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jueves, 1 de septiembre de 2011

Evangelio del Viernes XXII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 02 de septiembre, 2011

Evangelio del Viernes XXII Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 02 de septiembre, 2011
Lectura del Santo Evangelio según San Lucas 5,33-39
Gloria a ti, Señor
Llegará el día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán
En aquel tiempo, dijeron a Jesús los fariseos y los escribas: "Los discípulos de Juan ayunan a menudo y oran, y los de los fariseos también; en cambio, los tuyos, a comer y a beber." Jesús les contestó: "¿Queréis que ayunen los amigos del novio mientras el novio está con ellos? Llegará el día en que se lo lleven, y entonces ayunarán."
Y añadió esta parábola: "Nadie recorta una pieza de un manto nuevo para ponérsela a un manto viejo; porque se estropea el nuevo, y la pieza no le pega al viejo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque el vino nuevo revienta los odres, se derrama, y los odres se estropean. A vino nuevo, odres nuevos. Nadie que cate vino añejo quiere del nuevo, pues dirá: "Está bueno el añejo.""
Palabra del Señor
Gloria a ti, Señor Jesús
Reflexión:
Siguiendo el hilo conductor de la narración lucana, podemos ir armando el cuadro general de la predicación de Jesús, que está anclado en la realidad, la cotidianidad a partir de comparaciones sencillas y expresivas, con un profundo sentido de vida y sobre todo de verdad.
A partir de un cuestionamiento a él y a sus discípulos por su forma de comportarse, aprovecha para darnos una instrucción sencilla y profunda. La comparación del pedazo de tela nuevo y del odre nuevo.
El ayuno y la penitencia, prácticas religiosas comunes y obligatorias en tiempos de Jesús, son replanteados y dejados a un lado por Jesús y sus seguidores. Ésta es la raíz del cuestionamiento lanzado a Jesús y a la vez la oportunidad para expresar el mensaje.
El trozo de tela nuevo que rompe el vestido viejo, es la imagen usada por Jesús para expresar las implicaciones del cambio propuesto por el maestro. Las novedades del Reino exigen nuevas personas, nuevas estructuras, nuevos sentimientos. Las exigencias y consecuencias de este cambio se refuerzan con el ejemplo del vino nuevo que requiere odres nuevos, de lo contrario se echa a perder todo.

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