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viernes, 19 de agosto de 2011

Evangelio del Sábado XX Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 20 de agosto 2011

Evangelio del Sábado XX Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 20 de agosto 2011
Lectura del Santo Evangelio según San Mateo 23,1-12
Gloria a ti, Señor
No hacen lo que dicen
Lectura del santo evangelio según san Mateo:
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: "En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en la sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión:
La comunidad del evangelista Mateo define los lazos entre sus integrantes a partir de la fraternidad. No existe entre ellos una relación de vasallaje, como se acostumbraba en todos los reinos del antiguo oriente; ni una relación clientelista, al estilo romano, en la que la voluntad del patrón imperaba sobre sus protegidos; ni una relación de subordinación como la que se daba entre el maestro y sus discípulos en las escuelas judías rabínicas. La organización comunitaria se estructura a partir del precepto del amor incondicional a Dios y al prójimo. Así el amor asume un carácter universal, es decir, abierto a todas las realidades y personas. La fraternidad, el servicio y la solidaridad son formas concretas de vivir este amor. La fraternidad exigía que las personas de la comunidad fueran tratadas como iguales en derechos y posibilidades, lo que chocaba explícitamente con las estructuras patriarcales de la época, en las que primaba la voluntad del varón o los valores que dominaban al grupo familiar.

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