Ordinario de la Misa: Viernes XXII Semana T. O. Ciclo A. 02 de Septiembre, 2011
Bendigamos al Señor, porque Él es bueno
Feria de la 22a. semana del Tiempo Ordinario
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor
Antífona de Entrada
Dios anuncia la paz a su pueblo, a todos sus amigos y a cuantos se convierten a él de
corazón.
Oración Colecta
Oremos:
Mueve, Señor, nuestros corazones para que correspondamos generosamente a la acción de tu gracia y recibamos, así, con abundancia, los dones de tu amor.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.
Primera Lectura
Lectura de la carta del apóstol
san Pablo a los colosenses
(1, 15-20)
Cristo es la imagen de Dios invisible, el primogénito de toda la creación, porque en él tienen su fundamento todas las cosas creadas, del cielo y de la tierra, las visibles y las invisibles, sin excluir a los tronos y dominaciones, a los principados y potestades. Todo fue creado por medio de él y para él.
El existe antes que todas las cosas, y todas tienen su consistencia en él. El es también la cabeza del cuerpo, que es la Iglesia. El es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que sea el primero en todo.
Porque Dios quiso que en Cristo habitara toda plenitud y por él quiso reconciliar consigo todas las cosas, del cielo y de la tierra, y darles la paz por medio de su sangre, derramada en la cruz.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.
Salmo Responsorial Salmo 99
Bendigamos al Señor,
porque él es bueno.
Alabemos a Dios todos los hombres, sirvamos al Señor con alegría y con júbilo entremos en su templo.
Bendigamos al Señor,
porque él es bueno.
Reconozcamos que el Señor es Dios, que él fue quien nos hizo y somos suyos, que somos su pueblo y su rebaño.
Bendigamos al Señor,
porque él es bueno.
Entremos por sus puertas dando gracias, crucemos por sus atrios entre himnos, alabando al Señor y bendiciéndolo.
Bendigamos al Señor,
porque él es bueno.
Porque el Señor es bueno, bendigámoslo, porque es eterna su misericordia y su fidelidad nunca se acaba.
Bendigamos al Señor,
porque él es bueno.
Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Yo soy la luz del mundo, dice el Señor; el que me sigue tendrá la luz de la vida.
Aleluya.
Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (5, 33-39)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús: “¿Por qué los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oración, igual que los discípulos de los fariseos, y los tuyos, en cambio, comen y beben?”
Jesús les contestó:
“¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos?Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”.
Les dijo también una parábola:
“Nadie rompe un vestido nuevo para remendar uno viejo, porque echa a perder el nuevo, y al vestido viejo no le queda el remiendo del nuevo. Nadie echa vino nuevo en odres viejos, porque el vino nuevo revienta los odres y entonces el vino se tira y los odres se echan a perder. El vino nuevo hay que echarlo en odres nuevos y así se conservan el vino y los odres. Y nadie, acabando de beber un vino añejo, acepta uno nuevo, pues dice: ‘El añejo es mejor’ ”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.
Reflexión:
Siguiendo el hilo conductor de la narración lucana, podemos ir armando el cuadro general de la predicación de Jesús, que está anclado en la realidad, la cotidianidad a partir de comparaciones sencillas y expresivas, con un profundo sentido de vida y sobre todo de verdad.
A partir de un cuestionamiento a él y a sus discípulos por su forma de comportarse, aprovecha para darnos una instrucción sencilla y profunda. La comparación del pedazo de tela nuevo y del odre nuevo.
El ayuno y la penitencia, prácticas religiosas comunes y obligatorias en tiempos de Jesús, son replanteados y dejados a un lado por Jesús y sus seguidores. Ésta es la raíz del cuestionamiento lanzado a Jesús y a la vez la oportunidad para expresar el mensaje.
El trozo de tela nuevo que rompe el vestido viejo, es la imagen usada por Jesús para expresar las implicaciones del cambio propuesto por el maestro. Las novedades del Reino exigen nuevas personas, nuevas estructuras, nuevos sentimientos. Las exigencias y consecuencias de este cambio se refuerzan con el ejemplo del vino nuevo que requiere odres nuevos, de lo contrario se echa a perder todo.
Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, este santo sacrificio que nos has mandado ofrecer en tu alabanza y concédenos por él obedecer siempre tus mandatos para que seamos dignos de tu amor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio Común V
Proclamación del misterio de Cristo
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo nuestro Señor.
Cuya muerte celebramos unidos en caridad, cuya resurrección proclamamos con viva fe, y cuyo advenimiento glorioso aguardamos con firmísima esperanza.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...
Antífona de la Comunión
Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos, porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Tú que nos has hecho partícipes de tu propia vida en este sacramento, no permitas, Señor, que nos separemos ya de ti, que eres la fuente de todo bien.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
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