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lunes, 13 de febrero de 2012
Ordinario de la Misa: Lunes VI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 13 de Febrero, 2012
Ordinario de la Misa: Lunes VI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo B. 13 de Febrero, 2012
Yo soy el camino, la verdad y la vida, dice el Señor
Feria de la 6a. semana del Tiempo Ordinario
Danos tu misericordia, Señor, y tendremos vida
Antífona de Entrada
Dios mío, ten piedad de mí, pues sin cesar te invoco. Tú eres bueno y clemente y no niegas tu amor al que te invoca.
Oración Colecta
Oremos:
Dios misericordioso, de quien procede todo lo bueno, inflámanos con tu amor y acércanos más a ti a fin de que podamos crecer en tu gracia y perseveremos en ella.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.
Primera Lectura
† Lectura de la carta del
apóstol Santiago (1, 1-11)
Santiago, siervo de Dios y de Jesucristo, el Señor, saluda a las doce tribus, dispersas por el mundo.
Hermanos míos:
Cuando se vean asediados por toda clase de pruebas y tentaciones, ténganse por dichosos, sabiendo que las pruebas a que se ve sometida su fe les darán fortaleza, y esta fortaleza los llevará a la perfección en las buenas obras y a una vida íntegra e irreprochable.
Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios y él se la dará; porque Dios da a todos con generosidad y sin regatear. Pero tiene que pedírsela con fe y sin dudar; pues el que duda se parece a las olas del mar, que van y vienen, agitadas por el viento.
Quien es inconstante e indeciso en su vida, no recibirá nada del Señor. Que el hermano de condición humilde esté orgulloso de su alta dignidad, y el rico, de su humilde condición, pues se acabará como las flores del campo.
Porque sale el sol y con su calor quema las hierbas; se caen las flores y se acaba su belleza. Así se marchitará el rico, en medio de todas sus empresas.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 118
Danos tu misericordia,
Señor, y tendremos vida.
Antes de la aflicción fui un descarriado, pero ahora obedezco tus palabras. Tú que eres bueno y haces beneficios, instrúyeme en tus leyes.
Danos tu misericordia,
Señor, y tendremos vida.
Sufrir fue provechoso para mí, pues aprendí, Señor, tus mandamientos. Para mí valen más tus enseñanzas que miles de monedas de oro y plata.
Danos tu misericordia,
Señor, y tendremos vida.
Yo bien sé que son justos tus decretos y que tienes razón cuando me afliges. Señor, que tu amor me consuele, conforme a las promesas que me has hecho.
Danos tu misericordia,
Señor, y tendremos vida.
Aclamación antes de Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (8, 11-13)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo.
Jesús suspiró profundamente y dijo:
“¿Por qué esta gente busca una señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal”.
Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Comentario:
Cada época tiene sus propias formas de legitimación, es decir, de hacer aceptable o creíble una práctica o una prédica. En nuestra época, dominada por los medios masivos de información, la credibilidad se mide por la cantidad de televidentes o de usuarios; en la época de Jesús la credibilidad se medía por los milagros, signos o prodigios que podía realizar el predicador o profeta, o por el prestigio que alcanzaba como maestro de la Ley. Los opositores de Jesús le piden un signo para cuestionar su credibilidad como predicador y maestro, pero Jesús no se somete a sus criterios. Para Jesús el mayor crédito viene de Dios y de las personas que han recibido el beneficio de su acción. De este modo Jesús evita caer en la trampa de sus opositores, que intentan someterlo imponiéndole criterios de credibilidad o prestigio. – Nosotros también podemos caer en la trampa de creer que nuestra propuesta cristiana se fortalece si tenemos mayor acogida entre los televidentes o más descargas de las páginas religiosas en internet. La única credibilidad a la que debemos aspirar como cristianos es a la coherencia con las exigencias de la misión evangelizadora que Jesús nos ha encomendado.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos y realiza en nosotros con el poder de tu Espíritu, la obra redentora que se actualiza en esta Eucaristía.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común VIII
Jesús, buen samaritano
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, y deber nuestro alabarte, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, en todos los momentos y circunstancias de la vida, en la salud y en la enfermedad, en el sufrimiento y en el gozo, por tu siervo, Jesús, nuestro Redentor.
Porque él, en su vida terrena, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el mal. También hoy, como buen samaritano, se acerca a todo hombre que sufre en su cuerpo o en su espíritu, y cura sus heridas con el aceite del consuelo y el
vino de la esperanza.
Por este don de tu gracia, incluso cuando nos vemos sumergidos en la noche del dolor, vislumbramos la luz pascual en tu Hijo, muerto y resucitado.
Por eso, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos a una voz el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…
Antífona de la Comunión
Qué grande es la delicadeza del amor que tienes reservada, Señor, para tus hijos.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te rogamos, Señor, que este sacramento con que nos has alimentado, nos haga crecer en tu amor y nos impulse a servirte en nuestros prójimos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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