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lunes, 21 de noviembre de 2011

Ordinario de la Misa: Martes XXXIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 22 de Noviembre, 2011

Ordinario de la Misa: Martes XXXIV Semana Tiempo Ordinario. Ciclo A. 22 de Noviembre, 2011
Santa Cecilia, virgen y mártir
Memoria
Todos sus ángeles, bendigan al Señor
Antífona de Entrada
Como las vírgenes prudentes, santa Cecilia, conserva su lámpara encendida para salir al encuentro de Cristo.
Oración Colecta
Oremos:
Que la intercesión de santa Cecilia, virgen y mártir, nos obtenga, Señor, de tu misericordia, la gracia de vivir con alegría nuestra fe para que merezcamos cantar tus alabanzas en el cielo.
Por nuestro Señor Jesucristo...
Amén.

Primera Lectura
Lectura del libro del profeta
Daniel (2, 31-45)
En aquellos días, Daniel le dijo al rey Nabucodonosor:
“Tú, rey, has tenido esta visión: viste delante de ti una estatua, una estatua gigantesca, de un brillo extraordinario y de aspecto imponente. La cabeza de la estatua era de oro puro; el pecho y los brazos, de plata; el vientre y los muslos, de bronce; las piernas, de hierro; y los pies, de hierro mezclado con barro.
Tú la estabas mirando, cuando de pronto una piedra que se desprendió del monte, sin intervención de mano alguna, vino a chocar con los pies de hierro y barro de la estatua y los hizo pedazos. Entonces todo se hizo añicos: el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro; todo quedó como el polvo que se desprende cuando se trilla el grano en el verano y el viento se lo lleva sin dejar rastro. Y la piedra que había golpeado la estatua se convirtió en un gran monte, que llenó toda la tierra.
Este fue tu sueño y ahora te lo voy a interpretar. Tú, rey de reyes, a quien el Dios del cielo ha dado el reino y el poder, el dominio y la gloria, pues te ha dado poder sobre todos los hombres, sobre las bestias del campo y las aves del cielo, para que reines sobre ellos, tú eres la cabeza de oro.
Después de ti surgirá un reino de plata, menos poderoso que el tuyo. Después vendrá un tercer reino, de bronce, que dominará toda la tierra. Y habrá un cuarto reino, fuerte como el hierro; así como el hierro destroza y machaca todo, así él destrozará y aplastará a todos. Los pies y los dedos de hierro mezclado con barro que viste, representan un reino dividido; tendrá algo de la solidez del hierro, porque viste el hierro mezclado con el barro.
Los dedos de los pies, de hierro y de barro, significan un reino al mismo tiempo poderoso y débil. Y el hierro mezclado con el barro quiere decir que los linajes se mezclarán, pero no llegarán a fundirse, de la misma manera que el hierro no se
mezcla con el barro.
En tiempo de estos reyes, el Dios del cielo hará surgir un reino que jamás será destruido, ni dominado por ninguna otra nación. Destruirá y aniquilará a todos estos reinos y él durará para siempre. Eso significa la piedra que has visto desprenderse del monte, sin intervención de mano humana, y que redujo a polvo el barro, el hierro, el bronce, la plata y el oro.
El Dios grande ha manifestado al rey lo que va a suceder. El sueño es verdadero, y su interpretación, digna de crédito”.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Daniel 3
Bendito seas para siempre,
Señor.
Todas sus obras, bendigan al Señor. Todos sus ángeles, bendigan al Señor.
Bendito seas para siempre,
Señor.
Cielos, bendigan al Señor. Todas las aguas del cielo, bendigan al Señor.
Bendito seas para siempre,
Señor.
Todos sus ejércitos, bendigan al Señor.
Bendito seas para siempre,
Señor.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
Sé fiel hasta la muerte y te daré como premio la vida,dice el Señor.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Lucas (21, 5-11)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, como algunos ponderaban la solidez de la construcción del templo y la belleza de las ofrendas votivas que lo adornaban, Jesús dijo: “Días vendrán en que no quedará piedra sobre piedra de todo esto que están admirando; todo será destruido”.
Entonces le preguntaron:
“Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto y cuál será la señal de que ya está a punto de suceder?”
El les respondió:
“Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: ‘Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado’. Pero no les hagan caso.
Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin”.
Luego les dijo: “Se levantará una nación contra otra y un reino contra otro. En diferentes lugares habrá grandes terremotos, epidemias y hambre, y aparecerán en el cielo señales prodigiosas y terribles”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Reflexión:
Este texto de Lucas pertenece al llamado “apocalipsis sinóptico” y tiene sus paralelos en Mc 13 y Mt 24. Está formado por un entrelazamiento de tradiciones cristianas y de la apocalíptica judía, que reflejan el ambiente y la situación de la primera guerra de los romanos contra los judíos desde el 66 al 70 d. C.
Este texto hace referencia al Templo, que era una construcción sobresaliente. Representaba la unión del pueblo judío y su fe monoteísta. Jesús no comparte la admiración y el entusiasmo que sentían sus discípulos por esa obra arquitectónica y les afirma que será destruido.
Este texto es un conjunto de advertencias que Jesús dirige a la Iglesia, llamada a perseverar en la fe y enviada a anunciar la Buena Noticia en medio de los acontecimientos históricos y naturales y sus correspondientes peligros. El mensaje busca que la comunidad de creyentes sostenga su esperanza y no desplace su atención hacia los acontecimientos, buscando en ellos señales del fin. Por el contrario, el fin no llegará enseguida; la misión de la Iglesia debe continuar.

Oración sobre las Ofrendas
Acepta, Señor, los dones que te presentamos, en reconocimiento de las maravillas realizadas por tu amor en la vida de santa Cecilia, virgen, y haz que nuestro sacrificio de alabanza sea grato a tus ojos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de santas vírgenes
y santos religiosos
La vida consagrada a Dios es un
signo del Reino de los cielos
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario que te alaben, Señor, tus criaturas del cielo y de la tierra.
Porque al celebrar a los santos que por amor al Reino de los cielos se consagraron a Cristo, reconocemos tu Providencia admirable, que no cesa de llamar al hombre a la santidad primera, para hacerlo participar ya desde ahora de la vida que gozará en el cielo, por Cristo nuestro Señor.
Por eso, con todos los ángeles y santos, te alabamos, proclamando sin cesar:
Santo, Santo, Santo...

Antífona de la Comunión
Ya viene el esposo; salgamos al encuentro de Cristo, el Señor.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor, que este sacramento fortalezca en nosotros tu amor, para que aceptemos los sufrimientos de nuestra vida como una forma de participar en la pasión de Cristo y nos esforcemos por vivir unidos a ti, a ejemplo de santa Cecilia, virgen.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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