Buscar este blog

martes, 13 de marzo de 2012

Ordinario de la Misa: Jueves III Semana de Cuaresma. Ciclo B. 15 de Marzo, 2012

Ordinario de la Misa: Jueves III Semana de Cuaresma. Ciclo B. 15 de Marzo, 2012 Señor, que no seamos sordos a tu voz Feria de la 3a. semana de Cuaresma Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor Antífona de Entrada Yo soy la salvación de mi pueblo, dice el Señor. Los escucharé en cualquier tribulación en que me llamen y seré siempre su Dios. Oración Colecta Oremos: Te pedimos, Señor, humildemente, que conforme se acerca la fiesta de nuestra redención, crezca en nosotros el fervor para celebrar santamente la Pascua de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén. Primera Lectura Lectura del libro del profeta Jeremías (7, 23-28) Esto dice el Señor: “Esta es la orden que di a mi pueblo: ‘Escuchen mi voz, y yo seré su Dios y ustedes serán mi pueblo; caminen siempre por el camino que yo les mostraré, para que les vaya bien’. Pero ellos no escucharon ni prestaron oído. Caminaron según sus ideas, según la maldad de su corazón obstinado, y en vez de darme la cara, me dieron la espalda, desde que sus padres salieron del país de Egipto hasta hoy. Yo les envié a mis siervos, los profetas, un día y otro día; pero ellos no los escucharon ni les prestaron oído. Endurecieron su cabeza y fueron peores que sus padres. Tú les dirás, pues, todas estas palabras, pero no te escucharán; los llamarás y no te responderán. Entonces les dirás: ‘Este es el pueblo que no escuchó la voz del Señor, su Dios, ni aceptó la corrección. Ya no existe fidelidad en Israel; ha desaparecido de su misma boca’ ”. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor. Salmo Responsorial Salmo 94 Señor, que no seamos sordos a tu voz. Vengan, lancemos vivas al Señor, aclamemos al Dios que nos salva. Acerquémonos a él, llenos de júbilo,y démosle gracias. Señor, que no seamos sordos a tu voz. Vengan, y puestos de rodillas, adoremos y bendigamos al Señor, que nos hizo, porque él es nuestro Dios y nosotros, su pueblo; él es nuestro pastor y nosotros, sus ovejas. Señor, que no seamos sordos a tu voz. Hagámosle caso al Señor, que nos dice: “No endurezcan su corazón, como el día de la rebelión en el desierto, cuando sus padres dudaron de mí, aunque habían visto mis obras”. Señor, que no seamos sordos a tu voz. Aclamación antes del Evangelio Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Todavía es tiempo, dice el Señor. Arrepiéntanse de todo corazón y vuélvanse a mi, que soy compasivo y misericordioso. Honor y gloria a ti, Señor Jesús. Evangelio † Lectura del santo Evangelio según san Lucas (11, 14-23) Gloria a ti, Señor. En aquel tiempo, Jesús expulsó a un demonio, que era mudo. Apenas salió el demonio, habló el mudo y la multitud quedó maravillada. Pero algunos decían: “Este expulsa a los demonios con el poder de Satanás, el príncipe de los demonios”. Otros, para ponerlo a prueba, le pedían una señal milagrosa. Pero Jesús, que conocía sus malas intenciones, les dijo: “Todo reino dividido por luchas internas va a la ruina y se derrumba casa por casa. Si Satanás también está dividido contra sí mismo, ¿cómo mantendrá su reino? Ustedes dicen que yo arrojo a los demonios con el poder de Satanás. Entonces, ¿con el poder de quién los arrojan los hijos de ustedes? Por eso, ellos mismos serán sus jueces. Pero si yo arrojo a los demonios por el poder de Dios, eso significa que ha llegado a ustedes el Reino de Dios. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros; pero si otro más fuerte lo asalta y lo vence, entonces le quita las armas en que confiaba y después dispone de sus bienes. El que no está conmigo, está contra mí; y el que no recoge conmigo desparrama”. Palabra del Señor. Gloria a ti, Señor Jesús. Comentario: Jesús realiza acciones que liberan a las personas oprimidas por muchas afecciones y opresiones. De esta forma, su palabra queda ratificada por sus hechos. Hay coherencia entre el decir y el hacer de Jesús. Las gentes de su tiempo tenían que callar forzosamente ante tanta corrupción y represión por parte de los gobernantes nacionales e imperiales. Jesús devuelve la palabra a los enmudecidos. La palabra significa visualización-revelación de la interioridad de la persona. Al devolverles la palabra, Jesús está desencadenando a las personas de la esclavitud del silencio y del anonimato. Esta acción de Jesús es un desafío para los dirigentes políticos y religiosos de entonces. Por eso, tratan de acallar también a Jesús, desacreditándolo y descalificándolo. Si realiza acciones prodigiosas, liberadoras, dicen que es por la acción del demonio (Belcebú); pero Jesús los confronta y cuestiona: Él combate el espíritu del mal en nombre del Dios de la vida, el Dios del Reino. Por eso, toda acción que implica liberar al ser humano de cualquier tipo de opresión o esclavitud es signo tangible de la presencia activa del Reino en medio de la humanidad. –Devolver la palabra a los acallados de la historia es también nuestra misión de seguidores de Jesús. Oración sobre las Ofrendas Preserva, Señor, a tu pueblo de toda maldad para que sus ofrendas te sean agradables; no permitas que nos entreguemos a los falsos placeres, para que podamos alcanzar la recompensa prometida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén. Prefacio de Cuaresma V El camino del éxodo en el desierto cuaresmal El Señor esté con ustedes. Y con tu espíritu. Levantemos el corazón. Lo tenemos levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. Es justo y necesario. En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor. Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón contrito y humillado, reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza, convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu palabra, y experimentar con gozo tus maravillas. Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza: Santo, Santo, Santo… Antífona de la Comunión Tú promulgas tus preceptos para que se observen con exactitud. Que mi conducta se ajuste siempre al cumplimiento de tu voluntad. Oración después de la Comunión Oremos: Que la gracia de tu salvación, que hemos recibido en este sacramento, transforme, Señor, toda nuestra vida. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

No hay comentarios: