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miércoles, 30 de marzo de 2011

Ordinario de la Misa: Antífonas, Lecturas, Oraciones, Propios. Jueves III Semana de Cuaresma. Ciclo A. 31 de marzo 2011

= Jueves 31 de Marzo, 2011
Yo soy la salvación de mi pueblo
Feria de la 3a. semana de Cuaresma
Adoremos y bendigamos al Señor
Antífona de Entrada
Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen y seré siempre su Dios.
Oración Colecta
Oremos:
Te pedimos, Señor, humildemente, que conforme se acerca la fiesta de nuestra redención, crezca en nosotros el fervor para celebrar santamente la Pascua de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Jeremías (7, 23-28)
Esto dice el Señor: “Esta es la orden que di a mi pueblo:
‘Escuchen mi voz, y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen siempre por el camino que yo les mostraré, para que les vaya bien’.
Pero ellos no escucharon ni prestaron oído. Caminaron según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, y en vez de darme la cara, me dieron la espalda, desde que sus padres salieron del país de Egipto hasta hoy.
Yo les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día; pero ellos no los escucharon ni les prestaron oído. Endurecieron su cabeza y fueron peores que sus padres. Tú les dirás, pues, todas estas palabras, pero no te escucharán; los llamarás y no te responderán. Entonces les dirás: ‘Este es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su Dios, ni aceptó la corrección. Ya no existe fidelidad en Israel; ha desaparecido de su misma boca’ ”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 94
Señor, que no seamos
sordos a tu voz.
Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo, y démosle gracias.
Señor, que no seamos
sordos a tu voz.
Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, porque él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas.
Señor, que no seamos
sordos a tu voz.
Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras”.
Señor, que no seamos
sordos a tu voz.

Aclamación antes del Evangelio
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.
Todavía es tiempo, dice el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón y vuélvanse a mí, que soy compasivo y misericordioso.
Honor y gloria a ti,
Señor Jesús.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (11, 14-23)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada.
Pero algunos decían: “Este expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa.
Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo:
“Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso,ellos mismos serán sus jueces.
Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios.
Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo, desparrama”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
¿Por qué acusan a Jesús de usar el poder del demonio para liberar a un hombre enfermo, si ellos también hacían curaciones? Si consideraban que el demonio era el causante de la enfermedad, es absurdo que el demonio libere. Nunca la liberación viene del que está oprimiendo, porque eso significa que su poder se ha terminado. Pero si la liberación es por el dedo de Dios, quiere decir que la fuerza del Reino ha comenzado a actuar en la práctica de Jesús. Jesús presenta el Reino como un combate entre uno fuerte, Satanás, y Dios, que es más fuerte todavía. Tiene tanta confianza en que Dios está actuando a través de su trabajo que se llama a sí mismo el más fuerte. Y aunque el anti-reino va a ganarle la batalla de su vida, él sabe que el Padre está respaldando con su poder liberador todo lo que está haciendo. El dedo de Dios se vuelve hacia nosotros y nos dice: ¿De parte de quién estás? Frente a Jesús no hay medias tintas. O recogemos con él o desparramamos contra él.


Oración sobre las Ofrendas
Preserva, Señor, a tu pueblo de toda maldad para que sus ofrendas te sean agradables; no permitas que nos entreguemos a los falsos placeres, para que podamos alcanzar la recompense prometida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio de Cuaresma IV
Los frutos del ayuno
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno. Porque con el ayuno corporal, refrenas nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos fortaleces y recompensas, por Cristo nuestro Señor.
Por él, los ángeles y arcángeles, y todos los coros celestiales, celebran tu gloria, unidos en común alegría. Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión
Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Que la gracia de tu salvación, que hemos recibido en este sacramento, transforme, Señor, toda nuestra vida.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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