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jueves, 5 de enero de 2012

Ordinario de la Misa: Viernes II Semana de Navidad. Ciclo B. 06 de Enero, 2012

Ordinario de la Misa: Viernes II Semana de Navidad. Ciclo B. 06 de Enero, 2012

Para los lugares donde se Celebra la Solemnidad de la Epifanía el Domingo, 8 de enero, 2012
Bendito sea el Señor
Feria del Tiempo de Navidad
El mantiene la paz en tus fronteras
Antífona de Entrada
Una luz se levanta en las tinieblas para los hombres de corazón recto: el Dios clemente, justo y compasivo.
Oración Colecta
Oremos:
Ilumina, Señor, a tus hijos, y haz arder nuestros corazones con el esplendor de tu gloria, para que conozcamos cada vez más a nuestro salvador y podamos amarlo e imitarlo.
Por nuestro Señor Jesucristo…
Amén.

Primera Lectura
Lectura de la primera carta del
apóstol san Juan (5, 5-13)
Queridos hijos:
¿Quién es el que vence al mundo? Sólo el que cree que Jesús es el Hijo de Dios. Jesucristo se manifestó por medio del agua y de la sangre; él vino, no sólo con agua, sino con agua y con sangre. Y el Espíritu es el que da testimonio, porque el Espíritu es la verdad.
Así pues, los testigos son tres:
el Espíritu, el agua y la sangre.Y los tres están de acuerdo.
Si aceptamos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios vale mucho más y ese testimonio es el que Dios ha dado de su Hijo.
El que cree en el Hijo de Dios tiene en sí ese testimonio. El que no le cree a Dios, hace de él un mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado de su Hijo.
Y el testimonio es éste:
que Dios nos ha dado la vida eterna y esa vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la vida.
A ustedes, los que creen en el nombre del Hijo de Dios, les he escrito estas cosas, para que sepan que tienen la vida eterna.
Palabra de Dios.
Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial Salmo 147
Bendito sea el Señor.
Glorifica al Señor, Jerusalén, a Dios ríndele honores, Israel. El refuerza el cerrojo de tus puertas y bendice a tus hijos en tu casa.
Bendito sea el Señor.
El mantiene la paz en tus fronteras, con su trigo mejor sacia tu hambre. El envía a la tierra su mensaje y su palabra corre velozmente.
Bendito sea el Señor.
Le muestra a Jacob su pensamiento, sus normas y designios a Israel. No ha hecho nada igual con ningún pueblo, ni le ha confiado a otro sus proyectos.
Bendito sea el Señor.

Aclamación antes del Evangelio
Aleluya, aleluya.
En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre, que decía: “Este es mi Hijo amado: escúchenlo”.
Aleluya.

Evangelio
† Lectura del santo Evangelio
según san Marcos (1, 7-11)
Gloria a ti, Señor.
En aquel tiempo, Juan predicaba diciendo:
“Ya viene detrás de mí uno que es más poderoso que yo, uno ante quien no merezco ni siquiera inclinarme para desatarle la correa de sus sandalias. Yo los he bautizado a ustedes con agua, pero él los bautizará con el Espíritu Santo”.
Por esos días, vino Jesús desde Nazaret de Galilea y fue bautizado por Juan en el Jordán. Al salir Jesús del agua, vio que los cielos se rasgaban y que el Espíritu, en figura de paloma, descendía sobre él.
Se oyó entonces una voz del cielo que decía: “Tú eres mi Hijo amado; yo tengo en ti mis complacencias”.
Palabra del Señor.
Gloria a ti, Señor Jesús.

Comentario:
La fiesta de la Epifanía da relieve a la importancia que tuvo la evangelización de los extranjeros desde el comienzo de la misión de Jesús. Aunque la misión de Jesús en el evangelio de Mateo se concentra en las «ovejas perdidas de Israel», no le faltaron gestos de atención hacia las personas de otras creencias que buscaban el bien y la verdad. El evangelista contrasta la actitud agresiva de Herodes con la actitud confiada y sincera de los Sabios de Oriente, llamados habitualmente «Reyes Magos». Desde el comienzo de este evangelio se contrapone la actitud de apertura y de receptividad de los extranjeros, frente a la actitud de cerrazón y rechazo por parte de las autoridades del propio pueblo. La alegría de la salvación es una constante entre los extranjeros que se enteran de la Buena Noticia, ya sea por su escrutinio del firmamento o porque escuchan hablar de Jesús.
Debemos preguntarnos si nosotros somos como la estrella que conduce a estos sabios desde sus lejanas tierras hasta el encuentro con Jesús o asumimos la actitud desconfiada y amenazante de Herodes. ¿Leemos las Escrituras en busca de alegría y esperanza o nos dejamos embargar por nuestros temores?

Oración sobre las Ofrendas
Recibe, Señor, con bondad las ofrendas de tu pueblo y concédenos que, las realidades que creemos por la fe, las consigamos por este
sacramento celestial.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.
Prefacio de Navidad I
Cristo es luz
El Señor esté con ustedes.
Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón.
Lo tenemos levantado hacia el Señor.
Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
Es justo y necesario.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque gracias al misterio de la Palabra hecha carne, la luz de tu gloria brilló ante nuestros ojos con nuevo resplandor, para que, conociendo a Dios visiblemente, Él nos lleve al amor de lo invisible.
Por eso, con los ángeles y los arcángeles y con todos los coros celestiales, cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Santo, Santo, Santo…

Antífona de la Comunión
Dios envió al mundo a su Hijo único, para darnos vida por medio de él.
Oración después de la Comunión
Oremos:
Señor Dios, que nos unes a ti por la participación de este sacramento, concédenos obtener toda su eficacia para que así, la recepción de este don tuyo nos haga más dignos de seguirlo recibiendo.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Amén.

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