Evangelio del Jueves I Semana de Cuaresma. Ciclo A. 17 de marzo 2011.
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (7, 7-12)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; toquen y se les abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que toca, se le abre.
¿Hay acaso entre ustedes alguno que le dé una piedra a su hijo, si éste le pide pan? Y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Si ustedes, a pesar de ser malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, con cuanto mayor razón el Padre, que está en los cielos, dará cosas buenas a quienes se las pidan.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Corre por internet el cuento del niño que gritó en la montaña: “Estúpido” y el eco le repitió “Estúpido”. El padre le explicó al niño que la vida es como el eco, y lo invitó a gritar cosas agradables: “Te quiero”, gritó el niño, y el eco repitió: “Te quiero”. -- Esta catequesis del evangelio de hoy sobre la oración parece no hallar lugar en nuestras vidas. ¿Por qué necesita Dios que le pidamos si él ya sabe lo que necesitamos? Porque la oración es en nuestras manos la herramienta que nos educa para hablar con nuestro Padre. Y es la herramienta que Él tiene en sus manos para educarnos en su amistad. No tenemos más que ver a los niños malcriados a quienes nunca se les negó nada, para darnos cuenta del bien que nos hace la oración de súplica sencilla, confiada y agradecida. Esta enseñanza de Jesús termina con la llamada “Regla de oro”: “Traten a los demás como quieren que los demás les traten”. El curioso dinamismo del eco. Y con esto, Jesús resumió sencillamente todos los libros del Antiguo Testamento.
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