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martes, 13 de marzo de 2012

Evangelio del Jueves III Semana de Cuaresma. Ciclo B. 15 de Marzo, 2012

Evangelio del Jueves III Semana de Cuaresma. Ciclo B. 15 de Marzo, 2012 † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11, 14-23) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían: “Este expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: “Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo desparrama”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: Jesús realiza acciones que liberan a las personas oprimidas por muchas afecciones y opresiones. De esta forma, su palabra queda ratificada por sus hechos. Hay coherencia entre el decir y el hacer de Jesús. Las gentes de su tiempo tenían que callar forzosamente ante tanta corrupción y represión por parte de los gobernantes nacionales e imperiales. Jesús devuelve la palabra a los enmudecidos. La palabra significa visualización-revelación de la interioridad de la persona. Al devolverles la palabra, Jesús está desencadenando a las personas de la esclavitud del silencio y del anonimato. Esta acción de Jesús es un desafío para los dirigentes políticos y religiosos de entonces. Por eso, tratan de acallar también a Jesús, desacreditándolo y descalificándolo. Si realiza acciones prodigiosas, liberadoras, dicen que es por la acción del demonio (Belcebú); pero Jesús los confronta y cuestiona: Él combate el espíritu del mal en nombre del Dios de la vida, el Dios del Reino. Por eso, toda acción que implica liberar al ser humano de cualquier tipo de opresión o esclavitud es signo tangible de la presencia activa del Reino en medio de la humanidad. –Devolver la palabra a los acallados de la historia es también nuestra misión de seguidores de Jesús.

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