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domingo, 21 de agosto de 2011

Ordinario de la Misa: Lunes XXI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 22 de Agosto, 2011

Ordinario de la Misa: Lunes XXI Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 22 de Agosto, 2011
Santa María Virgen y Reina
Memoria
El Señor es amigo de su pueblo
Antífona de Entrada
Adoremos a Cristo, nuestro rey, que ha coronado como reina a María, su Madre.
Oración Colecta:
Oremos:
Dios todopoderoso, que has querido darnos como madre y reina a la Madre de tu Hijo, concédenos amarla y venerarla como verdaderos hijos suyos y obtener, por su intercesión, el Reino de los cielos.
Por Nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura
Lectura de la primera carta
del apóstol san Pablo a los
tesalonicenses (1, 1-5. 8-10) Pablo, Silvano y Timoteo deseamos la gracia y la paz a la comunidad cristiana de los tesalonicenses, congregada por Dios Padre y por Jesucristo, el Señor.
En todo momento damos gracias a Dios por ustedes y los tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar las obras que manifiestan la fe de ustedes, los trabajos fatigosos que ha emprendido su amor y la perseverancia que les da su esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.
Nunca perdemos de vista, hermanos muy amados de Dios, que él es quien los ha elegido. En efecto, nuestra predicación del Evangelio entre ustedes no se llevó a cabo sólo con palabras, sino también con la fuerza del Espíritu Santo, que produjo en ustedes abundantes frutos. Bien saben cómo hemos actuado entre ustedes para su propio bien.
Su fe en Dios ha llegado a ser conocida, no sólo en Macedonia y Acaya, sino en todas partes; de tal manera, que nosotros ya no teníamos que decir nada. Porque ellos mismos cuentan de qué manera tan favorable nos acogieron ustedes y cómo, abandonando los ídolos, se convirtieron al Dios vivo y verdadero para servirlo, esperando que venga desde el cielo su Hijo, Jesús, a quien él resucitó de entre los muertos, y es quien nos libra del castigo venidero.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 149
El Señor es amigo
de su pueblo.
Entonen al Señor un canto nuevo, en la asamblea litúrgica alábenlo. En su creador y rey, en el Señor, alégrese Israel, su pueblo santo.
El Señor es amigo
de su pueblo.
En honor de su nombre, que haya danzas, alábenlo con arpa y tamboriles. El Señor es amigo de su pueblo y otorga la victoria a los humildes.
El Señor es amigo
de su pueblo.
Que se alegren los fieles en el triunfo, que inunde el regocijo sus hogares, que alaben al Señor con sus palabras, porque en esto su pueblo se complace.
El Señor es amigo
de su pueblo.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Mis ovejas escuchan mi voz, dice el Señor, yo las conozco y ellas me siguen.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Mateo (23, 13-22)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Jesús dijo a los escribas y fariseos: “¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, porque les cierran a los hombres el Reino de los cielos! Ni entran ustedes ni dejan pasar a los que quieren entrar.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que recorren mar y tierra para ganar un adepto y cuando lo consiguen, lo hacen todavía más digno de condenación que ustedes mismos!
¡Ay de ustedes, guías ciegos, que enseñan que jurar por el templo no obliga, pero que jurar por el oro del templo, sí obliga! ¡Insensatos y ciegos! ¿Qué es más importante, el oro o el templo, que santifica al oro?
También enseñan ustedes que jurar por el altar no obliga, pero que jurar por la ofrenda que está sobre él, sí obliga. ¡Ciegos! ¿Qué es más importante, la ofrenda o el altar, que santifica a la ofrenda? Quien jura, pues, por el altar, jura por él y por todo lo que está sobre él. Quien jura por el templo, jura por él y por aquel que lo habita. Y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por aquel que está sentado en él”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
Podíamos hacernos la misma pregunta que nos dirige Mateo: ¿Qué es más importante? Algunos dirían, la respuesta más obvia en nuestro tiempo: El dinero; otros dirían que lo más importante es la salud; y algunos pocos, tal vez los más atrevidos, dirían que el ‘amor’, entendiendo por tal sólo el amor romántico. Los que piensan en el dinero tal vez lo ven como un sinónimo de la felicidad y como un medio necesario para ayudar a los demás. Pero lo cierto es que las personas, grupos e instituciones que más dinero tienen ni son felices ni hacen felices a los demás, y casi nunca ayudan a nadie. Los que piensan en la salud seguramente viven obsesionados por las dietas y los tratamientos médicos y difícilmente son felices o ayudan a alguien de algún modo. Por último, los que entienden el amor únicamente como un apego erótico o emocional con gran dificultad lograrán ver algo diferente del objeto que los obsesiona. El evangelista nos reta desde el mayor valor de su tiempo, la religión, y nos dice que, cuando este valor se convierte en un instrumento de opresión, enajenación o manipulación, pierde toda su capacidad de transformar la vida. Por eso nos pregunta: ¿Qué es lo más importante?

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos para celebrar esta fiesta de la Virgen María y concédenos que tu Hijo Jesucristo, que quiso ofrecerse por nosotros en la cruz, nos obtenga tu perdón y tu paz. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

Prefacio de Santa María Virgen II
La Iglesia alaba a Dios con las
palabras de María
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias y proclamar que eres admirable en la perfección de todos tus santos, y de un modo singular en la perfección de la Virgen María.
Por eso, al celebrarla hoy, queremos exaltar tu generosidad inspirados en su propio cántico, pues en verdad, has hecho maravillas por toda la tierra, y prolongaste tu misericordia de generación en generación, cuando, complacido en la humildad de tu sierva, nos diste por su medio al autor de la vida, Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor.
Por él, los ángeles y los arcángeles te adoran eternamente, gozosos en tu presencia. Permítenos unirnos a sus voces cantando tu alabanza:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Te suplicamos, Señor, que quienes hemos participado de este sacramento, al celebrar hoy a la Virgen María, podamos, por su intercesión, llegar a participar también del banquete eterno.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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