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martes, 13 de marzo de 2012

Evangelio del Miércoles III Semana de Cuaresma. Ciclo B. 14 de Marzo, 2012

Evangelio del Miércoles III Semana de Cuaresma. Ciclo B. 14 de Marzo, 2012 † Lectura del santo Evangelio según san Mateo (5, 17-19) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley. Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: Jesús declara que no ha venido a abolir la ley, sino a llevarla a su plenitud. La ley surgió en el pueblo de Israel como garantía de su libertad y de su identidad como pueblo. Por lo tanto, el espíritu de la ley es liberador, dignificador y garante de unas relaciones justas para todo el pueblo. Pero con el trascurrir del tiempo este espíritu se fue perdiendo. Vinieron las instituciones religiosas (el templo) y políticas (la monarquía) que reprodujeron las estructuras opresoras de los otros pueblos. Entonces el espíritu igualitario y justo que caracterizó los orígenes tribales de Israel se fue ahogando en medio de tanto precepto minucioso y deshumanizante. La ley que fundamentaba la justicia se convirtió en un instrumento de dominación y deshumanización. Tal vez lo mismo ha pasado con la propuesta de Jesús: el Reino. La excesiva institucionalización del mensaje evangélico fue opacando poco a poco la fuerza liberadora de la Buena Noticia de la salvación anunciada y testimoniada por Jesús. No se trata de acabar con las leyes o las instituciones, sino hacer que éstas vuelvan a ser garantía de libertad y de la dignidad para todos los seres humanos, preferencialmente para los empobrecidos y excluidos de nuestra sociedad.

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