumo sacerdote los reprendió, diciéndoles: “Les hemos prohibido enseñar en nombre de ese Jesús; sin embargo, ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas y quieren hacernos responsables de la sangre de ese hombre”.
Pedro y los otros apóstoles replicaron: “Primero hay que obedecer a Dios y luego a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien ustedes dieron muerte colgándolo de la cruz. La mano de Dios lo exaltó y lo ha hecho jefe y salvador, para dar a Israel la gracia de la conversion y el perdón de los pecados.
Nosotros somos testigos de todo esto y también lo es el Espíritu Santo, que Dios ha dado a los que lo obedecen”.
Esta respuesta los exasperó y decidieron matarlos.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 33
Haz la prueba y verás
qué bueno es el Señor. Aleluya.
Bendeciré al Señor a todas horas; no cesará mi boca de alabarlo. Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor. Dichoso el hombre que se refugia en él.
Haz la prueba y verás
qué bueno es el Señor. Aleluya.
En contra del malvado está el Señor para borrar de la tierra su recuerdo; escucha, en cambio, al hombre justo y lo libra de todas sus congojas.
Haz la prueba y verás
qué bueno es el Señor. Aleluya.
El Señor no está lejos de sus fieles y levanta a las almas abatidas. Muchas tribulaciones pasa el justo, pero de todas ellas Dios lo libra.
Haz la prueba y verás
qué bueno es el Señor. Aleluya.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Tomás, tú crees, porque me has visto. Dichosos los que creen sin haberme visto,
dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Juan (3, 31-36)
Gloria a ti, Señor.
“El que viene de lo alto está por encima de todos; pero el que viene de la tierra pertenece a la tierra y habla de las cosas de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos.
Da testimonio de lo que ha visto y oído, pero nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. Aquel a quien Dios envió habla las palabras de Dios, porque Dios le ha concedido sin medida su Espíritu.
El Padre ama a su Hijo y todo lo ha puesto en sus manos. El que cree en el Hijo tiene vida eterna. Pero el que es rebelde al Hijo no verá la vida, porque la cólera divina perdura en contra de él”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexion:
No sería fácil para los discípulos de Juan el Bautista entender cuál había sido el papel de su maestro; es de suponer que tanto la predicación del Bautista y su praxis como la de Jesús, suscitó controversias en los inicios del cristianismo; de ahí que todos los evangelistas coincidan en la necesidad de ilustrar de algún modo el papel de Juan, para que, una vez establecido el rol de cada uno, se entendiera a quién había que seguir y posteriormente anunciar: A Jesús.
Todo esto es importante para nosotros hoy a pesar de que no tenemos ninguna duda sobre quién es el Mesías. Ahí justamente está la dificultad mayor: Sabemos quién es el Mesías, qué y cómo hay que anunciarle, y no lo logramos completamente. El problema tal vez es que “hablamos” de Jesús, pero nos referimos a él basados en el conocimiento racional; sin embargo no lo proyectamos como lo que es: Es el Hijo de Dios vivo,
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, las ofrendas que te presentamos y purifica nuestros corazones, para que podamos participar dignamente en este sacramento de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Pascua IV
Restauración universal por el
misterio pascual
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor, pero más que nunca en este tiempo en que Cristo, nuestra pascua, fue inmolado. Porque destruida la antigua situación de pecado, se levanta todo lo que estaba caído y en Cristo se nos otorga la integridad
de la vida.
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Aleluya.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Dios todopoderoso y eterno, que en Cristo resucitado nos has hecho renacer a la vida eterna, haz que este misterio pascual, en el que acabamos de participar por medio de la Eucaristía, dé en nosotros abundantes frutos de salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario