Buscar este blog

viernes, 6 de enero de 2012

Evangelio Sábado después de la Epifanía del Señor. Ciclo B. 07 de Enero, 2012

Evangelio Sábado después de la Epifanía del Señor. Ciclo B. 07 de Enero, 2012
† Lectura del santo Evangelio según san Juan (2, 1-11)
Gloria a ti Señor.

En aquel tiempo, hubo una boda en Caná de Galilea, a la cual asistió la madre de Jesús. Este y sus discípulos también fueron invitados. Como llegara a faltar el vino, María le dijo a Jesús: “Ya no tienen vino”.
Jesús le contestó:
“Mujer, ¿qué podemos hacer tú y yo? Todavía no llega mi hora”. Pero ella dijo a los que servían: “Hagan lo que él les diga”.
Había allí seis tinajas de piedra, de unos cien litros cada una, que servían para las purificaciones de los judíos.
Jesús dijo a los que servían:
“Llenen de agua esas tinajas”.
Y las llenaron hasta el borde.
Entonces les dijo:
“Saquen ahora un poco y llévenselo al mayordomo”.
Así lo hicieron, y en cuanto el mayordomo probó el agua convertida en vino, sin saber su procedencia, porque sólo los sirvientes la sabían, llamó al novio y le dijo: “Todo el mundo sirve primero el vino mejor, y cuando los invitados ya han bebido bastante, se sirve el corriente.
Tú en cambio, has guardado el vino mejor hasta ahora”.
Esto que Jesús hizo en Caná de Galilea fue la primera de sus señales milagrosas.
Así mostró su gloria y sus discípulos creyeron en él.

Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:
En la Biblia se recurre al símbolo nupcial para representar la relación particular de Dios con su pueblo. Los amigos de una pareja que se ama sinceramente se congratulan por las decisiones que ellos toman y no hay lugar a la rivalidad. La rivalidad que se pudiera haber presentado entre los seguidores del Bautista y los seguidores de Jesús se resuelve apelando a este símbolo. El sentimiento que prevalece entre el novio y sus invitados es el de la amistad y el de la alegría. No hay rivalidad entre los seguidores de Jesús y los del Bautista. La figura de Jesús crece, pero no opaca a la del Bautista. Cada uno tiene lugar en la fiesta del reino. No hay lugar para rivalidades cuando de por medio está la salvación de un pueblo que sufre. Juan anuncia la salvación desde una orilla, la de la conversión y del arrepentimiento. Su llamado ético se dirige a los hijos dispersos de Israel. Jesús anuncia desde la otra orilla, parte de la exigencia ética de la conversión, pero concentra toda su energía en el anuncio de la salvación definitiva que acontece en su anuncio del evangelio.
¡Escuchemos la voz de Jesús allí donde él se manifiesta!

No hay comentarios: