= Martes 01 de Marzo, 2011
Dios salva al que cumple su voluntad
Feria de la 8a. semana del Tiempo Ordinario
Alaben al Señor todas las naciones
Antífona de Entrada
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen y seré siempre su Dios.
Oración Colecta
Oremos:
Dios nuestro, que en el amor a ti y a nuestro prójimo has querido resumir toda tu ley, concédenos descubrirte y amarte en nuestros hermanos para que podamos alcanzar la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura del libro del
Eclesiástico (Sirácide) (35, 1-15)
La ofrenda más grata al Señor es la que ofrece aquel que cumple su ley. El que guarda los mandamientos ofrece un sacrificio de acción de gracias, el que hace favores al prójimo ofrenda el mejor trigo, el que da limosna ofrece un sacrificio de alabanza.
Apartarse del mal es darle gusto al Señor, evitar la injusticia es sacrificio de expiación por el pecado; no te presentes, pues, ante Dios con las manos vacías: todo esto es mandato del Señor. La ofrenda del justo enriquece el altar y su aroma sube hasta el Altísimo. La ofrenda del justo es agradable a Dios y su memorial no será olvidado.
Honra al Señor con ánimo alegre y no seas tacaño al pagarle tus primicias. Haz tu ofrenda de buena gana y santifica con gozo tus diezmos.
Dale al Altísimo según la medida en que él te ha dado a ti; dale tan generosamente como puedas, porque el Señor sabe recompensar y te dará siete veces más.
No pienses en sobornar al Señor, porque él no recibirá tus dones, ni confíes en la ofrenda de cosas mal habidas, porque el Señor es un juez que no se deja impresionar por apariencias.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 49
Dios salva al que cumple
su voluntad.
Congreguen ante mí a los que sellaron sobre el altar mi alianza. Es Dios quien va a juzgar y el cielo mismo lo declara.
Dios salva al que cumple
su voluntad.
Israel, pueblo mío, escucha atento; en contra tuya yo, tu Dios, declaro: No voy a reclamarte sacrificios, pues siempre están ante mí tus holocaustos.
Dios salva al que cumple
su voluntad.
Mejor ofrece a Dios tu gratitud y cumple tus promesas al Altísimo. Quien las gracias me da, ése me honra, y yo salvaré al que cumple mi voluntad.
Dios salva al que cumple
su voluntad.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has revelado los misterios del Reino a la gente sencilla.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (10, 28-31)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Pedro le dijo a Jesús: “Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo para seguirte”.
Jesús le respondió: “Yo les aseguro: Nadie que haya dejado casa, o hermanos o hermanas, o padre o madre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, dejará de recibir, en esta vida, el ciento por uno en casas, hermanos y hermanas, madres e hijos y tierras, junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna. Y muchos que ahora son los primeros serán los últimos, y muchos que ahora son los últimos, serán los primeros”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
Una joven que quería consagrarse a la vida misionera preguntaba a su directora espiritual: ¿Por qué en la promesa de Jesús todo lo que se deja se recupera, menos el padre? Yo amo profundamente a mi papá, ¿por qué lo reencontraré todo, incluso cien veces más, menos a mi papá?
Es verdad. En esta promesa que hace Jesús a quienes se desprendan de todo, bienes y familia, por el evangelio, todo se recuperará menos el padre de familia. En realidad se trataría de una crítica de Jesús a la familia patriarcal de su época, en la que el padre ejercía un dominio total sobre todos los miembros de la familia y sobre sus bienes. En la comunidad de Jesús no puede haber dominación de ningún tipo. Jesús nos está proponiendo otra manera de organizarnos: no solamente la familia, sino también la iglesia y la sociedad, se han de basar en el servicio mutuo y el amor, y no en la dominación. Nos queda preguntarnos: ¿qué dominio ejercemos sobre los demás o se ejerce sobre nosotros, que no está de acuerdo con el evangelio de Jesús? ¿Qué cambios de relaciones personales y estructurales nos pide este Evangelio?
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos a fin de que, por medio de esta Eucaristía, podamos obtener las gracias de la redención.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común VII
Cristo, huésped y peregrino en
medio de nosotros.
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo darte gracias, Señor, Padre santo, Dios de la alianza y de la paz. Porque tú llamaste a Abraham y le mandaste salir de su tierra, para constituirlo padre de todas las naciones.
Tú suscitaste a Moisés para librar a tu pueblo y guiarlo a la tierra de promisión. Tú, en la etapa final de la historia, has enviado a tu Hijo, como huésped y peregrino en medio de nosotros, para redimirnos del pecado y de la muerte; y has derramado el Espíritu, para hacer de todas las naciones un solo pueblo nuevo, que tiene como meta, tu reino, como estado, la libertad de tus hijos, como ley, el precepto del amor.
Por estos dones de tu benevolencia, unidos a los ángeles y a los santos, cantamos con gozo el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Tú promulgas, Señor, tus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste siempre, al cumplimiento de tu voluntad.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Concede siempre tu ayuda, Señor, a quienes has alimentado con la Eucaristía, a fin de que la gracia recibida en este sacramento, transforme
continuamente nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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