IV Domingo del Tiempo Ordinario
30 de enero de 2011
MONICIÓN DE ENTRADA
Les deseamos nuestra más cordial bienvenida a su casa, a la casa de todos, que es la Iglesia, aquí, a su parroquia , que también es la de todos… Hoy Jesús nos va a mostrar su programa: las Bienaventuranzas del Reino de Dios. Y ellas constituyen una autentica revolución de paz y de amor para todos los hombres y mujeres de hoy y de todos los tiempos, revolución muy superior a la de cualquier intento humano de buscar paz duradera y amor de verdad. Y fueron palabras revolucionarias cuando las dijo, por vez primera, Jesús de Nazaret allá, en lo alto del Monte. Y lo son para nosotros, hoy; aunque apenas terminemos de entenderlas, porque, este mundo en el que vivimos, está muy alejado de ellas y del mismo Jesús de Nazaret. Preparémonos para escuchar y aprender. Y no dejemos que Jesús pase de largo sin aprovechar la ocasión que nos enseñe un autentico secreto de felicidad permanente. Por ello iniciemos nuestra eucaristía con júbilo…De pie para recibir al Celebrante
MONICIONES SOBRE LAS LECTURAS
1.- El profeta Sofonías nos pide en la primera lectura que busquemos la justicia y la moderación. Es todo un programa de vida que siglos después enseñará a sus discípulos Cristo, el Señor. Y que ocupa la parte fundamental de nuestra celebración. Escuchemos
2.- Pablo hace una buena fotografía de la asamblea cristiana, de ayer, hoy y siempre. Y lo hace en la segunda lectura, sacada de la primera carta a los Corintios. Es verdad que si nosotros miramos a nuestra derecha e izquierda no vemos personajes prominentes ni sabios, ni ricos. Contemplamos gente sencilla y esperanzada que espera aprender a vivir, domingo a domingo, con la doctrina de Jesús de Nazaret. Escuchemos
3.- El Evangelio de san Mateo nos narra el principio del Sermón del Monte con la enumeración, por parte de Jesús, de las bienaventuranzas. Es el gran programa de nuestro Salvador. Nos marca una realidad paradójica, difícil, pero que es camino de la verdadera felicidad, aquí en la tierra y allá en el cielo. Estemos muy atentos para comprender e impregnarnos del mensaje fundamental de Jesús de Nazaret. Nos transmite una fórmula infalible para ser felices, ya en esta vida terrena. De pie, para escuchar la proclamación del Santo Evangelio.
IV Domingo del Tiempo Ordinario
30 de enero de 2011
La oración de los fieles
CELEBRANTE
Cristo expone el camino de nuestra Salvación, la humildad ante el Amor inmenso que el trae y que le llevará a ser como nos dijo San Juan: el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Hoy pedimos al Padre:
SEÑOR, QUE SEAMOS FIELES A LAS ENSEÑANZAS DE TU HIJO.
1.- Por el Papa, los obispos, sacerdotes, consagrados y todo el pueblo fiel, para que descubran el mensaje de las bienaventuranzas que tiene su origen y fin en Dios mismo.
OREMOS AL SEÑOR
MONITOR
2.- Por los dirigentes de todas las naciones para atiendan a todas las necesidades de sus pueblos con prontitud.
OREMOS AL SEÑOR
3.- Por todos los que viven perseguidos por la predicación de tu Evangelio, para que su fe se acreciente ante la adversidad y la esperanza nacida de Cristo sea su guía ante el desaliento.
OREMOS AL SEÑOR
4.- Por todos los que sufren en el cuerpo o en el alma, para que llegue pronto a ellos el consuelo que Cristo nos trae.
OREMOS AL SEÑOR
5.- Por los niños, los débiles, los pobres, para que seamos conscientes de que ellos son los favoritos del Señor y vayamos con presteza a consolarlos.
OREMOS AL SEÑOR
6.- Por las intenciones recibidas en la Obra Por Cristo….Mas, Mas, Mas, para que el Señor las acojas en su Infinita Misericordia.
OREMOS AL SEÑOR
7.- Por todos nosotros que nos hemos reunido a escuchar la Palabra y a compartir el pan, para que vivamos siempre bajo el espíritu que nos marcan las bienaventuranzas.
OREMOS AL SEÑOR
CELEBRANTE
Padre, concede a tu pueblo lo que con humildad y deseo te implora. Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo Nuestro Señor.
Amen
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