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jueves, 1 de diciembre de 2011

Ordinario de la Misa: Viernes Primer Semana de Adviento. Ciclo B. 02 de Diciembre, 2011

Ordinario de la Misa: Viernes Primer Semana de Adviento. Ciclo B. 02 de Diciembre, 2011
El Señor es mi luz y mi salvación
Feria de Adviento: viernes de la 1a. semana
Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía
Antífona de Entrada
He aquí que el Señor vendrá con esplendor a visitar a su pueblo, para traerle la paz y la vida eterna.
Oración Colecta
Oremos:
Muestra, Señor, tu poder y ven a nosotros, para que nos protejas y nos salves de los peligros que nos amenazan a causa de nuestros pecados. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Isaías (29, 17-24)
Esto dice el Señor: “¿Acaso no está el Líbano a punto de convertirse en un vergel y el vergel en un bosque?
Aquel día los sordos oirán las palabras de un libro; los ojos de los ciegos verán sin tinieblas ni oscuridad; los oprimidos volverán a alegrarse en el Señor y los pobres se gozarán en el Santo de Israel; porque ya no habrá opresores y los altaneros habrán sido exterminados. Serán aniquilados los que traman iniquidades, los que con sus palabras echan la culpa a los demás, los que tratan de enredar a los jueces y sin razón alguna hunden al justo”.
Esto dice a la casa de Jacob el Señor que rescató a Abraham:
“Ya no se avergonzará Jacob, ya no se demudará su rostro, porque al ver mis acciones en medio de los suyos, santificará mi nombre, santificará al Santo de Jacob y temerá al Dios de Israel. Los extraviados de espíritu entrarán en razón y los inconformes aceptarán la enseñanza”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 26
El Señor es mi luz
y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién voy a tenerle miedo? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién podrá hacerme temblar?
El Señor es mi luz
y mi salvación.
Lo único que pido, lo único que busco es vivir en la casa del Señor toda mi vida, para disfrutar las bondades del Señor y estar continuamente en su presencia.
El Señor es mi luz
y mi salvación.
La bondad del Señor espero ver en esta misma vida. Ármate de valor y fortaleza y en el Señor confía.
El Señor es mi luz
y mi salvación.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Ya viene el Señor, nuestro Dios, con todo su poder para iluminar los ojos de sus hijos.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (9, 27-31)
Gloria a ti, Señor.
Cuando Jesús salía de Cafarnaúm, lo siguieron dos ciegos, que gritaban: “¡Hijo de David, compadécete de nosotros!” Al entrar Jesús en la casa, se le acercaron los ciegos y Jesús les preguntó: “¿Creen que puedo hacerlo?” Ellos le contestaron: “Sí, Señor”.
Entonces les tocó los ojos, diciendo: “Que se haga en ustedes conforme a su fe”.
Y se les abrieron los ojos.
Jesús les advirtió severamente:
“Que nadie lo sepa”. Pero ellos, al salir, divulgaron su fama por toda la región.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
La Palabra de Dios hoy nos pone en contacto con el comienzo del ministerio de Jesús en Galilea. Estos primeros signos están puestos en la lógica de la solidaridad local, y, en ese sentido, en la lógica de la confrontación con los poderes locales.
Los ciegos entran en un diálogo con Jesús, clamando misericordia. Él los sana en un acto de verdadero amor profético, una vez que ha confrontado la experiencia de fe de los solicitantes: ¿Creen ustedes que puedo hacer esto?
Recuperada la vista, Jesús les pide que no se lo digan a nadie; sin embargo, ellos salieron a contarlo acrecentando el reconocimiento de Jesús en toda la región.
Dos son los aprendizajes que el Evangelio nos comunica el día de hoy: En primer lugar, nuestra experiencia de fe se fortalece al estar en permanente comunicación con Dios, es decir saber, querer y creer en Dios.
Un segundo aprendizaje está en la búsqueda comunitaria de la salvación – liberación. El que los ciegos anden juntos y propaguen buenas noticias con su testimonio es una pista sobre la tarea evangelizadora que hemos de emprender quienes nos sentimos amados por Jesús.

Oración sobre las Ofrendas
Que te sean agradables, Señor, nuestras humildes ofrendas y oraciones, y que tu misericordia supla la extrema pobreza de nuestros
méritos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Adviento I
Las dos venidas de Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
El cual, al venir por vez primera en la humildad de nuestra carne, realizó el plan de redención trazado desde antiguo y nos abrió el camino de la salvación, para que cuando venga de nuevo, en la majestad de su gloria, revelando así la plenitud de su obra, podamos recibir los bienes prometidos que ahora, en vigilante espera, confiamos alcanzar.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Esperamos como salvador a nuestro Señor Jesucristo, el cual transformará nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el suyo.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Como fruto de nuestra participación en este sacramento de vida eterna, enséñanos, Señor, a no sobrevalorar las cosas terrenales y a estimar las del cielo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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